Ayuda

Román Alberca Lorente

Imagen
Biografía

 

Alberca Lorente, Román. Alcázar de San Juan (Ciudad Real), 30.IX.1903 – Valencia, 31.XII.1966. Médico, neurohistólogo y neuropsiquiatra.

Cursa los estudios de Medicina en la Universidad de Madrid, licenciándose con premio extraordinario en 1925. Se forma en Histopatología con Pío del Río Hortega y en Psiquiatría con José Sanchis Banús.

En 1925 obtiene una beca de la Junta de Ampliación de Estudios para trabajar en Histopatología de la esquizofrenia con D. Mott en Londres. En 1926 marcha a París para trabajar en el Instituto Pasteur bajo la dirección de Constantin Levaditi en anatomía patológica de las encefalitis. A pesar de las ofertas para continuar en París o para trasladarse con Penfield a los Estados Unidos, decide regresar a España.

En 1927 lee su tesis doctoral sobre Estudio histopatológico de la encefalitis experimental, a la que se concede el premio Rodríguez Abaytua al ser considerada como la mejor de ese año. A pesar de los esfuerzos de sus maestros citados y de los suyos propios, no consigue obtener un puesto remunerado para continuar su incipiente, pero ya importante carrera de investigador, lo que le hubiera permitido, entre otras cosas, casarse. Por eso vuelve sus ojos a la actividad clínica y en 1928 gana la oposición a director de manicomio. Escoge Murcia, a donde se traslada para dirigir su establecimiento psiquiátrico.

En 1950, obtiene por oposición, la cátedra de Psiquiatría de Salamanca, trasladándose por concurso, ese mismo año, a Valencia. En 1965 crea la Escuela de Formación en Psiquiatría de Valencia, que compagina con la dirección del Manicomio de Murcia.

La obra de Alberca puede ser dividida en cuatro apartados: 1) Histopatología del sistema nervioso, 2) Neurología 3) Psiquiatría y 4) sus publicaciones en otros campos del saber.

Como histopatólogo y como neurólogo hizo aportaciones importantes a las encefalitis, entre las que destaca la monografía Neuroaxitis ectótropa (1943).

La escuela histopatológica española de su época, bajo el peso de Ramón y Cajal, se centraba en estudiar la textura del sistema nervioso normal, en especial en su citología. Por eso, en ella, la separación entre la investigación histológica y la clínica es prácticamente total, con algunas excepciones, como las de Rodríguez Lafora y las del propio Alberca. La gran aportación de Alberca fue demostrar que lo básico es la afinidad del virus herpético por el ectodermo, y, en consecuencia, la afectación de la célula nerviosa y la distribución topográfica de las lesiones, dos hechos que permiten una caracterización de todas las encefalitis víricas y una relativa individualización de cada una de ellas. Sus conclusiones en este sentido son plenamente válidas en el momento actual.

Las investigaciones de Alberca permiten deducir que la infección viral del sistema nervioso es un proceso complejo integrado por varios elementos: la infección extraneural, la generalización virásica, la propagación neural y la afinidad por las células nerviosas.

Estas aportaciones hicieron rectificar a Von Economo, que había afirmado el carácter primario de los fenómenos inflamatorios.

La obra psiquiátrica de Alberca se caracteriza por su preocupación por el desarrollo de una disciplina basada en la realidad clínica. Esto le permitió elaborar un cuerpo de doctrina al que supo incorporar aportaciones de las distintas orientaciones psiquiátricas, en su época mucho más dispares que ahora. Alberca forma parte de la tradición alemana de Kraepelin, que renovó la Nosología hace más de un siglo y cuya influencia sigue viva hoy. Esta perspectiva está presente en gran parte de los psiquiatras españoles que bebían en las fuentes de Ramón y Cajal y Achúcarro, ya que defendían que las enfermedades mentales, eran entidades nosológicas caracterizadas por un cuadro clínico, una etiopatogenia cerebral y una evolución. Sin embargo, la realidad es que los conocimientos y los métodos de investigación neurobiológicos de entonces nada aportaban al conocimiento de las grandes enfermedades mentales, como la esquizofrenia y las psicosis maníaco-depresivas (que fueron llamadas “el oráculo délfico de la psiquiatría” y “la tumba de la neuropatología”). Esto hizo que Alberca, lo mismo que otros psiquiatras de España y de fuera de ella, abriera sus ojos a corrientes filosóficas y antropológicas.

