Azcárate y Flórez, Justino. Madrid, 29.VI.1903 – Caracas (Venezuela), 18.V.1989. Político.
Hijo de Delfina Flórez y de Cayo Azcárate, ambos de León, Justino Azcárate es el último representante en la vida pública de la célebre saga de “notables” leoneses de tal linaje —sobrino de Gumersindo Azcárate, hermano de Pablo—. Todos sus estudios primarios y secundarios transcurrieron en centros de la Institución Libre de Enseñanza y en el Colegio Alemán de Madrid. Se licenció y doctoró en la Facultad de Derecho de la Universidad de Madrid, de la que fue profesor auxiliar de Derecho Político (1925), aunque pronto se dedicó con gran éxito al ejercicio libre de la abogacía. Joven miembro de la famosa Agrupación al Servicio de la República, fundada a comienzos de 1931 por Ortega y Gasset y otras relevantes figuras del pensamiento y la cultura de la época, formó parte de la elite republicana. Subsecretario de Justicia con el ministro Fernando de los Ríos y diputado por León en 1931, asumió en 1933 la Subsecretaría de la cartera de Gobernación, con el ministro Manuel Rico Avello —ambos, en palabras de Niceto Alcalá-Zamora, “con ejemplar rectitud consintieron sus derrotas (en las elecciones de noviembre de 1933) en Oviedo y León, respectivamente”—, al tiempo que era designado consejero nacional de Economía. Fue también secretario y abogado de la Federación de las Empresas Mineras de Carbón, miembro del Consejo Nacional de Combustibles, miembro del Consejo Nacional de Economía y presidente del Patronato de las Hurdes. Tan destacada actividad aumentó y reforzó sus conocimientos y lazos con los sectores y personalidades más sobresalientes del establishment, en particular, en sus círculos moderados y centristas de corte laico; en 1934, por ejemplo, formó parte de la directiva del Partido Nacional Republicano creado por Felipe Sánchez Román. De ahí que no sorprendiera que el radical Diego Martínez Barrio lo nombrara ministro de Estado en su efímero gabinete del 18 al 19 de julio de 1936, postrera tentativa del lado gubernamental para evitar la Guerra Civil.
Fue hecho prisionero en Burgos y trasladado a Valladolid al comienzo de la guerra y permaneció preso hasta septiembre de 1937 en que fue canjeado por Raimundo Fernández Cuesta gracias a la gestión de su hermano Pablo de Azcárate, último embajador de la República en Londres. Tras vivir en París, el 28 de julio de 1939 partió con su esposa e hijos al exilio en Venezuela, donde llegó el 12 de agosto siguiente. Permaneció allí, en un prolongado exilio. Estuvo al frente de uno de los más prestigiosos e influyentes bufetes del país, participando en negocios y empresas de entidad, algunas de ellas de promoción y desarrollo intelectuales. Trabajó como secretario ejecutivo de la Junta Reguladora de Precios y de la Comisión Nacional de Abastecimiento, organismos dependientes del Ministerio de Fomento. También fue profesor de Economía y de Hacienda en el Instituto de Administración Comercial y de Hacienda, del Ministerio de Educación Nacional; asesor de la Comisión de Problemas de Post-Guerra del Ministerio de Relaciones Exteriores; asesor de la Corporación Venezolana de Fomento; asesor de la Cámara de Comercio de Caracas desde 1946 hasta 1977 y gerente de la Compañía Inmobiliaria y de Empresas de Construcción (1946-1952). En 1948 colaboró para la creación de la Compañía Fomentadora Inmobiliaria Nacional (Finca), entidad sin fines de lucro de la cual fue presidente hasta 1966 en que fue designado consejero. Fue vicepresidente de la Fundación de la Vivienda Popular, vicepresidente del Banco Hipotecario de la Vivienda Popular y miembro del Consejo de Directores de la Fundación Universidad Metropolitana, entre otros cargos.
En las primeras Cortes del reinado de Juan Carlos I, el monarca lo designó senador real el 20 de junio de 1977. En la segunda legislatura, representó en la Cámara Alta a León entre los candidatos de Unión de Centro Democrático (UCD) por dicha provincia, en la que también se hizo cargo, con sumo interés y eficacia, de la entonces postrada Fundación Sierra Pambley, sin que por ello abandonase por entero su presencia en las actividades económicas y culturales venezolanas.
Fue, asimismo, miembro del Patronato del Museo del Prado desde el 24 de mayo de 1980 hasta su muerte. Fue elegido presidente del Real Patronato el 15 de septiembre de 1982, cargo al que renunció, por motivos de salud, el 2 de abril de 1986. Fue patrono de la Fundación Giner de los Ríos, miembro de la Fundación José Ortega y Gasset, presidente de la Comisión de Ayuda al Refugiado y presidente de Alianza Cristiana de Jóvenes Hispania Nostra.
Estuvo casado con Emilia González Uña y tuvo cuatro hijos: Juan Cayo y Carmen, que nacieron en Madrid, e Isabel y José, que nacieron en Caracas.
Bibl.: D. Martínez Barrio, Memorias, Barcelona, Planeta, 1983; J. M. Cuenca Toribio, La guerra civil de 1936, Madrid, Espasa Calpe, 1986; J. M. Cuenca Toribio y S. Miranda García, “Sociología de los ministros de la II República”, en Revista de Estudios Políticos, 71 (1991), págs. 53-86; J. M. Cuenca Toribio y S. Miranda García, El poder y sus hombres. ¿Por quiénes hemos sido gobernados los españoles? (1705-1998), Madrid, Editorial Actas, 1998; J. L. Gutiérrez, Veinte años no es nada. Textos y pretextos de dos décadas de democracia (1977-1997), Madrid, Espasa Calpe, 1998, págs. 280- 282; L. de Azcárate, Memorias de un republicano, Madrid, Taurus, 2008.
José Manuel Cuenca Toribio
