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María del Rosario Agrela y Bueno

Biografía

Agrela y Bueno, María del Rosario de. Condesa de Agrela (II), duquesa de Lécera (XVIII). Granada, 1897 – Madrid, 29.VII.1953. Hija única del empresario granadino Mariano de Agrela y Moreno, que en 1880 recibió de la reina regente el condado de Agrela en reconocimiento a su fomento de la industria, y de Leticia Bueno Garzón.

Nació en Málaga en 1897 y, habiendo recibido la educación propia de una dama de la alta burguesía del momento, la fortuna familiar pronto le permitió introducirse en la alta sociedad y en los círculos de la nobleza de su tiempo. Fruto de ello fue su ventajoso matrimonio, en Madrid el 26 de abril de 1919, con Jaime de Silva y Mitjans, duque de Lécera, hijo de una de las familias de la nobleza española más antigua y poseedor de numerosos títulos nobiliarios. Desde fechas muy tempranas tras su matrimonio, “los Lécera”, como ella y su esposo vinieron a ser conocidos entre la nobleza española, entraron a formar parte del reducido círculo de íntimos de la reina Victoria Eugenia, esposa de Alfonso XIII. En tiempos de ostracismo para la reina, poco atendida por su esposo, que la acusaba de haber transmitido la hemofilia a la Familia Real española trayendo la desgracia, y poco querida por los sectores más conservadores de la Corte, Rosario y Jaime Lécera pasaron a convertirse en los adalides del escaso grupo de apoyos de la soberana, formando parte, junto con otros nobles, del sector conocido como los Elegantes, por sus maneras refinadas y modernas, y su filia por la cultura y las formas británicas tan afines a la educación de Victoria Eugenia. Así, durante los años veinte la intimidad de los Lécera con la reina no hizo sino incrementarse, dando lugar a numerosos rumores de índole malediciente en Madrid, según los cuales tanto el duque como la duquesa estarían ambos enamorados de la soberana. Se habló de la pasión de la duquesa por la reina, nunca correspondida por ésta en términos amorosos, y también de que el duque era amante de la soberana, acusaciones nunca probadas, creciendo la incomodidad en el seno de la Familia Real. Con el advenimiento de la Segunda República, Rosario y Jaime Lécera fueron uno de los pilares fundamentales en el ánimo de Victoria Eugenia, a quien apoyaron en sus momentos más difíciles y junto a quien abandonaron España el 15 de abril de 1931. Un año antes, doña Rosario había sucedido a su padre difunto en el condado de Agrela. Una vez en Francia, los duques se instalaron cerca de la soberana, sobre quien ejercieron una influencia más que notable, calificada por muchos de perniciosa, que generó no pocas iras en Alfonso XIII, quien habría llegado a solicitar a su esposa que eligiera entre él y los Lécera, prefiriendo la reina a estos últimos. Se habló entonces de monopolio de la pareja ducal sobre el ánimo y las decisiones de la soberana, y hasta llegaron a verterse acusaciones mucho más graves posiblemente animadas por el propio Rey, deseoso de terminar con la influencia de la pareja ducal sobre su esposa. Sin embargo, el duque y la duquesa aún permanecieron junto a la reina durante algunos años, tal y como desvela el biógrafo de Victoria Eugenia, el británico Gerard Noel. Según algunos, Rosario Lécera influyó tanto en las actitudes de la Reina para con el Rey y su propia familia en aquellos años que, a momentos, la relación familiar se tornó insostenible, pues la Reina no parecía poder prescindir del apoyo de aquellos amigos que nunca la habían abandonado, a pesar del escándalo que producía una intimidad excesiva y para muchos incomprensible, aunque se hace difícil concebir que llegase a existir relación amorosa alguna entre ellos. Algunos años más tarde, como la propia Reina contaría algunos de sus íntimos mucho tiempo después, la asfixia producida por la pareja ducal llevó a doña Victoria Eugenia a romper de manera completa su relación con ellos, regresando doña Rosario y su esposo a sus propiedades españolas en Andalucía. De regreso en España, el duque y la duquesa, padres de dos hijos, retomaron su vida al margen de la Familia Real, falleciendo Rosario en Madrid el 29 de julio de 1953.

 

Bibl.: Princesa Pilar de Baviera, Don Alfonso XIII. A Study of Monarchy, Londres, John Murray, 1931; Gerard Noel, Ena, Spain’s English Queen, Londres, Constable, 1984; J. Balansó, Trío de príncipes, Barcelona, Plaza & Janés, 1995; J. L. de Vilallonga, La cruda y tierna verdad. Memorias no autorizadas, Barcelona, Plaza & Janés, 2001; J. M. Zavala, Don Jaime, el trágico Borbón, Madrid, La Esfera de los Libros, 2006; P. Eyre, Secretos y mentiras de la familia real, Madrid, La Esfera de los Libros, 2007.

 

Ricardo Mateos Sainz de Medrano

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