Sainz de la Maza Ruiz, Regino. Burgos, 7.IX.1896 – Madrid, 26.XI.1981. Guitarrista, pedagogo, compositor y crítico musical.
Hijo primogénito de Serafín y Felisa, nació en el seno de una familia de clase media dedicada al comercio. Sus hermanos Mariano y Eduardo también se dedicaron a la música. En su infancia se inició en el estudio de la Música por “puro recreo”, en expresión del propio Regino, y recibió las primeras lecciones de Guitarra del aficionado Eugenio Rodríguez Pascual. Trasladada su familia a San Sebastián, recibió clases de Beltrán Pagola y Manuel Cendoya en Armonía y Piano. Estudió Guitarra con Luis Soria y, según Domingo Prat, con Hilario Leloup en Bilbao. Poco después en Madrid estudió con Daniel Fortea. Todos estos guitarristas pertenecieron al ámbito de influencia o fueron directamente discípulos de Francisco Tárrega.
A los dieciocho años dio su primer recital en el Teatro Arriaga de Bilbao y en 1916, con la ayuda económica de la Diputación Provincial burgalesa, se trasladó a Barcelona para estudiar Composición con Enrique Morera y Jaime Pahissa. Allí vivió unos trece años que Regino calificó de “decisivos para mi formación artística y humana”. Frecuentador de tertulias, se introdujo en los ambientes literarios y artísticos de la Ciudad Condal, comentando él mismo cómo llegó a tocar la guitarra ante Alfred Einstein. Conoció a Eduardo Toldrá, Federico Mompou y a los guitarristas, discípulos de Tárrega, Miguel Llobet y Emilio Pujol. En esos años entabló amistad con Salvador Dalí y con Federico García Lorca.
En 1920 colaboró con la Sociedad Nacional de Música de Manuel de Falla y Adolfo Salazar interpretando música para vihuela, y al año siguiente viajó a Argentina. Durante la dictadura de Primo de Rivera, Sainz de la Maza desarrolló una intensa actividad como concertista en el extranjero. En 1926 viajó a París, en 1927 a Alemania, en 1928 a Londres y en 1929 realizó su primera gira por Sudamérica, de suerte que al inicio de la Segunda República ocupaba un destacado lugar entre los intérpretes de guitarra a juicio de la crítica del momento (Collet, 1929; Salazar, 1930). En 1929 se casó con Josefina de la Serna, hija de Concha Espina. En los primeros años de la década de 1930 alternó los conciertos con conferencias sobre la historia de la guitarra o la música de vihuela, participando activamente en la vida cultural de la República y granjeándose una consideración a la vez como intérprete y como estudioso y erudito de la guitarra, asiduos a sus conciertos fueron José Antonio Primo de Rivera, Rafael Sánchez Mazas, José Camón Aznar, el marqués de Bolarque, y gozó de la amistad de los poetas León Felipe, Gerardo Diego, Juan Ramón Jiménez (con quien mantendría el contacto en sus viajes a Puerto Rico), aparte de la ya antigua con García Lorca. Años antes y gracias a su amistad con José María de Cossío había tenido la oportunidad de conocer a Benito Pérez Galdós y a Miguel de Unamuno.
Fue su propósito la puesta en valor de la guitarra como instrumento de concierto y orientó sus esfuerzos en dos direcciones: por una parte la recuperación del repertorio vihuelístico, foco de interés para los compositores y musicólogos españoles, y por otra, al igual que su colega Andrés Segovia, la creciente inclusión en sus programas de nueva música compuesta para la guitarra por los compositores de la generación del 27 que siguieron el camino iniciado por Manuel de Falla y su Homenaje a Debussy estrenado por Llobet en 1922. Así Regino fue el dedicatario o el primer intérprete de obras como Giga de Rodolfo Halffter, Homenaje a Mateo Albéniz y Elegía de Gustavo Pittaluga, Española de Rosa García Ascot, Zarabanda lejana de Joaquín Rodrigo, Sonata de Antonio José Martínez Palacios y un largo etcétera.
En 1934 volvió a Sudamérica y en diciembre de 1935 el Ministerio de Instrucción Pública de la República encargó a Sainz de la Maza el desempeño de la Cátedra de Guitarra que se creaba por primera vez en el Conservatorio de Madrid. El inicio de la Guerra Civil sorprendió a Regino en una nueva gira por Venezuela y Puerto Rico y, de regreso a España, ofreció recitales en los hospitales del ejército del general Franco. En el verano de 1938 a iniciativa del marqués de Bolarque y del propio guitarrista, Joaquín Rodrigo inició la composición de un concierto para guitarra y orquesta para ser interpretado por Regino, el Concierto de Aranjuez, que fue estrenado el 9 de noviembre de 1940 en Barcelona bajo la dirección de César Mendoza Lasalle y un mes después en Madrid con Jesús Arambarri como director de la recién creada Orquesta Nacional. El concierto fue aclamado como hito de la música española por la crítica en las firmas de Xavier Montsalvatge, Gerardo Diego y Federico Sopeña.
