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Alberto Aguilera Velasco

Biografía

Aguilera Velasco, Alberto. Valencia, 7.VIII.1842 – Madrid, 25.XII.1913. Jurista y político.

Nacido en Valencia, fueron sus padres Pablo Aguilera Cavanillas (Almadén, Ciudad Real) y Soledad Velasco Giménez (Albuñol, Granada). Su padre era caballero de la Real y Distinguida Orden de Carlos III, y había sido funcionario de la Contaduría General del Ministerio de la Gobernación.

Varios autores han errado en la identificación de su lugar de nacimiento, señalando el municipio de Albuñol, patria de su madre y lugar de su actividad política. Estuvo casado con Filomena Fernández de Córdoba y Fabeirac, y tras el fallecimiento de su esposa contrajo nuevamente matrimonio pocos años antes de su muerte. Una hija suya se casó con Heliodoro Suárez Inclán, que fue senador por Lugo en 1910, gobernador civil de Tarragona (1909-1910) y director general de Propiedades e Impuestos (1912-1913) y presidente de la Cámara Oficial de la Propiedad Urbana de Madrid hasta el año 1944.

Tras haber superado el examen de primera educación (25 de septiembre de 1852), realizó su formación inicial (1852-1857) en Madrid en el colegio que dirigía el doctor Vicente Santiago Masarnau, y posteriormente (1857-1858) en el de Santisteban.

El 13 de septiembre de 1858 supera el examen de bachiller en Filosofía, y a continuación ingresa en la Universidad para realizar estudios de Derecho.

Durante los dos primeros años atravesó un período de crisis, que queda patente en los bajos rendimientos obtenidos. A partir de 1860 se puede observar una notable mejoría en su expediente.

El 30 de octubre de 1861 obtuvo el título de bachiller en Derecho Administrativo y dos años más tarde el de Licenciado en la misma especialidad (26 de junio de 1862), con la calificación de sobresaliente.

Durante los años de estudio asistió, tal como señalaba su plan de estudios, a dos bufetes (Manuel Medina y Luis Silvela) a fin de realizar las prácticas necesarias para la obtención del título de Licenciado en Derecho Civil (17 de junio de 1864). El 15 de noviembre de 1862 ingresó en la Academia Matritense de Jurisprudencia y Legislación.

En sus últimos años de carrera formó parte del grupo de alumnos de Segismundo Moret, que se unieron en la llamada Asociación Científica en la que se discutían cuestiones relacionadas con la formación jurídica, incorporando las teorías abolicionistas y estudiando las “modernas de Kant y Krausse”. Entre sus miembros se encontraban personajes que los años siguientes jugaron un importante papel político: Joaquín Huelves, Francisco Silvela, Ramón Nocedal, Joaquín López Puigcerver, Nicolás Salmerón, José Echegaray, etc. En dicha asociación ocupó el cargo de secretario.

Entre sus profesores se encontraban Manuel Colmeiro, Laureano Figuerola, Pedro Gómez de la Serna y Segismundo Moret, con quien mantuvo una estrecha colaboración política; y entre sus compañeros de Universidad varios personajes de la vida pública española: Francisco Silvela, Joaquín López Puigcerver, Antonio López, Vázquez Queipo y el carlista Cruz Ochoa de Zabalegui.

Tras finalizar sus estudios se dedicó al trabajo de edición y comentario de los Códigos españoles antiguos, y ejerció como fiscal de Hacienda. El 31 de julio de 1867 fue nombrado auditor interino del Ministerio de la Guerra.

Su paso a la política se produjo tras la Revolución de 1868, ya que en 1870 se le ve en las filas del Partido Demócrata.

Su primer cargo importante fue el nombramiento de gobernador civil de Ciudad Real (2 de marzo de 1870), siendo ministro de la Gobernación Nicolás María Rivero y subsecretario de dicho Ministerio su amigo Segismundo Moret. Su labor fue muy apreciada por la Diputación Provincial, que se dirigió en tal sentido al Ministerio de la Gobernación. De allí pasó a los Gobiernos Civiles de Oviedo (8 de abril de 1871) y Toledo (26 de agosto de 1871). Durante su estancia en Toledo actuó eficazmente contra los grupos bandoleros que campaban por los montes de dicha provincia. Tras el cambio ministerial fue cesado (14 de octubre de 1871).

El 18 de junio de 1872 volvía a ocupar un Gobierno Civil, en esta ocasión el de Murcia, en el que se mantuvo hasta su paso al mismo destino en Sevilla (10 de octubre de 1872). Tras la proclamación de la Primera República puso el cargo a disposición, quedando en situación de cesante (18 de febrero de 1873), pero un día más tarde era destinado al Gobierno Civil de La Coruña, designación que quedó sin efecto a los pocos días (25 de febrero de 1873).

