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León de Arroyal

Biografía

Arroyal, León de. Gandía (Valencia), 12.IV.1755 – ?, 5.I.1813. Escritor ilustrado y liberal, poeta, traductor, académico, funcionario de Rentas.

Hijo del magistrado Fernando de Arroyal, natural de Ayamonte (Huelva), y de Juliana de Alcázar, natural de Vara de Rey (Cuenca). Aunque en la reconstrucción de la biografía de León de Arroyal los estudiosos no han logrado colmar algunas lagunas, se sabe que su familia, con origen en la pequeña nobleza provinciana, disfrutaba de una posición acomodada.

Consta que, en 1773, León de Arroyal se encontraba en Salamanca estudiando la carrera de Derecho, siguiendo la tradición familiar, y se relacionó con el círculo de Meléndez Valdés, Iglesias y otros ilustrados, así como participó en el círculo de Cadalso. De aquel tiempo, cuando tenía dieciocho años de edad, es la única descripción física que de él se dispone, y que se encuentra en los archivos de la Universidad de Salamanca: “[...] pelo y ojos castaños, ancho de rostro con algunas señales de viruelas [...]”.

Por la correspondencia entre Cadalso y Meléndez Valdés se sabe que Arroyal participaba en las tertulias literarias de los círculos ilustrados de Salamanca, entre cuyos componentes el concepto de amistad era especialmente intenso. De hecho, sus primeros intentos literarios surgieron en el seno de la Académica Cadálsica.

Desde aquella época salmantina, en Arroyal se desarrolla una doble inquietud intelectual —que fue común a varios ilustrados como Meléndez Valdés o Jovellanos— que estará ya presente durante toda su vida: la de carácter humanístico-literario y la de carácter jurídico. De aquellos años fue también su frustrado proyecto de fundar un periódico al modo del Journal de Paris, en el que se incluyera información sobre libros y resúmenes de obras, noticias de actualidad y sobre temas de interés diverso. A pesar de que contaba con dieciocho colaboradores para ese proyecto y con la autorización de las autoridades correspondientes, el proyecto no se llevó a cabo, al tener Arroyal que abandonar Salamanca tras la muerte de su padre, y trasladarse a Madrid, donde pasó el año 1778.

Residió en Vara de Rey, el pueblo conquense del que era natural su madre, que acogía a unos trescientos vecinos, y en enero de 1779, su nombre y firma aparecen en una Solicitud de vecinos de Vara de Rey para constituir una Sociedad Económica. En el expediente de esta solicitud se incluye, entre otros papeles, un informe suyo en el que se lamenta del mal estado social y económico del pueblo. Por resolución de 8 de octubre de 1779 se denegó la licencia para constituir la Sociedad Económica, en virtud del informe negativo del corregidor de Sisante y Vara de Rey.

Aunque residente en Vara de Rey, Arroyal frecuentaba Madrid, donde emprendió distintos proyectos literarios, algunos de índole social, especialmente denunciando el abuso del poder, como fue el intento por crear la citada Sociedad Económica, y otros, de índole religiosa, en concreto una serie de traducciones de textos litúrgicos.

Las traducciones a lenguas vulgares de la Biblia y de diferentes textos litúrgicos, que proliferaron por aquellos años, se sitúan en el contexto de una polémica profunda que se desarrolló acerca de las formas más o menos intimistas o más o menos externas y rituales de las prácticas religiosas, así como del imperativo —defendido, entre otros, por Arroyal— de volver a la pureza original del Evangelio, a través del conocimiento y el estudio riguroso de los textos sagrados.

Un hito en este proceso supuso el decreto dado por el inquisidor general de tendencia ilustrada Felipe Bertrán, de 20 de diciembre de 1782, permitiendo “las versiones de la Biblia en lengua vulgar”, con tal que fuesen aprobadas “por la Silla Apostólica o dadas a luz por autores católicos con anotaciones de los Santos Padres de la Iglesia o doctores católicos, que remuevan todo peligro de mala inteligencia”. La primera traducción al español de la Biblia Vulgata latina apareció en 1790, por el escolapio Felipe Scio de San Miguel, preceptor del Príncipe de Asturias y de los infantes, y al que León de Arroyal citó como criterio de autoridad en defensa de sus traducciones. La primera de las cuales, Salmos, himnos y consideraciones del imitador, fue presentada por Arroyal para su aprobación el día 11 de mayo de 1779, siéndole concedida licencia dos meses más tarde.

