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José Goyanes Capdevila

Biografía

Goyanes Capdevila, José. Monforte de Lemos (Lugo), 16.VI.1876 – Santa Cruz de Tenerife, 16.V.1964. Cirujano, historiador de la Medicina y escritor de la llamada Generación médica de 1914.

Hijo de juez, nació en el seno de una familia numerosa, siendo el décimo de catorce hermanos. Inició sus estudios de segunda enseñanza en el instituto de Lugo, pero obtuvo el grado de bachiller en el de La Coruña, con la calificación de sobresaliente (1891).

Por motivos económicos, la inclinación del joven bachiller de quince años (“nací y me críe para médico, o quizás más bien para cirujano”) no pudo hacerse realidad hasta el año 1893, en que inició sus estudios de Medicina en la Facultad madrileña de San Carlos (1893-1900). Los éxitos le acompañaron desde sus primeros pasos: ganó por oposición la plaza de alumno interno en la cátedra de Cirugía con el número uno; fue pensionado por las Facultades de Ciencias y Medicina; obtuvo los Premios Extraordinarios de Fourquet y Martínez Molina y se doctoró con Premio Extraordinario (1901), con una tesis sobre Influencia del tiroides en el crecimiento y desarrollo durante la edad infantil. En ese mismo año fue nombrado ayudante del Museo Anatómico, y uno más tarde, alcanzó mediante oposición el puesto de auxiliar de la Facultad, en la sección de Cirugía.

Una época que, sin duda, fue determinante para su vida la constituyó la convivencia y formación con Alejandro San Martín y Satrústegui y Manuel Alonso Sañudo, los maestros que dirigieron los comienzos de su vida profesional y clínica, a los que recordará como “a los que debo indudablemente todo lo que soy”. La gran estima que el primero tenía de su joven discípulo queda patente en su afirmación: “Debo mucho de mi pensamiento y en mi técnica a Goyanes”.

La plaza de jefe de Servicio de Cirugía del Hospital General de Madrid, que ganó por oposición, fue decisiva en su trayectoria profesional (1905). Fue en este espacio (salas 5.ª y 19.ª) donde realizó la mayor parte de su actividad profesional y alcanzó la posición de decano del cuerpo médico provincial.

Un momento trascendental en su carrera lo constituyó el concurso por la cátedra de Patología y Clínica Quirúrgica (1911). Las opiniones estaban muy divididas entre Goyanes y el valenciano Rafael Mollá.

Hubo gritos y desaprobaciones en la votación para nombrar al sucesor de San Martín. La cátedra quedó desierta. Era una época en que la política universitaria propiciaba que la mayoría de los ejercicios de oposición recibieran unánime crítica, e incluso provocaran problemas de orden público. La memoria de Goyanes versó sobre Cirugía vascular. Fue profesor agregado de Cirugía y ocupó la vacante que había dejado Cervera (1914 a 1916). A partir de este momento, su vinculación al Hospital General fue intensa. Se volcó en la asistencia, docencia e investigación, pues la vocación universitaria de Goyanes nunca desapareció a pesar del revés en las célebres oposiciones que truncaron su ascenso en la carrera universitaria. Llegó incluso a organizar un departamento de cirugía experimental subvencionado por él mismo.

En 1917, se le nombró director del Instituto Experimental contra el Cáncer, en sustitución del fallecido doctor Eulogio Cervera, creador del primer laboratorio para la investigación y estudio de esta enfermedad.

Su especial interés por dicha patología le llevó a la especialización en cancerología, que desarrolló intensamente.

En 1925, viajó para entrar en contacto con los centros e instituciones anticancerosas de Francia, Alemania, Bélgica, Holanda, Suecia, Noruega y Dinamarca.

Tras el advenimiento de la Segunda República, el director general de Sanidad, Marcelino Pascua, relevó de sus cargos a los directores de diversas instituciones sanitarias, sin formación de expediente, requisito que hasta entonces se consideraba indispensable. Así pues, en 1931, Goyanes fue cesado como director del Instituto del Cáncer.

