Águila, Diego del. ?, p. m. s. xv – ú. t. s. xv. Alcaide de Ciudad Rodrigo y gobernador de Ciudad Rodrigo y su tierra.
Es poco lo que se sabe sobre los orígenes y primeros años de Diego del Águila. En 1453 ya ocupaba la tenencia y alcaidía del alcázar de Ciudad Rodrigo en nombre del príncipe Enrique, puesto que en 1454 compaginaba con el corregimiento de la villa. En 1460 Diego del Águila abandonó Ciudad Rodrigo y fue reemplazado por Juan de Caraveo al frente de la tenencia del alcázar, quien defendió con lealtad la causa de la Corona durante los difíciles años de la guerra civil. En 1470 Enrique IV volvió a encomendar la alcaidía de Ciudad Rodrigo y la gobernación de la frontera con Portugal a Diego del Águila, lo que le convirtió en el hombre fuerte de una región fronteriza vulnerable. En torno a 1474 participaba con voz y voto en las reuniones del concejo. Su influencia en la escena política local se afianzaría aún más cuando al año siguiente se le otorgara un puesto en el regimiento de la villa.
Durante la guerra de sucesión castellana Diego del Águila se destacó al servicio de los Reyes Católicos en la defensa de la comarca fronteriza que dominaba Ciudad Rodrigo, convertida en auténtica llave del sistema defensivo castellano-leonés frente a los avances portugueses. La villa se encontraba dividida en dos facciones: una, encabezada por el teniente de la fortaleza y sus milicias, era favorable a Isabel y Fernando; la otra, integrada por los principales linajes urbanos, era partidaria de la princesa Juana y contaba con el respaldo del marqués de Villena. Los refuerzos enviados por los Reyes Católicos permitieron a Diego del Águila repeler los constantes ataques y expulsar a los rebeldes de la villa, la mayoría de los cuales se refugiaron en Trujillo o huyeron a Portugal. Su eficacia durante los convulsos años de la Guerra de Sucesión le valió la confianza de los Reyes Católicos, que en 1476 le nombraron gobernador de Ciudad Rodrigo y su tierra con plenos poderes para actuar en su nombre. Los monarcas también extendieron generosas mercedes a favor de sus hijos. En agosto de 1478 Diego del Águila recibía la confirmación de la alcaidía y tenencia de Ciudad Rodrigo por juro de heredad, lo que le confería la facultad de traspasar el cargo a sus herederos al morir. Asimismo, los Monarcas le otorgaron el oficio de capitán mayor de Ciudad Rodrigo y su obispado.
Durante los años que siguieron a la firma del Tratado de Alcaçobas en 1479, Diego del Águila acometió la pacificación de Ciudad Rodrigo y su tierra.
En concreto repelió el intento del duque de Alba de apoderarse de la villa. Su heroica actuación supuso la firme promesa regia de mantener Ciudad Rodrigo dentro de la jurisdicción real. La fidelidad y eficacia del alcaide fueron generosamente recompensadas por la Corona, que en 1485 le otorgó facultad para crear un mayorazgo a favor de su hijo Gonzalo del Águila y en 1486 confirmó la donación del lugar de Payo de Valencia a favor de Antonio del Águila, otro de sus vástagos. Este último sucedería a su progenitor al frente de la alcaidía de Ciudad Rodrigo en 1489.
Bibl.: A. Bernal Estévez, El concejo de Ciudad Rodrigo y su tierra durante el siglo xv, Salamanca, Diputación Provincial, 1990, págs. 59-60 y 293-294; J. I. Martín Benito, El alcázar de Ciudad Rodrigo: poder y control militar en la frontera de Portugal (siglos xii-xvi), Ciudad Rodrigo, Centro de Estudios Mirobrigenses, 1999; M.ª C. Castrillo Llamas, La tenencia de fortalezas en la Corona de Castilla: relaciones de poder entre monarquía, nobleza y ciudades. Siglos xiii-xv, Madrid, Universidad Complutense, 2003, págs. 1.507-1.511.
María Concepción Castrillo Llamas