Cabrer, José María. Barcelona, 1761 – Buenos Aires (Argentina), 1836. Ingeniero militar y geógrafo.
Era hijo del ingeniero don Carlos Cabrer, teniente general e ingeniero director. Alumno de la Academia de Matemáticas de Barcelona, en 1780 abandonaba sus estudios para alistarse en la expedición que, a las órdenes del general Victorio de Navia, tenía previsto atacar a Jamaica en el marco de una nueva guerra con Inglaterra en apoyo a la independencia de los futuros Estados Unidos. Sin embargo, al ser su padre destinado a Buenos Aires pidió que su hijo le acompañara a América. Las gestiones de su padre dieron resultado y José María fue ascendido a ayudante de ingeniero. Ambos embarcaban en Cádiz y el 1 de enero de 1781 llegaban a Buenos Aires, pero como los trabajos de demarcación tardaban en iniciarse, Cabrer aprovechó el tiempo para completar su formación. José María iba como agregado al Real Cuerpo de Ingenieros en el Río de la Plata, formando parte de la comisión responsable de la demarcación de límites con el Brasil portugués. Había sido designado geógrafo de la expedición demarcadora de límites, en sustitución del también ingeniero, Joaquín Antonio Mosquera. Una de las cuestiones centrales era definir claramente los límites con el imperio portugués, para lo cual se enviaron al Cono Sur cuatro partidas demarcadoras de límites.
A fines de 1783, Cabrer pasaba a la Banda Oriental, para levantar el plano de la Laguna de Merín, primer hito de la citada demarcación, a cargo de D. José Varela y Ulloa. Pasaba posteriormente como comisario y geógrafo a la segunda partida demarcadora, encargado del reconocimiento del río Paraná y del curso del río Uruguay, zona perteneciente a las Misiones o Reducciones jesuíticas, adyacentes a las colonias de Portugal. En noviembre de 1789, reconocía el río Pepirí Guazú, centro de la línea divisoria proyectada en el “Tratado entre los reyes de España y Portugal” (octubre de 1759) y en el de San Ildefonso (octubre de 1777), tarea que realizó entre el 8 de diciembre y el 6 de julio de 1790. A su vuelta, “entraron al pueblo de Santo Ángel, con toda nuestra partida en la mayor miseria y desnudez, con las piernas hinchadas, el cuerpo cubierto de llagas, y las barbas largas como anacoretas”.
Al comenzar los trabajos de la segunda partida demarcadora, partiendo de Montevideo hacia el este, Cabrer, cumpliendo con su cometido de ingeniero encargado de la parte planimétrica, comenzó a confeccionar los croquis correspondientes al itinerario seguido. Se conservan seis de esos croquis de Cabrer, que corresponden al actual territorio uruguayo desde Montevideo a la Fortaleza de Santa Teresa. Croquis de gran interés histórico y geográfico, pero debido a que únicamente representaban la fase inicial de los trabajos cartográficos, no fueron incorporados directamente al Diario de la segunda partida, sino solo sus elementos para formar los mapas definitivos. Del juego inicial de trece planos y mapas que constituían el atlas del Diario, el número ocho es una “carta esférica del Río de la Plata desde la confluencia de los Ríos Paraná y Uruguay hasta su desaguadero en el mar, con parte de la costa septentrional hasta el Arroyo del Chuy”. Pero la obra cartográfica de José María Cabrer no se limitó al “atlas” del Diario, existen también otros suyos, siendo los más importantes: un Mapa esférico de las provincias septentrionales del río de la Plata desde Buenos Aires hasta el Paraguay, un Plano cartográfico desde la ensenada de castillos sobre la costa del mar en la latid meridional 34º.20´ hasta la barra del Pepirí Guazú (ambos del año 1801), una Carta reducida que comprende los reconocimientos realizados por la primer y segunda subdivisiones españolas y portuguesas (1802) o una Parte de Carta comprendida entre los 27º. y 36º.40´de latitud Sur (1802). Algunos de estos trabajos fueron publicados como Diario de la segunda subdivisión de límites españoles entre los dominios de España y Portugal en la América Meridional.
En 1801 regresó a Buenos Aires y el 24 de julio de 1802 ascendió a teniente coronel e ingeniero en segundo en el escalafón de los Ingenieros Militares de la corona española. Las noticias de la muerte de su padre ya octogenario, de dos hermanos, su cuñada y su sobrino, le hicieron desistir de la idea de regresar a España.
En 1805 fue designado sargento mayor de la plaza de Buenos Aires y al producirse la denominada “Revolución Oriental” en Montevideo (revolución de mayo de 1810) de carácter autonomista, la Junta de Gobierno le nombraba director de una Academia de Matemáticas, proyecto que no llegó a realizarse, e igualmente secretario del Estado Mayor, puesto que rechazó. Posteriormente aceptó quedarse en el Virreinato del Río de la Plata (actualmente República Argentina) después de la separación de España. En 1825, en la guerra contra el Brasil, actuó como coronel de Ingenieros y fue nombrado después, jefe del Departamento Topográfico en la Provincia de Buenos Aires, cargo que ocupó hasta su muerte, el 10 de noviembre de 1836.
Fuentes y bibl.: H. Capel et al., Los Ingenieros Militares en España. Siglo XVIII. Repertorio biográfico e inventario de su labor científica y espacial, Barcelona, Publicaciones y ediciones de la Universidad de Barcelona, 1983; A. de Paula, “El Real Cuerpo de Ingenieros Militares y la cultura artística en el sur de América”, en Crítica, 56 (1995); R. L. Trias, Uruguay: Defensas y Comunicaciones en el período hispano, Madrid, Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo, 1989; C. Laorden Ramos, “Los Ingenieros españoles en la creación del Arma”, en Memorial del Arma de Ingenieros, (Madrid, Ministerio de Defensa), 75 (2005); M. Pesoa Marcilla, “Conocer, medir y dibujar el Territorio. Orígenes y etapa formativa del Departamento Topográfico de Buenos Aires, (1824-1851)”, en Boletín Americanista, 75 (2017), págs. 153-172.
Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño