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María de Zayas y Sotomayor

Biografía

Zayas y Sotomayor, María de. Madrid, ¿1590? – 1647 post. Escritora.

Muy poco se sabe de la vida de María de Zayas y Sotomayor, poetisa, autora dramática y sobre todo novelista de extraordinario éxito, que vivió en la primera mitad del siglo XVII. Se ignora si fue casada o soltera. Su formación debió de ser en gran medida autodidacta. Ella dice que su vocación de escritora nació de su afición a la lectura.

En la portada de la primera edición de sus Novelas amorosas y ejemplares (1637), así como en otras ediciones, se dice que es “natural de Madrid”, origen que corroboran diversos contemporáneos. Álvarez y Baena (1791: 48) supuso que, por el tiempo en el que vivió, podía ser hija de Fernando de Zayas y Sotomayor, caballero del Hábito de Santiago y capitán de Infantería, nacido en Madrid, en 1566. Serrano y Sanz (1905: 585) corroboró esta hipótesis al publicar una partida de bautismo, extendida el 12 de septiembre de 1590 en la parroquia de San Sebastián de Madrid, que podría ser la de la escritora.

Amezúa (1948: IX) apuntó la posibilidad de que residiese un tiempo en Valladolid cuando Felipe III trasladó allí la Corte (1601-1606). Sin embargo, los argumentos a favor de esta estancia vallisoletana, basados en alusiones de su obra, son endebles. Acaso tenga más visos de autenticidad la segunda hipótesis de Amezúa que habla de un traslado de la familia de María de Zayas a Nápoles, siguiendo al VII conde de Lemos, durante su mandato como virrey, de 1610 a 1616. Posteriormente se ha demostrado que su padre fue mayordomo del conde. (Barbeito Carneiro, 1986, II: 871-872). Aunque no existen pruebas concluyentes de su estancia en Nápoles, es posible que viviese un tiempo en esta ciudad. Lo único que parece seguro es que mantuvo relación con la familia del IX conde de Lemos, pues en su segunda colección de novelas llama a la condesa “mi señora” e incluye un poema que compuso para ella.

Se ha pensado que tal vez residiese un tiempo en Zaragoza, puesto que en esta ciudad aparecieron las primeras ediciones de sus dos colecciones de novelas. Algún autor ha sostenido, sin ninguna prueba convincente, que en 1643 se hallaba en Barcelona. Pero parece muy improbable que María de Zayas, a quien impresionó muy vivamente el levantamiento de Cataluña, se instalase en la ciudad secesionista.

Entre 1621 y 1639 compone poemas preliminares laudatorios y panegíricos póstumos para diversos escritores, muchos de ellos relacionados con los círculos literarios madrileños (poemas preliminares a obras de Miguel Botello, de Juan Pérez de Montalbán, de Francisco de las Cuevas y de Antonio del Castillo de Larzábal; versos para los homenajes fúnebres de Lope de Vega y de Juan Pérez de Montalbán), lo que hace probable una larga estancia en la ciudad, si es que no pasó toda su vida o gran parte de ella en Madrid.

A partir de la aparición de su segunda colección de novelas cortas, en 1647, no se vuelve a tener ninguna noticia suya. Pudo fallecer en cualquier momento después de esta fecha. No se ha encontrado, por el momento, su partida de defunción: se han publicado dos a nombre de “María de Zayas”, nombre frecuente en la época, pero las indicaciones que contienen no concuerdan con los datos que se tienen de la autora.

Fue inicialmente conocida como poetisa. En el “Prólogo de un desapasionado”, publicado al frente de su primera colección de novelas, se dice que la han aplaudido y celebrado las “doctas Academias de Madrid”. Participó en certámenes poéticos y academias literarias madrileñas: aunque su nombre no figura en ninguna lista de académicos, Willard F. King (1963: 59, n. 81) piensa que participó en la Academia de Francisco de Mendoza (1623-¿1637?) y quizás también en la de Sebastián Francisco de Medrano (c. 1617-1622). Además de poemas de alabanza a algunos contemporáneos, compuso versos amorosos o satíricos, que insertó en sus dos colecciones de novelas cortas y en su obra dramática.

