Cabeza de Vaca y Fernández de Córdoba, Vicente. Marqués de Portago (IX). Madrid, 11.II.1865 – 15.XI.1921. Alcalde de Madrid y ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes.
Su padre, Mariano Cabeza de Vaca y Morales, casó en Madrid el 20 de enero de 1862 con María Francisca Fernández de Córdoba y Bernaldo de Quirós. El primer hijo de este matrimonio fue Vicente Cabeza de Vaca y Fernández de Córdoba, natural de Madrid y IX marqués de Portago. Fue bautizado el 12 de febrero de 1865 con los nombres de Vicente Ferrer de los Dolores Luis Hipólito Saturnino Lázaro Severiano Desiderio Agustín Bonoso Maximiano de la Santísima Trinidad. Casó en Madrid el 19 de septiembre de 1891 con Ángela Carvajal y Jiménez de Molina, condesa de Mejorada, dama de la Reina, nacida en Madrid el 8 de marzo de 1868, hija de los duques de Abrantes, Grandes de España, y fallecida en Madrid el 3 de abril de 1924.
Portago obtuvo el grado de bachiller en el Instituto Cardenal Cisneros el 26 de septiembre de 1881 con la calificación de aprobado, y se licenció en Derecho, sección Civil y Canónico, por la Universidad de Granada el 23 de julio de 1887, con la calificación de aprobado.
Desde muy joven participó en política afiliándose al Partido Conservador. Fue íntimo amigo de Eduardo Dato. Portago fue uno de los oligarcas más importantes del Partido Conservador en Granada, con una importante clientela en amplios sectores de la Administración, siendo diputado a Cortes desde 1891 hasta 1907.
Por Real Decreto de 7 marzo de 1899, fue nombrado gobernador civil de Sevilla, tomando posesión el día 14. Como gobernador civil de esta provincia, fue muy alabado por los liberales porque hizo todo lo que pudo para conseguir la avenencia entre éstos y los conservadores. La prensa de todos los matices le trató muy bien. Sin embargo, por Real Decreto de 16 de junio de 1899, cesó en el cargo de gobernador civil de Sevilla al ser elegido diputado a Cortes por Granada.
Por Real Decreto de 14 de julio de 1900 fue nombrado jefe superior de Administración civil, director general de Correos y Telégrafos, tomó posesión el día 19 y cesó en el mismo puesto el 12 de marzo del año siguiente. En las elecciones del 19 de mayo de 1901 se presentó de nuevo por Granada y fue elegido.
Portago fue alcalde de Madrid desde el 23 de diciembre de 1902 hasta el 27 de julio de 1903, mientras su amigo Eduardo Dato era ministro de Gracia y Justicia desde el 6 de diciembre de 1902 hasta el 3 de julio de 1920. Al llegar a la alcaldía, hizo concebir vivas esperanzas porque había estudiado la transformación de las grandes capitales europeas. La gestión del marqués de Portago se encaminó a remediar las necesidades de carácter extraordinario, que podían ofrecer peligros para el porvenir del ayuntamiento, tales como la crisis jornalera, los problemas financieros de la villa y las obras públicas municipales.
Trabajó en el proyecto de la Gran Vía, y aprobó el primer reglamento para la circulación de automóviles antes de que los coches llevaran matrícula.
Cuidó de la reorganización de todos los servicios, introduciendo importantes mejoras en obras, instalación de aceras y alumbrado de numerosas vías. Se preocupó muchísimo de las cuestiones de salubridad concediéndoles preferencia sobre las de ornato y embellecimiento.
Pensó que de esta manera se podrían resolver las crisis obreras. Por ello puso en marcha una red de alcantarillado que evitase los focos de infección, además de una limpieza de los pozos negros.
Sin embargo, se denunció el peligro de que a medida que se aumentaba esta red, e iban desapareciendo los pozos negros, se incrementaba la cantidad de detritus arrojado al Manzanares. Portago restó importancia al hecho.
Durante su gestión como alcalde, defendió la solemnización en la forma acostumbrada de la festividad del Corpus Christi. En otra ocasión, propuso que se hiciese constar en acta por unanimidad el profundo sentimiento de la corporación por el fallecimiento de su santidad el papa León XIII.
En la sesión ordinaria municipal del 24 de julio de 1903, el concejal Gurich se hizo cargo de la noticia publicada en los periódicos respecto a la dimisión presentada por Portago. La causa fue el empeño de éste en conseguir inmediatamente el empréstito municipal de ciento treinta y dos millones de pesetas, a lo que se opuso Villaverde, presidente del Consejo de Ministros, pretextando que él tenía en su programa otro empréstito para el Estado, y si se concedía antes el municipal, podía debilitarse el suyo. Sin embargo, Portago consideró absolutamente necesario para la vida municipal el empréstito de 132 millones, esto es, emitir un empréstito para convertir las deudas existentes y destinar el remanente a las obras de reforma y embellecimiento de la capital, cuyo plan se había terminado en mayo de 1903.
Tras dejar la alcaldía, siguió trabajando para el Partido Conservador como diputado por Granada.
Como consta, Dato fue el introductor de la primera legislación obrera en España (Ley de Accidentes de Trabajo y regulador del de las mujeres y los niños) como ministro de la Gobernación del gobierno Silvela de 1899-1900. Al respecto, Portago, en su anterior etapa como alcalde de Madrid, a fin de que conociera Dato las operaciones llevadas a cabo por la Asociación Matritense de Caridad para extinguir la mendicidad en Madrid, y cuya tarea se había empezado en mayo de 1899, le mandó un ejemplar de las memorias redactadas por el Consejo que componía la Asociación y de la cual él como alcalde era presidente.