De ahí surge su interés por las raíces irracionales de la concepción artística (título de una de sus publicaciones, que sorprende por la profundidad y extensión de sus conocimientos en Filosofía existencial).

En 1950, dicta dos lecciones sobre Psicopatología del tiempo espacio que, junto a un trabajo de 1953 (“Las bases del análisis existencial”), constituyen una de las aportaciones más importantes de este tema en castellano, lo que hizo decir a Ludwig Binswanger que Alberca era el que mejor lo conocía nuestro país.

Alberca ordena la abundante literatura de esa época sobre el tiempo y el espacio en una trilogía: tiempo cronológico, vivido y vivenciado, y espacio cronológico, vivido y corporal, que le permitió desarrollar una psicoterapia de orientación antropológica. De todas maneras, su interés íntimo era no romper la unidad del ser humano ni reducirlo a uno de sus componentes.

De ahí la gran preocupación antropológica que transmite. Así, piensa “que en su contra juega el auge de una orientación apuntaba al corazón de la otra [...] y acaso sea signo de nuestro tiempo —que está dispersando tantas cosas— buscar aquí la coyuntura, la articulación de las dos tendencias, a la luz de la unidad psicofísica, movidos por el afán de considerar por lo menos al organismo como un todo”. Todo eso es así porque Alberca fue siempre un clínico. En Sobre los cuadros finales esquizofrénicos (1957) se plantea al problema del pronóstico de la enfermedad: “Yo quería saber solo qué les había pasado a mis esquizofrénicos tratados, para atisbar qué les puede pasar a los que haya de tratar en el futuro”, y distingue los síndromes residuales “que tienen la dignidad de las psicopatías” de los estados terminales “que tienen la consideración de demencia”. En estos últimos, a diferencia de enlas demencias orgánicas, hay también alteraciones del afecto y de la conducta de “un carácter caprichoso, absurdo, abigarrado”. Por otra parte, es de los pocos autores que defiende la heterogeneidad de las formas terminales de la esquizofrenia.

En su obra destaca además su análisis de las psicopatías y en especial de sus implicaciones médicolegales.

El Hospital Psiquiátrico de Murcia lleva hoy su nombre. Su hijo, Román Alberca Serrano, ha continuado su senda neurológica.

 

