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Francisco Dávila

Biografía

Dávila, Francisco. Francisco de Jesús María. Burgos, 1599-1600 – Salamanca, XI.1677. Carmelita descalzo (OCD), teólogo, escriturista y tratadista de Moral.

Parece descendiente de la sangre nobiliaria de los Correas de Burgos. Llegado a la juventud pasó a Salamanca.

No entró en ninguno de los colegios universitarios, sino que, siendo de familia pudiente, se instaló en una casa de bachilleres de pupilos. Se matriculó en la Facultad de Derecho y en los Libros de Matrículas aparece, en el curso de 1614-1615, como “Don Francisco Dávila, natural y de la diócesis de Burgos, el 1.º año”. En el segundo año aparece igualmente y, en el tercero, figura entre los “estudiantes y bachilleres que dijeron ser en la facultad de cánones este año de 1616-1617”. Terminado el tercer año, tomó el hábito de descalzo en el Colegio de San Elías de Salamanca en 1617. Pasó a Valladolid, donde hizo el noviciado y profesó.

En 1619 comenzó en Segovia los estudios de Filosofía y, a los tres años, volvió a Salamanca para hacer los cursos de Teología escolástica, asistiendo también probablemente a las clases de la Universidad en 1622-1623. Su último curso de Teología fue el de 1624-1625. En el colegio de San Elías estaban de profesores dos insignes maestros Martín de Jesús María y Pedro de la Concepción. Ordenado sacerdote y al acabar sus estudios fue, por su gran ingenio escogido como pasante.

En 1627 se le nombró lector de Artes para el convento de Segovia y se le reeligió para la misma cátedra en 1630. Pero al poco tiempo, apremiando, según parece, la urgencia de tener profesor de Teología y Sagrada Escritura en Salamanca, dejó la cátedra de Filosofía en Segovia y pasó a Salamanca, donde permaneció dando sus clases hasta 1646. En este año se le nombró prior de Burgos; terminado ese oficio en su ciudad natal regresó a Salamanca y volvió a la enseñanza.

Alguien, como el abad cisterciense Mauro Somoza, decía “que Fr. Francisco de Jesús María nació más para enseñar que para vivir”.

En 1652 fue elegido definidor general y, atendiendo al gobierno de la Orden, vivió más que nada en Alcalá de Henares, teniendo que emprender numerosos viajes por los conventos, cargado además con el oficio de secretario del definitorio.

En 1655 asistió al Capítulo General celebrado en Pastrana, en el cual fue nombrado rector del colegio de Salamanca. La comunidad salmantina era muy numerosa. En la matriculación del curso 1656-1657 aparecen inscritos treinta y ocho teólogos carmelitas.

En 1658 fue de nuevo elegido definidor general. Su salud comenzó ya en estos años a debilitarse notablemente.

En 1661 quedó libre de estas altas prelacías.

Pero, habiendo muerto en Salamanca en octubre de 1653 el rector del colegio de San Elías, fue nombrado por segunda vez Francisco Dávila para ese cargo. En calidad de socio participó en el Capítulo General de 1664. En el siguiente Capítulo, de 1667, le quisieron elegir para un cargo de la mayor importancia.

Él lo rehuyó y le nombraron prior de Medina del Campo. Todavía fue elegido como primer socio para el Capítulo General de 1670. Finalmente, en este Capítulo celebrado en Pastrana se le dejó libre de prelacías.

En sus años de profesor y rector en Salamanca anduvo empleado en la elaboración de sus libros, de tipo bíblico unos, de espiritualidad otros y, sobre todo, de Teología moral, habiendo sido el iniciador del Curso Moral Salmanticense.

Recibida la obediencia de comenzar la elaboración de un Curso de Moral como se había hecho con la Teología dogmática, Francisco puso manos a la obra y a mediados de 1663 ya había terminado el primer tomo y obtuvo la licencia de impresión en ese mismo año, en el mes de septiembre. En la portada del tomo (1665) se recuerda que el autor ha sido dos veces definidor general, dos veces rector del colegio de Salamanca y profesor de Teología. Otros encargos y oficios en la Orden y sus enfermedades le impidieron continuar la obra, de modo que tuvo que proseguirla de inmediato Andrés de la Madre de Dios.