A raíz de la permisión inquisitorial se produjo una eclosión en la edición de textos litúrgicos en la versión directa, siendo los más frecuentemente editados el Oficio Parvo de la Virgen, el de Difuntos y el de Semana Santa. León de Arroyal, laico e ilustrado, fue un ejemplo significativo de esa tendencia. Ya se había adelantado al decreto inquisitorial cuando, en 1781, publicó su Versión parafrástica del Oficio Parvo de Nuestra Señora según el Breviario Romano, con una segunda edición en 1784, mucho más cuidada, si bien surgieron dificultades por el monopolio escurialense de impresión de libros litúrgicos, lo que originó un pleito, entre cuyos papeles hay una carta de Arroyal dirigida a Floridablanca, en la que argumenta, entre otras cosas, que su Versión era una paráfrasis, dirigida a seglares y no a eclesiásticos. El Consejo dio la razón a Arroyal el 30 de marzo de 1784.

En 1783 apareció su Versión castellana del Oficio de Difuntos, y en 1785 una obra considerada modélica, el misal dominical y festivo Versión parafrástica de la Santa Misa como la celebra Nuestra Madre la Iglesia en las dominicas y festividades del año, según el Misal Romano y Cuaderno de Santos de España, en dos volúmenes, que también desencadenó un pleito, a lo largo del cual escribió una Apología de su Versión, hasta que, por fin, el 6 de julio de 1798, los censores, aun quejándose de la falta de moderación de Arroyal, autorizaron la obra con algunas correcciones e insistiendo en los errores de estilo, que juzgaban no adecuado para el fin propuesto. Todas estas traducciones de textos litúrgicos hechas por Arroyal fueron editadas en la imprenta del famoso impresor Joaquín Ibarra.

León de Arroyal ingresó en la Academia de Buenas Letras de Sevilla el 13 de octubre de 1780, y el 19 de enero de 1781 leyó su Oración gratulatoria, un discurso tópico de alabanza de la institución que le acogía, pero en el que se insiste en algunos aspectos que fueron constantes en su obra, como el pregonar el afán por la verdad, la sencillez y la claridad, que se debían concretar en una retórica de la razón.

Entre 1780 y 1785 estuvo vinculado a algunos de los círculos ilustrados y de recuperación del pensamiento clásico y humanista, como el del escolapio Estala, en el que participaban, entre otros, Moratín hijo y Melón, y el de la familia del célebre médico Andrés Piquer, con cuya hija, Rita, acabó casándose.

Por aquella época, Arroyal se reencontró con Juan Pablo Forner, uno de los grandes polemistas de la época, que había sido compañero de estudios en Salamanca.

Fue, posiblemente, a través de Forner, que era sobrino materno de Piquer, como se relacionó con esa familia.

Sin embargo, entre los dos literatos acabó por enquistarse una enemistad literaria, de la que dan constancia de ello unos sarcásticos epigramas que Forner dirigió a su antiguo compañero de estudios.

En octubre de 1782, Arroyal solicitó permiso para la impresión de los Epigramas, escritos a imitación de Marcial, con carácter satírico y de preocupación social, y las Odas, de inspiración neoclásica, que dedicó a Floridablanca, ambas obras fueron probadas el 13 de marzo de 1783 y publicadas al año siguiente en la imprenta de Joaquín Ibarra.

Arroyal se casó el 1 de febrero de 1785 con Rita Piquer, que había quedado viuda pocos meses antes, en noviembre de 1784, del funcionario de Hacienda Joaquín Assín Ximénez de Baques. La atracción por Rita Piquer venía de antes, pues ya en Las Odas, que aunque publicadas en 1784 habían sido presentadas a censura en 1782, Arroyal había introducido veinticinco poemas de ella, a quien presentaba como “la Sapho de estos tiempos”.

El 30 de marzo de 1785, Arroyal y su esposa hicieron testamento, y en la parte personal del esposo se señala una serie de cláusulas dispositivas que son reflejo de su actitud religiosa de racionalismo ilustrado, como el rechazo por el ceremonial barroco, su insistencia en la sencillez de los ritos funerarios y del destino de su propio cuerpo, se dispone que fuese enterrado fuera del templo, con sudario tradicional que había quedado relegado a las clases más pobres, así como la prohibición, en “obsequio de la Patria”, del empleo de sus bienes en la realización de prácticas como las misas, fundaciones perpetuas, obras pías, capellanías o mayorazgos, pues los bienes con que se dotaban las capellanías no tributaban.

Hacia 1785 se retiró a Vara de Rey, donde desempeñó el cargo de procurador síndico general y contador de Renta en el partido de San Clemente, y se fue fraguando en él una mayor radicalización en la crítica a los poderes establecidos, lo que es ya manifiesto en los planteamientos de índole social que aparecen en las Sátiras, que presentó a la censura en 1785 y que promovió un grueso y largo expediente que acabó en su prohibición definitiva en 1799.

