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Francisco Javier Everardo de Tilly y García de Paredes

Biografía

Tilly y García de Paredes, Francisco Javier Everardo de. Marqués de Casa Tilly (I). Villalba del Alcor (Huelva), 1712 – Cartagena (Murcia), 11.XII.1795. Capitán general de la Armada.

Nació, reinando en España Felipe V y María Luisa de Saboya, en el seno de una noble familia andaluza, sus padres fueron Francisco Everardo Tilly, capitán de Infantería, y su madre Catalina Paredes y Martínez.

Sentó plaza de guardia marina en el Colegio de Guardia Marinas de Cádiz el 5 de noviembre de 1727, año en el que España inició el asedio de Gibraltar. En este empleo estuvo embarcado en la escuadra compuesta por cuatro navíos y tres fragatas que, al mando del jefe de escuadra Rodrigo de Torres, participó en la campaña del Canal de la Mancha organizada para interceptar los convoyes que partieran de Inglaterra en apoyo de la plaza de Gibraltar. Posteriormente pasó a Cartagena destinado a la escuadra del teniente general Francisco Cornejo, con la que salió de Alicante el 15 de junio de 1732 para las operaciones de reconquista de Orán, transportando las fuerzas que mandaba el conde de Montemar, general José Carrillo de Albornoz que, tras desembarcar en Mazalquivir, tomaron rápidamente la plaza de Orán, y finalizadas las operaciones el 1 de agosto regresaron a Cartagena. El 23 de septiembre de 1733 ascendió Tilly a alférez de fragata.

En noviembre, tras la firma el día 7 en El Escorial del primer Pacto de Familia entre España y Francia, en el que se conjugaban los intereses de las naciones firmantes frente a los de Gran Bretaña y Austria, salió con la división formada por los navíos Princesa y Conquistador, mandados por el capitán de navío Gabriel Pérez de Alderete, para apoyar a las tropas del conde de Montemar que con los buques que mandaba el conde de Clavijo, jefe de escuadra Miguel Sada y Antillón, se dirigieron a la toma de Nápoles y Sicilia que quedaron bajo la autoridad del infante don Carlos a título de rey por cesión de los derechos de su padre Felipe V. A su regreso a Cádiz los navíos de Pérez de Alderete, donde Tilly estaba embarcado, batieron a tres buques argelinos en las proximidades del estrecho de Gibraltar y apresaron uno de dieciséis cañones. El 17 de noviembre de 1735 ascendió a alférez de navío y fue destinado como teniente de la primera compañía del Batallón de Marina con la que estuvo navegando en diversos buques del departamento de Cádiz hasta el 24 de junio de 1738 que, embarcado en el navío América, entró en Cartagena, quedando dicho buque agregado a la escuadra de este departamento.

Este año 1738, por el Tratado de Viena se alcanzó la paz, muy beneficiosa para España por avecinarse un nuevo conflicto con Gran Bretaña, cada vez más alarmada por el fortalecimiento que, por el impulso del secretario de Marina e Indias, Guerra y Hacienda, José Patiño, estaba adquiriendo el poder naval español con el crecimiento de la construcción de navíos y la creación de reales compañías de comercio que agilizaban el intercambio mercantil con América y Filipinas, consecuencia de una política independiente y potente capaz de combatir ventajosamente con la de Londres.

Entre el 1 de enero y el 27 de febrero de 1739 estuvo Tilly comisionado al mando del jabeque mercante Santo Cristo de Santa Cruz, armado en corso por cuenta del Rey y tripulado con ciento cincuenta hombres de la escuadra, que realizó con otro de la misma clase, al mando del teniente de navío Juan de Aróstegui, varias salidas al corso contra argelinos en el Mediterráneo.

La situación insostenible creada por el contrabando británico en América y la consiguiente represión de los guardacostas españoles se intentó atemperar por el acuerdo de El Pardo (1739), pero el incumplimiento de lo estipulado por ambas partes hizo inevitable la guerra, llamada por los ingleses “de la oreja de Jenkins” en la que, a pesar del gran esfuerzo militar realizado por estos, no consiguieron apoderarse de los territorios españoles de América.

