Ana de Cristo. Getafe (Madrid), 27.IX.1565 – Manila (Filipinas), 1636. Religiosa y fundadora (OSC).
El nacimiento de Ana tuvo lugar muy cerca de la villa de Madrid, elegida capital apenas cuatro años antes, en 1561. Se desconoce el nombre de sus padres, de los cuales quedó huérfana a los siete años, hacia 1572. En aquella situación es acogida por unos familiares hasta su entrada en religión. Durante estos primeros años de infancia y adolescencia Ana encuentra en una de sus vecinas a su mejor amiga, se trata de Jerónima de la Fuente y Yáñez, nacida diez años antes, monja clarisa y conocida después como la venerable madre Jerónima de la Asunción. Parece que la relación entre ambas influirá en su vida futura y en la entrada de ambas en religión.
Con tan sólo diecisiete años Ana ingresaba en el convento de Santa Isabel de Toledo de monjas clarisas, en 1582. Allí volvió a encontrarse con la madre Jerónima, que era entonces maestra de novicias. Durante el año de noviciado destacaba por la rigurosa aptitud en guardar silencio y abstinencia hasta la profesión celebrada en 1583. Desde entonces Ana de Cristo, de quien no se conoce su nombre en el siglo, se ocupó de atender y cuidar a las enfermas de la comunidad. Según fray Bartolomé de Letona, “el Señor la regaló con apariciones”, característica que se repite, desde los siglos medievales, en la mayor parte de las biografías y hagiografías de monjas y beatas que han merecido figurar en ellas.
La vida en el claustro cambia en las dos primeras décadas del siglo xvii. La evangelización la llevará junto a otras siete religiosas a Oceanía. Como inseparable compañera de sor Jerónima de la Asunción, Ana de Cristo viaja durante un año para llegar a Manila el 5 de agosto de 1621 y fundar en la capital filipina el monasterio de Santa Clara. Poco tiempo después de la llegada a Filipinas retoma su faceta de escritora; ya antes escribía soliloquios y meditaciones que quedaron en el convento de Toledo según consta en la publicación del padre Letona (1662). Alternando su oficio de primera maestra de novicias y vicaria comenzó a redactar la vida de la madre Jerónima, por indicación del comisario general fray Alonso de Montemayor.
Finalizaba la obra en abril de 1629, un año después de la muerte de su biografiada. Fallecía siendo abadesa de la nueva fundación en Manila en 1636.
Obras de ~: Vida de la Venerable Madre Jerónima de la Asunción, Manila, 1629.
Bibl.: B. de Letona, La perfecta religiosa, La Puebla, Viuda de Juan de Borja, 1662; E. Heredero (OSC), “Misioneras clarisas en Oceanía. I Venerable M. sor Ana de Cristo”, en España Misionera, XIII (1957), págs. 335-338; M.ª V. Triviño (OSC), Escritoras clarisas españolas, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1992, págs. 54-59.
Laura Canabal Rodríguez
