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Juan Antonio Melón González

Biografía

Melón González, Juan Antonio. Mogarraz (Salamanca), 29.III.1758 – Madrid, 17.IV.1843. Eclesiástico, agrónomo.

Eclesiástico ilustrado nacido en el seno de una familia abierta, su padre Antonio Melón, médico en la sierra de Francia, en la villa de Mogarraz, y su madre, Ana González Bonilla, salmantina y lectora incansable.

Estudió en el seminario conciliar de Salamanca y ya en la Universidad obtuvo en 1784 el bachillerato en Artes y después el doctorado en Derecho; profesor y vicerrector de aquel seminario nombrado por el obispo de Salamanca Felipe Bertrán, elaboró el Reglamento de régimen interior del mismo. En 1787, ya en Madrid, entró en la Secretaría de Estado, Dirección de Fomento, y allí llevó a partir de 1797 ya como de jefe de sección lo referente al patrimonio documental y artístico, a las sociedades económicas y literarias. Tras haber iniciado una amistad entrañable con Leandro Fernández de Moratín que duró de por vida, el doctor Melón, que dominaba el francés y el inglés, fue comisionado por Carlos III para un viaje a Francia, Flandes, Holanda e Inglaterra, a fin de buscar ediciones de clásicos, entre ellas las obras completas, catorce tomos, de Cicerón, para la Biblioteca de Clásica, de la colección real; en París contactó con el embajador Cabarrús y con su secretario, su amigo Moratín. El 4 de octubre de 1796, por sus buenos oficios con Manuel Godoy, logró de éste que L. Fernández de Moratín fuese nombrado en pleno viaje por Italia, secretario de Interpretación de Lenguas y tardó casi medio año, hasta el 24 de marzo de 1797, en tomar posesión. Dos años más tarde Melón consiguió, a través de su amigo el secretario de Gracia y Justicia Caballero, también para su amigo Fernández de Moratín, la presidencia de la Junta de Dirección de Teatros, con lo que éste resolvía sus problemas económicos.

De jefe de sección en la Secretaría de Estado, pasó después, por reorganización de la Dirección de Fomento en 1798, a la Secretaría de Hacienda y por sus servicios relevantes, fue premiado por Carlos IV con el nombramiento de secretario del Consejo de Su Majestad con carácter honorífico y a través de su amigo Luis Godoy, “el mílite” hermano de Manuel Godoy y Alvárez de Faria, cultivó la amistad con éste, manteniendo una proximidad de por vida, incluso en los exilios. Una de las grandes aportaciones del doctor Melón a la cultura y al fomento en su época, fue la puesta en marcha junto con Juan B. Virio, y la consiguiente dirección del Semanario de Agricultura y Artes, que nació bajo el impulso de Manuel Godoy y con la protección del rey Carlos IV para promover y divulgar en el reino los más útiles conocimientos de la economía rural, “para fomentar la prosperidad general”, decía Melón en un memorial elevado a Carlos IV. Se editaba en el Real Jardín Botánico, con una tirada que llegó a los tres mil ejemplares y que se distribuía a través de los obispos de todos los territorios de la Corona y llegaba hasta los párrocos de los últimos pueblos, que comentaban sus contenidos con sus feligreses y ponían en práctica los métodos y cuidados que allí se preconizaban. El semanario aparecía cada jueves y llegó a publicar más de cuatrocientos números y fue un hito muy importante en la enseñanza aplicada a nivel popular de la agricultura, ganadería e industrias derivadas de aquellas, técnicas de nuevos cultivos, cuidados y orientaciones prácticas con una parte dedicada a noticias, hallazgos, controversias o debates como el famoso conocido por “Disputa del salitre”, entre por una parte el doctor Melón que apoyó al doctor D’Arnaud y por otra parte el doctor García Fernández apoyado por el sabio químico francés, Luis Proust, relativa a las proporciones de elementos para formar salitre, que enseguida degeneró en insultos personales, llegando hasta Su Majestad el rey Carlos IV que ordenó a Melón y a Proust que “tuviesen moderación en sus escritos y eviten acaloramientos”.

El doctor Melón era muy temperamental y firme en sus convicciones, de ahí sus contenciosos entre otros con los profesores del Real Jardín Botánico, donde tenía despacho para dirigir el Semanario de Agricultura y Artes, de modo especial con Francisco A. Zea, con Claudio Boutelou y con Simón de Roxas Clemente, llegando por los buenos oficios del soriano José Pérez Caballero y de Casimiro Gómez Ortega, director del Jardín, a un acuerdo con ellos sobre los beneficios del Semanario. Asimismo nombrado por Carlos IV a propuesta de Cevallos canónigo de Sigüenza, con sus rentas anejas, el no comparecer ante el obispo Pedro Inocencio Bejarano, le originó una serie de tensiones con la mitra segontina.