El 28 de agosto de 1740, Tilly fue promovido a teniente de fragata y embarcó en el navío Invencible, buque insignia de la escuadra del general Rodrigo de Torres, con la que se trasladó a operar en la América Septentrional contra los ingleses. El 30 de junio de 1741 el Invencible sufrió un tremendo incendio cuando se encontraba fondeado en el puerto de La Habana, murieron dieciséis hombres y resultaron heridos veintiuno. Tilly, con el resto de la dotación, pudo salvarse por medio de las lanchas y botes de la bahía.

El 30 de julio ascendió a teniente de navío nombrándosele a la vez capitán de la tercera compañía del octavo Batallón de Marina, regresando a Cádiz.

Hasta el 14 de mayo de 1744 estuvo embarcado en distintos navíos y jabeques haciendo el corso en el Atlántico y el Mediterráneo, tomó parte en varios combates contra buques de las potencias berberiscas resultando herido en uno de ellos. El 14 de mayo ascendió a capitán de fragata y embarcó como segundo comandante del navío Neptuno en el que estuvo hasta el mes de septiembre de 1745, fecha en que el buque fue desarmado en Cartagena. El 26 de octubre fue destinado a Madrid, donde estuvo prestando servicios hasta el 14 de febrero de 1750, en que por Real Orden volvió destinado al departamento de Cartagena, donde el 17 de junio fue designado, a propuesta del comandante general Francisco de Liaño, vocal de la recién creada Junta de Asistencia del general, por ser considerado uno de los jefes más idóneos para ello.

El 9 de julio de 1746 falleció Felipe V y le sucedió en el Trono su hijo Fernando VI, que inició su reinado en plena participación española en la Guerra de Sucesión de Austria, iniciada en 1740, y que como consecuencia de la situación política en Europa había llevado a España a firmar con Francia el segundo Pacto de Familia, en octubre de 1743, dirigido contra Austria, Gran Bretaña y Saboya, que tenía por objeto entregar al infante don Felipe el estado de Milán y los ducados de Parma y Piacenza, y recuperar Gibraltar y Menorca. Firmado el Tratado de Aquisgrán en 1748, se gozó de la paz durante el resto del reinado de este Monarca.

El 10 de junio de 1751 tomó Tilly el mando del navío Reina, hasta el 23 de septiembre que pasó como comandante al San Felipe. El 13 de enero del año siguiente pasó al Tigre como segundo comandante, por fallecimiento del comandante se hizo cargo del mando y llevó a cabo una salida a la mar en Ferrol y otra al corso.

El 18 de abril se nombró nuevo comandante del buque y Tilly continuó de segundo. Convoyó dos buques comerciales desde cabo San Vicente a Cádiz y continuó hasta Cartagena desde donde efectuó dos salidas al corso en el Mediterráneo. Por Real Orden de 29 de julio de 1752 se le destinó al navío Septentrión, donde embarcó el 12 de agosto como capitán de pabellón del jefe de escuadra Pedro Mesía de la Cerda, marqués de la Vega de Armijo, comandante general del departamento de Cartagena. La escuadra fue fraccionada en dos divisiones y en el mencionado buque salió con la primera división, a las órdenes Pedro de Mesía para hacer el corso contra los argelinos desde Málaga a Barcelona, trasportando antes dos batallones del Regimiento España desde Alicante a Orán.

