Alonso Colmenares, Eduardo. Corella (Navarra), 13.X.1822 – Madrid, 31.III.1888. Jurista, abogado y político.
Nacido en Corella, fue hijo del magistrado y ministro de Gracia y Justicia José Alonso y de Ciriaca Colmenares. Se graduó de bachiller en Leyes a claustro pleno nemine discrepante por la Universidad de Madrid, y se licenció en esa universidad en Jurisprudencia, la fecha que consta en el título expedido por el Ministerio de la Gobernación es el 12 de diciembre de 1846. Ejerció como abogado en las ciudades de Tudela, Madrid y Pamplona.
En 1847 solicitó una promotora dada su condición de defensor de personas sin capacidad económica, y apuntó la conveniencia de la publicación de un manual para la actuación de los promotores fiscales.
Juez de Primera Instancia en Logrosán (1850), de ahí pasaría a los juzgados de Navahermosa, Tafalla y Calahorra, cargo en el que sus actuaciones fueron reconocidas e incluso se utilizaron en ocasiones como modelo de actuación. Fiscal de las Audiencias de Burgos (1854), Sevilla, Barcelona y Granada, el 10 de agosto de 1859 es nombrado fiscal de la Audiencia Pretorial de La Habana, a petición del capitán general de la isla de Cuba.
En 1861 pasó a la recién creada Audiencia de Santo Domingo, tras su incorporación de la misma a España, como regente, allí realizó una notoria labor de reorganización de la administración de justicia, llegando a plantear el Código civil dominicano que se mantuvo vigente aun después de la independencia de la isla. Durante su estancia en la isla se encargó también de mediar, ante el general Santana, a favor del gobierno de España, actividad en la que también logró buenos resultados.
Tras los sucesos de Puerto Plata y Santiago de los Caballeros, que terminaron con la pérdida de importantes territorios, el gobierno le nombró comisionado, hecho que se ha considerado prueba de la confianza depositada en él. Cuando finalizó dicha actuación regresó como regente a la Audiencia de la Habana (12 de septiembre de 1863), donde intervino activamente en muchos procesos que concluyeron con la trata de negros, de ahí que sea especialmente conocido por su lucha en abolición de la esclavitud. De hecho, como premio de todos sus servicios se le concedió la Gran Cruz de Real Orden americana de Isabel la Católica y la Encomienda de número de Carlos III. También poseía la condecoración extranjera de Saint Olaff de Suecia.
El gobierno de O’Donnell, siendo ministro de Estado Cánovas del Castillo, le nombró intendente general de la isla de Cuba, pero cuando llegó a la Península su aceptación, se había producido un cambio en el ministerio que supuso que Narváez se encargase del mismo; la consecuencia directa para Alonso Colmenares fue su vuelta a la Regencia de la Audiencia de la Habana, aunque por pocos meses, pues, por un incidente político, Alonso renunció poniendo su cargo a disposición del Gobierno.
El clima tropical influyó en su delicada salud, viajó por Europa y regresó a la Habana hasta la revolución de septiembre en que vuelve a Madrid para iniciar una carrera política con su nombramiento como diputado por Tudela. De ideología progresista, destaca por sus discursos políticos.
Fue nombrado ministro de Gracia y Justicia, en el gobierno presidido por el general José Malcampo y Monge, marqués de san Rafael, y en el de Práxedes Mateo Sagasta del 5 de octubre de 1871 al 21 de diciembre de dicho año, desde esa fecha hasta el 20 de febrero de 1872 y desde esta última hasta el 26 de mayo de 1872. De ese período data la polémica Orden de 11 de enero de 1872 por la que sólo los hijos habidos de matrimonio canónico podían ser inscritos como hijos naturales en el Registro civil. De su ministerio destaca su actuación al recabar datos estadísticos sobre la aplicación de la Ley del Jurado y en el propio ministerio llevó a cabo una labor de reorganización de las secciones, distribuyendo los servicios entre la Secretaría, la dirección general del Registro civil, de la Propiedad y del Notariado, y de Archivo y Cancillería, además fue el responsable de la aprobación del reglamento interior del ministerio.
También fue ministro de Fomento bajo el gobierno de Juan Zábala y de la Puente del 13 de mayo al 3 de septiembre de 1874, durante la Primera República.
Nuevamente de Fomento con el duque de Torre y de Gracia, y de Justicia y Fomento con Alfonso XII del 3 de septiembre al 31 de diciembre de 1874. Un decreto suyo de 29 de julio de 1874 reformó totalmente la enseñanza y afectó con profundidad a los establecimientos libres, al expresar de manera clara que eran públicos u oficiales todos los establecimientos de enseñanza subvencionados con fondos públicos, del Estado, la Provincia o el Municipio.
Senador vitalicio de la Corona, fue designado el 10 de abril de 1877, por encontrarse comprendido en el supuesto 3.º del artículo 22 de la Constitución.
Fue nombrado en 1882 presidente del Tribunal Supremo, y se le entregó el gran collar, collar pequeño o de uso diario y la placa de la magistratura.
Obras de ~: Guía de Alcaldes, Pamplona, 1843; Deberes y atribuciones de los promotores-fiscales o Esposicion razonada de cuantos estremos comprende el desempeño de su elevado ministerio: obra escrita con arreglo á las disposiciones del nuevo código penal, Madrid, Establecimiento literario-tipográfico de Saavedra y Cía., 1848; Práctica de los Juzgados de Paz, Barcelona, Administración del Plus Ultra, 1857; J. Alonso, Tratado teóricopráctico de los recursos de fuerza y de protección: con arreglo á las legislaciones y práctica de los Tribunales de España y de sus Indias, ed. de E. Alonso y Colmenares, Barcelona, Establecimiento tipográfico de Narciso Ramírez, 1860; Discurso [...] de apertura de la [...] Audiencia Chancillería de Santo Domingo, Santo Domingo, García Hermanos, 1863; Discurso pronunciado el día 2 de enero de 1864, en la apertura de la Real Audiencia Pretorial de la Habana, La Habana, Imprenta del Gobierno y Capitanía General, 1864; Discurso pronunciado el día 2 de enero de 1865 en la apertura de la Real Audiencia de la Habana, La Habana, Imprenta del Gobierno, Capitanía general, 1865; Práctica de los Juzgados de Paz de las islas de Cuba y Puerto-Rico, La Habana, Imprenta del Gobierno y Capitanía General y Real Audiencia, 1866; Discurso pronunciado [...] en la apertura de la Real Audiencia de la Habana, La Habana, Imprenta del Gobierno, 1866; Jurisdicciones especiales, Madrid, Establecimiento tipográfico de P. Núñez, 1884-1890, 5 vols.; Discurso leido por el Excmo. é Ilmo. Sr. D. Eduardo Alonso y Colmenares, Presidente del Tribunal Supremo en la solemne apertura de los Tribunales, celebrada en 15 de Setiembre de 1885, Madrid, Imprenta del Ministerio de Gracia y Justicia, 1885; Responsabilidad judicial, Madrid, 1885; Discurso leido por el Excmo. é Ilmo. Sr. D. Eduardo Alonso y Colmenares, Presidente del Tribunal Supremo en la solemne apertura de los Tribunales, celebrada en 15 de septiembre de 1887, Madrid, Imprenta del Ministerio de Gracia y Justicia, 1887.
Bibl.: B. Moratilla, Estadística y vicisitudes de las cortes y Ministerios de España, Madrid, Imprenta y Fundición de la Viuda e hijos de J. A. Garcís, 1880; A. M. Segovia, Figuras y figurones: biografías de los hombres que más figuran actualmente así en la política como en las armas, ciencias, artes, magistratura, alta banca, etc., Madrid, Imprenta de figuras y figurones, 1881, págs. 159-185; M. Fernández de la Huerta, Ministerios y ministros que hubo en España desde la revolución de septiembre de 1868 hasta la conclusión del siglo xix, Santander, Imprenta La Propaganda Católica, 1901; G. Bleiberg, Diccionario de Historia de España, Madrid, Alianza Editorial, 1979, 3 vols. (2.ª ed.); F. Lasso Gaite, El Ministerio de Justicia. Su imagen histórica (1714-1981), Madrid, Ministerio de Justicia, 1984; J. R. de Urquijo Goitia, Gobiernos y Ministros Españoles (1808-2000), Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2001.
María Dolores del Mar Sánchez González