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José Bergamín Gutiérrez

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Biografía

Bergamín Gutiérrez, José. Madrid, 30.XII.1895 – San Sebastián (Guipúzcoa), 28.VIII.1983. Escritor y abogado.

Su padre fue un conocido abogado y político de origen malagueño. José Bergamín vivió en Madrid hasta los cuarenta años. Estudió en la Universidad Central de Madrid la carrera de Leyes, frecuentó hacia 1912 las tertulias literarias con Valle-Inclán y Jacinto Benavente en El Gato Negro, y con Ramón Gómez de la Serna en Pombo y dirigió durante unos meses Los Lunes del Imparcial. Publicó en la revista España, y más tarde en El Sol, Luz, y en el exilio en El Nacional, de Caracas, así como en La Verdad y en Verso y Prosa, de Murcia.

Al principio de su carrera estuvo en contra de Ortega y Gasset y de Azorín, a quienes, sin embargo, le unió luego, especialmente con este último, una buena amistad. Como otros escritores de la Generación del 27, publicó sus primeros ensayos en los años 1921 y 1922 en la revista Índice de Alfonso Reyes, Enrique Díez Canedo y Juan Ramón Jiménez. Allí apareció su colección de aforismos “El cohete y la estrella”, editada por Juan Ramón en 1923.

En las ediciones Índice de Juan Ramón se publicó en 1926 Tres escenas en ángulo recto y en las separatas de Litoral en 1927, de Prados y Altolaguirre, su libro Caracteres que reeditó en 1978, Turner, y que recoge caricaturas líricas —algunas satíricas— de escritores y amigos de la generación. La amistad con Juan Ramón se envenenó más tarde, mientras que, por el contrario, la relación con Unamuno pervivió a lo largo del tiempo.

En 1928 casó con Rosario Arniches, hija del sainetero Carlos Arniches. Terminados sus estudios, trabajó en el bufete de su padre con Manuel Altolaguirre, también abogado.

En 1929 apareció La cabeza a pájaros y, en 1930, El arte de Birlibirloque.

Bergamín fue desde siempre un católico progresista, quizás un tanto heterodoxo, y enemigo de la dictadura de Primo de Rivera. En la Segunda República es, durante poco tiempo, director general de Acción Social Agraria e inspector de Seguros y Ahorro en el Ministerio de Trabajo, a las órdenes de Francisco Largo Caballero.

Por su importancia hay que recalar en la actividad de Bergamín en la revista Cruz y Raya que fundó en 1933. Esta publicación desempeñó un papel ideológico muy importante en la España de la inmediata preguerra, en favor de la República y defendiendo los ideales de un catolicismo muy progresista, conectado con una línea afín en Francia y en Alemania.

En ella publicaron artículos Heidegger —cuya influencia en la poesía de Bergamín es evidente—, Ortega, Maritain, Landsberg, Ramón Gómez de la Serna, Gregorio Marañón, Antonio Marichalar, Max Jacob, José Antonio Maravall, María Zambrano, Xavier Zubiri y Manuel de Falla, entre otros.

Un aspecto importante en la revista de Bergamín es su difusión de los clásicos áureos españoles, que sirven al poeta también, más tarde, de inspiración para su propia obra. Antologa a Aldana, Quevedo, fray Luis de Granada... La actitud de Bergamín se encontraba cercana a la de los escritores franceses, como Maritain. El último número de la revista, el 39, apareció en junio de 1936, poco antes de estallar la Guerra Civil.

Hay que destacar el carácter político del joven Bergamín, quien en sus artículos discute acerca de la fundación de Falange y la represión de la Revolución asturiana, así como denuncia al clero español y al Vaticano.

Los textos de Cruz y Raya se definen por una clara defensa del republicanismo, y una raíz cristiana sin confesionalismo. La revista fue al principio considerada como una publicación reaccionaria, aunque no tardó en demostrarse lo contrario. Bergamín protesta por la utilización del pensamiento religioso con fines políticos, y el descreimiento y falta de fe incluso entre quienes parecen católicos.