El 30 de marzo de 1754 ascendió a capitán de navío y el 29 de noviembre tomó el mando del navío Tridente con el que salió de Cartagena el 10 de diciembre para transportar de Alicante a Orán seiscientos ochenta dragones. Transcurrió el tiempo de su mando haciendo el corso en el Mediterráneo. El 17 de mayo de 1758 tomó el mando del navío Vencedor que con el Héctor y el Soberano componía la división que mandaba el capitán de navío Isidro García del Postigo. El 3 de junio salió para Cádiz y el 9 avistó a la altura de Cabo Palos tres buques sospechosos a los que persiguió, uno de ellos, que, según se supo después, era una presa, se separó de los otros dos que cubrieron su retirada y que resultaron ser el navío argelino Castillo Nuevo, de sesenta cañones, y la fragata Calavera, de cuarenta, que al avistar a los buques españoles emprendió la huida y fue perseguida por el Héctor hasta la costa de Berbería, donde desapareció. El navío fue atacado por el Soberano y el Vencedor y quedó completamente desarbolado a las once de la noche, rindiéndose a la una de la madrugada. Al amanecer se acercaron los botes españoles para rescatar a la gente, porque el casco agujereado se estaba hundiendo al no ser suficientes las bombas para achicar el agua.

Se trasbordaron al Soberano ciento treinta y cinco argelinos y veintisiete cristianos cautivos y al Vencedor ciento setenta y uno y veintiséis, contándose un total de ciento cuarenta enemigos entre los muertos en el combate y los ahogados después, y sufriendo los españoles un muerto y doce heridos. La división siguió su viaje a Cádiz y el 10 de septiembre el Vencedor y el Soberano salieron para Cartagena donde fondearon el 19 de octubre. El 1 de noviembre se dispuso el desarme del Vencedor y el día 27 Tilly tomó el mando del navío Atlante, con el que siguió dedicándose al corso en el Mediterráneo, apresando el 13 de abril de 1759 un pingue argelino con setenta y dos hombres y el 6 de mayo otro con ciento tres.

El 10 de agosto falleció prematuramente Fernando VI que, desde la muerte de su esposa, María Teresa Bárbara de Braganza, el año anterior, se encontraba sumido en un terrible estado de melancolía. Le sucedió su hermano Carlos III, que en octubre llegó a España embarcado en la escuadra del marqués de la Victoria, capitán general Juan José Navarro de Viana y Búfalo, procedente de Nápoles donde había reinado durante veinticinco años. La postura inicial de Carlos III, en política exterior, fue continuista, pero la actitud hostil del gobierno británico de Pitt, que fomentaba las agresiones a las pesquerías de Terranova, los establecimientos comerciales en la costa de Honduras, el contrabando desde Jamaica, los ataques corsarios al comercio español y, por último, la falta de respuesta a las continuas reclamaciones hispanas, provocaron el acuerdo con Francia, muy necesitada de la intervención de Carlos III para paliar el adverso derrotero que llevaba para sus intereses la Guerra de los Siete Años, en la que apoyaba a Austria en su enfrentamiento con Prusia que contaba con el apoyo de Inglaterra. Por ello, a pesar de que a España le convenía la paz, se llegó al tercer Pacto de Familia, en 1761, que provocó la ruptura definitiva con la Gran Bretaña, el 2 de enero de 1762, ansiosa de anticiparse a los preparativos militares españoles.

Tilly con el Atlante se unió a la escuadra del jefe de escuadra Pedro de Stuart y Portugal con la que salió el 13 de agosto de 1759 para Nápoles, donde desembarcó el 16 de noviembre para tomar el mando del navío Triunfante el 7 de diciembre. El 12 de enero de 1760 tomó el mando del navío Héctor en el que cesó el 20 de septiembre y el 27 de diciembre se fue a Madrid en licencia por asuntos propios hasta el 2 de marzo del año siguiente que, finalizada la licencia, regresó a Cartagena como comandante del navío Terrible.

Por Providencia Real, dada en Aranjuez el 23 de abril, se le concedió el título de marqués de Casa Tilly para él y sus sucesores en perpetuidad, en atención a los dilatados méritos y servicios realizados durante treinta años y al buen desempeño de los mandos que se le habían encomendado. El 23 de mayo de dicho año, 1761, salió con su navío de Cartagena, regresó y volvió salir para ejercitar el corso al mando de la división formada por su buque, el Triunfante y la fragata Astrea, regresó a Cartagena y salió nuevamente con los mismos buques para Cádiz el 8 de agosto. Desde este puerto realizó varias comisiones con su buque hasta que, declarada la guerra a Inglaterra, fue destinado con él a formar parte de la escuadra del Mediterráneo que mandaba el jefe de escuadra Agustín de Idiáquez, en la que estuvo integrado hasta el 22 de mayo de 1762 por tener que entrar el buque en dique.