A los pocos días de acabada la guerra Regino fue invitado por el marqués de Luca de Tena para hacer la crítica musical en el periódico ABC, lo que no le era nuevo, pues ya había publicado algunos artículos durante la República en la revista Ritmo y en la prensa sudamericana. Sainz de la Maza desempeñó esta labor durante la posguerra compaginándola con los conciertos, incluida la primera grabación del Concierto de Aranjuez con Ataúlfo Argenta y la Orquesta Nacional para el sello Columbia, y el Conservatorio donde enseñó de forma interina hasta su definitivo nombramiento de catedrático numerario en 1947. A principios de la década de 1950 realizó nuevas giras por Sudamérica y en 1952 abandonó la crítica musical en ABC, sustituido por Antonio Fernández Cid.
Como resumen de sus trabajos históricos, en 1955 ofreció en el Ateneo de Madrid, a cuyos actos solía asistir, un ciclo de tres conciertos con programas que son muestra del repertorio de la historia de la guitarra y que acompañó con la publicación, dentro de la colección ateneísta de O crece o muere, del libro La guitarra y su historia. Este opúsculo, que demuestra un conocimiento puesto al día, tras una erudita exposición de los oscuros orígenes “entre el mito y la leyenda” del instrumento, se detiene en la vihuela y su música para acabar con una exaltación del renacimiento de la guitarra en el siglo XX. Al año siguiente estrenó en Alicante el Concierto para guitarra y orquesta de Fernando Remacha con Eduardo Toldrá al frente de la Orquesta de Barcelona. En 1958 ingresó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y en la siguiente década prosiguió con las giras de conciertos (Londres, Tokyo, etc.). En 1976 recibió la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo. Murió en 1981 dejando, como fruto de su labor docente, un buen número de guitarristas tanto en España como en Sudamérica.
En la década de 1930 Sainz de la Maza había iniciado una colección con la editorial Unión Musical Española con la publicación de obras de Julián Bautista, Pittaluga y propias que, tras el paréntesis de la Guerra Civil y los primeros años de posguerra, recuperó en la década de 1950 pero con nueva orientación: transcripciones de música procedente de la vihuela, laúd y guitarra barroca, arreglos de autores clásicos y obra didáctica de guitarristas del XIX, Fernando Sor, Dionisio Aguado, Mateo Carcassi y otros, y sólo volvió a publicar una obra perteneciente a la generación del 27, la Española de García Ascot en 1971, aunque no dejó de incluir en sus programas a miembros de esta generación. También publicó sus obras y las de su hermano Eduardo. La música de Regino es de marcado carácter nacionalista inspirada en el folclore andaluz y castellano, como Alegrías de 1933, El vito, Rondeña y Zapateado de 1962 o Canciones castellanas de 1976. Hizo también algunas incursiones en la música para el cine durante las décadas de 1950 y 1960.
Regino Sainz de la Maza fue uno de los artífices del auge de la guitarra en las primeras décadas del siglo XX con su actividad divulgadora e interpretativa que, sin abandonarla, fue decantándose hacia la profesoral y académica jugando en los años de la posguerra española un papel de puente entre el interior y la música del exilio.
Obras de ~: Alegrías, Madrid, UME, 1933; Zapateado, Madrid, UME, 1962; Rondeña, Madrid, UME, 1962; Petenera, Madrid, UME, 1964; A. Dionisio, Método de guitarra, ed. rev. de ~, Madrid, Unión Musical Española (UME), 1975; Canciones castellanas, Madrid, UME, 1976.
Escritos: “El renacimiento de la guitarra”, en Ritmo, Revista Musical Ilustrada, 100 (1934), págs. 5-7; La guitarra y su historia, Madrid, Ateneo, 1955; La música de laúd, vihuela y guitarra del Renacimiento al Barroco: discurso leído al día 10 de marzo de 1958, en su recepción pública por [...] contestación del Sr. D. José Subirá Puig, Madrid, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1958; “Contestación” a A. Fernández-Cid de Temes, La década musical de los cuarenta: Discurso [...] día 30 de noviembre de 1980, Madrid, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1980.
Bibl.: H. Collet, L’essor de la musique en espagnole au xème siècle, Paris, Max Eschig, 1929; A. Salazar, La música contemporánea en España, Madrid, Atenea, 1930; “La vida musical”, en El Sol, 5 de febrero de 1930; D. Prat, Diccionario biográfico, bibliográfico, histórico, crítico, de guitarras, guitarristas y guitarreros, Buenos Aires, Romero y Fernandez, 1934; J. Subirá, “Contestación” a R. Sainz de la Maza, La música de laud, vihuela [...], op. cit.; W. Moser, “Interview mit Regino Sáinz de la Maza”, en Gitare und Laute, 3 (1981), págs. 14-20; P. Sainz de la Maza, Regino Sáinz de la Maza. Semblanza de mi padre, Burgos, Ayuntamiento, 1982; R. Iznaola, “Regino Sáinz de la Maza: una guitarra para una generación”, en Cuadernos de Música, 1 (1982), págs. 45-49; J. Suárez-Pajares, “Aquellos años plateados. La guitarra en el entorno del 27”, en La guitarra en la historia, vol. VIII, Córdoba, La Posada, 1997, págs. 37- 57; A. Bruzual, “Los conciertos de Regino Sáinz de la Maza en Venezuela”, en Revista Musical de Venezuela, 35 (1997), págs. 37-70; J. Ortega (ed.), Archivo histórico de la Unión Musical Española, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, 2000; J, Suárez-Pajares (ed.), Música española entre guerras, 1914-1945, Granada, Archivo Manuel de Falla, 2002.
Miguel Ángel Jiménez Arnáiz