Núñez de Arce, Gaspar. Valladolid, 4.VIII.1832 – Madrid, 9.VI.1903. Escritor y político.
Nació en el seno de una modesta familia, de ideología liberal. Su abuelo materno, Policarpo de Arce, había padecido persecución por sus ideas y por haber luchado en la guerra civil contra los absolutistas. En Valladolid pasó los primeros años de su infancia, hasta que su familia se trasladó a Toledo hacia 1839. En esta ciudad continuó su formación y muy pronto comenzó a dar muestras de su inclinación literaria. Con apenas quince años se dice que compuso una pieza teatral, Amor y orgullo. En la biblioteca de la catedral toledana tuvo también la oportunidad de ampliar sus conocimientos y leer libros de las materias que más le interesaron: filosofía, historia y literatura.
Siendo aún muy joven se marchó a Madrid para buscar trabajo. Su presencia en la capital se confirma en el verano de 1850. En los meses de agosto y septiembre de ese año se publicaron cinco números de un sencillo semanario, El Bachiller Honduras, del que Núñez de Arce era propietario, director y redactor. No obstante, es muy probable que hubiera llegado unos meses antes y su actividad periodística la iniciara en la redacción de El Observador, diario político liberal entre cuyos redactores y colaboradores estaban Mariano Carreras, José Aguirre, Jiménez Escriche y Eulogio Florentino Sanz. Con ellos permanecería hasta el cierre del periódico en 1853.
El 24 de octubre de 1854 el diario madrileño La Iberia publicó un soneto suyo, “Italia”, compuesto en la cárcel del Saladero, donde estuvo preso durante unos días como consecuencia de los sucesos del 28 de agosto. Este periódico político, considerado el órgano de expresión del Partido Progresista, había sido fundado por el vallisoletano Pedro Calvo Asensio en junio de ese mismo año. La presencia de Núñez de Arce en el equipo de redacción de La Iberia es verificable a partir del 25 marzo de 1855, al encontrar por primera vez su firma junto a la del director y sus compañeros de redacción (Manuel María Flamant, Mariano Carreras, Juan de la Rosa, Carlos Massa Sanguinetti, Juan Ruiz del Cerro y Manuel de Llano) en un artículo dedicado al poeta Manuel José Quintana en el día de su coronación, homenaje del que habían sido promotores ellos mismos. Aquí desempeñó una amplia y variada labor periodística, destacando especialmente sus artículos de carácter político y sus crónicas como corresponsal. Como tal, fue enviado en tres ocasiones para informar sobre diferentes acontecimientos de interés general: la inauguración del canal del Ebro (1857); la visita de los Reyes a Alicante y Valencia (1858); y la Guerra de África (1859-1860). En esta última misión se reveló como un excelente cronista. Tuvo la ocasión de conocer de cerca al general O’Donnell y de apreciar sus grandes dotes militares. Las diferencias de opinión entre él y los otros redactores de La Iberia sobre el desenlace de la contienda —él apoyaba la paz conseguida— fueron la causa de su ruptura no sólo con el periódico, sino también con el Partido Progresista.
Además de su actividad periodística, en las páginas de este diario incluyó algunas composiciones poéticas y un cuento fantástico (Las aventuras de un muerto). Durante el año 1859 estrenó dos piezas breves de teatro: ¿Quién es el autor? y La cuenta del zapatero. El tiempo transcurrido en la redacción de La Iberia, al lado de una figura de la talla de Calvo Asensio, fue esencial para su formación tanto literaria como política. Culminaba así una primera etapa importante en su trayectoria vital.
Después de su regreso de África ingresó en el Partido de la Unión Liberal, liderado por el general O’Donnell. A partir de septiembre de 1860 comenzó su carrera administrativa. El primer cargo que desempeñó fue el de auxiliar de la clase de Mayores del Ministerio de la Gobernación. En 1861 contrajo matrimonio con Isidora Franco y Jimeno, de cuya unión no dejó descendencia. Durante estos años tuvo todavía tiempo para seguir dedicándose al periodismo. Fue redactor de El Constitucional (1860-1863), de La Política (1863-1870?) y director de El Contribuyente (1866) y, más adelante, de Los Debates (1877-1880). No obstante, aunque no llegaría a dejar del todo esta actividad que le entusiasmaba, las responsabilidades políticas que con el tiempo tuvo que asumir no le permitirían mantener una dedicación regular, teniendo que limitarse entonces a colaboraciones esporádicas en la prensa. Artículos suyos aparecieron en La Ilustración Española y Americana, El Imparcial, El Liberal, El Globo y el Heraldo de Madrid, entre otros. También fue corresponsal del Diario de Barcelona y de algunos periódicos americanos, como el Diario de la Marina de La Habana y La Prensa de Buenos Aires.
