Constanzó (o Costanzó), Miguel. Barcelona, VIII.1741 – Veracruz (México), 27.IX.1814. Militar, mariscal de campo, director subinspector de Ingenieros.
Ingresaba en el Cuerpo de Ingenieros en enero o febrero de 1762 como ingeniero delineador y subteniente de Infantería, siendo destinado sucesivamente a Cataluña y a la costa de Granada. En 1766 se encontraba en Veracruz a las órdenes del coronel Ricardos y Carrillo de Albornoz, enviado por el rey Carlos III para reorganizar el despliegue militar de Nueva España. En mayo de 1768, por orden del virrey, marqués de Croix, se incorporaba a la expedición marítima dispuesta por el visitador José de Gálvez, al mando de Gaspar de Portolá. En ella participaron, entre otros, Fray Junípero Serra y Pedro Fages, teniendo como finalidad realizar nuevos descubrimientos y establecimientos en la costa septentrional de la Nueva California y en los puertos de San Francisco, Monterrey y San Diego. En septiembre de ese mismo año, José de Gálvez informaba al virrey, que emprendió el viaje a cabo San Lucas, para reconocer, con el ingeniero Constanzó “aquel importante paraje”. Como consecuencia de su experiencia, Constanzó escribía, más tarde, la Relación del reconocimiento de la Bahía de San Bernabé en el Cavo de S. Lucas en la parte del sur de la Península de la California. Se organizaba una expedición terrestre y otra marítima en la que embarcaba Constanzó. Mientras tanto, este ingeniero levantó el Plano del Puerto y Nueva Población de San Blas sobre la costa del Mar del Sur. Luego continuó sus exploraciones en la Baja California acompañando al visitador, con reconocimiento de la bahía de San Bernabé y el cabo de Lucas, del cual redactó un importante informe. De estos años son los planos de Constanzó y Urrutia sobre la bahía de la Paz y Puerto Cortés de 1768 y otro de la bahía de San Bernabé en el Cabo San Lucas, dentro de la expedición a Monterrey.
En abril de 1769, Constanzó llegaba a San Diego, después de ciento diez días de una desastrosa navegación. Fruto de su actividad como cartógrafo, sería una serie de planos, como “de la Costa del Sur corregido hasta la Canal de Santa Bárbara” y “del Fondeadero, o Surgidero de la Bahía y Puerto de Monterrey… desde el Meridiano de Tenerife”. En junio de citado año de 1769, era promovido a ingeniero ordinario.
En diciembre de 1770, informaba al virrey, el marqués de Croix, desde San Diego, de la continuación del viaje a Monterrey, junto con Portolá, así como del diario escrito por él, conocido como Diario del viage de tierra hecho al Norte de California, publicado poco después. En Monterrey realizaba dos almacenes y otro para la pólvora, eligiendo, además, el sitio para el presidio de San Carlos y la misión gracias al Plano del Real Presidio de San Carlos de Monterrey. Un año después, publicaba su Carta reducida del Océano Asiático o Mar del Sur, que comprehende toda la costa oriental y occidental de la península de la California, con el golfo de su denominación antiguamente conocido por la de Mar de Cortés, y de las costas de la América septentrional, desde el isthmo que une dicha península con el continente hasta el río de los Reyes, y desde el río Colorado hasta el cabo de Corrientes.
En 1771 ascendía a capitán graduado, siguiendo con su destino en Nueva España y, al siguiente año, terminaba su proyecto de la ampliación de la Casa de la Moneda de México, posiblemente su primera obra de arquitectura civil y la adaptación del seminario de los jesuitas de San Andrés para establecer el hospital general.
Realizaba Constanzó una tercera expedición a Monterrey el 8 de enero de 1774, partiendo desde Tubac en Sonora, emprendida tras la consulta solicitada por el virrey Bucarelli al mismo ingeniero. Constanzó contestaba favorablemente, señalando que la distancia entre Monterrey y Tubac era más reducida que a Loreto y que los caminos seguidos por otras expediciones. Tampoco había necesidad de cruzar el golfo pues era presumible que la orografía de la zona sería menos escarpada que en la península.
En el año 1776 era enviado por el virrey a reconocer y proyectar la reconstrucción del castillo de San Diego de Acapulco, que había resultado muy dañado por los terremotos. Un año después, presentaba el proyecto de un nuevo castillo para la ciudad citada, proyecto (de planta pentagonal, con uno de sus baluartes penetrando en el mar) aprobado por el ingeniero Silvestre Abarca, director y comandante del Ramo de Fortificaciones del Reino. Realizaba, además, un mapa parcial de Nueva España para delimitar el virreinato de las Provincias Internas, erigidas en Comandancia General, un plano de la ciudad de México y otros numerosos trabajos cartográficos y cálculos trigonométricos. En 1777, firmaba un nuevo plano, que comprendía parte de Nueva España, con provincias internas erigidas en Comandancia General.
