Tofiño de San Miguel y Vandewalle, Vicente. Cádiz, 6.IX.1732 – San Fernando (Cádiz), 15.I.1795. Marino, cartógrafo y astrónomo.
Nació en el seno de una familia de militares; su padre Diego Tofiño de San Miguel, era natural de Villanueva de la Serena (Badajoz), y su madre Juana de Vandewalle y Guzmán, era gaditana. Ingresó en el Ejército en 1747, como cadete de las Guardias Españolas, antes de alcanzar la edad reglamentaria a raíz de la muerte de su padre y su hermano un año antes en una acción bélica en Italia. Fue destinado al Regimiento de Murcia, donde ascendió a alférez y teniente. Como teniente de Infantería, fue destinado al Regimiento de Soria y luego al de Segovia. En 1751, el marqués de la Ensenada concedió a oficiales destacados de otros cuerpos el permiso para estudiar en la recién creada Academia de Artillería de Cádiz, permiso al que se acogió Tofiño. En 1755, por mediación de Jorge Juan, fue nombrado tercer maestro de Matemáticas en la Academia de Guardia Marinas de Cádiz, conservando su empleo en el Ejército. Dos años después, fue incorporado a la Armada con el grado de teniente de fragata, continuando en ella una brillante carrera. En 1759, estuvo embarcado en el navío Guerrero con ocasión del viaje que trajo a Carlos III desde Nápoles a España. En 1763, formó parte de la dotación del navío Santiago la España, mandado por José de Córdoba, en una campaña por el Canal de la Mancha. Durante la expedición de Argel de 1775, fue como segundo comandante de la fragata Palas, mandada por Gonzalo de Cañas. En 1780, embarcó en el navío San Vicente, mandado por Francisco Gil, de la escuadra combinada. Su último destino exclusivamente militar fue en 1782, como ayudante del duque de Crillon durante el sitio de Gibraltar, donde tuvo a su cargo el reconocimiento del terreno donde habían de colocarse las baterías flotantes para el asedio de la plaza.
En 1768 fue nombrado, a la edad de treinta y seis años, director de la Academia de Guarda Marinas.
En 1776, ante la necesidad creciente de oficiales, y bajo su inspiración, se fundaron las Academias de Guardia Marinas de Ferrol y Cartagena, de las que también fue director. En 1783 redactó, juntamente con José Varela y Ulloa, el plan de estudios y un programa de observaciones astronómicas para los oficiales asignados al Real Observatorio de la Marina de Cádiz. Según este plan, los oficiales alumnos debían efectuar observaciones para determinar el mediodía por alturas correspondientes del Sol, observar pasos meridianos del Sol, la Luna y los planetas, determinar posiciones de estrellas mediante la observación de sus coordenadas ecuatoriales (ascensión recta y declinación), observar los satélites de Júpiter y las ocultaciones de estrellas por la Luna; observaciones que el mismo Tofiño había realizado en Cádiz en los años anteriores. Se pretendía que los oficiales destinados al Observatorio sumasen conocimientos astronómicos a la experiencia náutica para crear una elite científica en la Marina. Sin embargo, este ambicioso plan de estudios no pudo llevarse a la práctica como se había planeado, pues el nombramiento de Tofiño como jefe de la comisión destinada al levantamiento hidrográfico de las costas de España, ocasionó el abandono de las tareas astronómicas en el Observatorio y el destino a las campañas hidrográficas de los oficiales alumnos que se vieron obligados a terminar su formación realizando prácticas astronómicas, geodésicas y cartográficas en los levantamientos costeros. La actividad de Tofiño en el campo de la astronomía observacional le llevó a ser reconocido internacionalmente, siendo citados sus trabajos por reputados astrónomos como Lalande y Verdun de la Crenne.
Pero fue el levantamiento de las costas de España, plasmado en el Atlas Marítimo de España, el que le dio fama internacional como introductor de métodos astronómicos y geodésicos en la cartografía náutica española.