En 1865 fue elegido diputado a Cortes por Valladolid y nombrado gobernador de Logroño. Por suscribir la protesta contra el ministerio del general Narváez fue desterrado a Cáceres. Allí disfrutó de la hospitalidad de su amigo el también escritor y político Antonio Hurtado. Juntos compusieron varias obras teatrales: El laurel de la Zubia (1865), Herir en la sombra (1866) y La jota aragonesa (1866).
Con la subida de Narváez al poder, en julio de 1866, se le permitió abandonar su destierro y regresar a Madrid. Sin embargo, por problemas de salud, decidió trasladarse a Barcelona. Allí fue elegido miembro de la Junta Revolucionaria y nombrado su secretario. Tomó parte activa en el movimiento que provocó el destronamiento de Isabel II y el triunfo de la Revolución Gloriosa de septiembre de 1868. La Junta revolucionaria le nombró gobernador de Barcelona el 30 de septiembre, cargo que ostentó sólo durante dos semanas, ya que tuvo que dejarlo al ser llamado por el Gobierno provisional. En Madrid se le encargó la redacción del Manifiesto a la Nación, que sería publicado en la Gaceta del 26 de octubre de 1868.
Al año siguiente fue elegido diputado por Valladolid en las Cortes Constituyentes, por el Partido Liberal Conservador. En diciembre de 1871 dejó el cargo de diputado al ser nombrado consejero de Estado. En 1872 pasó a formar parte del Partido Constitucional, fundado y liderado por Sagasta, y fue elegido diputado por Valladolid. Ese mismo año estrenó su obra teatral más importante, el drama El haz de leña. En 1874 desempeñó los cargos de secretario general de la Presidencia del Poder Ejecutivo y consejero de Estado. En 1875 publicó su primer libro de versos, Gritos del combate. En el prefacio que precede a la obra exponía, entre otras cosas, su doctrina literaria.
Su poesía se inscribe dentro de la llamada poesía social y política. En ese mismo año, estrenó la zarzuela Entre el Alcalde y el Rey, con música de Emilio Arrieta. A finales de 1875 su partido aceptó la restauración del régimen monárquico. A Núñez de Arce se le atribuyó la fórmula con la que los sagastinos manifestaron su adhesión al rey Alfonso XII.
En los nuevos comicios (enero de 1876) fue elegido diputado por Castellón. Se le nombró miembro de número de la Real Academia Española. Su discurso de ingreso, leído el 21 de mayo de 1876, versó sobre las causas que, según él, motivaron la “precipitada decadencia y total ruina de la literatura nacional, bajo los últimos reinados de la Casa de Austria”. En febrero de 1881 Sagasta fue elegido presidente del Gobierno.
Durante el tiempo en que su partido se mantuvo en el poder, Núñez de Arce ocupó importantes cargos: ministro de Ultramar (1883); senador del reino con carácter vitalicio (1886), siendo vicepresidente del Senado en varias legislaturas; presidente de la Sección de Ultramar del Consejo de Estado (1887-1890) y gobernador del Banco Hipotecario (1897), cargo que desempeñó hasta el final de su vida.
En esta etapa, a pesar de sus muchas ocupaciones, no abandonó la creación literaria. En 1879 publicá varios poemas extensos de carácter diverso: Un idilio y una elegía, La selva oscura, La última lamentación de Lord Byron y El vértigo. Su popularidad iba en aumento. Sus obras se editaron en España y en América y se tradujeron a otras lenguas. Durante la década de 1880 publicó algunas más: La visión de Fray Martín (1880), La pesca (1884) y Maruja (1886). Un fragmento de su poema Hernán Lobo apareció en El Liberal (23 de enero de 1881). También recopiló en un volumen titulado Miscelánea literaria (1886) varias composiciones anteriores (cuentos, artículos y versos). Fue elegido presidente de la Asociación de Escritores y Artistas en enero de 1882, y en 1886 presidente del Ateneo. En esta institución pronunció dos importantes discursos. Uno de ellos de asunto político, acerca de las “aspiraciones del regionalismo en Galicia, país vascongado y Cataluña” (1886) y el otro literario, sobre “el lugar que corresponde a la poesía lírica en la literatura moderna” (1887).
A lo largo de su vida mantuvo una estrecha relación con su madre y sus hermanos, ayudándolos cuanto pudo. Por ello le debió de resultar especialmente dolorosa la muerte de uno de sus cuatro hermanos, Rafael, en 1889, y la de su anciana madre, en enero de 1893, viuda desde hacía casi treinta años. A ella, precisamente, le había dedicado uno de sus primeros poemas, publicado en La Iberia el 5 de abril de 1855.
La Asociación de Escritores y Artistas promovió la celebración de un homenaje en honor a Núñez de Arce, que tuvo lugar los días 5 y 6 de enero de 1894. La manifestación de reconocimiento y admiración hacia el poeta desbordó lo previsto por los organizadores. Al banquete celebrado en la noche de Reyes asistieron numerosas personas del mundo de las letras, entre los que estaban Echegaray, Galdós, Ferrari y Manuel del Palacio. Al final del mismo, además de discursos, mensajes de adhesión y otras intervenciones, Fernández Shaw recitó un fragmento del poema Luzbel, composición inédita del homenajeado que luego saldría publicada en El Liberal.
Dos obras destacan en el período final. En el libro Poemas cortos (1895) reunió un grupo de poesías en las que prevalece el tono esencialmente lírico. Y cerró su producción literaria con el sugerente título ¡Sursum corda! (1900), poema en el que el autor pretende trasmitir un mensaje optimista y esperanzado de cara al nuevo siglo. Víctima de un cáncer de estómago, murió el 9 de junio de 1903 en su domicilio de Madrid. Fue enterrado en el cementerio de la sacramental de San Justo, en el Panteón de Hombres Ilustres del siglo xix. Estaba en posesión de importantes condecoraciones: la Gran Cruz de Carlos III, Gran Cruz de Alfonso XII, Gran Cruz de la Corona de Italia y Medalla de África.
Obras de ~: Inauguración del Canal del Ebro: Cartas publicadas en La Iberia, Madrid, Imprenta La Iberia, 1857; ¿Quién es el autor?, Madrid, Imprenta José Rodríguez, 1859; La cuenta del zapatero, Madrid, Imprenta José Rodríguez, 1859; ¡Como se empeñe un marido!..., Madrid, Imprenta José Rodríguez, 1860; Recuerdos de la campaña de África, Madrid, Imprenta José M. Rosés, 1860; Deudas de la honra, Madrid, Imprenta José Rodríguez, 1863; Ni tanto ni tan poco, Madrid, Imprenta José Rodríguez, 1865; con A. Hurtado, El laurel de la Zubia, Madrid, Imprenta José Rodríguez, 1865; Santo Domingo, Madrid, Imprenta Manuel Minuesa, 1865; con A. Hurtado, Herir en la sombra, Madrid, Imprenta José Rodríguez, 1866; con A. Hurtado, La jota aragonesa, Imprenta José Rodríguez, Madrid, 1866; Quien debe, paga, Madrid, Imprenta José Rodríguez, 1867; Justicia providencial, Madrid, Imprenta José Rodríguez, 1868; El haz de leña, Madrid, Imprenta José Rodríguez, 1872; con música de E. Arrieta, Entre el Alcalde y el Rey, Madrid, Imprenta José Rodríguez, 1875; Gritos del combate. Poesías, Madrid, Imprenta T. Fortanet, 1875; Discursos leídos ante la Real Academia Española en la pública recepción del Excmo. Señor Gaspar Núñez de Arce, el día 21 de mayo de 1876, Madrid, Imprenta T. Fortanet, 1876; La sombra de César, traducción de la que en verso catalán escribió D. Víctor Balaguer por Gaspar Núñez de Arce, Madrid, Imprenta P. Domínguez Martínez, 1877; La selva oscura. Poema, Madrid, Imprenta Fortanet, 1879; La última lamentación de Lord Byron. Poema, Madrid, Imprenta Fortanet, 1879; Un Idilio y una Elegía, Madrid, Imprenta Fortanet, 1879, El Vértigo. Poema, Madrid, Imprenta Fortanet, 1879; Obras dramáticas, Madrid, Tipografía Perojo, 1879; La visión de Fray Martín. Poema, Madrid, Imprenta Fortanet, 1880; La Pesca. Poema, Madrid, Imprenta Fortanet, 1884; Maruja. Poema, Imprenta Fortanet, Madrid, 1886; Miscelánea literaria. Cuentos, artículos, relaciones y versos, Barcelona, Daniel Cortezo y Cía., 1886; Discurso leído por el Excmo. Señor D. Gaspar Núñez de Arce el día 8 de Noviembre de 1886 en el Ateneo Científico y Literario de Madrid con motivo de la apertura de sus cátedras, Madrid, 1886; Discurso leído por el Excmo. Señor D. Gaspar Núñez de Arce el día 3 de Diciembre de 1887, en el Ateneo Científico y Literario de Madrid con motivo de la apertura de sus cátedras, Madrid, Est. Tipográfico Sucesores de Rivadeneyra, 1887; Poemas cortos, Madrid, Tipografía Hijos de M. G. Hernández, 1895; ¡Sursum corda! Poema, Madrid, Tipografía Hijos de M. G. Hernández, 1900; Obras escogidas, Barcelona, Montaner y Simón, 1911; Sus mejores versos, Madrid, Imprenta Sordomudos, 1929; Poesías: 1832-1932, Valladolid, Imprenta Provincial, 1932; Poesías Completas, México, Porrúa, 1982.
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Irene Vallejo González