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Juan de Castro

Biografía

Castro, Juan de. Burgos, 30.IX.1527 − Manila (Filipinas), 9.VI.1592. Misionero dominico (OP).

Nació en el seno de una familia noble de la ciudad de Burgos, donde realiza sus primeros estudios.

El 26 de mayo de 1550 hizo su profesión religiosa en el convento de San Pablo de Burgos. Pasó luego al convento de Trianos (León). Para satisfacer su espíritu misionero, venciendo algunas dificultades, se ofreció a pasar a las Indias. En 1559 se embarcó para Nueva España y se afilió a la provincia de San Vicente de Chiapas y Guatemala. Allí pasó los mejores años de su vida. Fue prior del convento de Ciudad Real(1577-1579). Asistió a los Capítulos Provinciales de 1578 y 1582. Fue dos veces provincial de esa provincia (1572-1576 y 1584-1586). Volvió a España para tratar en la Corte algunos asuntos. Animado por el padre Juan Crisóstomo, a pesar de sus casi sesenta años, se une al grupo de religiosos que éste estaba reclutando para ir a misionar a Filipinas y China. Estos religiosos serían el núcleo de una nueva provincia dominicana, esta vez en Filipinas. Renunció a su provincialato en Chiapas.

Ambos siguieron reclutando religiosos hasta llegar a cuarenta, número aceptado por el Rey y las autoridades de la Orden. El padre Juan Crisóstomo pidió al general de la Orden que nombrara vicario general de la expedición al padre Juan de Castro, y al Rey que le concediera el permiso para volver a México. A partir de su nombramiento como vicario general será el padre Juan de Castro quien presente ante el Rey y su Consejo nuevas peticiones: que en Filipinas no se pongan obstáculos a los religiosos que quieran pasar a China o a otros países de aquella región, que le den licencia para fundar en Macao, que se le ayude a sufragar los gastos de los religiosos hasta que embarquen, y que en México o en Manila le den lo necesario para comprar cálices, libros y cosas necesarias para los religiosos.

El día 5 de junio de 1536 se hallan todos los religiosos en Sanlúcar de Barrameda, a la espera de embarcar.

Lo hicieron el 13 de julio y el 29 de septiembre llegaron a Veracruz. Tenían que esperar a la siguiente primavera para que se reiniciase el tráfico normal de barcos con destino a Filipinas. En esa espera le pareció conveniente al padre Juan de Castro poner por escrito los principales motivos que les habían impulsado a incorporarse a esa misión, y los principios y criterios de vida y apostolado que debían aceptar para el futuro. Lo consultó con sus frailes y lo firmaron todos los que partieron con él para Filipinas. Nacen así las Ordenaciones primordiales de la futura provincia dominicana de Filipinas, vigentes hasta hoy con las normales actualizaciones y modificaciones.

En 1567 llegó a Acapulco, procedente de Filipinas, el padre Alonso Sánchez, jesuita, que volvía a España para exponer al Rey y luego al Papa el estado y necesidades materiales y espirituales de Filipinas. Uno de los temas era que algunos religiosos habían intentado entrar en China sin permiso de su obispo y del gobernador, por lo que las autoridades chinas eran muy reacias a dejar entrar españoles en el país. Informó también al virrey que había misioneros suficientes con los de las órdenes que ya estaban allí. Ante esto, algunos dominicos se desanimaron personalmente y otros se dejaron convencer para desistir en su intento.

El virrey, a pesar de las cédulas reales, se opuso a dejarlos partir. Ante las insistencias del padre Juan de Castro consintió primero que se embarcaran doce religiosos y al final concedió que fueran dieciocho. Uno de los navíos iba directo a Macao y en él se embarcaron tres frailes el día 3 de abril. El resto, con el padre Juan de Castro, se embarcó el día 6 de abril y llegaron a Manila el 25 de septiembre de 1587. El padre Juan Crisóstomo se quedó enfermo en México.

Acogidos por el obispo y por los franciscanos, iniciaron el día 1 de octubre la construcción de la iglesia y el convento de Santo Domingo. La inauguraron el día 1 de enero de 1588. Se convirtió en el centro principal de todo el apostolado dominicano en Oriente.

En el mes de agosto el padre Juan de Castro envió dos grupos de misioneros a las provincias de Batán y Pangasinan.

Él se quedó en Manila. En el mes de junio de 1589 celebraron el primer Capítulo Provincial. Eligieron provincial al padre Juan de Castro. Mandaron el informe a Roma y en el Capítulo General celebrado en Venecia el año 1592 fue erigida oficialmente la provincia que se llamó Nuestra Señora del Rosario de Filipinas. Siendo provincial, recordando uno de los fines de la misión, se dirigió a China, acompañado del padre Miguel de Benavides, el año 1590, para organizar la misión. No lograron más que sufrimientos y penosos interrogatorios. Volvieron a Manila.

Fue elegido más tarde obispo de Verapaz. En el informe elevado al Rey se le califica como uno de los hombres más ejemplares que han pasado por las Indias.

La misma opinión tenía Felipe II, quien después de una audiencia anterior le había calificado de santo.

Se temía que renunciara debido a sus deseos de entrar en China. Llegó la cédula de nombramiento a Manila en 1590. La renuncia llegó a España en 1592.

Le propusieron al Rey cuatro nombres y seguía optando por fray Juan de Castro. También fue electo obispo de China y debido a su oposición no llegó a recibir el nombramiento oficial de Roma. Al terminar su provincialato se retiró al hospital de San Gabriel de Manila. Allí murió santamente, después de haber recibido los santos sacramentos, el día 9 de junio de 1592.

 

Bibl.: M. González Pola, Fundación de la Provincia Dominicana de Nuestra Señora del Rosario, Madrid, [Institutos Pontificios de Filosofía y Teología Santo Tomás], 1987 (col. Cuadernos de Misionología); H. Ocio y E. Neira, MisionerosDominicos en el Extremo Oriente, 1587-1835, vol. I, Manila, Life Today Editions, 2000, pág. 42.

 

Teodoro González García, OP

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