Enríquez, Francisca. Marquesa de Denia (II). ?, s. m. s. xv – Tordesillas (Valladolid), 1538. Gobernadora de la casa de la reina Juana.
La segunda hija de Enrique Enríquez, almirante de Sicilia, y María de Luna, señores de las villas de Orce y Galera, Cortes y Sierra de Filabres y alcaldes de la ciudad de Baza, fue prima hermana del rey Fernando el Católico. Se casó con el primer conde de Lerma y segundo marqués de Denia, Bernardo de Sandoval y Rojas. Al fallecer su padre en Medina del Campo en 1504, el marqués recibió su puesto de mayordomo mayor del Rey y la marquesa fue nombrada dama de la casa de la Reina con cuarenta mil maravedís de ración y quitación anuales. Tras la muerte de la Soberana cuatro meses después, los marqueses apoyaron el gobierno de Fernando de Aragón contra el de Felipe de Borgoña. A la muerte de Felipe I, la marquesa de Denia y Juana de Aragón, hija ilegítima del rey aragonés, intentaron situarse al lado de la reina Juana como partidarias de su padre. Aunque la Reina rechazó a ambas señoras en diciembre de 1506, lograron colocarse a su lado para encontrarse con Fernando de Aragón en Tórtoles de Esgueva a finales de agosto de 1507.
En marzo de 1517, el rey Carlos le encargó a los marqueses el gobierno y la administración de la casa de la reina Juana y de la villa de Tordesillas. Conjuntamente recibieron la impresionante cantidad de 3.000 ducados (1.125.000 maravedís) anuales. En el palacio de Tordesillas, la marquesa dirigió a las doce damas que atendían a las necesidades personales de la Reina. Esas damas, que llegaron a ser en su mayoría parientes de los Denia, nunca fueron aceptadas por la Reina. A su petición los Comuneros expulsaron a los marqueses y sus damas de Tordesillas después de apoderarse de la villa y palacio real a finales de agosto de 1520. Aun con la recuperación de Tordesillas y de su puesto tres meses más tarde, a la marquesa le costó trabajo volver a imponer su autoridad sobre la Reina y su hija menor, la infanta Catalina. Concretamente, se enfrentó con Ana, la condesa de Módica y esposa de su primo hermano, Fadrique Enríquez, almirante de Castilla. En contra de la nueva vigilancia de la marquesa, la infanta se quejó a su hermano mayor, Carlos V: “porque la condesa de Módica, mujer del almirante me escribe y yo le escribo por las muchas piedades y buen ejemplo que aquí me hizo e dio, me quiere la marquesa [de Denia] sacar los ojos” (Archivo General de Simancas, Estado, Castilla, 8-122). La marquesa, por su parte, achacó la desobediencia de la infanta a su edad de catorce años y al hecho de que la Reina no permitía a la marquesa ni a sus allegadas entrar en el aposento de la infanta.
La marquesa no tuvo reparos en escribir, no solamente al Emperador, sino a otros hombres poderosos de su época. En 1512 se dirigió al cardenal fray Francisco Jiménez de Cisneros para pedirle que la visitase en su villa de Lerma. Tras la sublevación de las Comunidades, solicitó varios breves a otro cardenal, Adriano de Utrecht, ya elegido papa. Debido, quizás, a las tensiones con el pueblo de Tordesillas, deseaba que ella, sus hijas, nueras y nietas pudiesen ganar indulgencias rezando ante sus altares sin ir a la iglesia. Para su hijo Hernando, comendador de Calatrava, pedía permiso para que no tuviera que rezar los trescientos pater nosters diarios que su Orden requería. Finalmente, quería un breve para poder retirar un alma del purgatorio por cada misa que ella dedicase al propósito. A partir de la muerte de su marido en 1536 y hasta su propia muerte en 1538, gobernó la casa de la Reina con la ayuda de su primogénito, Luis de Rojas.
Fuentes y bibl.: Archivo Ducal de Medinaceli, leg. 245, n.os 101 y 154; Archivo General de Simancas, Estado, Castilla, 33-122; Castilla, 33-113 (ADM 246-14); Castilla, 8-122; Castilla, 8-114; Casa y Sitios Reales, 24-30/387 y 388); Archivo Histórico Nacional, Universidades 757, fol. 117.
A. López de Haro, Nobiliario Genealógico de los Reyes y Títulos de España, t. I, Madrid, Luis Sánchez, 1622, págs. 162-164; B. Aram, La Reina Juana: Gobierno, piedad y dinastía, Madrid, Marcial Pons, 2001, págs. 168,196, 206-7, 211, 231-2, 238.
Bethany Aram