El primogénito de los doce hijos del primer conde de Oropesa sucedió a su padre en 1504, pero al ser menor de edad, como lo había sido su progenitor al acceder a la jefatura de la Casa, tuvo que encargarse de la tutoría su madre, María Pacheco. De nuevo una mujer, como ya era tradición en el linaje, pasaba a gobernar y ejercer la administración del condado de Oropesa. De 1505 a 1509, María Pacheco administró el patrimonio de su hijo hasta que éste alcanza su mayoría de edad en ese último año, casa, el 16 de octubre de 1508, con María de Figueroa, hija del conde de Feria, y pasa a regir personalmente la gobernación de sus ricos señoríos.

Francisco Álvarez de Toledo llegaría a ser un personaje de la máxima confianza de Carlos V, que le encargaría delicadas misiones, entre ellas acompañar a su hermana Leonor, viuda de Manuel I de Portugal, cuando esta dama tuvo que desplazarse a París para contraer matrimonio con Francisco I de Francia. [...]