Efectivamente, el que Bergamín sea católico profesante explica que le interese tanto la época clásica española del Siglo de Oro, y que profundice en el verso de Calderón. Prolongará el influjo del barroco español en su poesía, que ideológicamente parte, muchos años después, de la relatividad de la vida como sueño, y de la existencia de una auténtica realidad que es la espiritual y cristiana. Segismundo es la clave del pensamiento bergaminiano, con su noción de sueño. Pero al mismo tiempo la índole de copla popular y canción que hay en muchos de sus poemas, tiene también como raíz esta preocupación por lo popular y lo auténtico de la nación española.

Entre 1933 y 1934, la revista adopta una actitud equidistante entre el nouveau ordre fascista y el marxismo leninismo, y debe mucho al llamado movimiento Esprit, y a Vie Intellectuelle. De hecho, la revista Esprit, fundada en 1932 por el joven filósofo Emmanuel Mounier, contaba en España con amigos, sobre todo del grupo de Cruz y Raya. De hecho, fue precisamente Bergamín quien, en septiembre de 1936 informó detenidamente a Mounier en Ginebra de la situación en España.

Se ocupa Bergamín del nacionalismo autonomista catalán y el espíritu de patria, que formaba parte del idealismo de época, con una perspectiva integradora. Está contra el nacionalismo reaccionario y advierte de que el cristianismo debe volver la cara hacia el pueblo proletario. Presiente la guerra civil, y se manifiesta en contra del radicalismo de izquierda y de derecha, indicando que la ausencia de Estado está impidiendo la existencia de orden. Se queja del anarquismo de la vida política española del momento.

Cruz y Raya realizó una labor de divulgación, antologando textos de clásicos afines a su pensamiento, por ejemplo, las traducciones de Hölderlin que anticipan Hans Gebser y Luis Cernuda, quien escribe la nota introductoria, y los fragmentos de Novalis traducidos, asimismo, por Gebser. Cruz y Raya defiende al romanticismo alemán, por su mitificación religiosa de la metafísica idealista: “Nada más accesible al espíritu que lo infinito”. El tema del sueño, además de la fuente en el barroco español, tiene también su origen en estos textos de Novalis, que influyeron poderosamente en la poesía de Bergamín: “Nuestra vida no es sueño, pero tiene que volverse sueño y quizá llegará a serlo”.

En sus artículos de Cruz y Raya, Bergamín va politizándose cada vez más, y comenta en 1935 el Congreso Internacional de Escritores de París, y la intervención de Gide, que intenta aunar comunismo con interés por el individuo. Critica la noción marxista de literatura como mero reflejo social y propone, con Gide, la búsqueda de lo humano. Parece como si su individualismo de humanista cristiano no encajara con el colectivismo marxista. Todavía en esta época simpatiza con el paso de Gide, no obstante, a favor del comunismo y progresismo, pero reafirma su fe cristiana. Luego vendría la ruptura con Gide en el Congreso de Valencia.

Bergamín actúa en el Primer Congreso Internacional de Escritores Antifascistas en Defensa de la Cultura, que se celebró en París en 1935, y en España en febrero de 1936 en la Alianza de Intelectuales Antifascistas, que presidió desde agosto.

Fue agregado cultural de la embajada española en París durante la Guerra Civil. Busca apoyo financiero para la República en esta ciudad y en Estados Unidos, Canadá y Rusia. Funda El Mono Azul y participa en las revistas Hora de España y Madrid. Cuadernos de la Casa de la Cultura.

En el Segundo Congreso Internacional de Escritores en Defensa de la Cultura, reunido en Valencia a mediados de 1937, que él presidió, trata con diplomacia el “caso Gide”, quien se aparta del comunismo soviético por entender que merma su libertad de escritor.

Este asunto muestra la división entre trotskistas y estalinistas en este congreso.

Gide llevó al congreso un polémico texto, al que respondió Bergamín suavizando la situación. Gide refleja una modernidad de concepciones políticas a la que es ajeno Bergamín; su crítica del sistema soviético fue de una gran valentía y posee plena actualidad. Gide actúa como un hombre independiente que no acepta el imperialismo ideológico de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

En 1938 publicó Bergamín en Hora de España sus tres sonetos “A Cristo crucificado ante el mar", de espíritu barroco, que mereció el elogio de Antonio Machado en la misma revista.

