Alcalá-Galiano y Valencia, Emilio. Conde de Casa-Valencia (IV), vizconde del Pontón (I). Madrid, 9.III.1831 – San Sebastián (Guipúzcoa), 12.XI.1914. Diplomático y político.
Nacido en Madrid, fueron sus padres Juan Alcalá- Galiano y Bermúdez y María Teresa Valencia y Junco, condesa de Casa Valencia, y sobrina del marqués de las Hormazas. En 1848, su padre fue nombrado primer caballerizo de la Reina. Su hermana Mercedes se casó con el barón de Beyens, que durante tres décadas estuvo al frente de la embajada de Bélgica en París; su hermana Elena contrajo matrimonio con Rafael Ferraz, que fue diputado y llegó a ser subsecretario del Ministerio de Estado.
El 26 de mayo de 1875 contrajo matrimonio con Ana de Osma Zabala, hija de Joaquín José de Osma, que llegó a ser ministro de Relaciones Exteriores y presidente del Congreso de Perú, y Ana Zabala, hermana del general Juan Zabala de la Puente. Una hermana de su mujer, Joaquina, se casó con Antonio Cánovas del Castillo. Sus dos hijos varones siguieron su vocación por la política: Emilio fue diputado por Cáceres desde 1910 a 1919, y dos años más tarde fue nombrado senador vitalicio; Juan sucedió a su hermano en el distrito de Cáceres durante dos legislaturas 1919 a 1923, y previamente había ocupado un escaño en el senado por dicha provincia (1919).
Su familia tuvo una amplia presencia en algunos de los principales acontecimientos de la primera mitad del siglo xix. Su abuelo Vicente fue tesorero general del Reino durante la Guerra de la Independencia y decano del Consejo de Hacienda. El hermano de su abuelo, Dionisio, fue uno de los héroes de la batalla de Trafalgar.
De los hermanos de su padre, Félix, casado con la marquesa de San Juan de Piedras Albas, alcanzó el grado de teniente general y estuvo al frente de la Caballería durante la Guerra de África de 1859. Otro de sus hermanos, Antonio, fue denominado por amigos y adversarios “el príncipe de los oradores españoles”, y ocupó la cartera de Marina en el Gabinete de Javier Istúriz en 1836 y la de Fomento con Ramón María Narváez en 1864. Su primo Carlos O’Donnell Abreu fue ministro de Estado en cinco ocasiones entre 1879 y 1897. Guillermo Osma y Scull, sobrino por parte de su mujer, fue ministro de Hacienda en 1903 y 1907.
Como resultaba habitual en las familias nobles, su primera formación la recibió en casa, y tras el asentamiento de estos principios básicos ingresó (1843) en el colegió que dirigía Vicente Masarnau a fin de obtener el título de bachiller en Filosofía, que obtuvo el 2 de julio de 1846. Durante estos años inició una estrecha amistad, que nunca se deterioró, con Alejandro Groizard y Gómez de Laserna, quien desempeñó varios ministerios durante el Sexenio y la Restauración.
En 1846 ingresó en la Universidad de Madrid para realizar los estudios de Jurisprudencia, en la que coincidió con su amigo Antonio Aguilar Correa, marqués de la Vega de Armijo. Entre sus compañeros de curso estaban Antonio Cánovas del Castillo, Alejandro Groizard y Fernando Rodríguez Pridal. En el curso 1847-1848 coincidió con Emilio Castelar en la cátedra de Literatura. Igualmente mantuvo una buena relación con Telesforo Monzón Zurbano y Fermín Lasala Collado. Al iniciar dicho curso su padre solicitó el 19 de noviembre de 1847 “la gracia de agregado diplomático sin sueldo y con la autorización conveniente para que pueda seguir sus estudios”, gracia que obtuvo en breve plazo, el 15 de febrero de 1848.
Tras obtener el 4 de julio de 1850 el grado de bachiller, ingresó en la Academia de Jurisprudencia, en cuyas aulas coincidió con sus amigos de universidad, y además con Manuel Aguirre de Tejada y Cristino Martos.
En esos momentos nació su enemistad con Manuel Silvela, y su admiración por algunos de sus profesores como Manuel Cortina o Joaquín Aguirre. También fue asiduo a las lecciones impartidas en el Ateneo por Juan Donoso Cortés, Joaquín Francisco Pacheco, Nicomedes Pastor Díaz y por su tío Antonio.
El último año de estudios lo compatibilizó con un destino en el Ministerio de Estado en clase agregado supernumerario (1 de junio de 1852). Dicho trabajo no suponía un excesivo compromiso. El 23 de junio de 1853 obtuvo la licenciatura en Jurisprudencia. Por designación de sus compañeros fue el encargado de pronunciar el 3 de julio de 1853 el discurso con motivo de la investidura de licenciados.
El 8 de mayo de 1854 recibió su primer destino en el servicio exterior, al encomendársele el traslado, como correo, de unos despachos reservados, relacionados con el asunto del barco Black Warrior, destinados a la embajada en Washington. A principios de septiembre inició el viaje de regreso.
Pocos meses después fue destinado, el 24 de enero de 1855, a la Legación en México, en calidad de secretario de segunda clase, plaza a la que se incorporó el 1 de abril de ese año. El 30 de noviembre de 1855 consiguió le fuera concedido el título de vizconde del Pontón, que había sido previo del condado de Casa Valencia, cuya rehabilitación había solicitado su padre.
El fallecimiento de éste favoreció su traslado a Londres el 12 de enero de 1856.
Su estancia en la capital inglesa estuvo cortada por numerosos permisos para trasladarse a España.
En unos casos se justificaban por razones de salud, en parte por cuestiones de herencia —motivo por el cual pasó gran parte del año 1857 en Madrid—, o bien, en otros casos, con el fin de preparar su elección como diputado —permaneciendo cuatro meses desde octubre de 1858—, y, finalmente, por las gestiones para obtener un destino en el Ministerio. A finales de 1857 parecía haberlo logrado, pero el cambio de Gobierno el 15 de octubre de 1857, por el cual Ramón Narváez dio paso a Francisco Armero, abortó dicho proyecto.
Con ocasión del “fausto acontecimiento” del nacimiento del príncipe de Asturias fue nombrado Gentilhombre de Cámara con ejercicio, el 22 de enero de 1858. Unos meses después, el 31 de octubre de 1858, fue elegido diputado por el distrito de Chinchón (Madrid), razón por la que el 8 de febrero de 1859, al finalizar su licencia, se le concedió una nueva para asistir a las sesiones del Congreso. Su actividad no fue muy importante, salvo su intervención en la discusión del Discurso de la Corona en 1861.
Durante su ejercicio parlamentario fue ascendido a secretario de primera clase el 21 de septiembre de 1859 y trasladado a Lisboa. En esta plaza su superior fue Nicomedes Díaz Pastor, miembro de la Cámara Alta, y cuyas ausencias cubrió como encargado de negocios entre el 3 de junio y el 17 de septiembre de 1860. Pocos días antes, el 4 de septiembre de 1860 fue nombrado oficial 4.º del Ministerio de Estado, por lo que regresó a Madrid. A finales de dicho año recibió el encargo de escribir el discurso que pronunció la Reina en la inauguración de las sesiones parlamentarias.
El cambio de postura del Ministerio en la cuestión de México, aprobando la conducta de Prim, motivó una serie de dimisiones, como la de Cánovas y su grupo de amigos políticos, entre los que se encontraba Alcalá Galiano, cuya dimisión fue el 9 de junio de 1863. Según su testimonio presentó la dimisión “por motivos de delicadeza” y se mantuvo en dicha situación hasta el regreso del conde de Lucena.
Pocos días más tarde cayó el gobierno de O’Donnell y aunque el siguiente gobierno del marqués de Miraflores le ofreció diversos puestos, los rechazó.
El 30 de junio de 1863 fue nombrado miembro de la Comisión encargada de examinar los presupuestos de Ultramar, junto a Joaquín Francisco Pacheco, Francisco Santa Cruz, Alejandro Oliván, Pascual Madoz y Claudio Moyano.
Volvió a presentarse a revalidar su escaño por Chinchón pero a pesar de contar con el apoyo ministerial fracasó ante Isidoro de Hoyos. Durante los gobiernos de Mon y Narváez, se habló de él para diversos destinos, que volvió a rechazar. Tras el regreso de O’Donnell, su amigo Antonio Cánovas le ofreció la Subsecretaría de Ultramar pero, finalmente, el 22 de junio de 1865 aceptó la del Ministerio de Estado, a cuyo frente estaba Manuel Bermúdez de Castro. Su primera misión consistió en gestionar el reconocimiento del reino de Italia, cuestión que llevaba cinco años pendiente.
