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Antonio de Albornoz y Mantilla

Biografía

Albornoz y Mantilla, Antonio de. Écija (Sevilla), 1734 – San Fernando (Cádiz), 18.XI.1795. Destacado marino y jefe de escuadra de la Armada.

Nacido en una familia noble y acomodada por ambas ramas. Su padre, Pedro de Albornoz y Valderrama, y su madre, María Mantilla Cárdenas, eran originarios de Écija y no se les conoce actividad distinta de la de administración de sus propiedades. Su formación debió de ser la normal para la época, aunque con una cierta inclinación a la mar, que compartió con su hermano Francisco, dos años mayor que él. Su padre solicitó y obtuvo carta-orden de guardiamarina para ambos, y sentaron plaza en el Departamento de Cádiz el mismo día (21 de agosto de 1750). Le tocó vivir en la época de auge del Estado absolutista y en el denominado siglo de la Ilustración, dominado por el pensamiento francés. En el año de nacimiento de Albornoz reinaba en España Felipe V, que tenía a Patiño presidiendo su Gobierno. En 1746 murió el Rey y subió al trono su hijo Fernando VI con el marqués de la Ensenada al frente del Gobierno.

El nuevo monarca implantó una política de neutralidad en el exterior y reformismo en el interior.

Albornoz embarcó por primera vez en el navío Tigre en el que efectuó campañas al corso por el Mediterráneo y, más tarde, repitió las campañas, esta vez, por el Océano en el navío Infante, así como después en el Asia. Ascendió a alférez de fragata (15 de junio de 1754) y embarcó en el jabeque Catalán, volviendo al Mediterráneo en campaña al corso; siguió de nuevo, continuando las campañas por el mismo mar en la fragata Liebre, en la de su igual clase Industria y en el navío Firme; realizó diferentes navegaciones de vigilancia por el propio Mediterráneo y Océano y conducción de tropas a las islas Baleares y a las Canarias.

Ascendió a alférez de navío (9 de marzo de 1758) y embarcó en el navío Tridente, con el que se trasladó a la Habana. Durante los cinco años que se mantuvo en dicho apostadero, estuvo embarcado y navegó en las fragatas Liebre y Tetis y en el paquebote Marte.

En 1761 fallecía el Monarca sin descendencia, y ocupa el trono su hermanastro el rey de Nápoles Carlos III, con él empuña las riendas del poder la generación del despotismo ilustrado y se inicia una etapa de acentuado belicismo que hizo inviable la neutralidad fernandina. El nuevo rey orienta su política exterior hacia el problema indiano. El instrumento de esta política es el Tercer Pacto de Familia de 1761, encaminado a cortar, sin conseguirlo, la expansión inglesa en el Nuevo Mundo y las continuas transgresiones de Inglaterra obligaron a España a entrar en la guerra de los Siete Años (7 de enero de 1762).

Albornoz se encontraba embarcado en el último buque de los citados anteriormente, que estaba al mando de Domingo Boenechea, cuando al regreso de una campaña al puerto de La Habana le encontraron bloqueado por los ingleses y desviaron su derrota en demanda del de Mariel, donde encontraron a la fragata Venganza; fueron atacados ambos buques por una división inglesa constituida por un navío, dos fragatas y diferentes embarcaciones menores procedentes de la escuadra inglesa que bloqueaba La Habana, las cuales debieron regresar a sus buques de origen por tierra.

Resistieron hasta quemar el paquebote y la fragata para que no cayeran en manos enemigas, dirigiéndose Albornoz con toda la tripulación y dotación a La Habana por tierra, para tomar parte en la defensa de la ciudad. Fue destinado al castillo del Morro, del que era gobernador el capitán de navío Luis de Velasco, famoso defensor de dicho castillo; y en una de las salidas que realizó, además de los combates diarios que sostuvo, recibió dos heridas. Los ingleses ocuparon La Habana y Manila; España recuperó Sacramento (actual Uruguay) e invadió Portugal. En 1763, se firmó la Paz de París por la que a cambio de la Luisiana (francesa), Manila y La Habana, se devolvió Sacramento y se cedió la Florida, la bahía de Pensacola y el fuerte de San Agustín.