En 1873, con el nombramiento de gobernador civil (25 de julio de 1873), acompañó a las tropas del general Pavía, encargadas de derrotar la sublevación cantonalista en Sevilla, y tras la entrada en dicha ciudad (30 de julio de 1873) pasó a ocupar su cargo. En el ejercicio del mismo tuvo que hacer frente al proceso de normalización de la ciudad.

Tras el golpe de Estado del general Pavía presentó la dimisión, que le fue aceptada de forma inmediata (30 de enero de 1874).

Inicia así un largo período en el que no tiene una presencia pública. Durante el mismo ejerció la abogacía (el año económico 1876-1877 figura como ejerciente pero al siguiente está en la listas de los no ejercientes) y por cuestiones relacionadas con este trabajo se trasladó a Canarias, en donde falleció su esposa. En estos años volvió a su trabajo de edición y comentario de diversas legislaciones extranjeras reunidas inicialmente bajo el título de Colección de Códigos Europeos (1876), que posteriormente con la inclusión del Código Civil de Chile añadió a su nombre inicial “y Americanos”. Los colaboradores de la colección fueron Estanislao Figueras, Vicente Romero Girón, Manuel Alonso Martínez y Gumersindo de Azcárate.

Tras casi diez años alejado de la política regresó a ella y hasta su muerte se mantuvo en cargos políticos o formando parte de algunas de las dos Cámaras.

Su primer destino fue el de subsecretario del Ministerio de Gobernación (16 de octubre de 1886) en un Gobierno presidido por José Posada Herrera, en el cual la cartera de Gobernación era desempeñada por Segismundo Moret; pero tres días más tarde pasó a ocupar el Gobierno Civil de Madrid. En dicho cargo se mantuvo hasta el cambio de Gobierno (19 de enero de 1884). Tras el regreso de los liberales fue nombrado Director General de Establecimientos Penales en comisión (9 de diciembre de 1885), y de él pasó al de Subsecretario del Ministerio de Hacienda (6 de agosto de 1886).

El 23 de diciembre de 1886 fue nombrado vocal del Consejo Penitenciario, que fue disuelto dos años más tarde (27 de agosto de 1888) para ser sustituido por una Junta General de Prisiones. Su puesto en Hacienda lo abandonó para ocupar el Gobierno Civil de Madrid (5 de julio de 1888).

Durante su mandato tuvo que hacer frente a la epidemia de gripe que azotó España en el invierno del año 1889-1890.

La crisis del Gabinete Sagasta y el ascenso de Cánovas conllevaron su separación (5 de julio de 1890), hasta que con el regreso liberal volvió a ocupar el Gobierno Civil de la capital (11 de diciembre de 1892). Se mantuvo en él hasta el 12 de marzo de 1894, fecha en que pasa a ocupar la cartera de Gobernación en un Gabinete presidido por Sagasta.

Tras el regreso de su jefe de partido recupera el Gobierno Civil de Madrid (6 de octubre de 1897 al 4 de marzo de 1899). Desde ese momento su presencia en la política activa se realizará a través del cargo de alcalde de Madrid, que desempeñó en tres ocasiones (9 de marzo de 1901 al 12 de diciembre de 1902; 14 de junio de 1906 al 28 de enero de 1907; 23 de octubre de 1909 al 11 de febrero de 1910). Desde el 17 de mayo de 1904 ocupó una plaza de Consejero permanente de Estado con destino en la sección de Guerra y Marina, salvo los períodos de excedencia, motivados por las incompatibilidades derivadas de ocupar otros cargos.

Entre su actividad como ministro de la Gobernación (12 de marzo de 1894 al 4 de noviembre de 1894) es necesario resaltar las diversas medidas encaminadas a mejorar las condiciones de vida en las ciudades y las de trabajos de ciertos grupos sociales. El 5 de junio de 1894 presentó varios proyectos de leyes concernientes a la limitación del trabajo de los niños y las mujeres y el de mejora, saneamiento y reforma interior de las grandes poblaciones. Con el mismo fue creada la Junta Consultiva de Urbanización y Obras, destinada a garantizar los intereses de las “clases jornaleras [...] en lo que se refiere a la higiene y salubridad de los pueblos y a los demás intereses morales y materiales de los mismos en su natural y consiguiente armonía con los del Estado”. Complementarias a estas disposiciones fueron el Proyecto de Ley de Sanidad (28 de junio de 1894), la creación del Servicio de Estadística del Trabajo (8 de agosto de 1894) y la del Instituto de Bacteriología y de Higiene (23 de octubre de 1894). Finalmente y muy relacionada con estas cuestiones está la Real Orden dictando disposiciones para evitar abusos en perjuicio de la salud pública en el ejercicio de las profesiones médicas, que trataba de evitar el intrusismo en dicha actividad (10 de octubre de 1894).