Tras el paréntesis moderado, obtuvo nuevamente un escaño, en esta ocasión el 1 de diciembre de 1865 por Granada. Su única intervención volvió a estar centrada en la defensa del reconocimiento del reino de Italia.
Un año más tarde, el 20 de julio de 1866, regresó a la condición de cesante. Alcalá Galiano es sensible al deterioro de la situación política en los años finales de Isabel II, y narra con dolor la persecución de numerosas notabilidades políticas en dichos años, e incluso se adhiere a algunas exposiciones dirigidas a la Reina, con la que, unía una gran amistad desde su juventud.
Durante los dos últimos años de dicho reinado pasó largas temporadas viajando por Europa en los meses de verano y otoño, razón por la que vivió desde París los sucesos de 1868. En esa ocasión prolongó su estancia hasta los últimos días del año. Una vez en Madrid continuó sin ocupar cargos e inició sus investigaciones en el Archivo del Ministerio de Estado que, posteriormente, culminaron en su publicación sobre la embajada de Jorge Juan a Marruecos en 1767. Su discrepancia con el nuevo orden político quedó manifiesta al no acudir a la jura de jefes de Legación cesantes que tuvo lugar en el Ministerio de Estado el 1 de julio de 1869.
En diciembre de 1870 empieza a impartir clases semanales en el Ateneo madrileño, sobre la libertad política en Inglaterra, textos que posteriormente fueron publicados, y que finalizaron el 28 de febrero siguiente.
En los meses finales del Sexenio fue nombrado, el 24 de septiembre de 1874, vocal de la Comisión encargada de estudiar las reclamaciones contra el escalafón provisional de la carrera diplomática.
Tras el pronunciamiento de Sagunto, Cánovas intentó convencerle para que aceptase la Subsecretaría de Estado. Pocos días después fue nombrado para integrar la Comisión que debía recibir a Alfonso XII en el momento de su llegada a Valencia desde el exilio.
Sin embargo, acabó aceptando altas responsabilidades políticas al incorporarse el 12 de septiembre de 1875 al Gabinete presidido por Joaquín Jovellar, ocupando la cartera de Estado, pero su delicada salud le obligó a abandonarla el 29 de noviembre de 1875, unos días antes de la crisis ministerial que tuvo lugar el 2 de diciembre de 1875.
Durante el mandato de Cánovas del Castillo fue nombrado para diversas comisiones: vocal del Consejo de Gobierno y Administración del Fondo de Premios para el Servicio de la Marina entre el 6 de mayo de 1876 y el 29 de mayo de 1879 y de la Junta creada en la Ley para la adquisición, construcción y reforma de edificios destinados a oficinas y otros servicios del Estado entre el 14 de enero de 1877 y el 12 de octubre de 1882, que repitió entre el 26 de julio de 1884 y el 21 de diciembre de 1886.
En 1876 fue elegido senador por Granada, siendo nombrado un año más tarde, el 10 de abril de 1877, senador vitalicio. Su actividad en el Senado fue muy intensa excepto en el período en que estuvo al frente de la embajada en Lisboa entre el 22 de mayo de 1879 y el 7 de marzo de 1881. Sus intervenciones son muy numerosas, abarcando muchas materias, pero en muy escasas ocasiones participó en discusiones de tipo económico.
Cabe señalar algunas intervenciones a favor de la supresión de la pena de muerte y del voto femenino.
Elegido miembro de la Academia de Ciencias Morales y Políticas, para ocupar la vacante dejada por Salustiano Olózaga, pronunció su discurso el 29 de junio de 1877 sobre la federación, analizando dicho fenómeno a través de cuatro ejemplos: la Liga Aquea, la Confederación Holandesa, Suiza y Estados Unidos.
Sistema que consideraba inapropiado para ser aplicado a nuestro país. La respuesta corrió a cargo de Manuel Alonso Martínez. Su ingreso contó con la oposición cerrada de Cándido Nocedal.