El 26 de junio tomó el mando del Atlante con el que hizo varias salidas por el Mediterráneo integrado en la misma escuadra.

El 10 de febrero de 1763 finalizó la guerra con la paz de París, por la que España recuperó La Habana y Manila, que habían sido tomadas por los ingleses en julio y septiembre de 1762 respectivamente, a costa de devolver Colonia Sacramento y entregar La Florida a Gran Bretaña. La paz sólo se vio perturbada por la ocupación británica de las Malvinas en 1765, que obligó a desalojarlas en 1770 por una escuadra al mando de Madariaga.

En febrero de 1763, se le dio a Tilly a elegir buque para embarcar entre los destinados al corso en el Mediterráneo, optando por el Terrible con el que salió de Cartagena el 14 de marzo para llevar a Nápoles personal, efectos, 100.000 pesos y 400.000 quintales de plomo. Finalizada la comisión, regresó a Cádiz y transbordó con toda la tripulación al Septentrión el 1 de agosto. El 10 de septiembre se le destinó con el buque a Melilla para tomar el mando de las fuerzas navales, compuestas por el navío Glorioso, la fragata Astrea, ocho jabeques y tres galeotas, que se reunieron allí al tenerse noticias de que el ejército marroquí, que se suponía acampado en sus inmediaciones, planeaba atacar esta plaza. El enemigo no llevó a cabo la agresión y el 3 de noviembre regresó Tilly a Cartagena, donde desembarcó el día 16 por haberse dispuesto el desarme del buque.

El 6 de abril de 1764 tomó el mando del navío Atlante y el 1 de mayo salió para Civittavechia, en la provincia de Roma, llevando al general de la Orden de los Dominicos, fray Juan de Bixador, a los hijos del marqués de Esquilache, a las tripulaciones de las galeotas que habían llegado construidas en Nápoles y a otras personas que habían acompañado a Carlos III desde aquel Reino. El 19 de octubre se dispuso que transbordase con toda la dotación al nuevo navío Velasco con el fin de hacer con él su primer viaje de prueba para lo que salió de Cartagena el 6 de noviembre y regresó el 21. En el informe que emitió sobre el buque propuso la conveniencia de que los navíos se clasificasen en tres o cuatro clases, y que se adoptasen reglas inalterables para la construcción de sus popas eligiéndose la forma arqueada por considerar que era la más conveniente. El Rey ordenó que todos los navíos que se construyesen del porte del Velasco se hiciesen con los mismos planos y medidas que éste. El 14 de enero de 1765 desembarcó del Velasco por habérsele asignado nuevamente el mando del Atlante que tomó el 20 de marzo realizando una campaña al corso entre el 22 de abril y el 19 de mayo. Posteriormente fue destinado el buque a la escuadra del capitán general de la Real Armada Juan José Navarro y Búfalo, marqués de la Victoria, que debía llevar desde Cartagena a Génova a la infanta de España María Luisa, y de regreso a la princesa de Parma, lo que realizó entre el 25 de junio y el 11 de agosto. El 17 de septiembre salió con el chambenquin Garzota hacia las costas de Argel para interceptar un navío holandés de treinta y dos cañones que se esperaba que saliese de Gibraltar con armamento y municiones para los argelinos, y, aunque no lo pudo encontrar, detuvo a un paquebote también holandés que transportaba cincuenta cañones, que envió con el Garzota a Cartagena. El 6 de octubre entró Tilly en Cartagena y desembarcó por enfermedad hasta el 1 de noviembre que se reintegró al buque donde permaneció hasta el 3 de febrero de 1766. El 19 de febrero de 1767 ascendió a jefe de escuadra y contrajo matrimonio con Ana de Llamas y Menda. Entre el 13 de mayo de 1768 y el 8 de agosto de 1770 estuvo al mando de la flota que salió de Cádiz para América destinada a proteger el tráfico entre ésta y la Península. El 13 de noviembre tomó en Cartagena el mando de una división compuesta por los navíos Monarca y Vencedor con los que salió para Cádiz transportando distinto armamento y efectos.

