Ayuda

Juan de Ayala

Biografía

Ayala, Juan de. ?, c. 1436 – 1497. Señor de Cebolla, Villalba y Portillo, aposentador mayor de los Reyes Católicos y regidor de Talavera de la Reina.

Hijo de Diego López de Ayala II, señor de Cebolla y Villalba, y Guiomar Barroso, hija de Pedro Gómez Barroso, corregidor y justicia mayor de Toro, regidor de Toledo y alguacil mayor del infante Juan de Aragón, y de Mencía de Fuensalida, hermana de don Diego, obispo de Zamora y Ávila. Diego López de Ayala II falleció en 1442 y, al ser menores de edad sus cuatro hijos, su viuda Guiomar Barroso consiguió la tutela sobre ellos y la administración del señorío, que también reclamaba su cuñado García Álvarez de Toledo, señor de Oropesa.

En 1454 Juan de Ayala I, el primogénito del matrimonio, fue declarado mayor de edad, pero para acceder al señorío debió llegar a un acuerdo con su madre, que reclamaba la mitad del patrimonio en concepto de gananciales y de la dote y las arras que no le habían sido devueltas. El acuerdo definitivo de 1455 convertía a Juan de Ayala en señor de Cebolla y del resto de las propiedades de la villa, pero su madre conservaría vitaliciamente el usufructo de esos bienes y el ejercicio de la jurisdicción civil y criminal en Cebolla, mientras que se repartían a medias la percepción de las alcabalas de esa villa. Por esa razón, Juan de Ayala hubo de esperar al fallecimiento de su madre, que se produjo en abril de 1472, para tomar completa posesión de su señorío.

Lo cierto es que a mediados del siglo XV el señorío de Cebolla no constituía ni la mitad del patrimonio total que tenía esta rama cadete de los Ayala. En el acuerdo de 1455 los bienes raíces de los Ayala se valoraron en 1.552.088 maravedís, de los cuales 697.088 maravedís correspondían a la villa de Cebolla, los molinos del Corral y el castillo de Villalba y la cantidad restante a heredades y propiedades distribuidas por la villa de Talavera y su término. La importancia proporcional del patrimonio territorial ajeno al señorío de Cebolla en el conjunto de los bienes de esta rama cadete se fue incrementando a medida que avanzaba el siglo XV, al incorporarse por matrimonio, compra o usurpación diversas propiedades en Córdoba, Ciudad Real, Santa Olalla y el término de Talavera, a las que había que unir importantes rentas de percepción anual.

Con todo, el señorío de Cebolla fue la pieza fundamental para el linaje Ayala, lo que le permitió elevarse por encima de la nobleza que no tenía poder jurisdiccional sobre sus vasallos, cuestión que no sucedía con ninguna de sus restantes propiedades, ni siquiera con la aldea de Portillo, que pasó completamente a poder de la familia en 1491, pero que nunca alcanzó la categoría de un señorío jurisdiccional, permaneciendo como señorío territorial dependiente de la jurisdicción de Toledo.

Juan de Ayala I fue miembro del cabildo de la hermandad de Talavera y regidor de Talavera de la Reina, villa en la que fijó su residencia principal. Desde allí se benefició de la complicada coyuntura de la política castellana de la época, apoyando primero la candidatura del infante Alfonso, volviendo después a la obediencia de Enrique IV y, tras el fallecimiento del Monarca, abrazando la causa de los Reyes Católicos en la guerra de sucesión. Esta política comportó indudables beneficios económicos para el linaje y la apuesta final por los ganadores tendría además recompensas políticas. De ellas se benefició sobre todo el heredero del señorío, Diego López de Ayala III, que en 1478 capturó la villa de Talavera para los Reyes Católicos, derrotando para ello a las tropas del arzobispo Alonso Carrillo, personaje clave en el bando de Juana la Beltraneja.

Tras la muerte en 1489 de Pedro López de Ayala, II conde de Fuensalida, Juan de Ayala I, que era su sobrino, recibió el oficio de aposentador mayor del Rey, que a partir de entonces sería heredado por los primogénitos de su linaje. El aposentador mayor era un oficial encargado de preparar el alojamiento del Rey y su séquito en los lugares a donde se trasladaban.

