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Leandro Badarán

Biografía

Badarán, LeandroLogroño (La Rioja), 1738 – ?, p. s. XIX. Ingeniero director y brigadier de Ingenieros.

Sirvió como cadete en el Regimiento de Caballería de Milán desde 1757. Estudió en la Real Academia de Matemáticas de Barcelona, de donde salía como subteniente e ingeniero delineador en abril de 1763. Destinado a la Dirección del Cuerpo en el reino de Valencia, en 1765 ascendía a teniente e ingeniero extraordinario. En 1773 se encontraba destinado en Galicia y, en septiembre de ese mismo año, se le destinaba al reino de Chile.

Ya en Chile, en enero de 1775, firmaba un plano del fuerte de Purén, en la ciudad de Concepción, con el proyecto de otro fuerte para cruzar los fuegos, proyectando, además, el monasterio de las Trinitarias, y, junto a Francisco Sabatini, la catedral de dicha ciudad, de tres naves con capillas laterales. En 1776 realizaba diversos planos: de la isla de La Laja (entre los ríos Biobio y de La Laja), de la iglesia catedral y del fuerte de Velzamavida (Mesamavida).

En 1780 proyectaba el Hospital Real de Concepción, el cabildo y realizaba la iglesia de Arauco, e intervino en la construcción del puente sobre el río Mapocho (que planificaron, junto a él, los ingenieros José Birt y Juan Garland) en Santiago de Chile, terminado en 1782. También a Leandro Badarán se le encargaban los nuevos tajamares, así como un paseo por la ribera del Mapocho (que llegó a ser el más famoso y concurrido de Santiago). La construcción del puente se trans­formó en la obra de ingeniería más importante de la colonia en Chile. Tenía 185 metros de largo, con diez pilares, unidos por once arcos de medio punto con un ancho de ocho metros. En un principio se le conoció como Puente Nuevo, después tomó el nombre que aludía a su material y solidez: Cal y Canto.

En 1785 realizaba un Plano de la Bahía y Puerto de Talcaguano, con expresión de los Puestos en donde se han construidos (por él) los Fuertes de San Agustín y de Gálvez. También, junto al también ingeniero García Carrasco, participó en la fortificación de San Antonio y Valparaíso.

Vuelto a la metrópoli en agosto de 1786, era destinado a Extremadura. Sin embargo, promovido a ingeniero ordinario y teniente coronel de Infantería, en octubre del mismo año se le enviaba a Cartagena como director de obras. Desde esta plaza remitía dos informes sobre “el adelantamiento de las obras” de la muralla de la ciudad (llamada de “Carlos III” o “Del Mar”), con fechas de diciembre de 1787 y de enero de 1788, respectivamente.

En 1790 estaba destinado en Orán, de donde pasaba dos años más tarde a la plaza de Valencia, realizando trabajos hidráulicos en Alicante. La preocupación ante un posible desembarco de tropas francesas en dicha plaza (en esos momentos España mantenía la Guerra de la Convención con Francia), reveló la importancia de poner la ciudad en estado de defensa. Aunque parecía poco probable un intento de desembarco del enemigo en una plaza defendida por un castillo (el de Santa Bárbara) con dominio sobre la ciudad, se solicitó que los ingenieros militares realizaran un reconocimiento del estado de las fortificaciones, sus defectos y la artillería con que estaba provista. El informe fue realizado por Leandro Badarán, de nuevo director de las obras de fortificación de Cartagena, ascendido a ingeniero en jefe.

El informe, fechado el 23 de noviembre de 1794, muy extenso, manifiesta la gran experiencia y conocimientos en materia de fortificación de Badarán. En él señalaba que el trincherón o muralla de Alicante era muy fácil de asaltar, al tiempo que toda esa parte de la ciudad estaba dominada por la montañeta de San Francisco. Añadía que la batería de San Antonio era entorpecida en su defensa por las casas del arrabal de San Francisco y que el arrabal de San Antón, extramuros, no podía defenderse ni siquiera desde el castillo. En cuanto al baluarte de San Carlos, era dominado por tiro de fusil desde una pequeña loma, por lo que debían hacerse espaldones para resguardar sus baterías. Finalmente, respecto al castillo de Santa Bárbara, aunque no podía asaltarse ni escalarse fácilmente, tenía el inconveniente de que desde la montaña de San Julián se le podía atacar con el fuego de artillería y, por tanto, era necesario hacer más bóvedas a prueba de bomba en sus edificios, además de proteger las baterías con espaldones de fajinas o sacos de tierra.

Poco después de redactar el citado informe, el 7 de diciembre (siempre de 1794), Badarán realizaba un nuevo proyecto para el desvío del cauce del barranco de San Blas, en acatamiento a lo ordenado por el rey el 26 de mayo. Partía de la premisa de que antes de proceder a la reparación del baluarte de San Carlos debía resolverse la cuestión del desvío del barranco. Esa cuestión era prioritaria, ya que de nada serviría la reparación si a los pocos años se volvían a producir las riadas, y, por tanto, a socavar sus cimientos.

En 1795 estaba nuevamente al frente de la Comandancia de Ingenieros de Cartagena, emitiendo en ese año un nuevo informe con argumentaciones sobre el fuerte de San Julián. En 1798 era promovido a ingeniero director, y dos años después, como brigadier de ingenieros, estaba al frente de la Dirección del Cuerpo en Mallorca. En 1799 se le consideraba con derecho a jubilación con todo su sueldo, agregado al ejército de Mallorca, donde estaba destinado.

 

Obras de ~Relación que manifiesta los reparos que necesitan como más urgentes todas las Plazas de esta Frontera de los indios, con expresión del importe que se considera tendrán, según cálculo prudencial, Concepción, 1775.

 

Fuentes y bibl.: G. Guarda, Historia urbana del Reino de Chile, Santiago de Chile, Andrés Bello, 1978; H. Capel, Los Ingenieros Militares en España. Siglo XVIII. Repertorio biográfico e inventario de su labor científica y espacial, Barcelona, Universidad de Barcelona, 1983; A. Benavides Rodríguez, La Arquitectura en el Virreinato del Perú y en la Capitanía general de Chile, Santiago de Chile, Andrés Bello, 1988; J. M. Rubio Paredes, La Muralla de Carlos III en Cartagena, Murcia, Real Academia de Alfonso X el Sabio, 1991; M. G. Cano Révora, Cádiz y el Real Cuerpo de Ingenieros Militares (1697-1847). Utilidad y Firmeza, Cádiz, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz, 1994; G. Guimaraens Igual, El último hálito de la Fortificación Abaluartada: el Fuerte de San Julián en Cartagena, tesis doctoral, Valencia, Universidad Politécnica de Valencia, 2008; C. Laorden Ramos, Obra Civil en Ultramar del Real Cuerpo de Ingenieros, Madrid, Ministerio de Defensa, 2008, 2 vols.; V. Echarri Iribarren, “El desvío de los cauces de los barrancos de San Blas y Canicia en Alicante: Proyectos realizados desde 1788 hasta 1798”, en Biblio 3W: Revista bibliográfica de geografía y ciencias sociales, 18, 1017 (2012).

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño

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