El 17 de enero de 1879 fue nombrado miembro del Consejo de Instrucción Pública por su condición de ex ministro, cargo en el que se mantuvo durante casi tres años, hasta el 14 de octubre de 1881. En la crisis ministerial que el 7 de marzo de 1879 dio paso al Gobierno de Martínez Campos se le ofreció la cartera de Estado, que no aceptó, y su nombre fue barajado para varios puestos de relieve. Además, pocos días más tarde, el 30 de marzo de 1879 pronunciaba su discurso de ingreso en la Real Academia Española, contestado por su primo Juan Valera, dedicado a “las escritoras de mayor mérito y celebridad que habían fallecido antes de aquella fecha”. Su candidatura de ingreso, en la que compitió con el ex diputado Miguel López Martínez, había sido presentada por Antonio Cánovas del Castillo, el duque de Rivas y Juan Valera, siendo aprobada en la sesión de 28 de marzo de 1878.
Pocas semanas más tarde, el 22 de mayo de 1879 se le destinó a Lisboa en calidad de enviado extraordinario y ministro plenipotenciario ante S. M. Fidelísima. Durante sus licencias en Madrid y en el País Vasco, mantuvo diversos contactos con su íntimo amigo Cánovas, a quien aconsejó que debería dar paso a un gobierno presidido por Sagasta a fin de consolidar el apoyo de la Monarquía. Tras la crisis ministerial presentó la dimisión el 21 de febrero de 1881, siendo sustituido en dicha plaza por su primo Juan Valera.
En reconocimiento a su labor, el rey Alfonso XII le concedió, el 19 de mayo de 1884, la merced de Grande de España sobre el título de conde de Casa Valencia que había heredado de su madre.
De la mano de Antonio Cánovas del Castillo entró en el Consejo de Estado, ocupando en primer lugar, el 17 de enero de 1891, la presidencia de la Sección de Gobernación y Fomento y a continuación la de Estado y Gracia y Justicia, entre el 9 de septiembre de 1891 y el 5 de enero de 1893. El 4 de julio de 1895 fue nombrado embajador extraordinario y plenipotenciario en Gran Bretaña, cargo del que dimitió el 5 de octubre de 1897, tras la entrada en el Gobierno de Sagasta.
En los años finales de la dirección del conde de Cheste, Alcalá Galiano llevó una parte importante del peso de la actividad de la Real Academia Española, presidiendo la mayoría de las sesiones a pesar de no ser el miembro más antiguo de la Corporación. Tras el fallecimiento de dicho director, el 1 de noviembre de 1906, y la elección de su sucesor, Alejandro Pidal y Mon, su actividad pasó a un segundo plano. Tras la muerte del nuevo director, el 19 de octubre de 1913, ocupó interinamente dicho puesto y a partir de finales de 1913 su presencia es muy escasa. En la sesión inmediata a su fallecimiento, el elogio fúnebre corrió a cargo de José Echegaray.
Alcalá Galiano nos ha dejado un notable patrimonio escrito que puede ser agrupado en tres temáticas.
Sus obras autobiográficas, que tienen un fuerte componente de libro de viajes, en los que da abundante información antropológica y cultural de los países que visitó; las obras de contenido político y las necrologías.
Perteneció a diversas sociedades literarias y científicas: socio de mérito del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid, Correspondiente de la Real Academia de Ciencias y de la Sociedad de Geografía de Lisboa. Estaba en posesión de numerosas condecoraciones españolas y extranjeras: Comendador de la Real Orden de Carlos III (3 de octubre de 1856); Caballero Gran Cruz de la Orden de Nuestro Señor Jesucristo de Portugal y de la Concepción de Villaviciosa (7 de noviembre de 1860), de la de 1.ª clase del Metjidie de Turquía (1866) y del Nisham Iftijar de Túnez (1865), Gran Oficial de la Orden de San Mauricio y San Lázaro de Italia y de la de Guadalupe de México.