En 1776, el gobierno español comisionó al oficial de marina José Varela y Ulloa para que acompañara a la expedición francesa, dirigida por Jean Charles Borda, que con las fragatas Boussole y Espliegle había pedido permiso para hacer levantamientos en las Canarias y costas de África. Como consecuencia de esta expedición, el marino español hizo un derrotero de las islas Canarias y levantó dos cartas de ellas y de las costas de África desde cabo Espartel a cabo Verde. Las circunstancias bélicas por las que atravesaba la nación no permitieron poner las cartas a punto para su publicación hasta más adelante, cuando ya Varela y Ulloa estaba destinado en las comisiones de Límites del Río de la Plata. Así, el encargo de organizar estos trabajos para su publicación recayó en su compañero Vicente Tofiño de San Miguel. Este plan se fue ampliando a petición de Tofiño y, a medida que la paz con los ingleses lo permitía, desembocó en una orden de Antonio Valdés en 1783 para que se le facilitara a Tofiño todo lo necesario, tanto en medios humanos como técnicos para la organización de una serie de campañas hidrográficas que se desarrollaron desde el verano de 1783 hasta el de 1786.
Tofiño eligió para que le acompañaran en los trabajos hidrográficos a los oficiales alumnos de la Academia de Guardia Marinas de Cádiz, entre los que se pueden citar a Julián Ortiz Canelas y José de Vargas Ponce, entonces alféreces de navío; a Alejandro Belmonte, José Espinosa y Tello y Bernardo de Orta, tenientes de navío. Al año siguiente se les unieron Dionisio Alcalá Galiano, José de Lanz y Juan Vernacci. Como primer piloto fue destinado Francisco Catalá, y Felipe Bauzá era el piloto ayudante.
Se incorporaron también al equipo científico en sucesivas ocasiones Salvador Fidalgo y Alejandro Malaspina, aunque este último abandonó la empresa para mandar la fragata Astrea, de la Compañía de Filipinas.
Los instrumentos científicos fueron proporcionados por la Academia de Guardia Marinas y el Observatorio Astronómico de Cádiz, como los relojes marinos de Berthaud; otros fueron encargados a Inglaterra, entre los que se pueden citar un cuarto de círculo, un péndulo, dos anteojos acromáticos para las observaciones celestes, un teodolito, un círculo de reflexión y un barómetro marino.
Teniendo en cuenta que la inspiración intelectual de esta empresa procede íntegramente de Francia, hay que resaltar que los instrumentos técnicos se importaron de Inglaterra, donde había muy buenos operarios, tendencia ésta que se repetirá en sucesivas expediciones científicas.
El método científico empleado para los levantamientos cartográficos lo explica José de Vargas Ponce en la página 43 de la introducción al Derrotero de las costas de España en el Mediterráneo; siguiendo a James Cook, que en 1763 había puesto en práctica un método combinado de triangulaciones en tierra para apoyar los levantamientos hidrográficos, dice que “el método mejor para asegurar su éxito era combinar las operaciones terrestres con las marítimas y que levantando nuestras orillas con una serie de triángulos continuados, desde el primero cuya base se midiese con exactitud, la consiguiesen todas ellas, que es el mismo orden que los celebres Picard y La Hire siguieron en sus cartas de Francia: y además se establecerá el observatorio en todos los puntos posibles”.
Dispusieron para las campañas de la fragata Santa María Magdalena y del bergantín Vivo.
El levantamiento de las costas del Mediterráneo les ocupó los veranos de 1783, 1784 y 1785; el verano de 1786 se empleó en el levantamiento de las costas de Portugal y Galicia; el de 1787 la costa cantábrica y el de 1788 en la campaña de las islas Azores.