Alaban su talento literario Lope de Vega (El Laurel de Apolo, 1630, silva VIII), Pérez de Montalbán (Para todos, 1632) y Castillo Solórzano (La Garduña de Sevilla, 1642). Parece haberse movido en el entorno de Lope de Vega, del que hace una encendida alabanza en su segunda colección de relatos: “príncipe del Parnaso,..., cuya memoria no morirá mientras el mundo no tuviere fin”.

Castillo Solórzano habla de su amistad con la dramaturga andaluza, Ana Caro Mallén de Soto, a la que Zayas alaba en su segunda colección de novelas. Ana Caro estuvo en Madrid en 1637 y es muy probable que se encontrase entonces con María de Zayas.

En 1637, María de Zayas publica su primera colección de diez novelas cortas, las Novelas amorosas y ejemplares, aunque es muy probable que el título proceda del librero aragonés y no de la autora quien, a juzgar por las alusiones contenidas en la obra, le habría dado como título el que figura en la aprobación y licencia madrileñas de la primera edición: Honesto y entretenido sarao. Aunque se apuntaron ediciones anteriores, de Madrid, Barcelona y Zaragoza, la primera edición se publicó en 1637 y en Zaragoza. Para explicar la edición de sus obras en esta ciudad, se supuso un cambio de residencia de la escritura, aunque no sería necesario ya que, entre 1625 y 1634, el Consejo de Castilla aprobó la suspensión de licencias para imprimir comedias y novelas, lo que explicaría que la escritora enviase (o llevase) su manuscrito a Zaragoza.

Cuando se levantó la prohibición, las imprentas madrileñas estaban saturadas de originales, por lo que el libro apareció en la ciudad aragonesa. Estudiando la aprobación del maestro Joseph de Valdivieso y la licencia del doctor Juan de Mendieta, fechadas, en la primera edición, en 1636 y 1626 respectivamente, Moll (1982) demostró que ambas eran de 1626, aunque el editor zaragozano modernizó la primera de ellas. Hay que suponer que en 1626, María de Zayas tenía lista para la imprenta una colección de relatos, probablemente de ocho relatos, como señala Pérez de Montalbán en su Para todos.

Durante unos años no se vuelve a tener ningún texto suyo hasta que, en 1647, aparece, también en Zaragoza, su segunda colección de novelas: Parte segunda del sarao y entretenimiento honesto. Es posible que guardase silencio, pues al final de esta obra declara: “y como he tomado la pluma, habiendo tantos años que la tenía arrimada”. Pérez de Montalbán, en el Para todos, dice que había compuesto una comedia de “excelentes coplas”. Se conserva una comedia suya manuscrita, La traición en la amistad, editada, por vez primera, por Serrano y Sanz (1905: 590-620).

Las veinte novelas cortas de María de Zayas, publicadas en dos colecciones enmarcadas, contaron con un éxito extraordinario en su momento. Se hicieron muy numerosas ediciones “naturales” o “hurtadas”, como declara la autora, jactándose en su segunda colección del éxito de la primera. Durante los siglos XVIII y XIX continuaron las ediciones, traducciones y adaptaciones de sus novelas. Contó con traducciones al francés, al inglés, al alemán, al neerlandés, al italiano, etc. El éxito internacional de sus novelas sólo fue superado, en el siglo XVII, por Cervantes, Mateo Alemán y Quevedo. Tuvo gran influencia especialmente sobre la literatura francesa. Scarron adaptó varias novelas suyas y estas adaptaciones inspiraron a Molière y a Beaumarchais, entre otros. Robert Challe, a principios del siglo XVIII, y Barbey d’Aurevilly, en la segunda mitad del XIX, se inspiraron en algunos de sus relatos, etc.

Ningún censor del siglo XVII encontró nada que objetar a sus novelas, pero el puritanismo y la misoginia del siglo XIX y de principios del XX, atacaron parcial o totalmente su obra. El norteamericano M. G. Ticknor dijo de su novela El Prevenido engañado que era “de lo más verde e inmodesto” que nunca había leído (Ticknor, 1854: 346, n. 32). Más tajante, el alemán Ludwig Pfandl afirmó que sus novelas eran “historias libertinas” y El Prevenido engañado una “obscena novela”; su realismo “es extraviado, porque con demasiada frecuencia degenera unas veces en lo terrible y perverso, otras en obscena liviandad”. Su condición femenina explica en gran medida los duros juicios del crítico, que acaba las páginas que le dedica preguntándose: “¿se puede dar algo más ordinario y grosero, más inestético y repulsivo que una mujer que cuenta historias lascivas, sucias, de inspiración sádica y moralmente corrompidas?” (Pfandl, 1933: 368-370).

