Grúa Talamanca y Branciforte, Miguel de la. Marqués de Branciforte (I). Palermo (Italia), c. 1750 – Marsella (Francia), 1.VI.1812. Capitán general, virrey de la Nueva España.
Siciliano de nacimiento, era hijo de la familia de los príncipes de Carini. El casarse con una hermana de Manuel Godoy Álvarez de Faria (1767-1851), María Antonia, le valió para obtener la Grandeza de España (10 de enero de 1799), ser caballero de la Insigne Orden del Toisón de Oro, capitán general y regir uno de los dos virreinatos españoles más importantes (Nueva España, de 12 de julio de 1794 a 19 de septiembre de 1798). Su encumbramiento representa el favoritismo que reinaba en la Corte de Carlos IV (1748- 1819). Tomó posesión del virreinato el 12 de julio de 1794, al suceder en el cargo a Juan Vicente de Güemes, conde de Revilla Gigedo, al que hizo acusar por el municipio de la capital. Su gobierno se caracterizó por una política de economía personal, encaminando todos sus actos a “satisfacer su codicia” (Villa), y por ello dice Porrúa que “dejó malos recuerdos de su actuación por su afán de honores y de lucro”. Para realizar esta acción especulativa y delictiva nombró apoderado al conde de Contamina, “en cuya casa se puso la almoneda de empleos, que allí se compraban y pujaban como huevos en el mercado” (Cavo), y “recibía como monarca, sentado y bajo dosel; concedía gracias a precio de dinero por medio del conde de Contamina, especialmente los empleos en los cuerpos de milicias provinciales, que restableció; introdujo al llegar muchas mercancías para venderlas y se llevó al partir, junto con tres millones del rey, dos de particulares, gran parte de los cuales era suya” (Porrúa).
Y restableció las milicias provinciales, que su antecesor, Juan Vicente Güemes, había disuelto, vendiendo en muchos casos a gran precio las charreteras de oficiales. Numerosas anécdotas demuestran hasta qué grado agudizó el ingenio para conseguir ganancias superlativas, como la de hacer que su mujer se adornase con corales, para hacer creer que las perlas no tenían valor y, aprovechó la bajada de precios para comprar gran cantidad de ellas. En alusión a estas “rapacidades” y con motivo de habérsele concedido el Toisón de Oro, circuló por México en la época una caricatura en la que apareció el virrey con el Collar de la Orden, en el que había sido sustituido el cordero (blasón de los Borbones) por un gato con las uñas muy afiladas (que representaba al virrey a los ojos de su conciudadanos). “Las inmoralidades de toda clase realizadas [por Grúa Talamanca y Branciforte] durante su gobierno se sintetizaron en la musa popular que le dedicó los siguientes versos: ‘Aunque el mismo infierno aborte/ escogido, un condenado/ no podrá ser tan malvado/ que te iguale, Branciforte’” (Alcázar Molina).
La guerra con Francia le sirvió de pretexto para perseguir a los súbditos franceses, confiscándoles sus bienes y obtener de esta forma mayores beneficios personales. Durante su virreinato se colocó en la Plaza de Armas la estatua ecuestre de Carlos IV, de Manuel Toslá, y por este motivo se celebraron brillantes fiestas, e inauguró el camino entre México y Veracruz. Pero, por la misma época, se produjo una epidemia de viruela en Oaxaca y Tehuantepec, amotinándose el pueblo contra las medidas del intendente, que para evitar el contagio, había aislado con un cordón de tropas militares a los apestados del resto de la población. Aunque la epidemia se extendió con rapidez a gran parte de México, la vacuna y una serie de acertadas medidas tomadas por el gobierno y la población lograron acabar con ella sin que causara muchas víctimas. En 1795 se firmó el tratado de paz con Francia, y Grúa Talamanca tomó medidas para impedir que se conociese la noticia del acuerdo y los discursos de la Convención en Nueva España, que perjudicaba a sus intereses personales.
Al año siguiente, en octubre de 1796, la declaración de guerra entre Inglaterra y España obligó al virrey a tomar medidas de carácter militar, estableciendo en Orizaba su cuartel general, donde recibió la noticia de haber sido nombrado su sucesor Miguel José de Azanza, que llegó a México dos años más tarde, en mayo de 1798, y tomó posesión el día 31 de 1798.
Regresó a España, concediéndole Carlos IV la Grandeza de España, y en 1805, fue designado consejero de Estado, aunque durante la Guerra de la Independencia fue afrancesado, siendo partidario del rey francés José I.
Murió en Marsella el 1 de junio de 1812.
Bibl.: A. Cavo, Los tres siglos de México durante el gobierno Español hasta la entrada del Ejército Trigarante, México, L. Abadiano y Valdés, 1836-1838; C. Alcázar Molina, Los virreinatos en el siglo XVIII, Barcelona, Salvat, 1945; VV. AA., Diccionario de historia, biografía y geografía de México, México, Editorial Porrúa, 1964; F. Barrios, El Consejo de Estado de la Monarquía española (1521-1812), Madrid, Consejo de Estado, 1984; J. de la Villa, “Miguel de la Grúa Talamanca y Branciforte”, en G. Bleiberg (ed.), Diccionario de Historia de España, Madrid, Alianza Editorial, 1986; A. de Ceballos-Escalera y Gila (dir.), La Insigne Orden del Toisón de Oro, Madrid, Palafox & Pezuela, 2000.
Miguel Héctor Fernández-Carrión