Juan de Ayala se había casado con Inés de Guzmán, única heredera del patrimonio de sus padres, Rodrigo de Guzmán y María Dávalos, que la dotaron con cuatrocientos maravedís. Al morir Inés de Guzmán en 1484, dejó a su primogénito Diego el quinto de sus bienes raíces y muebles, el tercio de sus posesiones cordobesas, la mitad de la heredad talaverana de Silos y un juro de diez mil maravedís en las alcabalas de Toledo.

Juan de Ayala I murió en 1497, fundando en su testamento un primer mayorazgo para su primogénito Diego López de Ayala. Los bienes destinados a este mayorazgo eran la villa de Cebolla con todas las posesiones, incluidos los molinos del Corral, el castillo de Villalba, con su término, la villa de Almarge, el lugar de Portillo, las dehesas del Rincón, Tirteafuera, Silos, Torrejón, la Mongía, Bahane, Los Santos, El Allozar, Sotogordo, Calatrava, Calatravilla, Cotanillos, Mirillos, las tres partes de Las Aldehuelas, todos ellos lugares situados en término de Talavera, las heredades que tiene en tierra de Maqueda, las casas principales que poseía en la colación de San Salvador de Toledo, todos los bienes que tenía en la ciudad y término de Córdoba, diez mil maravedís de renta en la dehesa toledana de Algondarín y un juro de veinte mil maravedís sobre las alcabalas de Córdoba. Al margen del mayorazgo, Juan de Ayala dejó en herencia a su hijo Diego el oficio de aposentador mayor de los Reyes, cuantiosas rentas y numerosos bienes muebles y raíces. A ello había que unir los bienes del mayorazgo fundado a favor de su otro hijo varón, Bernaldino de Ayala, con las heredades de Lórviga, La Peraleda y Barrancosa, situadas en término de Talavera; además de las mandas testamentarias y las dotes y herencias distribuidas entre sus hijas. De tal suerte que Juan de Ayala I había logrado reunir el más importante patrimonio de la aristocracia talaverana.

Por otra parte, Juan de Ayala ordenaba en su testamento que le sepultaran junto a su mujer en el panteón familiar que había fundado en la capilla mayor de la colegiata de Santa María de Talavera, sin duda el espacio religioso más privilegiado de cuantos podían encontrarse en la villa. La reja de entrada a la capilla estaba rematada con las armas de Juan de Ayala y su mujer Inés de Guzmán. Para la construcción del panteón el promotor había destinado doscientos cincuenta mil maravedís y otros doce mil más en censos.

El matrimonio formado por Juan de Ayala I e Inés de Guzmán tuvo seis hijos que llegaron a la edad adulta: Mencía, casada con Fernán Álvarez de Meneses; María Orozco, monja en el monasterio de Santo Domingo el Real de Toledo; Diego López de Ayala III, heredero del señorío de Cebolla, capitán de la Frontera del reino de Navarra y alcaide de Fuenterrabía; Bernardino de Ayala, que casó con María Gaitán, de la que tuvo descendencia; y Elvira de Ayala y Mencía Dávalos.

 

Bibl.: L. de Salazar y Castro, Historia genealógica de la Casa de Silva, Madrid, 1685 (ed. facs., Huelva, Wilsen Editorial, 1992, vols. I, pág. 354); M. J. Suárez Álvarez, La villa de Talavera y su tierra en la Edad Media (1369-1504), Oviedo, Universidad de Oviedo y Diputación Provincial de Toledo, 1982, págs. 96, 153-154, 254, 262-263, 278, 303, 311-312 y 398; A. Franco Silva, “El proceso de señorialización de las tierras de Talavera de la Reina en el siglo xv. El caso de Cebolla y los Ayala”, en Anuario de Estudios Medievales, 20 (1990), págs. 223-274 y en A. Franco Silva, La fortuna y el poder. Estudios sobre las bases económicas de la aristocracia castellana (s. XIV-XV), Salamanca, 1996, págs. 155-215; J. M.ª Sánchez Benito, Colección de documentos de la Santa Hermandad (1300-1500), Toledo, Instituto Provincial de Investigaciones y Estudios Toledanos, 1990, págs. 99-116; J. P. Molénat, Campagnes et monts de Tolède du XIIe au XVe siècle, Madrid, Casa de Velázquez, 1997, págs. 375, 412 y 514; J. de Salazar y Acha, La Casa del Rey de Castilla y León en la Edad Media, Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2000, págs. 334-335.