En 1778 era ascendido a ingeniero ordinario y, a partir de ese año, realizaba los planos de la Fábrica Real de Pólvora, proyecto de Jardín Botánico, proyecto de la Fábrica de Azufre, terminación del palacio de los Virreyes, Cárcel de Corte y Casa de la Moneda, todo ello en México capital. Respecto a la Casa de la Moneda, se trata de un edificio de tres plantas con la importancia clásica de los grandes edificios de la administración pública construidos en aquella época y de aspecto monumental. También llevaba a cabo un levantamiento geodésico para un plan de defensa de la Nueva España. En 1781 llevaba a cabo un reconocimiento del “estrago que acaba de hacer el incendio de la Real Fábrica de Pólvora de Chapultepec”, siendo encargado de la reedificación y reparo de las máquinas destruidas.
En junio de 1783 dirigía el proyecto de enlosado y empedrado de calles de la ciudad de México y en 1785 era designado profesor de Geometría y Arquitectura y director de Matemáticas en la Academia de Bellas Artes de San Carlos de México. Para la Academia escribía Elementos de Geometría, texto para su clase en la Real Academia…
En 1787 ascendía a teniente coronel de Ingenieros y, en abril de 1788, era promovido a ingeniero en segundo. En ese año, elaboraba los planos del Jardín Botánico de la Ciudad de México y copiaba los planos de los establecimientos que habían hecho los rusos en la costa septentrional de California. En 1789 era nombrado consiliario de la Real Academia de San Carlos, realizaba un reconocimiento en el Real Desagüe de Huehuetoca y dibujaba la Planta y fachada del cuartel de Infantería de Tepic, Nayarit.
En 1790, pasaba a Guadalajara para el reconocimiento e inspección de la catedral y sus torres, “que parecen amenazar ruina” y, al siguiente año, trazaba el Plano de la ciudad de México, incluido en el Calendario Manual y Guía de Forasteros de México. También trabajó en el campo de la ingeniería hidráulica, llevando a cabo la terminación (junto al ingeniero Díez Navarro) de las gigantescas obras hidráulicas con las que se evitaban las periódicas inundaciones de México capital, en el del urbanismo, con el pavimentado de sus calles, y en el de la construcción de caminos, realizando en 1791 el de Chapultepec a Tabucaya, entre otros.
En 1793 le fue encomendado de nuevo el proyecto para la construcción del edificio que albergaría a la Real Fábrica de Tabacos, cuyo proyecto inicial (1786) había sido suspendido en varias ocasiones. Constanzó y el arquitecto González Velázquez trabajaron en él hasta 1797, cuando fue suspendido de nuevo. El ingeniero Constanzó aplicó al edificio un interesante sistema de cimentación con bóvedas, muy utilizado posteriormente, mostrando una búsqueda incesante de soluciones, dadas las condiciones pésimas del terreno. El edificio de planta baja es un gran cuadrado con cuatro patios interiores y otros cuatro de asoleamiento, algo más reducidos, alrededor de los cuales están repartidos las distintas dependencias y talleres. En las esquinas construyeron una especie de torreones, llamándose en la época “La Ciudadela”. También recibía del virrey el plano de la mayor parte de las provincias “para reconociéndolo con toda su reflexión, me informe si tiene algunas equivocaciones y como deben corregirse para que quede en la debida perfección”. En su respuesta señalaba: “He reconocido con el cuidado que V.E. se sirve prevenirme… y he hallado que la situación y ubicación de los lugares están ajustados con las mejores observaciones y noticias que tenemos hasta el día”. Se trataba del Mapa de la mayor parte de las provincias sujetas al Virreinato de la Nueva España, del coronel Carlos de Urrutia.
En 1794 informaba al virrey, el marqués de Branciforte, sobre el proyecto de fortificar los presidios de la Nueva California. También en 1794, se intentaba rehabilitar y reconstruir instalaciones y edificios de California. Constanzó, como experto por su anterior estancia en el territorio en el año 1769, remitía al virrey, el marqués de Branciforte, su informe emitido en tiempo del anterior virrey, relativo a la Alta California y sus puertos de San Diego, Monterrey y San Francisco. Posteriormente enviaba otro informe sobre las dificultades encontradas para realización de obras en estos territorios, principalmente “por falta de población estable y numerosa”, recomendando que al norte de San Francisco se establezcan villas para disponer de habitantes.
En 1796 reconocía el camino de Veracruz y en 1797 era nombrado cuartel maestre de esta última plaza, debiendo reconocer los pueblos donde podría acantonarse la tropa y los territorios donde le sería posible operar al ejército. Igualmente, en ese año, realizaba un reconocimiento geográfico con fines estratégicos de la zona comprendida entre las costas de Veracruz y la ciudad de Orizaba. En 1798 formaba parte de la junta de guerra, creada por el virrey Azanza, en Veracruz, debido al estado de guerra, quedando encargado de construir barrancones para mil hombres, así como abrir y habilitar caminos para la tropa, a lo largo de la costa. Además, remitía un informe sobre las fortificaciones de Veracruz, en el que señalaba que el fuerte de San Juan de Ulúa era perfectamente defendible, mientras consideraba a la ciudad prácticamente indefensa ante unos enemigos que lograran desembarcar en la costa.