Una muestra más de su preocupación por los temas sanitarios fue su apoyo a la celebración en Madrid del noveno Congreso Internacional de Higiene y Demografía.

Pero la vida pública de Alberto Aguilera está definida fundamentalmente por su actividad en Madrid, tanto desde el Gobierno Civil como desde la Alcaldía.

En el ejercicio del primero hay que señalar la creación del Asilo de Santa Cristina, construido en terrenos cedidos por el Gobierno, en la zona de la Moncloa.

Estaba compuesto por varios pabellones (dormitorios, escuelas, talleres, lavaderos, secadores y almacenes) rodeados de jardines y su finalidad era ocuparse de los mendigos que deambulaban por la ciudad. Durante la Guerra Civil (1936-1939) quedó completamente destruido por encontrarse en la línea del frente.

Como alcalde es necesario destacar su preocupación por la situación de la higiene y el urbanismo de la capital, y su esfuerzo por la mejora de la clase obrera. En su primer mandato trabajó activamente en el embellecimiento de la villa con la realización de varios monumentos (Argüelles, Bravo Murillo, Cascorro, Lope de Vega, etc.) y completó diversas de remodelación de calles para dar mayor amplitud a las mismas.

Como parlamentario representó al distrito de Albuñol (Granada) de forma ininterrumpida entre 1886 y 1903, fecha en que fue nombrado senador vitalicio.

Su estreno parlamentario se produjo en las elecciones de 1886. Participó en diversas comisiones relacionadas con temas económicos (presupuestos, ferrocarriles, comercio, etc.) y social (casas de corrección para vagos, etc.). En su única intervención defendió principios librecambistas en la discusión del tratado de comercio con Inglaterra.

En 1887 intervino en apoyo de ciertos electores que denunciaban coacciones en favor de algunos candidatos en el distrito de Almadén. Y en la discusión del presupuesto. El 3 de julio de 1888 renunció a su escaño (al ser nombrado gobernador civil de Madrid), y se presentó nuevamente a las elecciones parciales en las que resultó elegido. La mayor parte de sus intervenciones estuvieron relacionadas con cuestiones de orden público y saneamiento de la administración en la provincia de Madrid.

Reelegido en 1891 y 1893 continuó su actividad parlamentaria, mostrando un gran interés por cuestiones sociales. En esta última legislatura su nombramiento como ministro hizo que se viera obligado a intervenir en numerosas ocasiones en función de su cargo. Tras su cese ministerial formó parte de diversas comisiones parlamentarias, en la mayoría de las cuales ocupó la Presidencia. Entre ellas cabe destacar la de Actas, la de las bases para la ley de sanidad o la de saneamiento y mejora de las grandes poblaciones.

Si en las primeras elecciones parlamentarias sus intervenciones estaban centradas en cuestiones económicas, a medida que avanza el tiempo, van tomando mayor importancia las cuestiones sanitarias, las relacionadas con la administración provincial y municipal, y muy especialmente la cuestión social (obras públicas para dar trabajo y mejorar las condiciones de vida; sanidad, etc.).

A lo largo de todas sus diputaciones mantuvo un ritmo de actividad bastante alto. El 21 de diciembre de 1903 presentó su dimisión por haber sido nombrado senador vitalicio.

En la Cámara Alta, se mostró siempre muy activo hasta finales de 1912, en que se registra su última intervención. Dicho período coincidió con el desempeño de su responsabilidad como alcalde de Madrid, por lo que resulta normal que una parte importante de sus intervenciones estuviera centrada en cuestiones relacionadas con dicha ciudad. En este apartado cabe destacar su preocupación por las reformas urbanísticas de la capital y por la mejora de las condiciones sociales de sus habitantes (situación de la clase obrera, niños abandonados, hospitales, cárcel de mujeres, etc.).

Su fallecimiento evidenció el ascendiente que había alcanzado ante diversos estratos de la población madrileña. La Casa del Pueblo solicitó que fuese enterrado en el Asilo de Santa Cristina; el Círculo de Bellas Artes, cuya Presidencia desempeñaba en aquel momento, disputó con el Ayuntamiento por pagar y organizar las honras fúnebres; el Ejército envió una nutrida Comisión de jefes y oficiales en agradecimiento a sus desvelos por los cuarteles madrileños, etc. Numerosos artículos de prensa evidencian su fama.

