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Juan García del Postigo y del Prado

Biografía

García del Postigo y del Prado, Juan Julián Pedro. Écija (Sevilla), 24.VI.1715 – Cartagena (Murcia), 18.I.1781. Marino.

Hijo legítimo de María Josefa del Prado y Barreda y de Juan Bautista García del Postigo, I marqués de García del Postigo, en Nápoles. Se le formó asiento en la Real Compañía de Guardias Marinas, en Cádiz, el 19 de enero de 1730. Por ser uno de los más meritorios cadetes de las promociones de 1730 y 1731, fue designado por el comandante Pedro Manuel Cedillo para ir a América en compañía de Jorge Juan y Santacilia en la expedición científica destinada a la medición del meridiano terrestre, compuesta por eminentes sabios franceses dirigidos por La Condamine, pero, encontrándose en campaña por ultramar, lo reemplazó Antonio de Ulloa, que era de la promoción de 1733. Eso se debió a que Juan estuvo embarcado desde abril de 1732 hasta septiembre de 1737, en los navíos Andalucía, León, Europa y Asia, en las diferentes comisiones que tuvieron en la expedición de Orán, corso del Mediterráneo, transporte de tropas a Italia. Alférez de fragata, el 9 de septiembre de 1737, servía en la quinta compañía del tercer batallón de Infantería de Marina. En 1738, le trasladaron a la fragata Esperanza, uno de los barcos de la escuadra de José Pizarro que pasaron al Pacífico en persecución de la británica del almirante lord Anson, manteniéndose en situación de guardacosta de las riberas americanas de Occidente hasta el año 1745, en que desembarcó en Buenos Aires. En 1740 y 1741 había ascendido, respectivamente, a alférez de navío y teniente de fragata. Después de los descalabros de la escuadra de Pizarro, regresó a Europa, con dicho señor y oficiales que existían en ella, en el navío Asia, trayendo caudales a Corcubión y siguiendo a Ferrol. Desde allí Pizarro lo mandó hacia La Coruña con destino a Cádiz, al mando de cuatro navíos particulares que habían llegado con caudales desde Veracruz. Se embarcó en el navío Jorge, y fondeó en Cádiz en abril de 1746. Luego se embarcó en el navío Glorioso y al regreso de Veracruz, por julio de 1747, participó en dos combates muy tenaces, sobre Cuervo y Flores, de Filibusterre, con un navío de sesenta cañones, una fragata de treinta y seis y un paquebot, quedando siempre el campo de batalla por las armas de Su Majestad, que en atención a este particular mérito ascendió al comandante y demás oficiales siendo él incluso en el número de capitanes de fragata. Fondearon por agosto en Corcubión de donde desembarcaron los caudales del Rey y particulares.

Sobre el cabo de San Vicente, se batió con dos fragatas corsarias de treinta y seis cañones, las cuales a las primeras descargas huyeron al día siguiente con un navío de sesenta cañones que, estando batiéndolo, a las dos horas de combate saltó en el aire.

A las diez de la noche del mismo día se empezó a batir un navío de tres puentes, y a las cuatro horas y media, después de tenaz resistencia, debido a las averías se determinó arriar la bandera, lo que fue aprobado de Su Majestad dando una carta de gracias al comandante, oficiales y tripulación. Después quedaron prisioneros y fueron conducidos a Lisboa, en donde se le dio orden de pasar a Ferrol, en cuyo destino estuvo hasta 1749, año en el que se le nombró en el departamento de Cartagena. Dos años después se le destinó de segundo capitán del navío San Felipe, con el que se mantuvo durante un año en el corso del Mediterráneo. En 1753 se dirigió a Cádiz, por tierra, con orden de embarcarse de segundo del capitán de navío Manuel Guirior, en el Fuerte, uno de los buques destinados para guardacosta de las islas de Barlovento, lo que ejecutó al volver de La Habana en conserva del América, portador de caudales para Veracruz. Fondeó de regreso en Cádiz por agosto de 1756. Pasó desde allí al departamento de Cartagena, donde llegó en diciembre de aquel año, manteniéndose durante el siguiente, entre abril y septiembre, al corso en el América. En 1758 sirvió de segundo de su hermano Isidoro, comandante del Soberano, saliendo el 3 de junio, en conserva del navío de la escuadra de Andrés Reggio, y el 8, a diez leguas de Torremolinos, apresaron una fragata y, después de vencer una resistencia tenaz, hundieron la capitana de Argel.