En el “Bosquejo histórico sobre la novela española” que acompaña al tomo II de los Novelistas posteriores a Cervantes, publicado por la Biblioteca de Autores Españoles, Eustaquio Fernández de Navarrete (1854, pág. XCVI), expone sus reparos ante las “bachilleras”, mas, aunque rechaza a doctoras y teólogas, acepta a las novelistas y a las poetisas. Añade, sin embargo, que, a pesar de las simpatías que María de Zayas despertó, a juzgar por el número de ediciones que conoció su obra, la autora sería incapaz de componer una “historia fabulosa más larga y más encadenadas que las que hizo”, como el Bachiller de Salamanca o el Gil Blas, que requieren conocimientos que sólo puede adquirir un hombre. El desdén con el que Navarrete habla de la capacidad fabuladora de las mujeres suscitó la réplica de Emilia Pardo Bazán (¿1892?, págs. 15 y 13, respectivamente), quien, a pesar de sus simpatías por Zayas, excluye de su selección algunas novelas por “su mucha crudeza”, temiendo que se juzgue mal a la escritora por “algunas frases vivas y algunas escenas poco veladas (aunque nunca realmente licenciosas)”. No aprecia la mayor libertad de expresión del Siglo de Oro, sino que la juzga síntoma “de un estado de conciencia general más bajo y grosero que el actual”. Tampoco aprecian adecuadamente la obra de Zayas diversos historiadores de la novela corta española (Place, 1923) o europea (Krömer, 1979), etc.

En los últimos treinta años, se alaba a Zayas por los mismos rasgos por los que se la censuraba unas décadas antes. Un artículo de Goytisolo, inicialmente publicado en 1972, critica los elementos convencionales de sus novelas, pero destaca la originalidad que suponía su presentación del mundo erótico y de la sexualidad femenina. Sin embargo, ve en esta innovación una virilización de la mujer y una inversión de los sexos, por lo que vuelve a una interpretación convencional del comportamiento erótico de hombres y mujeres.

El renacer del interés por la obra de Zayas de estos últimos tiempos está en buena medida vinculado a la aparición de la crítica feminista. En María de Zayas la cuestión femenina es el centro de su obra, por lo que quiebra a menudo las convenciones de la novela corta de la época que en general acababa con la boda feliz de los protagonistas. Zayas es una voz esencialmente transgresora que ya en el prólogo “Al que leyere” a su primera colección de novelas, las Novelas amorosas y ejemplares, reprueba que se den a las mujeres ruecas y almohadillas en lugar de letras y armas. En la Segunda parte del sarao y entretenimiento honesto da un paso más y considera que, tras esta educación castradora, se oculta el temor de los hombres a la competencia femenina. Vincula, además, la decadencia del país al desprecio que los hombres muestran hacia las mujeres: como se dirá siglos después, señala que las relaciones de poder y dominio en la esfera privada repercuten sobre la esfera pública.

En su primera colección de novelas, presenta el modelo de una mujer activa, capaz de recuperar por sí misma su honra o de vengarla. En la segunda, muestra cómo la aceptación del papel tradicional por parte de las mujeres no les lleva a la felicidad, como proclamaban los moralistas de la época, pues ni la sumisión ni las virtudes de éstas logran salvarlas de la desgracia.

El interés de su pensamiento o la fuerza de su defensa del buen nombre de las mujeres o de su derecho a la cultura y al renombre literario no puede hacer olvidar, sin embargo, que María de Zayas es, ante todo, una gran novelista, que narra con extraordinaria habilidad y que ensarta motivos de origen diversos para construir una historia nueva e interesante. Maneja con soltura los distintos tonos, presenta diálogos de gran vivacidad y, en general, escribe en un lenguaje sencillo y llano, no rehuyendo a veces la expresión popular.

Conforme a las tendencias de la novela corta de su época, sus personajes están sometidos a la acción y los describe someramente, pero a veces capta con particular perspicacia sus estados anímicos, adentrándose incluso en su mundo onírico.

Sus dos colecciones de novelas enmarcadas se inscriben dentro del auge que cobra en España la novela corta a raíz de la aparición de las Novelas ejemplares (1613) de Cervantes. Como la mayoría de los sucesores de Cervantes, María de Zayas reintroduce el marco introductorio, en el que se describe la ocasión de relatar las historias, del que prescindía el escritor alcalaíno, pero lo renueva al desarrollar en él una trama amorosa independiente de las novelas e incluso al crear una interacción entre el marco y los relatos, de suerte que las historias narradas influyen sobre el comportamiento de los personajes del marco. El marco tradicional adquiere una nueva función y un nuevo sentido en su obra.

 

Obras de ~: Novelas amorosas y ejemplares, Zaragoza, Hospital Real y General de Nuestra Señora de Gracia, a costa de Pedro Esquer, 1637 (ed. de A. G. de Amezúa, Madrid, Real Academia Española [RAE], 1948, Biblioteca Selecta de Clásicos Españoles; ed. de J. Olivares, Madrid, Cátedra, 2000, “Letras Hispánicas”); Parte segunda del sarao y entretenimiento honesto, Hospital Real y General de Nuestra Señora de Gracia, a costa de Matías de Lizao, 1647; (ed. de A. G. de Amezúa, Madrid, RAE, 1950, Biblioteca Selecta de Clásicos Españoles; ed. de A. Yllera, Madrid, Cátedra, 1983); La traición en la amistad. Comedia, ed. de M. Serrano y Sanz, en Apuntes para una biblioteca de escritoras españolas desde el año 1401 al 1833, Madrid, Rivadeneyra, Biblioteca de Autores Españoles (BAE), t. II, 1905, págs. 590-620 (ed. de A. Melloni, Verona, Università degli Studi di Verona, 1983; ed. de F. González Santamera y F. Doménech, en Teatro de mujeres del Barroco, Madrid, Publicaciones de la Asociación de Directores de Escena de España, 1994, págs. 31-172); Obra narrativa completa. Novelas amorosas y ejemplares. Desengaños amorosos, ed. de E. Ruiz- Gálvez, Madrid, Biblioteca Castro, 2001.

 