En un momento de gravedad política nacional, se iniciaron los programas de redención sanitario-social en regiones que padecían miseria, hambre, analfabetismo y tenían endemias. Goyanes formó parte del Real Patronato de las Hurdes y, por tanto, acompañó, en 1922, al rey Alfonso XIII, al ministro de la Gobernación Piniés, al doctor Gregorio Marañón y al doctor Enrique Bardají, inspector provincial de Sanidad, en un viaje por dicha zona.

En 1928, fue investido doctor honoris causa por la Universidad de Burdeos y, con tal motivo, un grupo de médicos que formaban el consejo y dirección de la Gaceta Médica Española, editaron por suscripción popular un libro-homenaje, cuyos beneficios fueron cedidos por el homenajeado a los fines benéficos de la Liga Española contra el Cáncer.

Formó parte de la primera directiva de la naciente Sociedad de Cirugía de Madrid, en la que le acompañaron Gómez Ulla, Sánchez Covisa, Díaz Gómez, Die Mas, Cardenal Pujals, Olivares Sexmilo y Blanc Fortacín (1931), y años más tarde, bajo su presidencia, se reunieron en Madrid una serie de cirujanos de toda España con el fin de fundar la Asociación Española de Cirujanos (1936), asociación inspirada en otras europeas.

Goyanes perteneció también a varias academias. Ingresó como numerario de la Academia Médico-Quirúrgica Española en 1904, y fue su presidente entre 1911 y 1912. Presidió la inauguración del curso académico 1933-1934, fecha en que instituyó un Premio (Premio Goyanes) de mil pesetas para pagar el título de licenciado en Medicina y Cirugía a un alumno aplicado y de buena conducta moral, pero de escasos recursos económicos. En 1917, fue elegido académico de número de la Real Academia Nacional de Medicina (Medalla n.º 41), a propuesta de los académicos numerarios doctores Isla, Codina, Márquez y Bravo, para cubrir la vacante producida por fallecimiento del doctor Cervera y Ruiz. En la toma de posesión pronunció un discurso titulado Introducción al estudio de la operatoria quirúrgica. Fue además, socio honorario de la Academia Médico-Quirúrgica de Guipúzcoa, presidente de la Liga Anticancerosa Española (1923), miembro del Comité Internacional del Cáncer, vicepresidente de la Sociedad Española de Historia Natural (1929), director-fundador de la Revista Archivos Españoles de Oncología y Boletín de la Liga Española contra el cáncer.

Finalizada la Guerra Civil, la Comisión Gestora del Colegio de Médicos de Madrid requirió a los colegiados inscritos antes del 18 de julio de 1936 que formulasen la correspondiente declaración jurada a los efectos de depuración profesional. Goyanes la presentó en junio de 1939, con los avales de los generales Millán Astray, Kindelán, Bartomeu, García Escámez y el consejero conde de la Florida. Dos meses más tarde, se le concedió la inclusión en el censo colegial. A partir de ese momento, en el que Goyanes tenía sesenta y tres años, se inició el ocaso de su vida profesional, oscurecida por circunstancias difíciles de explicar, en las que, sin duda, influyeron factores tales como el haber vivido la violencia de la Guerra Civil, que cortó el desarrollo de nuestra ciencia. En 1950, se retiró a Santa Cruz de Tenerife, donde vivió hasta su muerte.

Goyanes gozó de una vida longeva, y, de octogenario, se quedó ciego a consecuencia de unas cataratas.

Su sólida formación como cirujano general quedó reflejada en más de un centenar de artículos en revistas médicas y en numerosas participaciones en congresos y reuniones de cirugía y múltiples conferencias, desde donde difundió los saberes novedosos y su experiencia.