Tiene que exilarse a París, donde es presidente de la Junta de Cultura Española en el exilio, y se trasladó en 1939, a México, como presidente de dicha Junta y director desde 1940 de la revista España Peregrina, que, con una línea muy combativa será durante mucho tiempo lazo de unión entre los exilados españoles, una de las principales publicaciones del exilio español, y de las que hay facsímil.

En el destierro mexicano dirige y funda la editorial Séneca, en la que aparecerán las Obras de Machado, el primer volumen de La arboleda perdida de Alberti, España, aparta de mí este cáliz de Vallejo, obras de Prados, Poesías de Gil Vicente de Dámaso Alonso, Memoria del olvido de Prados y Poeta en Nueva York de Lorca. Respecto al libro de Lorca hay una compleja discusión textual entre los expertos.

Esta editorial Séneca se fundó con fondos del Servicio de Emigración de los Republicanos Españoles (SERE).

En la editorial Séneca publica sus libros: Disparadero español (1940), Detrás de la cruz y El pozo de la angustia (1941), El Pasajero. Peregrino español en América (1943; en tres volúmenes; libro inencontrable) y La voz apagada (1945).

En el exilio, Bergamín colabora en Romance (febrero,1940), El Hijo Pródigo y Taller —revistas de Villaurrutia y Octavio Paz—, Aragón, Las Españas, Letras de México, Ahora, y en los diarios El Nacional y El Popular. En todos mantiene una postura contra Ortega y su actitud ante la República. Durante este tiempo del exilio aparecen en España sus libros: Caracteres, Mangas y capirotes, Enemigo que huye, El arte de birlibirloque, La cabeza a pájaros y Disparadero español.

Publica sus obras teatrales La muerte burlada, La hija de Dios, La niña guerrillera.

En 1943 muere su esposa y queda viudo con tres hijos, lo que aumenta su aislamiento.

En 1946 se traslada de México a Venezuela, Caracas (1946-1947), y luego a Montevideo (1948-1954), dando cursos sobre nuestros clásicos en la Universidad, en la facultad de Humanidades y Ciencias. Antes, en la misma ciudad publica Melusina y el espejo (1952) y Medea, la encantadora (1954), su obra más representada.

Viaja por Europa y regresa a América en 1954.

Reside en París de 1954 a 1958. En esta ciudad se encierra en la poesía y compone Duendecitos y coplas. A finales de 1957 se publica La corteza de la letra, escrita entre 1951 y 1952, donde aparecen sus temas queridos: Don Quijote, Don Juan, Segismundo...

En 1958 vuelve a España, donde vive hasta 1963. Durante su estancia en España, adonde llega el 22 de diciembre de 1958, tuvo una entrevista con su amigo Azorín, quien le dijo: “Voy a hablarle del panorama político para que se entere de la situación española. Los españoles se dividen en tres clases: los indivisos, los tolerantes y los réprobos. Yo soy un tolerante, y usted es un réprobo tolerado, cosa que no le va a durar mucho”.

Entre 1958 y 1963, fechas de su primer regreso a España, hasta la segunda expulsión en 1963, escribe ocho obras y alrededor de ciento cuarenta artículos en El Nacional de Caracas. Y a partir de su segundo regreso a España, desde 1970, publicará más de doscientos cincuenta artículos, dieciochos obras, cinco reediciones y tres antologías.

Durante su estancia en España publica Lázaro, Don Juan y Segismundo (1959). También su antología, que recoge los artículos del exilio publicados en Revista de la Facultad de Humanidades y Ciencias de Montevideo (1952-1954), Al fin y al cabo; Fronteras infernales de la poesía (1959). En 1961, Los tejados de Madrid o El amor anduvo a gatas, homenaje a la Gatomaquia de Lope. Al volver (1962), luego reeditado como Antes de ayer y pasado mañana, selección de artículos periodísticos publicados en El Nacional en 1960. En 1962 aparece su primer libro de poemas, Rimas y sonetos rezagados, y en 1963, Duendecitos y coplas, escrito en París en 1955.