Bibl.: J. A. Álvarez y Baena, “María de Zayas y Sotomayor”, en Hijos de Madrid, ilustres en santidad, dignidades, armas, ciencias y artes. Diccionario histórico por el orden alfabético de sus nombres, t. IV, Madrid, Benito Cano, 1791, págs. 48- 49; M. G. Ticknor, Historia de la literatura española, t. III, Madrid, Rivadeneyra, 1854; E. Fernández de Navarrete, “Bosquejo histórico sobe la novela española”, en Novelistas posteriores a Cervantes, Madrid, Rivadeneyra, 1854 (BAE, XXXIII); E. Pardo Bazán, “Breve noticia sobre Doña María de Zayas y Sotomayor”, en María de Zayas y Sotomayor Novelas, t. III, Madrid, Impr. de la Comp.ª de Imp. Libreros, Biblioteca de la mujer, s. f. [¿1892?], págs. 5-16; M. Serrano y Sanz, “Zayas y Sotomayor (D.ª María de)”, en Apuntes para una biblioteca de escritoras españolas desde el año 1401 al 1833, t. II, Madrid, Rivadeneyra, 1905 (BAE), págs. 583- 620; L. E. V. Sylvania, Doña María de Zayas y Sotomayor. A Contribution to the Study of her Works, Nueva York, Columbia University Press, 1922 (reimpr., Nueva York, Ams Press, Inc., 1966); E. B. Place, María de Zayas, An oustanding Woman Short-story Writer of Seventeenth Century Spain, Colorado, The University of Colorado Studies, 1923; L. Pfandl, Historia de la literatura española en la Edad de Oro, Barcelona, Sucesores de Juan Gili, 1933; A. G. de Amezúa, “Prólogo” a M. de Zayas y Sotomayor, Novelas amorosas y ejemplares, Madrid, RAE, 1948 (Biblioteca Selecta de Clásicos Españoles), págs. VII-L; “Prólogo” a M. de Zayas y Sotomayor, Desengaños amorosos. Parte segunda del Sarao y Entretenimiento honesto de doña, Madrid, RAE, 1950 (Biblioteca Selecta de Clásicos Españoles), págs. VII-XXIV; W. F. King, Prosa novelística y Academias literarias en el siglo xvii, Madrid, Anejos del Boletín de la Real Academia Española, X, 1963; F. C. R. Maldonado, “Otra María de Zayas,... y van cuatro”, en Estafeta literaria, 501 (1 de octubre de 1972), págs. 10-13; J. Goytisolo, “El mundo erótico de María de Zayas ”, en Cuadernos de Ruedo Ibérico, 39-40 (octubre de 1972) [reproducido en Disidencias, Barcelona, Seix Barrral, 1977, págs. 63-115]; I. V. Vasileski, María de Zayas y Sotomayor: su época y su obra, Madrid, Plaza Mayor, 1973; A. Melloni, Il sistema narrativo di Maria de Zayas, Turín, Quaderni Ibero-Americani, 1976; H. Felten, María de Zayas y Sotomayor. Zum Zusammenhang Zwischen moralitischen Texten und Novellenliteratur, Francfort del Main, Vittorio Klostermann, 1978; S. M. Foa, Feminismo y forma narrativa. Estudio del tema y las técnicas de María de Zayas y Sotomayor, Valencia, Albatros, 1979; W. Krömer, Formas de la narración breve en las literaturas románicas hasta 1700, vers. esp., Madrid, Gredos, 1979; M. Perez-Erdelvi, La Pícara y la dama. La imagen de las mujeres en las novelas picaresco-cortesanas de María de Zayas y Alonso de Castillo Solórzano, Miami, Florida, Ediciones Universal, 1979; S. Montesa Peydro, Texto y contexto en la narrativa de María de Zayas, Madrid, Dirección General de la Juventud y Promoción Sociocultural, 1981; J. Moll, “La primera edición de las Novelas amorosas y exemplares de María de Zayas y Sotomayor”, en Dicenda. Cuadernos de Filología Hispánica (DCFH), 1 (1982), págs. 177-179; A. Yllera, “Introducción” a M. de Zayas la Parte segunda del sarao y entretenimiento honesto [Desengaños amorosos], Madrid, Cátedra, 1983, págs. 9-110; M.ª I. Barbeito Carneiro, “Zayas y Sotomayor (María de)”, en Escritoras madrileñas del siglo xvii. (Estudio bibliográfico-crítico), t. II, Madrid, Universidad Complutense, Servicio de Reprografía, 1986, págs. 830- 876; K. Brown, “María de Zayas y Sotomayor: escribiendo poesía en Barcelona en época de guerra (1643)”, en DCFH, 11 (1993), págs. 355-360; A. R. Williamsen y J. A. Whitenack (eds.), María de Zayas: The Dynamics of Discourse, Madison, Teaneck, Fairleigh University Press; Londres, Associated University Press, 1995; T. Langle de Paz, Las voces del cuerpo. El arte narrativo de María de Zayas, Thesis Doctor of Philosophy in the Department of Hispanic Studies at Brown University, 1997; M. Bosse, B. Potthast y A. Stoll (eds.), La creatividad femenina en el mundo barroco hispánico. Marías de Zayas - Isabel Rebeca Correa - Sor Juana Inés de la Cruz, Kassel, Reichenberger, 1999; M. S. Brownlee, The Cultural Labyrinth of María de Zayas, Philadephia, University of Pennsylvania Press, 2000; M. R. Greer, María de Zayas tells baroque tales of love and the cruelty of men, The Pennsylania State University, 2000; J. Olivares, “Introducción” a M. de Zayas Novelas amorosas y ejemplares, Madrid, Cátedra, 2000, págs. 9-147; L. Vollendorf, Reclaiming the body: María de Zayas’s early modern feminism, Chapel Hill, North Carolina Studies in the Romance Languages and Literatures, 2001.

 

Alicia Yllera

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