El 11 de abril de 1805 por Real Orden el doctor Melón fue designado juez privativo superior de Imprentas y Librerías con preeminencia absoluta y “con jurisdicción universal sobre España e Indias”. Melón organizó el juzgado y elaboró el Reglamento que fue aprobado por Real Orden de 11 de abril de 1805; era un juzgado independiente, prioritario, exclusivo.

Melón trabajó intensamente al frente del juzgado, y como era de esperar sus decisiones fueron muy controvertidas, sobre todo porque fraguó la división en las letras entre los bandos, uno el llamado “triunvirato” capitaneado por Moratín, el padre Estala y el abate Melón que contaba con el patrocinio de Godoy, frente al otro en que estaban Quintana, Lista, Barbero, Quilliet, Alcalá Galiano, etc.

A la llegada del rey José I Bonaparte a España, el doctor Melón, Abate Melón, Coridón o Marchirén, como era conocido en su tertulia de “Acalófilos”, mantuvo su cargo en la Secretaría de Estado de Hacienda y fue nombrado censor superior gubernativo; fue designado asimismo jefe de finanzas en el Ministerio de Hacienda; sus relaciones con los distintos gobiernos josefinos fueron de colaboración como sus amigos Estala, Moratín, Tineo, Luzuriaga, Meléndez Valdés, Ranz Romanillos, García de la Prada, Almenara, Azara... Pasaba largas temporadas en Pastrana (Guadalajara) en la casa de Moratín. La cooperación con José I el rey intruso le obligó, al regreso de Fernando VII, a exiliarse rápidamente a Francia, con su sobrina y acompañante a lo largo de toda su vida la poetisa Luisa Gómez Carabaño, amiga también de Moratín; primero llegaron a Burdeos, después a París en 1814, donde en marzo de 1818 se encontró de nuevo con Fernández de Moratín. Ambos regresaron a España con el inicio del Trienio Liberal en 1820; Melón vino a Madrid desde Francia y desde Italia, Moratín, a Barcelona por razones cautelares. La relación de Melón con Goya y su familia fue muy intensa y apoyó al pintor en la gestión de sus bienes, como con el amigo común, Moratín. El doctor Melón se mantuvo en Madrid, a pesar de las presiones absolutistas, hasta primeros de septiembre de 1828, en que salió para Burdeos, acompañado por su sobrina Luisa; llegaron a París, donde se reunieron con Moratín, que desde 1821 no había vuelto a España, por temor a sufrir prisión, desde allí Melón, viajó a Londres, a Flandes y a los Países Bajos. En París reanudó su amistad con Manuel Godoy, a quien visitaba con frecuencia y en más de una ocasión en 1838, en compañía de R. Mesonero Romanos. Regresó a Madrid y otorgó testamento en 1840 y en él instituyó una fundación para crear unas escuelas en la villa de Mogarraz, su pueblo, que funcionaron muchos años; ahí están aún, con fines sociales.

 

Obras de ~: Archivo Histórico Nacional, Sección Estado, legajo 3197; Artículos varios en el Semanario de Agricultura y Artes; “Desordenadas y mal digeridas Apuntaciones”, en L. Fernández de Moratín, Obras Póstumas, t. III, Madrid, M. Rivadeneyra, 1867; “Cartas a su amigo L. Fernández de Moratín”, en R. Andioc (ed.), Epistolario de Leandro Fernández de Moratín, Madrid, Editorial Castalia, 1973.

 

Bibl.: L. Fernández de Moratín, Epistolario y Obras Póstumas, Madrid, M. Rivadeneyra, 1867; A. Alcalá Galiano, Memorias, Madrid, Imprenta de Enrique Rubiños, 1886; A. Rumeu de Armas, Historia de la censura gubernativa en España, pról. de S. Magariños Torres, Madrid, M. Aguilar, 1940; M. Menéndez y Pelayo, Historia de los Heterodoxos españoles, t. V, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1946-1948; A. Derozier, Escritores políticos españoles 1780- 1854, Madrid, Editorial Turner, 1972; L. Fernández de Moratín, Diario, ed. de R. y M. Andioc, Madrid, Editorial Castalia, 1975; A. Calama y Rosellón, La Villa de Mogarraz (Salamanca) y la Fundación Melón, Madrid, SGE, 1992, 2 ts. (2.ª ed. Salamanca, Diputación Provincial); A. Calama y Rosellón, “El ilustrado doctor don Juan Antonio Melón González y su obra educativa más señera: El Semanario de artes y agricultura para párrocos”, en Torre de los Lujanes (Madrid), n.º 64 (julio de 2009), págs. 243-268.

 

Argimiro Calama y Rosellón

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