Aragón, Jaime de. El Desdichado. Conde de Urgel. ?, 1378 – Játiva (Valencia), 1.VI.1433. Lugarteniente general de Aragón. Candidato a la sucesión en el trono por el Compromiso de Caspe (1412).
Hijo de Pedro, conde de Urgel, y de Margarita de Monferrato. En 1407 casó con Isabel de Aragón, hija del rey de Aragón Pedro IV el Ceremonioso, y de Sibilia de Forcia. En 1409, la salud del rey Martín era muy delicada, carecía de sucesor y de su segundo matrimonio con Margarita de Prades tampoco tenía descendencia. Considerado don Jaime pretendiente por la opinión real apoyada por la reina doña Violante, mientras el Rey no tuviera hijos, él debía ser su legítimo sucesor. Don Martín le nombró lugarteniente de sus reinos (28 de junio), pero ese cargo no lo podía ocupar un rico hombre, sino un caballero aragonés, y no fue reconocido en Aragón a pesar de la designación real. El conde, apoyado por sus parciales, se instaló en la Almunia de Doña Godina, de la jurisdicción de la Orden hospitalaria de San Juan de Jerusalén, y comenzó a ejercer su cargo. Zaragoza, la capital, y otras ciudades del reino se negaron a reconocerle.
En la primavera de 1410, el rey Martín, que se había refugiado en el castillo de Belesguard huyendo de la pestilencia, se trasladó al monasterio de Valdedoncellas, en los alrededores de Barcelona. Allí sufrió un accidente que le puso al borde de la muerte. La madre del conde y su nuera, Isabel, suplicaron entonces al Rey que declarase sucesor en sus reinos a don Jaime. Incluso estando el Rey adormecido, la condesa le habría asido (Lorenzo de Valla) y “comenzó a decir a voces que la sucesión del reinado era de su hijo, y qué él contra razón y justicia le quería privar della”. Sin lograr recuperarse, enfermo, obeso y agotado por las continuas disputas entre los candidatos a sucederle, murió el rey Martín el 31 de mayo a los cincuenta y dos años, dejando el problema a la responsabilidad de sus reinos, que debían decidir entre los dos candidatos principales: el infante de castilla don Fernando el de Antequera y el conde de Urgel.
Al año siguiente, Jaime de Aragón pasó a la acción intentando ocupar Zaragoza, apoyado por la rama mayor de los Lunas, cuya cabeza visible era Antón de Luna. El arzobispo de la ciudad, García Fernández de Heredia, asumió la capitanía general (apoyaba al tercer candidato: Luis de Anjou). Los parlamentos de los reinos abrieron una información para averiguar cuál de los candidatos contaba con mayor derecho (11 de junio), pero, a las pocas horas de conocerse esta determinación, gentes de Antón de Luna asesinaron al arzobispo de Zaragoza. Entonces las autoridades aragonesas pidieron ayuda a Fernando para restablecer el orden. Benedicto XIII, que prefería como candidato al infante castellano, ya que le podría asegurar la obediencia aragonesa y castellana, condenó con toda severidad a los asesinos, lo que significó realmente la descalificación del conde de Urgel como candidato. La reacción del conde fue intentar apoderarse de Valencia para imponer sus compromisarios en las reuniones que tuvieron lugar en el castillo de Caspe, perteneciente a la orden de San Juan. Fue derrotado en Murviedro (27 de febrero de 1412). Valencia otorgó sus votos a don Fernando; Cataluña, interesada principalmente en la unidad de la Corona, también. El 23 de junio de 1412, san Vicente Ferrer comunicó la elección de Fernando.
El conde de Urgel se negó a reconocerle si no se le indemnizaba de los gastos ocasionados por su candidatura.
Además, ponía una segunda condición: que se concertase el matrimonio de su hija con el infante castellano don Enrique, hijo de Fernando. Empujado por su madre y Antón de Luna, se sublevó, contando con unas fuerzas importantes y habiendo acordado el envío de soldados ingleses con el duque de Clarence (hijo segundo de Enrique IV de Inglaterra), con Eduardo de York (nieto de Pedro I de Castilla) y con gascones (Menant de Avars, Basilio de Génova, Angelot y Gracián de Agramonte, los capitanes más destacados). Las compañías entraron por Navarra, ocupando los castillos de Trasmoz y Montearagón. Carlos III el Noble de Navarra impidió en lo sucesivo la entrada de compañías. Los rebeldes se concentraron en Huesca (junio de 1413).
Las tropas de Fernando I derrotaron a los ingleses en Castelflorite (8 de junio) y Montearagón se rindió (11 de agosto). Quedaban dos reductos: Balaguer, refugio del conde a cuyo cerco acudió Fernando I, se rindió en octubre, y Loarre resistió hasta bien avanzado el invierno. Antón de Luna, desterrado, había perdido todos sus bienes y fortuna. El conde de Urgel fue condenado a prisión de por vida (salvó la vida por la intervención de su mujer, la infanta doña Isabel) y a la confiscación de todos sus bienes. También fueron confiscadas las propiedades de su madre Margarita de Monferrato, que alentó siempre a su hijo a que lo aventurase todo por una corona que ella juzgaba le pertenecía por derecho. Debía triunfar o morir, y añade Jerónimo Zurita en sus Anales (1978, V: 302) “e insistía en eso la condesa como una furia, rechazando cualquier condición ofrecida por Fernando I”.
Jaime de Aragón, conde de Urgel, prisionero primero en Lérida, fue luego trasladado a Castilla a las fortalezas de Urueña, Mora, Madrid y, finalmente, al castillo de Játiva, donde murió el 1 de junio de 1433.
El conde de Urgel ha sido ensalzado por historiadores nacionalistas catalanes como el candidato de Cataluña injustamente desposeído de la corona en Caspe por las intrigas de Benedicto XIII, a través de san Vicente Ferrer.
Bibl.: L. Giménez Soler, “Don Jaime de Aragón, último conde de Urgel”, en Memorias de la Academia de Buenas letras de Barcelona, VII (1901), pág. 125; L. Domenech y Montaner, La iniquitat de Casp y la fi del comte d’Urgell, Barcelona, Llibreria Verdaguer, 1930; R. Menéndez Pidal, “El Compromiso de Caspe, Autodeterminación de un pueblo”, prefacio en L. Suárez Fernández, Á. Canellas López y J. Vicens Vives, Los Trastámaras de Castilla y Aragón en el siglo XV, introd. de R. Menéndez Pidal, en J. M.ª Jover (dir.), Historia de España de Menéndez Pidal, t. XV, Madrid, Espasa Calpe, 1970 (2.ª ed.); F. Soldevilla, El compromís de Casp: Resposta al Sr. Menéndez Pidal, Barcelona, Rafael Dalmau, 1971; J. Zurita, Anales de la Corona de Aragón, vols. V y VI, Zaragoza, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Fernando el Católico, 1978; L. Suárez Fernández, Benedicto XIII: ¿Antipapa o Papa? (1328-1423), Barcelona, Ariel, 2002.
Isabel Pastor Bodmer