El 26 de junio de 1771 volvió a Cartagena después de haber entrado en Barcelona, donde se unieron a su división los navíos Serio y Triunfante y la fragata Santa Teresa para ser desarmados en Cartagena, donde Tilly cesó en el mando al deshacerse la división. Entre el 3 de marzo y el 22 de julio de 1772 estuvo de licencia en Madrid y, al finalizar, regresó a Cartagena, donde a propuesta del comandante general del departamento fue designado presidente de una junta de oficiales que se formó para auxiliar en sus trabajos a la que se había creado por una nueva ordenanza de almacenes, repuestos y conservación de pertrechos de los bajeles.

El 8 de marzo de 1773 fue nombrado comandante general de los batallones de Marina por lo que se trasladó a Cádiz. El 20 de diciembre de 1774 fue promovido a teniente general de la Armada, nombrándole gentil-hombre de cámara.

El 4 de julio de 1776 se produjo la declaración de independencia de los Estados Unidos, lo que unido a los nombramientos en España del conde de Floridablanca como secretario de Estado en 1777 y de Marina a González de Castejón motivó un cambio de orientación de la política exterior española que, además de perseguir la revancha para anular las ventajas conseguidas por Inglaterra en el Tratado de paz de París, consideró como ejes de su política el acercamiento a Portugal, Marruecos y Turquía, y mantener una cierta autonomía respecto a Francia.

El 13 de noviembre se le asignó a Tilly el mando de una escuadra de dieciséis buques que salió de Cádiz transportando al ejército del general Pedro Cevallos para recuperar la isla de Santa Catalina y Colonia Sacramento en la América meridional que habían sido ocupadas por los portugueses. Finalizada la misión regresó a España entrando en Cádiz el 17 de julio de 1778. Le fue concedida por el Rey la Gran Cruz de la Real Orden de Carlos III y volvió a hacerse cargo de la Comandancia General de los batallones de Marina.

Entre abril de 1784 y mayo de 1790 alternó Tilly períodos de actividad con otros de licencia debidos al deterioro que había experimentado su salud.

El 14 de diciembre de 1788 falleció Carlos III sucediéndole su hijo Carlos IV y en 1789 se inició la Revolución Francesa, hechos que iban a trastocar el equilibrio europeo forjado a través del siglo xviii.

El 17 de mayo de 1790 Tilly fue nombrado capitán general de Marina del departamento de Cartagena, cargo que desempeñó hasta el 24 de diciembre de 1792 que se le confirió la dirección general de la Armada y la Capitanía General del departamento de Cádiz, anexa al cargo.

El 1 de febrero de 1794 ascendió a capitán general de la Armada y el 13 de marzo de 1795 fue relevado en el mando de la Armada a petición propia, debido a su mal estado de salud, trasladándose a Cartagena, donde falleció el 11 de diciembre a la edad de ochenta y tres años, después de sesenta y ocho al servicio de la patria.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Museo don Álvaro de Bazán (El Viso del Marqués, Ciudad Real), Expedientes personales, leg. 620/242.

F. de P. Pavía, Galería Biográfica de Los Generales de Marina, t. I, Madrid, J. López, 1873; D. de la Válgoma y Díaz-Varela, Real Compañía de Guardias Marinas y Colegio Naval, Catálogo de pruebas de Caballeros Aspirantes, Madrid, Escelicer, 1943; VV. AA., Gran Enciclopedia Del Mundo, t. IX, Bilbao, Durvan, 1966, págs. 909-910 y 1050; C. Fernández Duro, Armada Española, t. VI, Madrid, Museo Naval, 1973; J. I. González-Aller Hierro, España en la mar, Una Historia Milenaria, Madrid, Lunwerg Editores, 1998; VV. AA., Atlas Histórico de España, Madrid, Ediciones Istmo, 2003.

 

Carlos Márquez Montero