Solidaridad Catalana triunfó en las elecciones de mayo de 1907. Consiguieron cuarenta y un actas exponiendo su programa: reconocimiento de la personalidad regional de Cataluña, la libertad municipal y la derogación de la Ley de Jurisdicciones. Maura, presidente del Consejo, contestó defendiendo la superioridad de los intereses nacionales sobre los catalanes.
Sin embargo, el gran animador de Solidaridad fue el regionalista conservador Cambó. Maura había hecho todo lo posible para evitar el triunfo de la misma, y acercó posiciones con Cambó provocando las suspicacias de los izquierdistas catalanes, que vieron con malos ojos el monopolio del catalanismo por Cambó.
El 13 de junio de 1908, Portago escribió a Dato al respecto confesándole lo poco simpáticos que le caían los solidarios, pero reconocía que, así como no tenían razón en lo que pedían por ser la petición extemporánea, sin embargo había estado Cambó soberano como orador y “de concepto, dentro de su punto de vista, naturalmente contrario al suyo”. Portago creía que este éxito parlamentario era lo que más había irritado a los adversarios catalanes de Cambó.
En las elecciones del 21 de abril de 1907, Portago se presentó por Granada ostentando la condición de diputado desde el 27 de abril de 1907 hasta el 8 de febrero de 1909, fecha en que renunció por haberle sido concedida la merced de Grande de España.
Durante el gobierno de Dato, fue nombrado gobernador civil de la provincia de Madrid tras la dimisión de Demetrio Alonso Castrillo (Real Decreto de 29 de octubre de 1913). Poco después, sin embargo, dimitió de dicho cargo y le sustituyó Severino Eduardo Sanz Escartín (Real Decreto de 30 de enero de 1914).
Fue, asimismo, ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes en el último Gobierno presidido por Dato. Concretamente ocupó la cartera desde el 1 de septiembre de 1920 hasta el 29 de diciembre de 1920.
Para Portago, aunque los principios y las bases fundamentales de reforma de la Ley de Instrucción Pública de 1857 estaban aún vigentes, el régimen de la enseñanza estaba envuelto en una infinita variedad de modalidades, que había dado origen a un estado de confusión y desconcierto doctrinal. Por tanto, tenía como “ideal” de su gestión política la formación del Código de enseñanza, con “orientaciones modernas, inspiradas exclusivamente en el bien público”.
El director general del Instituto Geográfico y Estadístico, José de Elola, subordinado de Portago, acusó al ministro de dejar correr unas supuestas calumnias sobre su enriquecimiento en las operaciones de adquisición de papel para el censo de población. Asimismo, el ministro parece que vio con complacencia una campaña dirigida contra este director general por unos funcionarios suyos de Estadística. Portago perdió la confianza en Elola y se opuso a resolver con él los asuntos de su dirección. Elola se negó, además, a seguir en su puesto si no podía despachar con el ministro, siendo por ello cesado por Real Decreto el 13 de diciembre de 1920. Según Portago, se vio obligado a cesar a Elola por incompatibilidades en la manera de pensar sobre asuntos de la dirección del Instituto Geográfico y Estadístico, que no se referían a moralidad. Elola acusó posteriormente a Portago de ser un ministro poco preparado para el ejercicio del cargo.
Portago fue admitido para ejercer el puesto de senador por derecho propio el 1 de abril de 1909, ocupando la vacante producida por el fallecimiento del conde de la Almina. Tomó asiento como senador el 2 de abril de 1909. Fue vicepresidente del Senado en las legislaturas de 1914-1915, 1915- 1916 y 1919-1920.
El marqués de Portago murió el día 15 de noviembre de 1921 en su residencia de Madrid, en la calle de Serrano, número 9, a consecuencia de una hemorragia cerebral.
Obras de ~: Exposición al Gobierno de S.M. relativa a un empréstito de 50.000.000 de pesetas para obras de reforma en la población, Madrid, Imprenta Municipal, 1903.
Fuentes y bibl.: Archivo del Congreso de los Diputados, Histórico de Diputados 1810-1977, signs. 105/6, 113/19, 115/19, 117/19, 119/19, 121/19; Archivo de Costes de Personal y Pensiones Públicas, exp. 0-06-23200- 10-00; Archivo General de la Administración, Educación, caja 15.436, carpeta 228-32; Gobernación, leg. 18.949; Archivo General de la Secretaría General de Comunicaciones, exp. 42; Archivo Histórico Fundación Antonio Maura, Fondo Antonio Maura Montaner, legs. 85/32, 248/2, 251/8, 346/6, 387/11; Fondo Gabriel Maura Gamazo, leg. 106/2; Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores, Cancillería, legs. C 300/005, C 227/012; Archivo de la Real Academia de la Historia, Fondo Eduardo Dato, leg. Marqués de Portago; Archivo del Senado, sign. HIS- 0353-02; Archivo de la Villa de Madrid, Padrón de 1915, t. 185; Padrón de 1920, t. 170; Libro de Actas del Ayuntamiento de Madrid, 1902-1903, ts. 1-3, rollos 543/86, 545/86.
“CESE del señor Elola”, en La Acción, 14 de diciembre de 1920; “Habla el señor Elola”, en La Acción, 18 de diciembre de 1920; J. de Elola, “Nuestro triunfo”, en Revista de Estadística, 58 (1920); “El cese del señor Elola de director del Instituto Geográfico”, en La Época, 14 de diciembre de 1920; Lo que en España puede hacer un ministro decidido: Historia documentada del caso Elola-Portago, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1921; J. M. Cuenca Toribio y S. Miranda García, El poder y sus hombres. ¿Por quiénes hemos sido gobernados los españoles? (1705-1998), Madrid, Actas, 1998.
Juan Ramón de Andrés Martín