 

Enrique Rodríguez-Picavea Matilla

 

 

 

 

Ayala, Juan de. ?, Señor de Cebolla (V), Villalba y Portillo. c. 1436 – 1497. Aposentador mayor de los Reyes Católicos y regidor de Talavera de la Reina.

Hijo de Diego López de Ayala II, cuarto señor de Cebolla y Villalba, y Guiomar Barroso hija de Pedro Gómez Barroso, corregidor y justicia mayor de Toro, regidor de Toledo y alguacil mayor del infante Juan de Aragón, y de Mencía de Fuensalida, hermana de Diego, obispo de Zamora y Ávila. Diego López de Ayala II falleció en 1442 y, al ser menores de edad sus cuatro hijos, su viuda Guiomar Barroso consiguió la tutela sobre ellos y la administración del señorío, que también reclamaba su cuñado García Álvarez de Toledo, señor de Oropesa.

En 1454 Juan de Ayala I, el primogénito del matrimonio, fue declarado mayor de edad, pero para acceder al señorío debió llegar a un acuerdo con su madre, que reclamaba la mitad del patrimonio en concepto de gananciales y de la dote y las arras que no le habían sido devueltas. El acuerdo definitivo de 1455 convertía a Juan de Ayala en señor de Cebolla y del resto de las propiedades de la villa, pero su madre conservaría vitaliciamente el usufructo de esos bienes y el ejercicio de la jurisdicción civil y criminal en Cebolla mientras, que se repartían a medias la percepción de las alcabalas de esta villa. Por esa razón, Juan de Ayala hubo de esperar al fallecimiento de su madre, que se produjo en abril de 1472, para tomar completa posesión de su señorío.

Lo cierto es que a mediados del siglo XV el señorío de Cebolla no constituía ni la mitad del patrimonio total que tenía esta rama cadete de los Ayala. En el acuerdo de 1455 los bienes raíces de los Ayala se valoraron en 1.552.088 maravedís, de los cuales 697.088 maravedís correspondían a la villa de Cebolla, los molinos del Corral y el castillo de Villalba y la cantidad restante a heredades y propiedades distribuidas por la villa de Talavera y su término. La importancia proporcional del patrimonio territorial ajeno al señorío de Cebolla en el conjunto de los bienes de esta rama cadete se fue incrementando a medida que avanzaba el siglo XV, al incorporarse por matrimonio, compra o usurpación diversas propiedades en Córdoba, Ciudad Real, Santa Olalla y el término de Talavera, a las que había que unir importantes rentas de percepción anual.

Con todo, el señorío de Cebolla fue la pieza fundamental para el linaje Ayala, lo que le permitió elevarse por encima de la nobleza que no tenía poder jurisdiccional sobre sus vasallos. Cuestión que no sucedía con ninguna de sus restantes propiedades, ni si quiera con la aldea de Portillo, que pasó completamente a poder de la familia en 1491, pero que nunca alcanzó la categoría de un señorío jurisdiccional, permaneciendo como señorío territorial dependiente de la jurisdicción de Toledo.

Juan de Ayala I fue miembro del cabildo de la hermandad de Talavera y regidor de Talavera la Reina, villa en la que fijó su residencia principal. Desde allí se benefició de la complicada coyuntura de la política castellana de la época, apoyando primero la candidatura del infante don Alfonso, volviendo después a la obediencia de Enrique IV y, tras el fallecimiento del monarca, abrazando la causa de los Reyes Católicos en la guerra de sucesión. Esta política comportó indudables beneficios económicos para el linaje y la apuesta final por los ganadores tendría además recompensas políticas. De ellas se benefició sobre todo el heredero del señorío, Diego López de Ayala III, que en 1478 capturó la villa de Talavera para los Reyes Católicos, derrotando para ello a las tropas del arzobispo Alonso Carrillo, personaje clave en el bando de Juana la Beltraneja.

Tras la muerte en 1489 de Pedro López de Ayala, II conde de Fuensalida, Juan de Ayala I, que era su sobrino, recibió el oficio de aposentador mayor del rey, que a partir de entonces sería heredado por los primogénitos de su linaje. El aposentador mayor era un oficial encargado de preparar el alojamiento del rey y su séquito en los lugares a donde se trasladaban.

