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Francisco Calderón

Biografía

Calderón, Francisco. Soria, c. 1555 – Manila (Filipinas), 4.XII.1618. Misionero jesuita (SI).

Este soriano, con tan sólo trece años, tuvo que encaminarse a Sigüenza para poder entrar en la Compañía de Jesús. No contaba para entonces la edad canónica establecida y, por ello, acompañó en peregrinación a Antonio Francisco Critana hacia Alcalá de Henares, ciudad que era una cantera de vocaciones de jesuitas.

Bartolomé de Alcázar afirmaba que fue la predicación de fray Alonso Lobo el que condujo a este adolescente hacia una intensificación de su vida espiritual. Entonces, su hermano mayor, el doctor Tomás Calderón, era colegial de San Ildefonso y después alcanzó una canonjía de la catedral toledana. Con catorce años, tras las oportunas informaciones realizadas por su familia, fue admitido en la casa de probación. Los estudios los desarrolló en Plasencia, licenciándose en Filosofía en la ciudad complutense y ejerciendo de sacerdote tras haber recibido las órdenes mayores.

En 1583 era enviado a la misión del Japón, un horizonte que fascinaba a los jóvenes jesuitas del momento.

A su mencionado hermano, ya canónigo de la catedral de Toledo, retrató esta obediencia como una segunda vocación. Alcanzó aquellas tierras en julio de 1585, según informó el propio Calderón al padre Tomás de Ituren, morador que era de su antiguo colegio de Alcalá. Pocos días después conocía ya físicamente las comunidades cristianas que se habían llegado a consolidar, acompañando al viceprovincial Gaspar Coelho. Entre 1586 y 1596, fue rector del colegio de Funai, fundación que cambiaba de domicilio constantemente, debido a la persecución. El seminario de Arima, del que fue rector entre 1596 y 1610, también cambió de emplazamiento, dirigiendo la congregación mariana de los seminaristas.

Se preocupó por el envío de misiones a las aldeas cercanas, a través de hermanos japoneses de la Compañía, realizando el propio Calderón esta actividad en Arima.

Con la persecución desencadenada en 1612 en Arie, Calderón fundaba una primera congregación mariana en Arima, conocida como “la de los mártires” y que pronto alcanzó los tres mil trescientos miembros. En realidad, era una escuela de mártires en el ámbito japonés, porque los congregantes se preparaban desde su regla para entregar su vida en defensa de su fe. Un comportamiento muy imitado en otros lugares. Volvió a ser rector el padre Calderón en 1613, esta vez en un colegio establecido en Nagasaki —una vez más el itinerante seminario de Arima—. En su actividad pastoral, dirigió espiritualmente a los alumnos y fue consultor del provincial.

Se enfrentó de nuevo a persecuciones y salió desterrado, en noviembre de 1614, junto con otros compañeros misioneros que hubieron de partir a Manila, donde fueron acogidos por el provincial Valerio de Ledesma. “Del padre Francisco Calderón recibí vna este año, que me vino de Manila, á donde fue desterrado del Japón con muchos otros Padres en la grande persecución, que allí se levantó contra la cristiandad: en la qual fueron martyrizados algunos, y muchos muy atormentados.” Allí, en tierras de la Monarquía hispánica, siguió trabajando entre los japoneses que vivían a las afueras de aquella ciudad, puesto aquel núcleo bajo la advocación de San Miguel. Aunque en 1618 fue nombrado visitador de la provincia de Filipinas —nacida en 1605 a partir de la de México—, el delicado estado de salud le impidió ejercer este oficio.

Murió pocos meses después, en medio de un gran prestigio, conocido también en aquella sociedad colonial y sacralizada como fama de santidad. Escribió su vida el padre Francisco Colín, provincial que era de las Filipinas, sin olvidar los Elogios que incluyeron en sus obras el padre Juan Nadasi en su “Año de Días Memorables”, así como Bartolomé de Alcázar en su “Chrono-Historia de la Provincia de Toledo”.

 

Obras de ~: Práctica para nuestros sacerdotes confesores, s. f. (Archivo Histórico Nacional, jesuitas, 891).

 

Bibl.: J. Nadasi, Mortes Illustres et gesta eorum de Societate Iesu qui in odium fidei, pietatis, aut cuiuscunque virtutis, occasione Missionum, Sacramentorum administratorum, fidri, autvirtutis propugnate: ab Ethnicis, Haereticis, vel aliis, veneno igne, ferro, aut morte alia necati, nerumnisue, confecti sunt, Romne, ex Typographia Varesii, 1657; B. Alcázar, Chrono-Historia de la Provincia de Toledo, vol. II, Madrid, Juan García Infanzón, 1710, págs. 214-216 y 245-247; D. Pacheco, “El Padre Francisco Calderón y los 26 mártires de Nagasaki”, en Missionalia Hispanica, 18 (1961), págs. 351-369.

 

Javier Burrieza Sánchez