Por otro lado, compatible con sus obligaciones como ingeniero militar, era catedrático de matemáticas de la recién creada Academia de Bellas Artes de México, centro en el que, además de impartir sus enseñanzas, llegó a ejercer una gran influencia, ya que prácticamente todo lo que se construía en Nueva España debía ser supervisado por él. Debido a esta supervisión, llegó a ser una de las personas más influyentes e importantes en la historia de la arquitectura mexicana del siglo XVIII. Se le considera igualmente el introductor del neoclasicismo en el citado virreinato.
Promovido a coronel e ingeniero director en 1800, en 1804 realizaba observaciones meteorológicas en Veracruz, proponiendo construir diez aljibes públicos, colocados fuera del recinto de la ciudad, para recibir el agua de lluvia. En 1808 era ascendido a brigadier y en 1809 a director subinspector en Nueva España. En 1811, Humboldt, publicaba en París, la Carte réduite de la Partie orientale de la Nouvelle Espagne depuis le Plateau de la Ville de Mexico jusqu'au Port de la Veracruz. Dresée sur les operations geódesiques de Don Miguel Costanzó et de Dn. Dgo. García Conde, Officiers au service de Sa Majeste Catholique sur les Observations Astronomiques et le Nivellement Barométrique de Mr. de Humboldt, en el Atlas geographique et physique dy Royame de la Nouvelle Espagne…, utilizando el reconocimiento de 1797 realizado por Constanzó, a pesar de su carácter reservado.
Otra de las obras más importantes en las que trabajó Constanzó fue la del desagüe de la laguna de México capital. En 1775, acompañado de Velázquez de León, hizo la tasación de la obra en el caso de utilizar el antiguo canal de Huehuetoca, o bien conduciendo las aguas desde la laguna al río de Tequisquiac, comparando ambas soluciones. En 1788 realizaba otro reconocimiento de la Real obra de Huehuetoca, que plasmaba en cinco planos, con un manuscrito titulado Reconocimiento de la obra de Huehuetoca. Los últimos trabajos de Constanzó al respecto son de 1791 y 1794, cuando realizaba planos de una sección de la obra de Huehuetoca, con estudio de estabilidad de los taludes. Finalmente, en 1797, redactaba un informe sobre el proyecto de desagüe de la laguna de Zumpango y planos del perfil del canal del desagüe a tajo abierto.
En el año de 1811, informaba del escaso número de ingenieros militares en Nueva España, en un escrito remitido en 13 de abril de 1811 al conde de Noreña: “En la actualidad me hallo solo en esta Capital…me veo en la precisión de dibujar como en mi mocedad a pesar de ya flaquea mi vista y también el pulso. El Brigadier D. Manuel Mascaró se halla asimismo solo en la villa de Orizava con el mando de las armas y con la comisión de fortificar allí con obras provisionales una posición importante llamada la Angostura a la entrada de la Sierra del Pico de Orizava, que ciñe una gran parte del seno del golfo de México…El Teniente Coronel D Juan Camargo se halla igualmente solo en Veracruz”. Se le contestó desde Cádiz en julio de 1811, que pasarían algunos ingenieros “a continuar su mérito en ese Reyno”.
El 27 de septiembre de 1814, el coronel Juan Camargo, comandante de Ingenieros en Veracruz, informaba de la muerte, en la ciudad de México, del mariscal de campo director subinspector de Ingenieros Miguel Constanzó.
Obras de ~: Diario histórico de los Viajes de Mar y Tierra hechos al Norte de la California, México, Imprenta del Superior Gobierno, 1770.
Fuentes y bibl.: Archivo de Simancas, Exps. personales.
H. Capel et al., Los Ingenieros Militares en España. Siglo XVIII. Repertorio biográfico e inventario de su labor científica y espacial, Barcelona, Universidad, 1983; J. A. Calderón Quijano, Historia de las Fortificaciones en Nueva España, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1984; R. Gutiérrez y C. Esteras, Arquitectura y Fortificación. De la Ilustración a la Independencia Americana, Madrid, Ediciones Tuero, 1993; J. O. Moncada Maya, Ingenieros militares en Nueva España. Inventario de su labor científica y espacial. Siglos XVI-XVIII, México, UNAM, 1993; M. G. Cano Révora, Cádiz y el Real Cuerpo de Ingenieros Militares (1697-1847). Utilidad y Firmeza, Cádiz, Universidad, 1994; J. O. Moncada Maya, El ingeniero Miguel Constanzó. Un militar ilustrado en la Nueva España del siglo XVIII, México, UNAM, 1994; J. A. Calderón Quijano, Las Fortificaciones Españolas en América y Filipinas, Madrid, Editorial Mapfre, 1996; S. Fajardo Jiménez, “Academia de Bellas Artes de México”, en Milicia y Sociedad Ilustrada en España y América (1750-1800), vol. I, Madrid, Editorial Deimos (Cátedra General Castaños, Actas XI Jornadas Nacionales de Historia Militar), 2003; J. O. Mocada, “El Ingeniero militar Miguel Constanzó en la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de la Nueva España”, en Scripta Nova. Revista electrónica de geografía y ciencias sociales, 7, 136 (2003).
Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño