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Pedro de Abarca

Biografía

Abarca, Pedro de. Jaca (Huesca), 16.VII.1619 – Salamanca, 23.VIII.1697. Teólogo jesuita (SI) e historiador.

Había entrado en la Compañía de Jesús en Salamanca en enero de 1641. Antes de su última profesión, enseñó Controversias en el colegio de la ciudad del Tormes entre 1649 y 1654, y había leído Filosofía y Teología en el de Valladolid hasta 1665. Posteriormente, regresó a Salamanca, donde fue catedrático de Vísperas —entre 1671 y 1676— y de Prima —entre 1676 y 1678— de la cátedra propiedad de la Compañía en su Universidad. La actividad docente e investigadora que desarrolló facilitó su producción intelectual. Buena parte de sus obras se han reunido en el fondo de manuscritos de las Universidades de Salamanca y Valladolid y en las Bibliotecas Nacionales de Madrid y México. Astrain lo define como uno “de esos ingenios curiosos que daban empleo a la pluma en los más variados asuntos”.

Ante las ideas teológicas del jesuita Juan Barbiano, Abarca se mostró como su polemista. El primero había pasado por los mismos escenarios de su docencia —Salamanca y Valladolid— y en años cercanos. Barbiano fue, junto con los padres Aldrete y Lynch, de los primeros que obtuvieron grados universitarios en Salamanca. Posteriormente, Barbiano leyó en las dos mencionadas cátedras pro religione de los jesuitas en la Universidad de Salamanca desde 1668, alcanzando la de Prima hasta 1676. Abarca le sucedió en los dos años siguientes. En realidad, esas dos cátedras habían sido resultado de la transformación de sendas lecciones perpetuas que, desde el Colegio del Espíritu Santo, se leían para la Universidad. Eran los tiempos de Juan Everardo Nithard, jesuita austríaco que dirigía espiritual y políticamente a la reina gobernadora Mariana de Austria. Ambos religiosos de la Compañía, Barbiano y Abarca, polemizaron acerca de las perfecciones increadas de la humanidad de Cristo y sobre la visión intuitiva de María en su vida mortal. La Inquisición les permitió defender las distintas posturas en 1668. Sin embargo, Barbiano se vio obligado a abandonar la cátedra que ocupaba por disposición de su prepósito general, en el momento en que se hablaba de la promoción de este jesuita al capelo cardenalicio.

Fue nombrado cronista mayor de Aragón, dedicando precisamente sus últimos años al estudio histórico de los monarcas de aquella corona, análisis que abarcaba cronológicamente hasta la muerte de Fernando el Católico en 1516. Todo ello se plasmó bajo el título de su obra Los Reyes de Aragón en anales históricos, que se había comenzado a publicar en 1682. Alabó a Jerónimo Zurita y trató de imitarle siendo la fuente fundamental de su obra. Su estudio comenzaba en el siglo viii, centuria de la invasión musulmana. Olvidaba, eso sí, los “tiempos oscuros”, ciertos orígenes míticos de esta corona que se había intentado entroncar con Hércules o con la guerra de Troya. Rechazaba en esta lista de reyes de Aragón a los que eran considerados como monarcas míticos de Sobrarbe, aunque admitía a otros que podían ser denominados de idéntica manera. En el campo de la hagiografía defendió a los autores bolandistas de las censuras pronunciadas por la Inquisición en 1695, considerando que los inquisidores estaban faltos de sentido histórico.

 

Obras de ~: Los Reyes de Aragón en Anales Históricos: distribuidos en dos partes, primera parte, Madrid, en la Imprenta Imperial, 1682; Segunda parte de los Anales históricos de los Reyes de Aragón, Salamanca, por Lucas Pérez, 1684; Sumaria Nobleza de los Ascendientes de Don Alonzo de Solís Osorio, hijo de Don Josef de Solís y Valderrábano [...], creado conde de Montellano por el Señor Rey Carlos II, ms.; Discurso de los Derechos y de los Hechos en estilo no más que histórico que comprende los varios estados, que desde la primitiva Iglesia parecen haver tenido los dos Santos Templos del Salvador y de nuestra Señora del Pilar de Zaragoza, ms.; Tractatus Theologici de Scientia Dei, de Concordia, de Voluntate, de Praedestinatione, de Trinitate, de Incarnatione, et de Perfectionibus Christi, ms.; Disputa Histórica de los Reynados de Pamplona en el primer siglo de España restaurada [Biblioteca Nacional]; Disputa Histórica sobre la existencia de los pretendidos reyes llamados los de Sobrarbe [Biblioteca Nacional].

 

Bibl.: Agustín de Barcelona, OSST, Oración fúnebre en las honras que la muy insigne Universidad de Salamanca celebró al R.P.M. Pedro Abarca de la Compañía de Jesús, Salamanca, en la imprenta María Estevez, viuda de Lucas Pérez, 1698; C. Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie de Jesús, vol 1, Bruselas, 1890, págs. 5-8; A. Astrain, Historia de la Compañía de Jesús en la Asistencia de España, vol. VI, Madrid, 1925, págs. 55 y ss.; F. Mateu Llopis, Los historiadores de la Corona de Aragón durante la Casa de Austria, Barcelona, Real Academia de Buenas Letras de Barcelona, 1944; B. Sánchez Alonso, Historia de la historiografía española, t. II, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1944, págs. 303-304; A. Morán, “El primer catedrático jesuita de ‘prima’”, en Miscelánea Comillas, 14 (1950), págs. 87-142; Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. I, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas- Instituto Enrique Flórez, 1972, pág. 1; E. García Hernán, Políticos de la monarquía hispánica (1469-1700). Ensayo y Diccionario, Madrid, Fundación Mapfre Tavera, 2002, pág. 219.

 

Javier Burrieza Sánchez