Tras haberse mantenido algunos días al corso, sobre los cabos de Santa María y San Vicente, pasó desde Cádiz a Génova y Marsella con caudales del Rey y volvió a Cartagena. Ascendió a capitán de navío, en abril de 1760 al mando del Terrible, uno de los destinados a cruzar sobre Argel, de la escuadra del marqués del Real Transporte; finalizada la campaña, se le dio orden de pasar a Cádiz e ir en conserva del navío Fernando, restituyéndose a Cartagena por diciembre de dicho año en que quedó embarcado. En febrero de 1761 se le dio el mando del navío Soberano, y en éste y en el Aquilón, cuyo capitán era el marqués González Griñí, embarcó el 2.º batallón de Aragón, y pasaron a Cádiz para incorporarse a la escuadra del marqués del Real Transporte, que iba a América; se hicieron a la vela en abril y llegaron a La Habana el 30 de junio de 1761, en cuyo puerto estuvo hasta que en 1762 los ingleses se apoderaron de dicha plaza. Sus captores le condujeron, junto a los demás oficiales, hasta Cádiz a finales de octubre de 1762. Tomó luego el mando del Eolo para llevarlo a Ferrol en conserva del Magnánimo, para conducir a la marinería de aquella matrícula que estaba en el puerto de Cádiz, así como a algunos oficiales de contaduría. Desde Ferrol regresó a Cartagena por tierra, llegando en junio de 1763. Dos años después, a cargo del navío Atlante, fue comisionado para cruzar, desde ese puerto hasta el cabo de Sacratif, y desde el cabo de Tresfolces hasta el de Falcu, en reemplazo de su capitán enfermo Francisco de Tilly, a quien entregó el mando un mes más tarde. Tomó el mando del navío Triunfante, de setenta cañones, el 25 de abril de 1769, y trasladó dos Regimientos de Lombardía y Brabante que se hallaban en Mallorca, en reemplazo del de África y Voluntarios Extranjeros, que estaban en Barcelona. Cumplida tal misión, pasó a Cádiz con seis mil fusiles y los reclutas que había en la Ciudad Condal para los Regimientos de Irlanda y Ultonia. Desde Cádiz zarpó el 19 de agosto a cruzar los cabos de Santa María y San Vicente, a fin de defender las embarcaciones procedentes de La Habana, manteniéndose, hasta el 2 de octubre de 1769, en que escoltó hasta asegurar en puerto a más de dieciocho barcos que venían con tropas, frutos y caudales, persiguiendo y ahuyentando a una escuadra de jabeques argelinos, con la felicidad de que no apresaran ningún registro de América. Recuperó, en ese tiempo, un paquebot con 75.000 libras de tabaco en polvo que había salido desde Sevilla con destino a los estancos de la costa de Cantabria, que los moros habían capturado sobre el cabo Spichel. Fondeó en Cádiz, ya libre el mar de enemigos, recibiendo orden del capitán general marqués de la Victoria de restituirse a Cartagena para embarcar 4.000 reales de vellón, tomar el batallón de Ultonia destinado a Ceuta y tres compañías del extinguido Regimiento de la Reina, para Alicante. En 1770, en calidad de subinspector revisó el Real Cuerpo de Artillería de Marina del Apostadero de Cartagena, a satisfacción del jefe de escuadra Antonio de Ulloa, inspector general, y del capitán general marqués de la Victoria. En 1773 le confió el Rey el mando del navío Monarca, con la orden de pasar a Cádiz y transportar a Barcelona los Regimientos de Mallorca e Irlanda, desde donde viajó a Génova y Nápoles con 4.000.000 de pesos.

Ascendió a brigadier el 22 de enero de 1775, dándosele al siguiente año el mando del navío Santiago la América, para conducir azogues a Veracruz, donde fondeó sin inconvenientes. Allí el virrey le participó que debía pasar a La Habana, según orden de la Corte, portando a España caudales y frutos, después de dejar el real situado en Cuba. Más tarde se le dio el mando del San Rafael, quedando agregado en marzo de 1777 a la escuadra de Miguel Gastón, que después tomó Luis de Córdova. Falleció soltero.

 

Bibl.: D. de la Válgoma y J. L. de la Guardia y Pasqual del Pobil, barón de Finestrat, Real Compañía de Guardias Marinas y Colegio Naval, t. I, Madrid, Instituto Histórico de Marina, 1943, pág. 95, n.º 556; F. de Solano y Pérez-Lila, La pasión de reformar. Antonio de Ulloa, marino y científico 1716-1795, Cádiz, Universidad, Servicio de Publicaciones, 1999, págs. 71-72; I. Vázquez de Acuña y García del Postigo, Historial de la Casa de Gálvez, 2.ª parte, cap. X, 2005 (inéd.).

 

Isidoro Vázquez de Acuña y García del Postigo

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