Obras de ~: “Sobre la naturaleza y significación de los filamentos epidérmicos de Herxheimer”, en Boletín de la Sociedad Española de Historia Natural, 20 (1921), pág. 44; “Contribution a la connaisance histopathologique de l’elephantiasis nostras”, en Comptes rendus des séances de la Société de biologie et de ses filiales (CRSSBF), 91 (1923), pág. 843; “Contribución al conocimiento histopatológico de la elefantiasis nostras”, en Los Progresos de la Clínica, 11 (1923), n.º 14; “Revisión histórica del problema de la afasia”, en Los Progresos de la Clínica, 28 (1924), pág. 447; con J. Sanchis Banús, “Sobre la locura inducida”, en Archivos de Medicina, Cirugía y Especialidades (AMCE), 28 (1925), pág. 1; “Intervención precoz de la microglia en las heridas experimentales de la médula del conejo”, en Boletín de la Sociedad Española de Biología, 11 (1925), pág. 81; con C. Levaditie y A. Galloway, ”Histogénese et évolution des vésice-pustules aphicuses chez le cobaye”, en CRSSBF, 97 (1926), pág. 131; “Les prosessus regeneratif au niveau des lesions cutanées et linguales provoquées chez le cobaye par le virus aphteux”, en CRSSBF, 97 (1927), pág. 131; con J. Sanchis Banús y Aldama, “Sobre los síndromes de la triquinosis humana”, en Gaceta Médica Española, 1928; “Infección no supurada del sistema nervioso. Resumen”, en Archivos de Neurobiología (AN), 4 (1931), pág. 415; “Formas abortivas de poliomiolitis epidémica”, en AN, 13 (1933), pág. 1; “Contribución al estudio de las ‘secuelas’ de encefalitis epidémica”, en AN, 13 (1933), pág. 1017; “La paludización en el tratamiento de la parálisis general y la tabes”, en AMCE, 1933; “Sobre la encefalomielitis pontifica”, en AMCE, 1933; “La encefalomielitis diseminada. Una forma subaguda, mortal”, en Acta Española de Neurología y Psiquiatría, I (1940); Neuraxitis Ectotropas, Madrid, Morata, 1943; “Aportaciones al estudio del síndrome de Guillain-Barré. El curso y el pronóstico”, en Revue Neurologique, 11 (1949), pág. 86; “La afinidad ectotropa de los virus neurotropos. El contrajuego de lo ectodérmico y lo mesodérmico y la participación del neuroeje y las meninges en las neuraxitis”, en Revue Neurologique, 4 (1949), pág. 247; “Las bases del análisis existencial”, en Revista de Psiquiatría y Psicología Médicas, I (1953), págs. 31 y 107; con S. Obrador y J. R. Boixados, “Trastornos de conciencia prolongados después de extirpar un tumor del IV ventrículo (papiloma coroide)”, en Revista Clínica Española, 48 (1953), pág. 286; “Meningitis mixtas e injertas. Sensibilidad y disposición a las meningitis”, en Las Ciencias, XIX (1953), pág. 471; “Los problemas patogénicos y psicopatológicos de las infecciones y virosis”, en Archivos de Neurobiología, XVII (1954), pág. 413; “Discurso de apertura de la III Reunión de la Sociedad Española de Neuropsiquiatría infantil”, en Revista Española de Oto-neuro-oftalmología, 1954; “Ligazón o escisión de la Neurología y la Psiquiatría”, en Gaceta Médica Española, 28 (1954), pág. 440; Sobre los estados finales esquizofrénicos, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), pág. 187, 1957; “Formas atípicas de comienzo de las meningitis”, en Archivos de Neurobiología, xx (1957), pág. 405; La capacidad de obrar. Bases del peritaje psiquiátrico, Madrid, CSIC, 1957, pág. 47; “Las personalidades psicopáticas. Valoración penal y profilaxis de sus delitos”, en Anales de la Real Academia de Medicina, LXXVII (1960), pág. 37; De Velázquez a la pintura moderna, Publicaciones de la Universidad de Murcia, 1960; “Los trastornos mentales en la meningitis tuberculosa”, en Revista Ibys, n.º 5 (1961), pág. 379; “Psicopatías y delincuencia”, en: Los delincuentes mentalmente anormales, Universidad de Madrid, 1962, págs. 39-66; La actualidad de la enfermedad y la tipicidad del delito en Derecho Penal, Temas de Estudios Jurídicos, 1965; Pronóstico de las psicosis y neurosis infantiles, Ámsterdam (Países Bajos), Excerpta Médica Foundation, 1967.

 

Bibl.: D. Barcia, “La obra científica de Román Alberca Lorente”, en Folia Neuropsiquiátrica, XVII (1982), págs. 208- 216; F. Dualde Beltran, El concepto de esquizofrenia en los autores españoles (1939-1975), Valencia, Universidad de Valencia, 2004.

 

Juan J. López-Ibor Aliño

 

Relación con otros personajes del DBE

Personajes similares