Mendoza, Mencía de. Condesa de Haro (II). Guadalajara, c. 1421 – Burgos, 1500. Noble ilustrada castellana, mecenas de las Artes.
Mencía de Mendoza era la mayor de las hijas de Íñigo López de Mendoza (1398-1458), I marqués de Santillana y conde del Real de Manzanares, político, militar y literato que destacó en los reinados de Juan II y Enrique IV de Castilla, y de su esposa Catalina Suárez de Figueroa, fallecida en 1456. Se estima que Mencía nació en Guadalajara hacia 1421 por indicar en su tumba que murió de setenta y nueve años. Fue educada con sus hermanos y parientes cercanos en el culto ambiente de su casa, siendo amante del Arte y la Literatura. A la muerte de Aldonza de Mendoza (c. 1379-1435), hermanastra de su padre, ésta pidió que Mencía fuera casada con su hijo Alfón o Rodrigo de Mendoza, como condición de que Íñigo heredara de Aldonza los bienes del padre común. Este matrimonio no se llevó a cabo. En el establecimiento de alianzas político-militares por su padre, fue casada en 1436 con Pedro Fernández de Velasco (Burgos, 1425-Granada, 1492), II conde de Haro y condestable de Castilla desde 1473.
Tuvieron por hijos a Bernardino Fernández de Velasco, Íñigo Fernández de Velasco, Mencía, María, Catalina, Leonor e Isabel de Velasco, y el obispo Juan de Velasco.
Tras la muerte del marqués, el condestable formó parte de la nobleza aliada fiel de los Mendoza, dirigida por Pedro González de Mendoza, futuro gran cardenal de España. En el testamento, Mencía fue dotada por su padre con 22.000 florines de oro.
Tras una primera etapa dedicada a dar descendencia a su marido, Mencía llevó el gobierno y administración de las grandiosas rentas y de los estados de éste, casi constantemente, debido a sus largas ausencias bélicas durante los reinados de Enrique IV y de los Reyes Católicos. Con las economías que hizo, se encargó directamente de levantar en Burgos la casa del Cordón, la capilla de la Purificación o capilla del Condestable en la catedral y la casa de la Vega, finca en la localidad de Gamonal. La tradición cuenta que se dirigió a su marido diciéndole: “Ya tienes palacio en que morar, quinta en que holgar y capilla en que orar y te enterrar”.
Mencía levantó la casa del Cordón entre 1476 y 1482, para sustituir al antiguo palacio de los Velasco.
Fue empezada por Juan de Colonia, ayudado por su hijo Simón, en estilo gótico tardío. Las dobles galerías del patio lo fueron entre 1484 y 1497. Adornó la casa con una excelente colección de tapices flamencos.
Mencía concertó con el cabildo catedralicio los detalles y condiciones de la fundación realizada, la más importante modificación de la catedral en esa parte del templo, pues está adosada a la girola. La capilla del Condestable se levantó desde 1482, cerrándose la bóveda estrellada en 1494. Es obra del arquitecto Simón de Colonia, con retablos de Gil de Siloé (fallecido casi a la vez que Mencía), y en ella está enterrado el matrimonio. Mencía se encargó de la decoración mobiliar y altares, siendo acabados capilla y sepulcros viviendo su nieto, el IV condestable, gracias a Diego de Siloé y Felipe Vigarny. En su labor de patronazgo, apoyó la reforma franciscana mediante la fundación de un monasterio de clarisas y la construcción del sepulcro del franciscano y futuro santo San Pedro Regalado (La Aguilera), promoviendo asimismo la causa para elevarlo a los altares.
Fallecido su esposo, Mencía litigó con su hijo mayor por el usufructo de la herencia de su marido y el mantenimiento de su estatus, no siempre con éxito. Tras su muerte, para realizar las esculturas de su tumba se enviaron a Italia unos moldes de cera de las caras, obra de Alonso Berruguete. La obra en mármol de Carrara es obra de Juan de Lugano, autor de los “primorosos grutescos de la armadura del Condestable y el corpiño de la condesa”. Pereda Espeso opina que sus rasgos en la escultura “son completamente estereotipados”. Su nieto, el IV condestable, la describe como “muy bien hablada y graciosa y de muy gran autoridad y de mucha presunción [...] hera apasionada de sus opiniones [...] hera de tan buen corazón” y tocante a su abuelo indica que el condestable “gobernábase en muchas cosas de su casa por su muger”. Fue devota de san Bernardino de Siena y del Corpus, teniendo una estrecha relación con su hermanastra Leonor de Mendoza, abadesa de Las Huelgas.
Su actividad como mecenas hace que sea citada por ello en la bibliografía, juntamente a sus hermanos el I duque del Infantado y el gran cardenal Mendoza.
Sólo muy recientemente ha merecido un estudio detallado sobre su labor.
Bibl.: V. Lampérez y Romea, La Catedral de Burgos, Barcelona, H. de J. Thomas, 1913; Los Mendoza del siglo xv y el castillo del Real de Manzanares, Madrid, Real Academia de la Historia, 1916; C. G. de Villacampa, “La capilla del Condestable de la Catedral de Burgos”, en Archivo Español de Arte y Arqueología, t. IV, n.º 10 (1928), págs. 25-44; C. de Arteaga, La Casa del Infantado, cabeza de los Mendoza, t. I, Madrid, Imprenta C. Bermejo, 1940, págs. 106-107; J. de Contreras, marqués de Lozoya, Escultura de Carrara en España, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Diego Velázquez, 1957, págs. 28-31; F. Marías Franco, ”Los Mendoza y la Introducción del Renacimiento en España”, en Nobleza, Coleccionismo y Mecenazgo, Sevilla, Real Maestranza de Caballería, 1988, págs. 29-44; F. layna Serrano, Historia de Guadalajara y sus Mendozas en los siglos xv y xvi, t. II, Guadalajara, Aache Ediciones, 1994, págs. 90-91 y 234 (2.ª ed.); F. Pereda Espeso, “Mencía de Mendoza, mujer del I Condestable de Castilla. El significado del patronazgo femenino en la Castilla del siglo xv”, en Patronos y Coleccionistas. Los condestables de Castilla y el Arte (siglos xv-xviii), Valladolid, Secretariado de Publicaciones e Intercambio Científico de la Universidad, 2005, págs. 11-119; A. Franco Silva, Entre los reinados de Enrique IV y Carlos V: los condestables del linaje Velasco (1461- 1559), Jaén, Colección Martínez de Mazas, Serie Estudios 41, Servicio de Publicaciones de la Universidad, 2006.
José Luis García de Paz