Hay un contraste enorme entre la postura política de Bergamín y el carácter metafísico y esencialista de su poesía, generalmente —salvo pequeñas excepciones— alejada del compromiso, y siempre preocupada por temas trascendentales e intemporales. Pero también es verdad que la suya es una poesía de vejez, cuando el horizonte de la muerte se percibe con más nitidez. Frente al compromiso político de su obra ensayística en la guerra y el exilio, su poesía se ocupa sólo de temas trascendentes, lejanos del tráfago político concreto. Cree de todos modos Bergamín que la Literatura española está escrita con sangre.

En su primer regreso a España, Bergamín no conecta con los intelectuales del momento, y se gana la enemistad de los católicos profranquistas. Se convierte en un peregrino en su patria, empleando la expresión de Lope. Bergamín realiza un alegato contra la censura.

Se enfrenta en polémica a los Luca de Tena por un artículo suyo aparecido en El Nacional de Caracas (12 de junio de 1960) y El Siglo de Santiago de Chile (2 de enero de 1961).

Su protagonismo en un manifiesto redactado para protestar contra la represión de una huelga de mineros asturianos le acarrea la enemistad de Fraga Iribarne, ministro a la sazón de Información y Turismo. A partir de entonces Bergamín, que encabezaba la carta citada con su firma, vive bajo vigilancia policial hasta refugiarse en la embajada de Uruguay, a sus sesenta y ocho años. Se reciben telegramas de protesta por el trato que recibe, del Vaticano, de Kennedy, de Malraux, del gabinete de De Gaulle. Se le permite finalmente salir hacia el exilio en Montevideo de nuevo en 1963 y luego a París, por siete años más, hasta 1970.

A su regreso a París traba amistad con André Malraux y se le concede la Legión de Honor, como a Picasso y Buñuel. Vive muy de cerca la Revolución de mayo de 1968, que compara con la Federación Anarquista Ibérica (FAI) española de la guerra. Se siente como un fantasma en París, como un ser sin raíces y sin existencia tangible; este tema del fantasma será fundamental en su obra.

En los siete años de su segundo exilio sólo publica Beltenebros (Puerto Rico, 1965) y una veintena de artículos. En Montevideo concluye Del otoño y los mirlos, publicado en 1975.

En la primavera de 1970 vuelve a España y aparece Antes de ayer y pasado mañana. Reedita sus primeras obras de teatro con el título de La risa en los huesos. Se presenta como candidato a senador por Izquierda Republicana.

Defiende a Fernando Arrabal y se refiere, en evolución interesante de su pensamiento, a los estados totalitarios del mundo: Rusia, Polonia y Checoslovaquia, en el artículo “Otro caso concreto”.

En 1977, Bergamín había publicado cinco libros de poemas, escritos en su época de madurez vital y casi ancianidad: Rimas y sonetos rezagados (Santiago de Chile y Madrid, 1962), Duendecitos y coplas (Santiago de Chile y Madrid, 1963), La claridad desierta (Málaga, Litoral, 1973) y Apartada orilla (Madrid, 1976). No es sino en sus últimos años de vida y tras su muerte cuando se editan sus poesías completas en Turner, de las que han desaparecido Duendecitos y coplas.

En la revista Sábado Gráfico —en la que también colaboraba Cunqueiro, entre otros autores— se ocupa de una sección fija, “Las cosas que no pasan”, de noviembre de 1973 a abril de 1979. Acaba siendo cesado de Sábado Gráfico, después de sus ataques contra la Monarquía.

Tras su cese en esta revista, se radicaliza aún más. Colabora en la prensa del Partido Comunista Español (PCE) (ML). Y luego en el diario, Egin, y en el semanario Punto y Hora, situándose políticamente al lado de la izquierda radical abertzale de tendencia próxima a la organización terrorista ETA (Euskadi Ta Askatasuna). En sus últimos artículos se acerca a Herri Batasuna, quizás —como se ha escrito—, por la amargura del incomprendido y marginado.

Escribe Esperando la mano de nieve —posiblemente su mejor poemario— y Hora última en Fuenteheridos, en casa de su hija, aislado y pobre, recuperándose de unas heridas producidas por una caída.