Su obra quirúrgica quedó marcada porque, siendo un cirujano general amplísimo, su talento le hizo prever los cambios fundamentales de la especialización quirúrgica, adquiriendo un especial interés por las parcelas de la cirugía vascular, la cirugía plástica y reparadora y la oncológica, que desarrolló intensamente.

Goyanes se interesó muy pronto por la cirugía vascular, ya en su etapa de formación, y por ello su obra está identificada por sus aportaciones a esta parcela.

Cuando los extremos seccionados de una arteria resecada por aneurisma se encuentran a una distancia grande, se hace preciso valerse de un recurso técnico para poder unirlos. El ideado por Goyanes en 1906, conocido como “arterioplastia venosa u operación de Goyanes o anastomosis doble arteriovenosa términoterminal”, consiste en interponer entre ambos extremos arteriales un puente venoso tomado de su vecindad pero sin desprender totalmente la vena de los tejidos paravasculares. Fue el introductor de la técnica de sutura vascular conocido como “sutura perforante arterial”. Fue pionero en adoptar el método “ideal” en el tratamiento los aneurismas y obtuvo el primer caso de curación de un aneurisma de la subclavia recurriendo la sutura circular del vaso (1908). Con el fin de obtener la hemostasia durante la intervención, ideó también una pinza curva y de ramas muy elásticas, que encargó al fabricante Collin de París, lo que permitía la sutura venosa sin necesidad de aislar todo el perímetro de la vena. Hizo aportaciones relacionadas con la utilización de la vía arterial como procedimiento anestésico (1908), primero, y más tarde, como medio de introducción de medicamentos. Puede ser considerado, por último, como el primero que ideó el cateterismo arterial con fines isquémicos (1918).

En la obra médico-quirúrgica de Goyanes, la cirugía gastrointestinal no ocupa un lugar menor, ya que, entre otras aportaciones originales, inventó un procedimiento para tratar las estrecheces del esófago, y creó un método para realizar la intervención conocida como “gastroenteroanastomosis”, muy utilizada en el primer tercio del siglo xx. Aplicó la técnica de la gastroscopia para elaborar el diagnóstico intraoperatorio de la úlcera gastroduodenal y creó un método de colostomía perineal como tratamiento de la estrechez rectal. También ideó modificaciones en la técnica de la herniorrafia. En relación con la cirugía biliar, pronto se incorporó a la corriente moderna de la colecistectomía: fue el primer cirujano español que llevó a cabo una colecistoduodenostomía en España.

Ciertamente, muchas contribuciones de Goyanes a la medicina española se relacionan con la cirugía plástica: demostró que los tejidos embrionarios prenden con mucha más facilidad que los adultos; estableció una nueva nomenclatura de los injertos y creó un método para la restauración de la ceja cuando ésta ha sido destruida por una cicatriz u “ofridoplastia”.

Otro tanto puede decirse en el campo de la oncología, donde elaboró trabajos de investigación durante tantos años. Realizó la primera mamografía en España y dio cuenta de ello en un trabajo titulado Mamografía con rayos blandos (1931).

Su irreprochable técnica quirúrgica le permitió abarcar y dominar campos tan distantes como la cirugía pleuropulmonar y la neurocirugía. Ideó una cámara pneumática para evitar el pneumotórax en las operaciones intratorácicas. Para tratamiento de la hipertensión cerebral, diseñó el desagüe del ventrículo medio al seno longitudinal mediante un fragmento de vena y también modificó la técnica de resección del ganglio de Gasser.

Hay que tener en cuenta, para entender y valorar su obra, sus trabajos en el campo de la historia de la medicina, la poesía y el ensayo. Su intensa formación humanística y dotes de gran comunicador le permitieron reunir en un libro su experiencia del viaje que realizó a Grecia en compañía del biólogo Cándido Bolívar y del que sería años más tarde su yerno, su discípulo, José Die Mas. En síntesis, el libro Excursiones artísticas por Grecia, con una extensión de trece capítulos y un epílogo, habla de Thesalia, del teatro de Esquilo, de la cultura miceno-egea en relación con la cirugía homérica y de Esculapio.