Ejerció como periodista en el periódico El Norte, del que fue director.

Fue presidente del Círculo de Bellas Artes, al que trató de buscar sedes más adecuadas que facilitasen su actividad, y vocal del Consejo de Administración de la Caja de Ahorros de Madrid (3 de marzo de 1905).

Estaba en posesión de numerosas condecoraciones, entre otras: grandes cruces del Mérito Militar (2 de abril de 1886) concedida por su actuación en la toma de Sevilla en 1873, de la Real Orden Española de Carlos III (24 de marzo de 1898), de la Orden Civil de Beneficencia (31 de agosto de 1911), del Cristo de Portugal, de Siam, y de la Corona de Prusia.

Fue miembro de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, en la que ocupó la Vicepresidencia en diversas ocasiones (1885-1886 y 1891-1893). Aunque sus actividades políticas no le dejaban tiempo para su actuación en la misma, fue un generoso colaborador en su actividad. Fue presidente del Centro Instructivo del Obrero.

 

Obras de ~: Asociación Científica. Memoria leída por el secretario primero, don Alberto Aguilera y Velasco, en la sesión inaugural el día 24 de octubre de 1863, Madrid, Imprenta del Diccionario Jurídico-Administrativo, 1863; Colección de códigos y leyes de España (publicada bajo la dirección de Alberto Aguilera y Velasco), 4 vols., Madrid, Imprenta L. Labajos, 1865-1866; Colección de Códigos europeos, concordados y anotados (publicada por D. Alberto Aguilera y Velasco), 5 vols., Madrid, Est. Tipográfico de la Colección de los Códigos europeos á cargo de A. Flórez, 1875-1881; Memoria presentada por don Alberto Aguilera y Velasco, gobernador civil de Madrid, al excelentísimo señor ministro de la Gobernación dándole cuenta de los donativos y socorros distribuídos durante la epidemia de la “grippe” e instalación de un hospital provisional en el palacio de Bellas Artes, Madrid, Escuela tipográfica del Hospicio, 1890; “Prólogo” en E. Toledo y Toledo, Sociología médica: breve estudio de moral profesional (precedida de un prólogo por el Excmo. Sr. D. Alberto Aguilera y Velasco), Madrid, Librería editorial de Bailly-Bailliere e hijos, 1897; Reformas de Madrid (conferencia dada en el Centro instructivo del obrero el día 23 de febrero de 1903 por el Presidente de la Sociedad D. Alberto Aguilera y Velasco), Madrid, R. Velasco, 1903; “Prólogo”, en P. Gasco y Ramiro, Tratado teórico-práctico de Cálculos mercantiles (por Don Pablo Gasco y Ramiro... (prólogo del Excmo. Sr. Don Alberto Aguilera y Velasco), Madrid, R. Velasco, 1903; Instancias dirigidas al Ilmo. Sr. Director General de la Deuda pública y al Sr. Delegado de Hacienda de la provincia por el Excmo. Sr. D. Alberto Aguilera y Velasco, Alcalde presidente acerca de los bienes de Propios de Madrid desamortizados, pendientes de formalizar los plazos de venta y emisión de inscripciones intransferibles ó de enajenación, Madrid, Imprenta Municipal, 1906.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de la Administración, Ministerio de Hacienda: Clases Pasivas 17836/819; Archivo General de la Marina. Álvaro de Bazán, Personal Cuerpo General: leg. 18 exp. 279; Archivo General Militar de Segovia, Célebres, Caja 1 exp. 10; Archivo Histórico Nacional, Fondos Contemporáneos: Gobernación personal, leg. 5. Universidades: Legs. 6307 exp. 4 y 3530 exp. 15; Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores, Condecoraciones: C. 485 y 220 (2); Archivo del Senado, His 0007-06; Servicio Histórico Militar, Expedientes personales, rollo 2.

J. del Campo, Biografía de Don Alberto Aguilera, alcalde de Madrid [...], Madrid, Artes Gráficas Municipales, 1935; J. J. García, Alberto Aguilera, alcalde de Madrid: (su personalidad, su obra y su tiempo), Madrid, Artes Gráficas Municipales, 1989; Archivo biográfico de España, Portugal e Iberoamérica, dirección y redacción, Víctor Herrero Mediavilla, München, Saur, 1986-2005, I microficha 13, n.º 158, 286; II microficha 16, n.os 219-226.

 

José Ramón Urquijo Goitia

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