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Diego Francisco Altamirano

Biografía

Altamirano, Diego Francisco. Madrid, 26.X.1625 – Lima (Perú), 22.XII.1715. Jesuita (SI), jurista e historiador.

Hijo de un notable jurisconsulto, Diego Altamirano, y de Leonor María Altamirano, el padre Altamirano entró en la Compañía de Jesús el 27 de marzo de 1642, recibiéndolo el padre Francisco Aguado. Tres de sus hermanos ingresaron en la Compañía de Jesús y otros tres vistieron el hábito de los Trinitarios Descalzos. Estudió la carrera de leyes en Alcalá de Henares y en 1647 se licenció en filosofía en Madrid. Fue destinado a la provincia de Paraguay, llegando a Buenos Aires el 18 de enero de 1648. Allí permaneció más de treinta años.

Estudió Teología en Tucumán y se ordenó sacerdote, dedicándose a la docencia en el Colegio Máximo de Córdoba entre 1661 y 1676. Ejerció también el oficio de procurador y ministro, ostentando siempre cargos de máxima relevancia dentro de la orden jesuita.

Entre 1677 y 1681 fue provincial de la provincia del Paraguay. Los jesuitas habían llegado en el año de 1583, llamados por el obispo de Tucumán, fray Francisco de Vitoria, portugués, de la orden de Santo Domingo, quien solicitaba misioneros para evangelizar a los indios de aquellas regiones. Para ello establecieron las famosas reducciones guaraníes por las que se establecía un férreo sistema de disciplina y control de la población nativa. Sus principales enemigos eran los paulistas, bandeirantes o mamelucos, cuyas razias amenazaron las reducciones a partir de 1628, obligándolas a trasladarse a las orillas de los ríos Paraná, Uruguay y Tebycuari. Los ataques se multiplicaron y los misioneros jesuitas trataron de contenerlos formando armadas guaraníes. En 1680, Altamirano autorizó el envío de tropas guaraníes en ayuda de los españoles con el objetivo de expulsar a los portugueses de la isla de San Gabriel, en el estuario del Río de la Plata, ordenando que cada contingente contara con enfermeros y auxiliares sanitarios. Como procurador electo de Paraguay (1682-1688) asistió a la Congregación General XIII de 1687, que eligió general al padre Tirso González de Santalla (1624-1705), con quien había viajado de España a Roma. Éste le nombró visitador del Nuevo Reino (1688-1696), y le encargó restaurar la disciplina religiosa y estudiar la conveniencia de la división de su provincia por las diferencias que se vivían en las dos regiones de Santafé y Quito. Tras recorrer dos veces el extenso territorio de la provincia, incluso las misiones de Los Llanos y de Mainas, Altamirano reunió la congregación provincial en Santafé el 8 de septiembre de 1695, y poco después, el 21 de noviembre, procedió a dividir la región en dos provincias: ciento cuarenta jesuitas en el Nuevo Reino y ciento dieciséis en Quito. A esta última provincia asignó las casas de Santafé, Tunja, Cartagena, Pamplona, Mérida, Mompós y Honda, el colegio-Seminario de San Bartolomé, la residencia de Fontibón y la misión de Los Llanos de Casanare y de los ríos Meta y Orinoco.

En 1697 fue nombrado visitador del Perú. A pesar de contar setenta y cuatro años de edad, Altamirano recorrió todo el territorio, y llegó a la misión de los Mojos (norte de la actual Bolivia), donde dejó una instrucción para regular el sistema administrativo y económico. En 1703 regresó a Lima como rector del Colegio Máximo de San Pablo, e inició una intensa actividad intelectual y editorial.

En 1707 ejerció el oficio de consultor y publicó la gramática, el vocabulario y catecismo en lengua mojeña.

Posteriormente redactó una “breve noticia” de las misiones de los mojos, en las que pasó casi veinte años. Durante sus últimos años de vida, Altamirano escribió Historia de la Provincia del Perú, que comprende desde el 1 de abril de 1568 hasta 1703, fecha en que terminó su gobierno del Perú. Dicha Historia permanece aún inédita.

 

Obras de ~: Carta a los Reverendos Padres y Hermanos de la Provincia del Nuevo Reino de Granada de la Compañía de Jesús sobre la observancia religiosa, Santa Fe, 15 de agosto de 1695; Cartas Anuas del Paraguay, Nuevo Reino y Quito, 1698-1702 (Biblioteca Nacional de Lima); Breve historia de las misiones de infieles que tiene la Compañía de Jesús, de esta provincia del Perú en las provincias de los Moxos, Lima, Imprenta Contreras, 1699 (ed. de J. M. Vicente Ballivián, La Paz, Instituto Boliviano de Cultura, 1979); Cartas de edificaciones sobre la vida y virtudes del P. Nic. de Olea, 1705 (Biblioteca Nacional de Lima); Historia de la provincia Peruana de la Compañía de Jesús (1568-1695), 1707 (Biblioteca Nacional de Lima, Jesuitas 220); Carta a los PP. y HH. de la Provicia del Perú sobre la manera de gobernar (Lima, 20 de febrer de 1699), Buenos Aires, Imprenta y Casa Editora de Coni Hermanos, 1899.

 

Bibl.: M. de Mendiburu, Diccionario histórico-biográfico del Perú, Lima-Perú, Imprenta de Juan Francisco Solís, 1880- 1888; E. Torres Saldamando, “El P. Diego Francisco Altamirano”, en Revista Histórica, 2 (1907); A. Astrain, SI, Historia de la Compañía de Jesús en la Asistencia de España, Madrid, Sucesores de Ryvadeneyra, 1913; F. Mateos, SI, Introducción a la Historia de la Compañía de Jesús en el Perú, Crónica Anónima de 1600 que trata del establecimiento y misiones de la Compañía de Jesús en los países de habla española en la América meridional, vol. I, Madrid, Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), 1944; R. Vargas Ugarte, SJ, Historia de la Compañía de Jesús en el Perú, vol. 4, Burgos, Editorial Aldecoa, 1965; R. Vargas Ugarte, Historia General del Perú. Virreinato (1551-1596), vol. II, Lima-Perú, Editor Carlos Milla Batres, 1966; Ch. E. O’neill, SI, y J. M.ª Domínguez, SJ, Diccionario histórico de la Compañía de Jesús, vol. I, Roma-Madrid, Marqués de Comillas, 2001.

 

Alejandro Coello

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