Ni desconoció ni olvidó lo que otros habían hecho en relación con los temas de su profesión y son numerosos los trabajos sobre historia de la Medicina que realizó desde 1929 y continuó hasta casi sus últimos años. En un volumen de cincuenta y nueve capítulos recoge sus estudios sobre Miguel Servet. Escribió también una serie de ensayos sobre aspectos médicos de la literatura clásica española, y su conocida obra Tipología del Quijote tiene un prólogo de Marañón.

Publicó unos ochenta y ocho trabajos —la gran mayoría en Gaceta Médica Española— sobre temas tan variados como psicología (del chiste, de los escritores religiosos, etc.), cirugía contenida en los textos homéricos, fundación de la Universidad salmanticense, o las semblanzas de su maestro San Martín, de Ramón y Cajal, etc. Ya retirado de su vida profesional, en 1954, retomó los estudios sobre la Cirugía hispanoárabe, en especial sobre Albucasis.

Por otro lado, fue autor de artículos de contenido político, desde que el movimiento reivindicativo de tipo sindical alcanzó a la clase médica (1920). Goyanes se mostró taxativo en su artículo “Contra la Sindicación de la clase médica y a favor de la clase proletaria”, pues “[los médicos] no solamente por la elevada índole de su trabajo, sino porque no siendo, como no son, explotados por ningún capitalista, no deben valerse de aquella arma”. Perteneció unos meses al Partido Radical, pero se dio de baja en 1935. Otros artículos de contenido político se relacionan con temas vinculados con Unamuno, la política exterior de los Estados Unidos, higiene mental del niño o la inseminación artificial. Publicó también libros de poesía como Crisostemis (1925) y Los Atlantes (1935).

A Goyanes se le concedió la Orden Civil de Alfonso XII, fue también oficial de la Legion d’Honneur de Francia y caballero comendador de la Orden de Santiago de la Espada de Portugal.

Nadie mejor que sus amigos Marañón y Pérez de Ayala para resumir con brevedad y justeza la vida y obra de Goyanes como cirujano, historiador, ensayista y poeta. El médico decía de él: “Frente al cirujano superficial, marisabidillo, pancientífico y, en la práctica practicón, él significó el investigador apretado, el lector políglota y siempre insatisfecho, el técnico escrupuloso de los métodos más recientes y atrevidos, el innovador personal de estas mismas técnicas”. Para el segundo, “Goyanes es lo que los italianos del Renacimiento denominaban uomo universale. Su curiosidad es ilimitada. Además, está agraciado con una virtud retentiva, también de ilimitado ámbito, e infalible. Tesoro liberal llamó Cicerón a la memoria. Vierte sin cesar sus dádivas en beneficio ajeno, y por eso ni se vacía ni consume”.

 