Los datos conocidos lo sitúan de manera continuada en Vara de Rey entre 1785 y 1791. Su firma aparece en todas las reclamaciones que desde ese pueblo se alzan en ese período. En 1786 organizó una Junta de Caridad, cuya finalidad era recoger y distribuir justamente las limosnas, de modo que se eliminase la pobreza ociosa, política tan buscada por los ilustrados.

En 1788 elevó al Consejo de Castilla sus quejas por el desorden y falta de justicia que imperaban en Vara de Rey, debidos a la ausencia y constante residencia del corregidor en la localidad de Sisante.

En marzo de 1794 pidió autorización para imprimir Leónido. Écloga, para algunos estudiosos el que puede ser su mejor poema, autorización que se le concedió al mes siguiente. En marzo de 1795 solicitó licencia de impresión de Los Dísthicos de Catón con escolios de Erasmo, traducidos y ampliados por León de Arroyal, permiso que obtuvo en junio de 1796.

Su obra más conocida y estudiada son las Cartas económico-políticas al Conde de Lerena, fechadas entre 1786 y 1795; obra, que quedó inédita en su tiempo, inicialmente de autor anónimo, que erróneamente fue atribuida a Cabarrús, en la primera publicación que se hizo en 1841 en la imprenta de Norberto Llorenci, y a Campomanes, en la edición del erudito Rodríguez Villa de 1878, utilizando un ejemplar proveniente de la biblioteca de Jovellanos. Ya en 1861, Manuel Colmeiro apuntó a la autoría de León de Arroyal, paternidad que hoy se considera asunto resuelto desde el punto de vista historiográfico. Las Cartas están consideradas como uno de los primeros escritos del pensamiento liberal moderno español y contienen la que puede ser la más radical petición de reformas en la estructura política de España en la época, antes incluso de la directa influencia de la Revolución francesa en el país. El contenido de la obra se ha considerado de gran importancia para el estudio del pensamiento ilustrado español y como testimonio de los problemas socioeconómicos y políticos de los últimos años del siglo XVIII.

En las Cartas se plantea un rechazo del absolutismo y la apuesta por un régimen moderado, con una defensa clara de la libertad de expresión del pensamiento, así como no sólo de la libertad económica, sino también de la libertad política y civil. La alternativa frente al absolutismo que se propugna es un régimen basado en una Constitución racional, incluyéndose un texto teórico considerado como el primer proyecto articulado de Constitución en la historia de España, con una defensa del Gobierno representativo, la división de poderes, el pacto social en su versión moderna y toda una serie de derechos individuales, proyecto de Constitución copiada de la francesa de 1789.

También fue autor de una sátira muy dura titulada Oración apologética en defensa del estado floreciente de España, una especie de panfleto político más conocido con el nombre de Pan y toros, que circuló clandestinamente por el país a partir de 1793 y alcanzó su máxima difusión entre 1796 y 1799, en la época en que los gobiernos de Carlos IV, como tantos otros europeos, se esforzaban por mantener el cerco a la influencia revolucionaria francesa.

En 1798 intentó de nuevo la publicación de las Sátiras, incluyéndolas en la reimpresión de sus obras, así como dos nuevos trabajos de carácter pedagógico, Seis aprovechamientos de la mujer y un Tratado de educación o Catecismo del hombre en sociedad, pero la censura emitida en febrero de 1799 fue de nuevo negativa.

Desde esa fecha no queda testimonio de la vida de León de Arroyal, salvo la fecha de su muerte, el 5 de enero de 1813.

 