Juan de Ayala se había casado con Inés de Guzmán, única heredera del patrimonio de sus padres, Rodrigo de Guzmán y María Dávalos, que la dotaron con 400.000 maravedís. Al morir doña Inés en 1484, dejó a su primogénito Diego el quinto de sus bienes raíces y muebles, el tercio de sus posesiones cordobesas, la mitad de la heredad talaverana de Silos y un juro de 10.000 maravedís en las alcabalas de Toledo.

Juan de Ayala I murió en 1497, fundando en su testamento un primer mayorazgo para su primogénito Diego López de Ayala. Los bienes destinados a este mayorazgo eran la villa de Cebolla con todas las posesiones, incluidos los molinos del Corral, el castillo de Villalba, con su término, la villa de Almarge, el lugar de Portillo, las dehesas del Rincón, Tirteafuera, Silos, Torrejón, la Mongía, Bahane, Los Santos, El Allozar, Sotogordo, Calatrava, Calatravilla, Cotanillos, Mirillos, las tres parte de Las Aldehuelas, todos ellos lugares situados en término de Talavera, las heredades que tiene en tierra de Maqueda, las casas principales que poseía en la colación de San Salvador de Toledo, todos los bienes que tenía en la ciudad y término de Córdoba, 10.000 maravedís de renta en la dehesa toledana de Algondarín y un juro de 20.000 maravedís sobre las alcabalas de Córdoba. Al margen del mayorazgo, Juan de Ayala dejó en herencia a su hijo Diego el oficio de aposentador mayor de los reyes, cuantiosas rentas y numerosos bienes muebles y raíces. A ello había que unir los bienes del mayorazgo fundado a favor de su otro hijo varón, Bernaldino de Ayala, con las heredades de Lórviga, La Peraleda y Barrancosa, situadas en término de Talavera; además de las mandas testamentarias y las dotes y herencias distribuidas entre sus hijas. De tal suerte que Juan de Ayala I había logrado reunir el más importante patrimonio de la aristocracia talaverana.

Por otra parte, Juan de Ayala ordenaba en su testamento que le sepultaran, junto a su mujer, en el panteón familiar que había fundado en la capilla mayor de la colegiata de Santa María de Talavera, sin duda el espacio religioso más privilegiado de cuantos podían encontrarse en la villa. La reja de entrada a la capilla estaba rematada con las armas de Juan de Ayala y su mujer Inés de Guzmán. Para la construcción del panteón el promotor había destinado 250.000 maravedís y otros 12.000 maravedís más en censos.

El matrimonio formado por Juan de Ayala I e Inés de Guzmán tuvo seis hijos que llegaron a la edad adulta: Mencía, casada con Fernán Álvarez de Meneses; María Orozco, monja en el monasterio de Santo Domingo el Real de Toledo; Diego López de Ayala III, heredero del señorío de Cebolla, capitán de la Frontera del reino de Navarra y alcaide de Fuenterrabía; Bernardino de Ayala, que casó con María Gaitán, de la que tuvo descendencia; Elvira de Ayala y Mencía Dávalos.

 

Bibl.: L. de Salazar y Castro, Historia genealógica de la Casa de Silva, Madrid, ed. facsímil Wilsen Editorial, 1685, 2 vols., I, pág. 354; M. J. Suárez Álvarez, La villa de Talavera y su tierra en la Edad Media (1369-1504), Oviedo, Universidad de Oviedo y Diputación Provincial de Toledo, 1982, págs. 96, 153-154, 254, 262-263, 278, 303, 311-312 y 398; A. Franco Silva, “El proceso de señorialización de las tierras de Talavera de la Reina en el siglo XV. El caso de Cebolla y los Ayala”, Anuario de Estudios Medievales, 20 (1990), págs. 223-274 y en A. Franco Silva, La fortuna y el poder. Estudios sobre las bases económicas de la aristocracia castellana (s. XIV-XV), Salamanca, 1996, págs. 155-215; J. M.ª Sánchez Benito, Colección de documentos de la Santa Hermandad (1300-1500), Toledo, Instituto Provincial de Investigaciones y Estudios Toledanos, 1990, págs. 99-116; J. P. Molénat, Campagnes et monts de Tolède du XIIe au XVe siècle, Madrid, Casa de Velázquez, 1997, págs. 375, 412 y 514; J. de Salazar y acha, La Casa del Rey de Castilla y León en la Edad Media, Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2000, págs. 334-335.

 

Enrique Rodríguez-Picavea Matilla

Relación con otros personajes del DBE

Biografías que citan a este personaje

Personajes citados en esta biografía

Personajes similares