Licenciado en Filosofía y Letras, estudios que comenzó en Murcia y acabó en la Universidad Complutense de Madrid, ejerció durante una breve etapa como profesor de Lengua y Literatura en el Colegio Torres, pero su auténtica vocación fue el cine. Por este motivo, en 1947 formó parte de la primera promoción del Instituto de Investigación y Experiencias Cinematográficas (IIEC), denominación inicial de lo que luego se llamaría Escuela Oficial de Cine, donde fue alumno del profesor y director Carlos Serrano de Osma, decisivo mentor en sus inicios profesionales. En esa institución codirigió y escribió junto a sus compañeros de promoción Juan Antonio Bardem, Luis García Berlanga y Florentino Soria el guión del cortometraje Paseo por una guerra antigua, que sirvió de práctica durante el curso 1948-1949 —primera película desde 1939 que sobre la Guerra Civil se hacía en España desde la óptica de los vencidos—, y realizó en solitario Cántico (1950). No consiguió la titulación, pero Serrano de Osma le dio la oportunidad de dar inicio a su primera actividad profesional, por la que cobró 20.000 pesetas, encargándole, otra vez junto a sus compañeros Bardem, Berlanga y Soria, el guión del largometraje que iba a llevar por título Cerco de ira (1950), cuyo rodaje en Ibiza quedó inacabado. No obstante, Serrano de Osma siguió contando con él como ayudante de dirección en Rostro al mar (1951), Parsifal (1951), codirigida con Daniel Mangrané, y Tirma (1954), codirigida con Paolo Moffa. También le encargó diversos guiones: un cortometraje documental sobre Ávila (Serrano de Osma, 1958) y también para largometrajes que no se llegaron a filmar (El caballero del diablo, 1953, y Dios hizo la tierra/ Fuego dormido, 1956). Su colaboración con Serrano de Osma se completó con el encargo para su productora INFIES de tres cortometrajes documentales rodados en las islas Canarias entre 1955 y 1956. En esos años de iniciación profesional también ejerció como ayudante de dirección en El duende de Jerez (D. Mangrané, 1953), Novio a la vista (L. G. Berlanga, 1954), Toro bravo (V. Cottafavi, 1957), Hablemos de amor (Salvemos el paisaje) (Blasetti, 1958), El pisito (M. Ferreri, 1958) y La noche y el alba (J. M.ª Forqué, 1958). Su debut como director le llegó en 1958 con el largometraje Quince bajo la lona, ambientado en el mundo de las milicias universitarias. Fue su película de mayor éxito popular y con ella obtuvo el Premio Especial a la Mejor Película del Sindicato Nacional del Espectáculo. Desde entonces, se definió como un cineasta de género que escribía buena parte de sus guiones. [...]