Obras de ~: “Un nuevo caso de osteoma de la órbita”, Revista Medicina Cirugía Práctica, 64 (1904), págs. 1-12; Sobre angioplastia: Contribución al estudio de la cirugía de los vasos, Madrid, Nicolás Moya, 1905; “Colostomía perineal retropróctica”, en El Siglo Médico (ESM), 52 (1905), págs. 492-496; “Un nuevo método de anestesia regional”, en Revista Clínica de Madrid, 8 (1912), págs. 401-422; La sutura en cirugía del sistema vascular, Madrid, Est. Tipográfico Fortanet, 1912; Terapéutica de las estrecheces del esófago, con exposición de un nuevo procedimiento, modificación del cateterismo sin fin de von Hacker, Madrid, Viuda de Antonio Álvarez, 1912; “Una modificación al procedimiento de gastroenterostomía en Y de Roux. Gastroenterostomía en T”, en ESM, 63 (1916), págs. 322-324; Estado actual de la cirugía plástica, sus problemas y sus conquistas, Madrid, Enrique Teodoro, 1917; Introducción al estudio de la operatoria quirúrgica con un resumen estadístico de la labor realizada durante los últimos siete años (1911-1917) en las clínicas a nuestro cargo en el Hospital general, Madrid, Imprenta Clásica Española, 1918; “Sobre el cateterismo de las arterias y venas”, en ESM, 65 (1918), págs. 893-895; Sobre un foco de bocio y cretinismo endémicos en los Valles del Tormes y del Alberche (Provincia de Ávila), Madrid, Sucesor de Enrique Teodoro, 1918; La ureterostomía como operación de urgencia, Madrid, Julio Cosano, 1919; La transplantación [sic] en Cirugía, Madrid, Enrique Teodoro, 1920; Crisotemis: Poemas breves de la vida breve. Ensayos, Madrid, José Molina, 1925; La leyenda y el culto de Esculapio en la Grecia antigua, Madrid, Julio Cosano, 1925; Casuística de cirugía del pulmón, Madrid, José Molina, 1925; La mortalidad por el cáncer en España durante los veinte primeros años del siglo actual, Madrid, Sucesor de Enrique Teodoro, 1925; El profesor Jean Bergonie, Madrid, Sucesor de Enrique Teodoro, 1925; con J. Die, Sur la mortalité par le cancer en Espagne pendant les vingt premiers années du siècle present, Madrid, Joseph Molina, 1925; Excursiones artísticas por Grecia, Madrid, J. Molina, 1926; San Martín y su obra, Madrid, Artes Gráficas Plus-Ultra, 1926; “Dos pequeñas contribuciones originales a la cirugía de la úlcera gástrica”, en Gaceta Médica Española (GME), 26 (1928), págs. 69-73; Cirugía del tiroides, Madrid, Sucesor de Enrique Teodoro, 1930; “Cirugía de las trasplantaciones óseas”, e “Introducción a la psicología del chiste”, en Libro Homenaje Goyanes, Madrid, Gaceta Médica Española, 1929-1930, págs. 669-700 y págs. 701-708, respect.; Tratamiento quirúrgico del cáncer, Madrid, 1931; Tipología de El Quijote: Ensayo sobre la estructura psicosomática de los personajes de la novela, Madrid, J. Aguirre, 1932; “Quiste dermoide del pulmón”, en Actas de la Sociedad de Cirugía de Madrid, 2 (1932), págs. 49-54; Del sentimiento cómico en la vida y en el arte: Ensayo estético-psicológico, Madrid, J. Puedo, 1932; Cirugía conservadora de los huesos, Zaragoza, Tipografía La Académica, 1932; “Biografía del autor”, en M. Servet, Descripciones geográficas del estado moderno de las regiones, en la geografía de Claudio Ptolomeo Alejandrino, trad. del latín por ~, Madrid, Real Academia de Medicina, 1932; Miguel Serveto, teólogo, geógrafo y médico, descubridor de la circulación de la sangre: Su vida y sus obras, sus amigos y enemigos, Madrid, Editorial Hernando, 1933; Introducción a la psicopatología de las vivencias, Madrid, Imprenta Góngora, 1934; La sátira contra los médicos y la medicina en los libros de Quevedo, Madrid, J. Cosano, 1934; Sobre el problema etiológico del cáncer, Madrid, C. Bermejo, impresor, 1934; M. Servet, Razón universal de los jarabes según inteligencia de Galeno diligentemente expuesta a la cual se añade, después de la íntegra disertación acerca de la concocción, el verdadero método de purgar, con exposición del aforismo “Concocta medicari”, trad. al castellano por ~, con la colaboración de J. Torrubiano Ripoll, Madrid, J. Cosano, 1935; La personalidad médica de Maimónides al lado de su personalidad total, Madrid, Bolaños y Aguilar, 1935; Los Atlantes, Epopeya de los castellanos por el mar: Poema heroico del descubrimiento del Nuevo Mundo, Madrid, S. Aguirre, 1935; El Greco, pintor místico, Madrid, 1936; Las antiguas industrias de la seda en Tenerife, Tenerife, Imprenta A. Romero, 1938; Cirugía de los aneurismas: la ligadura y la sutura de los vasos, Barcelona, Talls., 1942; “Contribución de los escritores místicos españoles del siglo xvi a la historia de la psicología”, en Archivos Ibero Americanos de Historia de la Medicina, 4 (1952), págs. 79-140; “Origen y progresos de la cirugía gástrica en la época de la reforma antiséptica”, en GME, 5 (1956), págs. 161-165; “Fundación y primeros tiempos de la Universidad salmanticense”, en Archivo Iberoamericano de Historia de la Medicina y Antropología Médica, 9 (1957), págs. 241-244; “La helioradiación”, en Memoria y trabajos del Instituto de Fisiología y Patología Regionales de Tenerife (MTIFPRT), 3 (1957), págs. 1-3; “Sonidos y colores. Música y pintura: ensayo de psicología del paralelismo de las sensaciones acústica y óptica”, en MTIFPRT, 3 (1957), págs. 1-6; “El eterno femenino”, en MTIFPRT, 5 (1959), págs. 1-22; “Materia y espíritu del arte gótico: el concepto de belleza en la época y en el Renacimiento”, en MTIFPRT, 5 (1959), págs. 1-10.

