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Juan de Paz

Biografía

Paz, Juan de. El Oráculo de Oriente. Cabra ( Córdoba), 4.III.1622 baut. – Binondo, Manila (Filipinas), 17.XI.1699. Dominico (OP), moralista y jurista.

No se sabe exactamente el día de su nacimiento. Fue bautizado el día 4 de abril de 1622. Hizo la profesión religiosa el día 25 de agosto de 1638 en el Convento de San Pablo de Córdoba. Terminó los estudios eclesiásticos en el Convento de Santo Tomás de Sevilla.

Allí enseñó Filosofía. Era todavía diácono cuando se ofreció al padre Juan Bautista Morales para marchar a Filipinas. Una vez allí, fue enviado como misionero a la provincia de Cagayán, donde permaneció de 1652 a 1654. Ya desde sus años de Sevilla se sabía de su gran talento y excelente memoria. Los superiores le enviaron a Manila para que se dedicara a la enseñanza. Durante muchos años su nombre estuvo asociado a la Universidad de Santo Tomás de Manila, donde enseñó Teología desde 1654. Ocupó varios años el cargo de regente de estudios. Rector y canciller de la Universidad de 1669 a 1677. Fue elegido dos veces prior del Convento de Santo Domingo de Manila 1665-1668 y 1678-1681. Fue elegido una tercera vez, pero renunció por enfermedad y edad avanzada. Pasó algunos años en Cebú, de 1683 a 1688, como socio y consejero del obispo de la diócesis, el también dominico padre Diego de Aguilar.

Poseía una gran inteligencia y una enorme capacidad de trabajo. Tenía el don de aplicar los principios de la Teología a las situaciones prácticas y dificultades que encontraban los misioneros en su labor. Resolvió muchísimos casos que le consultaron no sólo de Filipinas, sino también de Vietnam y de China. En el caso de las consultas que venían de Vietnam del Norte y de China se referían al famosísimo problema de los ritos chinos”. Eran las ceremonias religiosas que formaban parte de la cultura regional china, que además tenían influencia en las regiones limítrofes.

Se planteaba la cuestión de si eran compatibles con el dogma católico. Había diferentes opiniones. Hubo reuniones entre religiosos y entre religiosos y obispos.

Decidieron acudir a la Sagrada Congregación de Ritos.

Como la respuesta podía tardar años en llegar y el asunto era urgente, consultaron al padre Juan de Paz.

Envió su respuesta con rapidez. Cuando mucho después llegó la contestación oficial de Roma, coincidía sustancialmente con la del padre Juan. Sus respuestas están recogidas en su Opusculum.

Fue consultor oficial del Cabildo de la Catedral de Manila y del arzobispo. Intervenía, por tanto, en las consultas y casos que llegaban al arzobispado. Todos ellos y los que él tenía personalmente aparecen en su libro Consultas y resoluciones. Los temas son muy variados.

Los hay de carácter político; como sobre los empleados municipales, las conquistas, las guerras santas, los tributos y los servicios personales. Otros son de temas sociales, como la esclavitud y los juegos de azar. Hay temas civiles, como el caso de la Santa Hermandad de la Misericordia. También toca temas económicos: préstamos y deudas, últimas voluntades y testamentos. Afronta temas morales y canónicos: noviazgos, matrimonios y separaciones, pecados contra la castidad y también morales y litúrgicos, como la recta administración de sacramentos. Este libro está considerado como una crónica perfecta de la vida y los problemas del pueblo filipino en el siglo XVII.

No le faltaron enemigos religiosos y civiles que le acusaron de traición ante el rey de España, porque tenía trato con extranjeros y sin duda también porque las respuestas dadas a algunas consultas de las autoridades civiles no fueron del agrado del consultante.

La denuncia ante el Rey no tuvo ningún efecto. También fue acusado, ante el maestro general de la Orden, de ser probabilista en temas morales y, por consiguiente, de inducir al laxismo. El maestro general, como medida preventiva, llegó a prohibirle escribir y que se imprimiese su libro y le llamó a Roma en 1692 para pedirle explicaciones. El padre Juan obedeció humildemente y se embarcó, pero al poco tiempo de zarpar de Cavite su barco naufragó. El anciano padre Juan de Paz se salvó, providencialmente, agarrado al mástil. Le socorrieron días después y, aunque creyeron que moriría en seguida, vivió otros seis años.

No llegó a ir a Roma. El caso fue aclarado y reivindicado su nombre. También su obra se libró del fuego. A pesar del efecto negativo de la llamada del maestro general, sus obras fueron reconocidas como monumentos de ortodoxia y de sabiduría teológica, canónica y escriturística. El padre Juan de Paz ya no escribió más por la vejez y por el desagradable asunto que su obra había producido. Murió en el Convento de Binondo y las consultas que se conservan permanecen en los archivos del Convento de Santo Domingo de Manila y en el Archivo de la Provincia del Santísimo Rosario.

 

Obras de ~: Vida de Santa Rosa de Lima, Manila, 1670; Opusculum in quo ducenta et septuaginta guattuor quaesita a RR.PP. Missionariis Regni Tunkino proposita, totidemque responsiones ad ipsa [...], Manila, 1680 (Sevilla, 1682 y 1687).

 

Bibl.: M. Velasco, Ensayo de Bibliografía de la Provincia del Santísimo Rosario de Filipinas, vol. II, Manila, 1960, págs. 219- 231; V. Vicente, “Apuntes para la Historia de la Teología en Filipinas”, en Véritas, 38, n.º 2 (1965), págs. 233-247; A. Turrado, “Paz, Juan de”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia eclesiástica de España, vol. III, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1973, págs. 1951-1952; M. C. Molina, “The dominican Fr. Juan de Paz as a source of historical information through his writings”, en Unitas, 53, n.os3 y 4 (1980), págs. 313-350; E. V. Santos, “Juan de Paz (1622-1699): The Oracle of Asia”, en Philippiniana Sacra (mayo-agosto de 1987), págs. 281-299; H. Ocio y E. Neira, Misioneros Dominicos en el Extremo Oriente, vol. I, Manila, Life Today Editions, 2000, págs. 177-178.

 

Teodoro González García, OP

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