Francisco de Jesús María “para pasar tranquilo y en paz los últimos años de su vida, escogió el colegio de San Elías. Y en estos años de quietud revisó y amplió la obra ascética que había publicado” (P. Teodoro) años antes. En los siete años que aún vivió en Salamanca se fueron agravando sus enfermedades, que soportó con paciencia y buen ánimo, sin desfallecer en su amor a los libros y al estudio, de modo que en la nota necrológica del convento se dijo: “Y así, cuando murió, no se halló nada en la celda sino libros, porque estudiaba cuanto podía y argüía siempre tan formal y agudamente, como si entonces estuviese leyendo”.

Lleno de años y méritos, murió en su colegio de Salamanca en noviembre de 1677.

 

Obras de ~: Commentarii litterales et morales in Apocalypsim B. Ioannis Apostoli, Beatissimae Virgini Mariae de Monte Carmeli dicati, Lugduni. Sumptibus Ionannis Baudraud 1648 (El comentario abarca los once primeros capítulos del Apocalipsis); Cursus theologiae moralis. Pars Prima Virgini de Monte Carmeli dicata, septem complectens tractatus: Primum, de sacramentis in genere; secundum, De Baptismo; tertium, De confirmatione; quartum, De eucharistia; quintum, De sacrificio missae; sextum, De paenitentia; septimum, de Extrema unctione. Et in 4, 5 et 6 agitur etiam de praeceptis suscipiendi eucharistiam, audiendi Sacrum el confitendi sacramentaliter. (Grabado de la Virgen del Carmen cobijando con su capa blanca a varios carmelitas), Salmanticae, Apud Melchiorem Estébez, Anno 1665; Varios motivos para el buen empleo del amor del ánima fiel. Divídese en tres partes. La primera para amar a Dios y al prójimo, en dos capítulos; la segunda, para amar y abrazar otras muchas virtudes, en once capítulos, y la tercera para amar, servir y honrar a la sacratísima Virgen y a su glorioso Esposo San Joseph, en dos capítulos, en Madrid por Andrés García de la Iglesia, Año 1667; Excelencias de la caridad y de otras muchas virtudes y de la devoción con la Virgen Santísima, nuestra Señora, y con su dulcísimo Esposo San Joseph, con motivos y medios para las mismas virtudes y devociones, en Salamanca a costa de Lucas Pérez, impresor de la Universidad, Año 1680 (después de la muerte del autor se publicó la segunda edición aumentada y modificada).

 

Bibl.: J. de Santa Teresa, OCD, Reforma de los descalzos de nuestra Señora del Carmen de la primitiva observancia..., t. IV, Madrid, por Julián de Paredes, 1684, págs. 920-921; M. de San Jerónimo, OCD, Reforma de los descalzos de nuestra Señora del Carmen de la primitiva observancia..., t. VI, Madrid, G. de Estrada, 1710; M. Martínez Añíbarro y Vives, Intento de un diccionario biográfico y bibliográfico de autores de la provincia de Burgos, Madrid, 1889, págs. 311-314; M. del Niño Jesús, OCD, Los Salmanticenses, en El Monte Carmelo, 34 (1933), págs. 546-548; S. de Santa Teresa, OCD, Historia del Carmen descalzo en España, Portugal y América, t. IX, Burgos, El Monte Carmelo, 1940, págs. 56-58; E. del Sagrado Corazón, OCD, Los Salmanticenses: su vida y su obra. Ensayo histórico y proceso inquisitorial de su doctrina sobre la Inmaculada, Madrid, Editorial de Espiritualidad, 1955; T. del Santísimo Sacramento, OCD, El Curso Moral Salmanticense. Estudio histórico y valoración crítica, Valladolid, Editorial Sever-Cuesta, 1968, págs. 37-55, 113-147, 168-173; A. de la V. del Carmen, “Dávila, Francisco de”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, t. II, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1972, pág. 959; Actas de los Capítulos Provinciales OCD de la provincia de San Elías de Castilla la Vieja (1589-1832), ed. y notas Teodoro Sierra, OCD, y Manuel Diego Sánchez, OCD, Roma, Teresianum Monumenta Historica Carmeli Teresiani, 20, Teresianum Roma, 2002.

 

José Vicente Rodríguez, OCD

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