 

Bibl.: VV. AA., Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo- Americana, t. 26, Madrid, Espasa Calpe, 1925, pág. 835; Libro homenaje Goyanes, Madrid, Gaceta Médica Española, 1929- 1930; J. Álvarez-Sierra, Diccionario de Autoridades Médicas, Madrid, Editora Nacional, 1963, págs. 299-300; P. González Duarte, “Homenaje al Dr. Goyanes”, en Boletín de la Sociedad Española de Historia de la Medicina (BSEHM), 4 (1964), págs. 51-53; L. S. Granjel, “José Goyanes, historiador de la Medicina”; T. Hernando, “Goyanes, el hombre”, en BSEHM, 4 (1964), págs. 41-43 y págs. 43-48, respect.; J. L. Barros, “Investigaciones sobre los trabajos vasculares del Dr. Goyanes Capdevila”, en Cirugía, Ginecología, Urología, 19 (1965), págs. 1-26; A. Vilanova Rodríguez, Gran Enciclopedia Gallega, t. XVI, Santiago de Compostela, Editorial Silverio Cañada, 1974, págs. 176-177; F. Barreiro Álvarez, Goyanes: Aspectos histórico-biográficos, tesis doctoral, Madrid, [¿1970?] (inéd.); L. S. Granjel, Historia General de la Medicina Española, t. V, Salamanca, Universidad, 1981, págs. 184-185; J. M.ª López Piñero, Th. F. Glik, V. Navarro Brotons y E. Portela, Diccionario Histórico de la Ciencia Moderna en España, vol. I, Barcelona, Editorial Península, 1983, págs. 420- 421; F. López-Ríos Fernández, Orígenes históricos de la cirugía gastro-intestinal en España (1830-1914), Madrid, Universidad Complutense, 1987, págs. 45-49, 91-109, 145-150, 180 y 184; V. Matilla, 202 Biografías Académicas, Madrid, Real Academia Nacional de Medicina, 1987, págs. 171-173; A. Bugallo Rodríguez, en X. A. Fraga y A. Mato Domínguez (coords.), Diccionario Histórico das Ciencias e das Técnicas de Galicia. Autores (1868-1936), La Coruña, Edicios Do Castro, 1993, págs. 160-162.

 

Fernando López-Ríos Fernández

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