Sarmiento de Castro, Francisca. Condesa de Ribadavia (II). ?, c. 1478 – 1528. Noble.
Francisca Sarmiento de Castro era la hija primogénita del matrimonio formado por Bernardino Pérez Sarmiento, I conde de Ribadavia y adelantado mayor de Galicia, y María Pimentel de Castro, señora de las villas de Manzaneda y Valdeorras.
En 1491, a la edad de trece años fue prometida en matrimonio con Enrique Enríquez, hijo de Alfonso Enríquez, almirante de Castilla. Fue la madre del novio, María de Velasco, quien suscribía una escritura de arras con el padre de la novia por la que se comprometía a entregarle 3000 florines de oro hipotecados sobre un juro que el mismo Enrique poseía en Sevilla. El casamiento se efectuó en fecha desconocida entre 1493 y 1499, fecha en la cual Francisca, junto con su marido, suscribían un concierto con su padre. Éste renunciaba al adelantamiento mayor de Galicia a favor de su yerno. Las rentas que este título generara, serían descontadas de los 2.000.000 de maravedís que en concepto de dote Bernardino había prometido a su hija. A cambio, Enrique se comprometía a conseguir en el plazo de año y medio facultad real para que el señor conde pudiera constituir mayorazgo a favor de su hija.
A la muerte de su madre en 1519, Francisca, junto con su hermana María, se convierten en las herederas legales de su patrimonio formado por las villas y tierras de Manzaneda y Valdeorras. No sin la oposición de Alonso Pimentel, conde de Benavente, que consigue adueñarse por vía armada de las citadas posesiones.
El conflicto se prolonga hasta 1526. Ese año, Francisca y María llegan a un arreglo con Alonso Pimentel quien reconoce la pertenencia de Manzaneda y Valdeorras a ambas. En contrapartida, el conde de Benavente obtiene la percepción de las alcabalas de ambos lugares durante quince o veinte años encabezadas en 145.160 maravedís.
Tras el fallecimiento de Bernardino en 1522, sus hijas firmaban un acuerdo para la administración del condado de Ribadavia. Como hija mayor, Francisca y su marido administrarían el citado condado hasta su muerte. Si uno de ellos fallecía, el otro permanecería a su frente. Esta decisión sería ratificada por Francisca en 1528 al disponer su testamento en el que designaba como sucesor de sus bienes a su marido Enrique.
Bibl.: G. F. Fernández Suárez, La nobleza gallega entre los siglos xiv-xv: los Sarmiento, condes de Ribadavia, Santiago de Compostela, El Eco Franciscano, 2002; “Los condes de Ribadavia durante el reinado de Carlos V”, en Estudios Mindonienses: anuario de estudios histórico-teológicos de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol, 21 (2005).
Gonzalo Francisco Fernández Suárez