La campaña del Mediterráneo comenzó desde el cabo Trafalgar hasta Cartagena, donde se armó el observatorio en tres ocasiones distintas. En el verano de 1784 trasladaron los trabajos hidrográficos a las Baleares, pero no los completaron hasta haber concluido el levantamiento de las costas peninsulares. En el verano de 1785 levantaron la parte mediterránea de la costa de África desde el cabo Carbón hacia occidente.
La siguiente campaña tuvo lugar en las costas de Galicia, donde se estableció el observatorio en Ferrol y Vigo, a la vez que se hacían las triangulaciones en tierra.
En la costa de Portugal, las observaciones astronómicas se organizaron desde el mar por la negativa del Rey de Portugal a permitir operaciones en tierra; así en el Atlas Marítimo sólo se incluyen vistas de las costas portuguesas.
La campaña final de las costas peninsulares españolas se desarrolló en 1787 en las costas cantábricas, donde no se había hecho ningún levantamiento cartográfico.
Allí llevaron a cabo un trabajo exhaustivo, tomando como punto de partida Fuenterrabía y llevando las triangulaciones hasta Ferrol.
Como la costa occidental de África estaba ya recogida en las dos cartas de Varela y Ulloa, se completó esa parte en el verano de 1788 con la carta de las islas Azores, dándose por terminado el trabajo de campo básico. Mientras Tofiño permanecía al mando de las campañas hidrográficas, José de Vargas Ponce se instalaba en Madrid para coordinar el equipo de grabadores y dibujantes. Participaron en el grabado y estampación del Atlas Marítimo de España casi todos los buenos grabadores de la época, algunos verdaderos especialistas del grabado cartográfico; entre ellos, sobresalen Bartolomé Vázquez, Fernando Selma, los hermanos Manuel y Juan Antonio Salvador Carmona y Juan de la Cruz. Parece que también se le encargó colaborar al famoso geógrafo y grabador Tomás López, pero, según Vargas Ponce, su escasa cualificación profesional le impidió formar parte del equipo.
El trabajo, a pesar de muchos inconvenientes y la falta de dinero proverbial en la Administración, progresó rápidamente y el 15 de mayo de 1787 se terminó la impresión del Derrotero de las costas de España en el Mediterráneo y sus correspondientes de Africa para inteligencia y uso de las cartas esféricas y un atlas con quince cartas del Mediterráneo. En 1789 salió el Derrotero de las costas de España en el Océano Atlántico y de las islas Azores o Terceras para inteligencia y uso de las cartas esféricas y un atlas de treinta cartas con una portada alegórica, dibujada por Rafael Mengs, hijo del célebre pintor de cámara de Carlos III y grabada por Manuel Salvador Carmona. Llevaba por título Atlas Marítimo de España y tuvo un éxito inmediato en toda Europa, como lo demuestran las numerosas ediciones que se hicieron en Francia e Inglaterra.
El mismo año de 1789 apareció una segunda edición en la que se refundieron en un solo volumen los dos anteriores con la portada de Mengs y dos cartas nuevas: el Plano de Cartagena, 1788, grabado por F. Selma, y Vistas de las costas de África en el Océano desde cabo Espartel hasta la península de Gorea en cabo Verde (s. f.).
Esta nueva edición tiene un índice y una ordenación diferente de las anteriores. Mientras en la primera edición las cartas seguían el orden en que fueron levantadas en las sucesivas campañas, en esta definitiva edición estaban colocadas primero las cartas generales o esféricas empezando por la costa cantábrica y continuando por las costas atlánticas, mediterráneas, costas de Baleares y África; seguían los planos de puertos, conservando el mismo orden y las vistas de costas con el esquema indicado.
De los trabajos para levantar la carta esférica de las costas de España, se pudo deducir la medida exacta del territorio español que resultó ser de 10.891 leguas cuadradas de 8000 varas cada una, siendo este resultado el más importante que se obtuvo de todos los grandes proyectos para realizar una carta geográfica del territorio en el siglo xviii, objetivo que no se alcanzó hasta la mitad del siglo siguiente.