En el navío Monarca volvió a Europa, y, una vez curadas las heridas, con el jabeque Cuervo y el navío San Genaro, hizo servicios en el ámbito del Departamento de Cádiz. Con el primero se encontró en la lancha de su buque remolcando al también jabeque Gavilán, para batir un jabeque moro; habiéndolo inutilizado a cañonazos, los propios moros tuvieron que quemarlo.

Ascendió a teniente de fragata (15 de enero de 1766) y le dieron el mando de la galeota Golondrina, de la división de Diego Torres, que operaba en el Mediterráneo.

Más tarde, al ascender a teniente de navío, obtuvo el mando de la primera división de las mismas galeotas, izando su insignia en la Vigilante, una de las de su división. Tuvo combate contra un jabeque argelino, recibiendo en su abordaje siete heridas de arma blanca, y hecho prisionero, estuvo tres años y un mes de esclavo, arrastrando cadenas y grilletes. Poco tiempo después de reincorporarse, recibió un nuevo ascenso, esta vez, a capitán de fragata (19 de octubre de 1772) y, en reconocimiento a sus indiscutibles méritos, le fue concedido el mando del navío Diligente, caso poco habitual para un jefe tan moderno. En este buque, perteneciente a las escuadras, sucesivamente, de los generales Luis de Córdova, Antonio de Ulloa y Juan de Lángara, cuando este último era su jefe, y habiendo ascendido a capitán de navío (17 de febrero de 1776), se halló en el combate naval que dicha escuadra sostuvo contra la Armada inglesa del almirante Rodney en las proximidades del cabo de Santa María (16 de enero de 1780), en la cual resultó, de nuevo herido y cayó prisionero, otra vez.

Al reincorporarse se encontró con la grata noticia de que había ascendido a brigadier (3 de febrero de 1780). Todavía mandó las fragatas Astrea y Venus, con las que hizo dos viajes redondos (ida y vuelta) a las islas Filipinas, el navío San Genaro, donde habíaestado embarcado de alférez de navío, que condujo de Cádiz a Cartagena para desarmar y la fragata Brígida en la escuadra de evoluciones, bajo las órdenes del general Juan de Lángara una vez más. Su último mando sería el navío Glorioso, en el Departamento de Cartagena, hasta su promoción a jefe de escuadra (21 de septiembre de 1789). Pidió y obtuvo su traslado al Departamento de Cádiz y lo cual llevó a cabo en 1793, de transporte en el navío Real Carlos. Permaneció en la isla de León, capital del departamento gaditano, efectuando los servicios que le fueron solicitados, hasta su fallecimiento, que tuvo lugar el 18 de noviembre de 1795, de muerte natural.

Albornoz estaba casado con María del Carmen Calafat, natural de Cartagena, y poseía la encomienda de Adelfa en la Orden militar de Calatrava, lo que le permitió disfrutar una pensión vitalicia de 8.629 reales de vellón anuales.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de la Marina Álvaro de Bazán (El Viso del Marqués, Ciudad Real), Exp. personal, leg. 620/26, 1870.

F. P. Pavía, Galería biográfica de los generales de Marina, jefes y personajes notables que figuraron en la misma corporación desde 1700 a 1868, t. I, Madrid, Imprenta de J. García, 1873, págs. 41- 43; D. de la Válgoma y Díaz-Varela y J. L. de la Guardia y Pascual del Pobil, barón de Finestrat, Real Compañía de guardiamarinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes, asientos 971, 972 y 2683, Madrid, Instituto Histórico de la Marina, 1955, págs. 346; C. Martínez-Valverde, “Biografía de Antonio de Albornoz”, en J. M.ª Martínez Hidalgo (dir.), Enciclopedia general del mar, t. I, Barcelona, Ediciones Garriga, 1957.

 

José María Madueño Galán

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