Obras de ~: Oración gratulatoria de ingreso en la Real Academia de Buenas Letras de Sevilla, 1781 (Real Academia de Buenas Letras de Sevilla, ms. 25-2-1, fols. 343-346); Versión parafrástica del Oficio Parvo de Nuestra Señora, según el Breviario Romano, Madrid, Joaquín Ibarra, 1782; Versión castellana del Oficio de Difuntos, con otras preces y oraciones de la Iglesia, según el Breviario y ritual Romano, Madrid, Joaquín Ibarra, 1783; Los epigramas, Madrid, Joaquín Ibarra, 1784; Las Odas, Madrid, Joaquín Ibarra, 1784; Versión parafrástica de la Santa Misa como la celebra Nuestra Madre la Iglesia en las dominicas y festividades del año, según el Misal Romano y Cuaderno de Santos de España, Madrid, Ibarra, 1785; Sátiras, c. 1785 (inéd.); Leónido. Écloga. Por D. L. de A. a la Señora Doña María Manuela de Arcayna, Marquesa de Valdeguerrero, s. l., c. 1794; Oración apologética en defensa del estado floreciente de España [conocido con el nombre de Pan y toros], [ms. en Archivo Histórico Nacional (AHN), en Inquisición, leg. 4482, n.º 33] (ed., Cádiz, Imprenta Patriótica de Cádiz, 1812); Los Dísthicos de Catón con Escolios de Erasmo, trad. y ampl. por ~, Madrid, Oficina de Jerónimo Ortega, 1797; Seis aprovechamientos de la mujer, c. 1798 (inéd.); Tratado de educación o Catecismo del hombre en sociedad, c. 1798 (inéd.); Cartas económico-políticas al Conde de Lerena, 1786-1795, Madrid, Imprenta Norberto Llorenci, 1841 [2.ª ed., Madrid, Antonio Rodríguez Villa, 1878; Cartas económico-políticas (Con la segunda parte inédita), ed., pról. y notas de J. Caso González, Oviedo, Cátedra Feijoo-Universidad, 1971].

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional (AHN), Consejos, leg. 5552, n.º 141 (acerca de petición de autorización y prohibición de las Sátiras).

M. Colmeiro, “Biblioteca de los economistas españoles de los siglos XVI, XVII y XVIII”, en Memorias de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, I (1861); A. Rodríguez Villa (ed., intr. y biografía), Cartas político-económicas escritas por el Conde de Campomanes, primero de este título, al Conde de Lerena [falsamente atribuidas a Campomanes], Madrid, Librería de M. Murillo, 1878; G. Desdevises du Dézert, “Lettres politique- économiques de Campomanes” [falsamente atribuidas a Campomanes], en Revue Hispanique, IV (1897); M. A. Buchanan, “Pan y Toros. Bread and Bulls”, en Modern Language Notes (MLN), XX (1905), págs. 145-148; “Further notes on ‘Pan y Toros’”, en MLN, XL (1925), págs. 30-32; L. Sánchez Agesta, “Sobre las supuestas cartas de Campomanes al Conde de Lerena”, en Boletín de la Universidad de Granada, 86 (1949); El pensamiento político del despotismo ilustrado, Madrid, Instituto de Estudios Políticos, 1953, pág. 305; G. Anes, “Las Cartas político-económicas al Conde de Lerena”, en Cuadernos Hispanoamericanos, 261 (1967); J. A. Maravall, “Las tendencias de reforma política en el siglo XVIII español”, en Revista de Occidente, 52 (1967), págs. 53-82; F. López, “León de Arroyal auteur des Cartas político-económicas al Conde de Lerena”, en Bulletin Hispanique, LXIX (1967), págs. 26-55; A. Elorza, “Estudio preliminar”, en L. de Arroyal, Cartas político-económicas al Conde de Lerena, Madrid, Ciencia Nueva, 1968; F. López, “Pan y Toros. Histoire d’un pamphlet. Essai d’attribution”, en Bulletin Hispanique, LXXI (1969), págs. 255-279; J. Caso González, “Prólogo”, en L. de Arroyal, Cartas económico-políticas (Con la segunda parte inédita), Oviedo, Cátedra Feijoo-Facultad de Filosofía y Letras. Universidad, 1971; A. Elorza, ‘Pan y toros’ y otros papeles sediciosos de fines del siglo XVIII, Madrid, Ayuso, 1971; J. F. Elvira-Hernández, “Arroyal y sus epigramas”, en Romanische Forschungen, LXXXIV (1972), págs. 164-178; L. Domergue, “La veine satirique de Leon de Arroyal, un Quevedo manqué du XVIIIe siècle”, en La contestation de la société dans la littérature espagnole du Siècle d’Or, Toulouse, Université de Toulouse-Le Mirail, 1981, págs. 213-224; F. Aguilar Piñal, Bibliografía de autores españoles del siglo XVIII, vol. I, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1981, págs. 418-423; J. Closa Farrés, “Erasmismo e Ilustración en la segunda mitad del siglo XVIII. Del Catón cristiano a los Dísthicos de Catón por D. León de Arroyal”, en VV. AA., Educación e Ilustración en España, Barcelona, Universidad, 1984; J. Pallarés Moreno, La personalidad literaria de don León de Arroyal, Granada, Servicios de Publicaciones-Universidad, 1991; León de Arroyal o la aventura intelectual de un ilustrado, Granada, Universidad- Instituto Feijoo de Estudios del Siglo XVIII. Universidad de Oviedo, 1993.

 

Alejandro Diz

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