En medio de todos estos trabajos, en 1788 hay que anotar su boda, a los cincuenta y seis años de edad, con Gertrudis de la Mola Esteller, viuda y madre de su subordinado en las tareas hidrográficas Julián Ortiz Canelas.
En el año de 1789 fue relevado de su cargo de director de las tres Academias, aunque conservando su sueldo, para que se dedicara plenamente a tareas de asesoramiento científico a las autoridades de la Marina, siendo sustituido por Cipriano Vimercati.
Fue también académico de la Real Academia de la Historia, de la Academia de Ciencias de París (como corresponsal de Jean-Charles Borda) y de la Academia de Ciencias de Lisboa, e individuo de las sociedades de Amigos del País de Vascongadas y Mallorca.
Murió a los sesenta y dos años el 15 de enero de 1795 en San Fernando (Cádiz), a causa de una trombosis, habiendo alcanzado el empleo de brigadier de la Armada y un reconocimiento científico internacional.
Obras de ~: Compendio de la geometría elemental y trigonometría rectilínea para uso de los Cavalleros Guardias Marinas, [Isla de León], 1771 (otras ediciones en 1788, 1794, 1799); Observaciones astronómicas hechas en Cádiz, en el Observatorio real de la Compañía de cavalleros Guardias Marinas, [Cádiz], 1776-1777; Derrotero de las costas de España en el Mediterráneo y su correspondiente de Africa, para inteligencia y uso de las cartas esféricas [...] construidas por el brigadier de la Real Armada Don Vicente Tofiño de San Miguel, Madrid, 1787; Derrotero de las costas de España en el océano Atlántico y de las islas Azores o Terceras, para inteligencia y uso de las cartas esféricas [...] construidas por el brigadier de la Real Armada Don Vicente Tofiño de San Miguel, Madrid, 1789; Atlas Marítimo de España, [Madrid, 1789].
Bibl.: [M. Fernández de Navarrete], Papeletas biográficas del jefe de escuadra Vicente Tofiño, s. f., (ms.) Real Academia de la Historia); J. Dougall (trad.), España maritima or spanish coasting pilot: containing directions for navigating the coasts and harbours of Spain, in the Atlantic and Mediterranean, with the Balearic Islands and coast of Portugal, illustrated with twenty-eight charts and plans drawn from the Spanish surveys of Vicente Tofiño de San Miguel, London, W. Faden (printed by W. Bulmer and Co.), 1812; M. Fernández de Navarrete, Biblioteca Marítima Española, Madrid, 1851, reimpr. aumentada por A. Palau-Dulcert, Barcelona, 1996, t. II, págs. 772-777; J. Carrete Parrondo, “La edición del Atlas Marítimo Español de Vicente Tofiño y José Varela y Ulloa. 1786‑1789”, en Cuadernos de Bibliofilia, 4 (1980), págs. 19‑26; L. Martín‑Merás, “El Atlas Marítimo Español, 1787‑1789”, Cicle de conferencies presentat amb motiu del Symposium IMCOS, Barcelona, 3, 4 y 5 de octubre de 1986, págs. 49‑60; “El atlas Marítimo de España 1787‑1789”, en Ingeniería Naval, n.º 654 (1989), págs. 563- 565; J. M. Cano Trigo, “En el segundo centenario de la publicación del Atlas Marítimo de España”, en Revista de Historia Naval, n.º 25 (1989), págs. 33‑55; V. Tofiño de San Miguel, Atlas Marítimo de España, ed. facsímil, Madrid, Instituto Hidrográfico de la Marina, 1989; L. Martín‑Merás, “Bicentenario de un Atlas ilustre”, en Revista Española de Defensa, año 3, n.º 26 (1990), págs. 66-67; F. J. González, “Vicente Tofiño de San Miguel: la cartografía científica en la España ilustrada”, en Marinos cartógrafos españoles, Madrid, Prosegur, 2002, págs. 91-109.
Luisa Martín-Merás Verdejo