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Pedro Chirino

Biografía

Chirino, Pedro. Osuna (Sevilla), 1557 – Manila (Filipinas), 16.IX.1635. Sacerdote jesuita (SI), teólogo, filosofo e historiador.

Nacido en 1557 en Osuna, ingresó en la Compañía de Jesús, provincia de Andalucía, en 1580, cuando contaba veintitrés años de edad. Cursó en el noviciado Filosofía y Teología pero no quiso ser profesor de la Universidad, sino misionero. A esta actividad dedicó dos años en España y solicitó al general de la Compañía un destino en misiones; fue enviado a Filipinas para sustituir al padre Alonso Sánchez y viajó a Manila con el gobernador Gómez Pérez Dasmariñas.

El presidente de la Casa de la Contratación trató de impedir su marcha porque estimaba en mucho su valía y pensó que en España podría tener mejor empleo su preclara inteligencia, pero no logró convencerlo.

Embarcó rumbo a Veracruz en 1589 y se detuvo en México hasta mediados de febrero de 1590. El 1 de marzo zarpó de Acapulco en el mismo galeón en que viajaba el ya citado gobernador. El galeón naufragó en la costa de la isla de Marinduque, salvándose los tripulantes y pasajeros y parte de la carga. Llegado al fin a Manila el 20 de junio, el padre Chirino comenzó a estudiar tagalo con gran empeño para poder predicar y confesar en su lengua a aquellos indígenas, y fue tal su esfuerzo que en pocos meses logró alcanzar su objetivo. Se le encomendó la administración de los pueblos de Taytay, Antipolo, Santa Cruz y San Pablo, y en este cargo trabajó hasta 1593, en que el capitán Esteban Rodríguez de Figueroa, distinguido vecino de Manila, solicitó un jesuita para administrar el pueblo de Tigbauan y su partido, cerca de Arévalo, que eran de su encomienda. Además, el gobernador Pérez Dasmariñas, que deseaba fundar en Iloilo un pueblo de españoles para establecer allí la base naval de las naos que iban a las Molucas, reclamó para este cargo al padre Chirino, famoso ya en Manila por su virtud y talento. Aprendió pronto la lengua de sus nuevos feligreses, la visaya, y permaneció en este destino hasta 1595, simultaneando la atención espiritual a indios y españoles.

Cuando se realizó la división de las doctrinas entre las cuatro familias religiosas que había por entonces en Filipinas, correspondió a los jesuitas la isla de Leyte, y empezó a trabajar allí con dos sacerdotes y un hermano. Fue luego enviado a Cebú, donde obtuvo gran fruto espiritual, pero no pudo estar allí mucho tiempo porque fue designado rector del colegio de Manila; suplicó a sus superiores que le dejaran en su destino y lo consiguió por poco tiempo, porque de nuevo fue elegido para Manila y tuvo que aceptar un cargo que no deseaba, y en el que estuvo tres años, ejerciendo su gobierno con gran acierto.

En 1601 predicó una misión en Silang (provincia de Cavite) y fundó allí una residencia de jesuitas. Al año siguiente fue elegido para ir a Roma a informar al general de la Compañía de los trabajos que ésta realizaba en Filipinas. Salió de Manila inmediatamente y en Roma entregó su informe, la conocida Relación de las Islas Filipinas, fechada en la Ciudad Eterna, a 5 de marzo de 1604, que quedó inédita a su muerte. El manuscrito de la Relación se conserva hoy en el Archivum Historicum Societatis Iesu Cataloniae (San Cugat del Vallés). Como consecuencia de este informe, las islas Filipinas fueron elevadas a la categoría de Provincia, con lo que el número de religiosos destinados a ellas aumentó muchísimo.  Chirino regresó el 17 de julio de 1606, y el resto de sus días trabajó en las inmediaciones de Manila.

Cuando el Colegio de San José adquirió rango universitario ocupó la cátedra de Prima de Cánones, y después la de Sagrada Escritura, pero siguió dedicando la mayor parte de su tiempo al ministerio sacerdotal, sobre todo al confesionario, hasta que le faltaron las fuerzas y falleció a los setenta y ocho años.

Dejó escritos muchos trabajos, entre los que figuran una Historia Sagrada en latín que comprende el Antiguo y el Nuevo Testamento, y que quedó en la biblioteca de San Pedro de Macati. En la de Manila quedaron también inéditos muchos escritos suyos sobre Teología, Cánones, Sagrada Escritura, Moral y otras materias.

 

Obras de ~: Relación de las Islas Filipinas, Roma, 5 de marzo de 1604 (1.ª ed., Relacion de las islas Filipinas i de lo que en ellas han trabaiado los padres de la Compañia de Iesus, Roma, Estevan Paulino, 1604; 2.ª ed., Manila, Imprenta de Esteban Balbás, 1890; 3.ª ed., est. de R. Echevarría, Manila, Historical Conservation Society, 1969; 4.ª ed. [basada en el ms. orig.], Història de la província de Filipines de la Companyia de Jesús, 1581-1606, pról. de M. Batllori, transcr. de J. Górriz Abella, Barcelona, Pòrtic, 2000); Historia de las islas Filipinas, s. l., s. f. (en F. Colín, Labor Evangélica, ministerios apostólicos de los obreros de la Compañía de Jesús, fundación y progresos de su provincia de las islas Filipinas, historiados por el Padre Francisco Colin [...] parte primera sacada de los manuscriptos del Padre Pedro Chirino, Madrid, Ioseph Fernandez de Buendia, 1663).

 

Bibl.: P. Murillo Velarde, Historia de la Provincia de Philipinas de la Compañia de Jesús. Segunda Parte, Manila, 1749, fols. 78-80; H. de la Costa, The Jesuits in the Philippines, Cambridge (Massachusetts), 1961; M. Ruiz Jurado, “Fr. Pedro Chirino, S.J. and Philippine Historiography”, en Philippine Studies, 29 (1981); Ch. E. O’Neill y J. M.ª Domínguez, Diccionario histórico de la Compañía de Jesús, t. II, Roma-Madrid, Institutum Historicum Societatis Iesu-Universidad Pontificia Comillas, 2001.

 

Lourdes Díaz-Trechuelo y López-Spínola, Marquesa de Spínola

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