Obras de ~: Discurso declarando que quedan abiertas las sesiones del curso Académico de 1851 a 1852, [s. l.: s. n., s. a.]; De la libertad política en Inglaterra: lecciones pronunciadas en el Ateneo de Madrid, Madrid, Imprenta de T. Fortanet, 1871-1875; Discursos leídos ante la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas en la recepción pública del [...] Conde de Casa-Valencia el viernes 29 de junio de 1877, Discurso, Manuel Alonso Martínez, Madrid, Imprenta de T. Fortanet, 1877; Discursos leídos ante la Real Academia Española en la recepción pública del [...] Conde de Casa-Valencia el 30 de marzo de 1879, Contestación, por Juan Valera, Madrid, Fortanet, 1879; El internacionalismo: Informe leído ante la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, por los Excmos. Sres. D. Francisco de Cárdenas y Conde de Casa- Valencia, Madrid, Tipografía Gutemberg, 1884; A. Groizard y Gómez de la Serna, Discursos leídos ante la Real Academia de Ciencias Morales y políticas en la recepción pública del Excmo. Señor don [...] el día 7 de Junio de 188, Tema. “De la necesidad de remover los obstáculos que al desarrollo del derecho punitario opone el principio de la soberanía territorial, y de la conveniencia de dar carácter extraterritorial a las leyes penales, en armonía con el ideal del derecho de gentes”, Contestación de ~, Madrid, Imprenta de la Revista de Legislación, 1885; Estudios históricos, por ~, Madrid, Imprenta de Fortanet, 1895; Recuerdos de la juventud: mis dos viajes a América, por ~, Madrid, Fortanet, 1898; Varios discursos del Conde de Casa Valencia [...], Madrid, Fortanet, 1899; Contestación documentada del Conde de Casa Valencia, senador del reino, al discurso del Sr. Muro en el Congreso el 26 de julio de 1899, Madrid, Establecimiento tipográfico de Fortanet, 1899; De la libertad política en Inglaterra en la época presente: conferencias en el Ateneo de Madrid, por ~, Madrid, T. Fortanet, 1900; Recuerdos de la juventud: de 1831 a 1854, por el Conde de Casa Valencia, Madrid, Imprenta de Fortanet, 1901; La Alemania imperial: estudio histórico-crítico, por Charles Sidney Whitman; traducción del inglés por Manuel Walls y Murino, prólogo de ~, Madrid, La España Moderna, 1903; Necrología del poeta Zorrilla, Madrid, Imprenta de Fortanet, 1903; Los diccionarios de las Academias Española y Francesa, Madrid, Fortanet, 1904; En Inglaterra, Portugal y España de 1856 á 1860, Madrid, Fortanet, 1905 (2.ª ed.); Necrología del Excmo. señor don Juan Valera, Madrid, Imprenta de Fortanet, 1905; Recuerdos clásicos Cuadros poéticos de Grecia y Roma, por Rafael Abellán y Anta con un prólogo de ~, Madrid, R. Velasco, 1906; Recuerdos políticos, históricos de España y del extranjero y algunos personales desde Enero de 1862 á 31 de Enero de 1869, Madrid, Fortanet, 1906; Necrologías de D. Pedro Madrazo, D. José Zorrilla, D. Juan Valera, por el Conde de Casa Valencia, Madrid, Fortanet, 1906; Interesantes recuerdos históricos, políticos de España y varias naciones de Europa y América: Desde 1.º de Febrero de 1869 hasta 1881, Madrid, Fortanet, 1908-1910 (2.ª ed.).
Fuentes y bibl.: Archivo General de la Administración, Ministerio de Hacienda, Clases pasivas 17817, exp. 380, 20678; Archivo General de Palacio, Personal, caja 23, exp. 10; Archivo Histórico Nacional, Consejos, leg. 8985 “año 1856” exp. 6 y leg. 8989 “año 1884” exp. 8; Universidades, leg. 3541, exp. 12; Sección Nobleza, Torrelaguna C.3 D.32; Archivo Histórico de Protocolos, Madrid leg. 35242; Archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores, Personal, leg. 8, exp. 188; Archivo de Presidencia del Gobierno, leg. 23 exp. 11; Archivo de la Real Academia Española, Expedientes de académicos de número, leg. 24 exp. 14; Libros de Actas 37, 38, 39 y 40; Archivo del Senado, His 0101-04; 03 (Emilio, 1921); 0392-02.
VV. AA., Enciclopedia universal ilustrada europeo-americana: etimologías sánscrito, hebreo, griego, latín, árabe, lenguas indígenas americanas [...]: versiones de la mayoría de las voces en francés, italiano, inglés, alemán, portugués, catalán, esperanto, Bilbao, Espasa Calpe, 1910-1975; V. Herrero Mediavilla (dir.), Archivo biográfico de España, Portugal e Iberoamérica, München, Saur, 1986-2005, I microficha 21 n.º 284, microficha 186 n.os 378-383; II microficha 27 n.os 31-36, microficha 203 n.º 25.
José Ramón Urquijo Goitia