Murió en San Sebastián el 28 de agosto de 1983. Su entierro constituyó un acto político abertzale.

 

Obras de ~: El cohete y la estrella, Madrid, Índice, 1923 (reed. junto a La cabeza a pájaros, por G. Esteban, Madrid, Cátedra, 1981, Letras Hispánicas, 138); Caracteres, separata de la revista Litoral, 1926 (reed. facs., Madrid, Turner, 1978); El arte de birlibirloque, Madrid, Plutarco, 1930 (2.ª ed., México, Stylo, 1944; con La estatua de Don Tancredo y El mundo por montera, reed. en Madrid, Turner, 1985); Mangas y capirotes, Madrid, Plutarco, 1933 (2.ª ed. como España en su laberinto teatral del siglo xvii, Buenos Aires, Argos, 1950; 3.ª ed. con título original en Madrid, Ediciones del Centro, 1974); La estatua de Don Tancredo, Madrid, Editorial Cruz y Raya, 1934 (traducido con el título de España eterna, Suiza, Vita Nova, 1940, pról. de P. L. Landsberg que se reproduce también en el número de homenaje de Litoral La claridad desierta, libro de poemas entonces inédito); Disparadero español, Madrid, Editorial Cruz y Raya, 1936, 2 vols. (3.er vol. publicado en México, Séneca, 1940, se transformó en Beltenebros y otros ensayos sobre literatura española, Barcelona, 1973); El pozo de la angustia, México, Séneca, 1941 (reed. en Barcelona, Anthropos, 1985, con pról. de C. Gurméndez, con biobibliografía en págs. 83-91, se encuentra incluido en El pensamiento perdido, Madrid, Adra, 1976); Detrás de la cruz. Terrorismo y persecución religiosa en España, México, Séneca, 1941 (reed. en El pensamiento perdido; El pasajero. Peregrino español en América, México, Séneca, 1943, 3 vols.); La voz apagada, México, Séneca, 1943 (2.ª ed. en La Habana, Consejo de Cultura, 1964); La muerte burlada, México, Séneca, 1945; La niña guerrillera, México, M. Altolaguirre, ed., 1945 (junto a La hija de Dios, redes, ambas en facsímil en Madrid, Turner, 1978; otra edición de La niña guerrillera, Montevideo, Retablillo Español, 1953); Porque el diablo tiene cuernos, Buenos Aires, Losada, 1948; España en su laberinto teatral del siglo xvii (Mangas y capirotes), Buenos Aires, Argos, 1950 (reimpr. en 1974 por Ediciones del Centro, Madrid, como Mangas y capirotes); Ahora que me acuerdo (Memorias), Montevideo, Entregas de Licorne, 1953; Fronteras infernales de la poesía. (Shakespeare, Cervantes, Quevedo), Montevideo, Universidad de la República, 1954 (luego en Madrid, Taurus, 1959; con pról. de M.ª Zambrano, Madrid, Huerga & Fierro, 2008); La corteza de la letra, Buenos Aires, Losada, 1958 (reed. como Calderón y cierra España, Barcelona, Planeta, 1979); Lázaro, Don Juan y Segismundo, Madrid, Taurus, 1959; Fronteras infernales de la poesía, Madrid, Taurus, 1959; El arte de birlibirloque, La estatua de Don Tancredo, El mundo por montera, Madrid, Renuevos de Cruz y Raya, 1961; La decadencia del analfabetismo, La importancia del demonio, Madrid, Cruz y Raya, 1961 (ed. reciente en Madrid, Siruela, 2000, Biblioteca de Ensayo, 9, Serie Menor); Al volver, Barcelona, Seix Barral, 1962 (reed. como Antes de ayer y pasado mañana, Barcelona, Seix Barral, 1974); La claridad desierta, Málaga, Litoral, 1968, número extra, n.os 37-40; De una España peregrina, Barcelona, Al Borak, 1972; Le clou brulant, Paris, Plon, 1972; Beltenebros y otros ensayos sobre literatura española, Barcelona, Noguer, 1973; El clavo ardiendo, Barcelona, Aymá, 1974. (trad. de la ed. francesa cit. supra); Mangas y capirotes, Madrid, Ediciones del Centro, 1974; Antes de ayer y pasado mañana, Barcelona, Seix Barral, 1974 (es Al volver con otro título); La importancia del demonio y otras cosas sin importancia, Madrid, Júcar, 1974 (ed. antes como La decadencia del analfabetismo en Cruz y Raya, n.º 3, 15 de junio de 1933, y La importancia del demonio en Cruz y Raya, n.º 5, 15 de agosto de 1933; ambos en libro luego en Santiago de Chile-Madrid, Cruz del Sur, 1961, Renuevos de Cruz y Raya, la ed. de Júcar contiene más ensayos); Ilustración y defensa del toreo, Málaga, Litoral, 1974 (contiene El arte de birlibirloque [1930], luego también en Madrid, Turner, 1985); Del otoño y los mirlos, Barcelona, Editorial R. M., 1975; El pensamiento perdido, Madrid, Adra, 1977; Los filólogos, Madrid, Turner, 1978; Ilustración y defensa del toreo, Madrid, Turner, 1978; El arte de birlibirloque, Madrid, Turner, 1978 (2.ª ed., Madrid, Turner, 1985); Caracteres, Madrid, Turner, 1978; El pensamiento de un esqueleto. Antología periodística, ed. de G. Santonja, Málaga, Litoral, 1978, 3 vols.; La confusión reinante. (Libelo), Madrid, Hispamarca, 1979; Calderón y cierra España y otros ensayos disparatados, Barcelona, Planeta, 1979 (es La corteza de la letra con otro título); Fronteras infernales de la poesía, Madrid, Taurus, 1980; Poesías casi completas, Madrid, Alianza, 1980 (Libro de Bolsillo, 756); La música callada del toreo, Madrid, Turner, 1981 (2.ª ed., 1982; 3.ª ed., 1985); Al fin y al cabo, Madrid, Alianza, 1981; Los tres Azañas burlados. (Diseño epigramático), Madrid, Edascal, 1982; Cristal del tiempo (1933 1983), ed. de J. Esteban, Madrid, Revolución, 1983; Aforismos de la cabeza parlante, Madrid, Turner, 1983; Poesía, Madrid, Turner, 1983-1984, 7 vols.: 2.ª ed. ampl. del primero en 1988, los vols. de esta ed. fundamental son: I, Sonetos. Rimas. Del otoño y los mirlos (1983); II, La claridad desierta (1983); III, Apartada orilla (1983); IV, Velado desvelo (1983); V, Esperando la mano de nieve (1983); VI, Canto rodado (1984); VII, Hora última (1984); Antología poética, ed. de Diego Martínez Torrón, Madrid, Castalia, 1997 (Clásicos Castalia, 227); Prólogos epilogales, con nota prelim. de N. Dennis, Valencia, Pre-Textos, 1985; La claridad del toreo, Madrid, Turner, 1987; José Bergamín-Miguel de Unamuno. El epistolario, ed. de N. Dennis, Valencia, Pre-Textos, 1993; Correspondencia José Bergamín-Manuel de Falla, ed. de N. Dennis, Valencia, Pre-Textos, 1995; Las ideas liebres: Aforística y Epigramática (1935-1981), ed. N. Dennis, Barcelona, Destino, 1998; Crónica del exilio de Bergamín en Uruguay, compil. por R. Martínez; intrs. y notas de A. Cagnasso; con la colaboración de C. Martínez Boedo, Montevideo, Bergamín, 2004, 3 vols.; Dolor y claridad de España: cartas a María Zambrano, ed. de N. Dennis, Sevilla, Renacimiento, 2004; El disparate en la literatura española, ed. de N. Dennis, Sevilla, Renacimiento, 2005; Claro y difícil, pról. de A. Trapiello, Madrid, Fundación Banco Santander, 2008 (col. Obra Fundamental); Obra taurina, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2008; Poesías completas, ed. de N. Dennis, Valencia-Madrid, Pre-Textos, Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, 2008.

 

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Diego Martínez Torrón

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