Antillón y Marzo, Isidoro de. Lucio Veranio. Santa Eulalia (Teruel), 15.V.1778 – 3.VII.1814. Geógrafo y político.
Nace en el seno de una familia rural modesta, siendo su padre administrador local del conde de Fuentes.
Inicia sus primeros estudios en su ciudad natal y en Mora de Rubielos, adquiriendo pronto el dominio de las lenguas y los estudios clásicos. A los doce años es enviado a Teruel para cursar estudios de Filosofía con los dominicos durante tres años. A los diecisiete años (1795) obtiene por la Universidad de Huesca el grado de bachiller en Filosofía y por la de Zaragoza, el grado de bachiller en Leyes (mayo de 1797).
Durante su estancia en la capital aragonesa, compagina su preparación universitaria con la realización de otros estudios en la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País. Su precoz inquietud intelectual le lleva a frecuentar los círculos intelectuales de esta ciudad, participando activamente en algunas de sus manifestaciones y exhibiendo su saber. Establece contactos con profesores de la Económica Aragonesa, singularmente Jordán de Asso y su director, Larrea, quienes le animan a preparar diversos estudios de carácter geográfico. Con la redacción de tales trabajos, obtiene los primeros reconocimientos a su labor erudita y talento creativo, mostrando, a través de ellos, una preocupación por la mejora de la economía rural y el bienestar o la prosperidad de sus paisanos. Es el caso de la Descripción Geopónico: corográfica, Económica, Política, Orictográfica, Botánica del Corregimiento y Partido de Santa María de Albarracín en el Reyno de Aragón, premiada por la Económica Aragonesa (1795).
Dotado de un espíritu emprendedor y autodidacta, durante esta primera etapa de su vida se muestra como un ávido lector, interesado tanto por las aportaciones humanistas, como por los más recientes avances producidos en el campo de la ciencia. En el transcurso de su vida, reúne gran cantidad de libros y numerosos fondos documentales, tal como acreditan sus estudios.
Su biblioteca, ubicada en el domicilio paterno, será el lugar al que enviará y del que reclamará obras durante su etapa de estudiante.
Con la intención de alcanzar el grado de doctor en ambos Derechos se traslada a la ciudad de Valencia, y los obtiene el 7 de diciembre de 1797. Durante toda su etapa de formación, compagina sus intensas jornadas consagradas al estudio con la impartición de clases a otros alumnos. En Valencia lleva a cabo sustituciones en la cátedra de Cánones.
Aconsejado por su padre, al que incesantemente reclamaba el envío de ayuda económica, con veintitrés años efectúa oposiciones a las canonjías de Burgo de Osma y Huesca. Pese a la brillantez que muestra en los ejercicios, su corta edad y la fama de pensador independiente que le precedieron fueron las razones expuestas para su no concesión. Algunos excesos propios de su inexperiencia juvenil, su voracidad lectora de obras de muy diversa naturaleza y la ostentación de un pensamiento liberal le habían generado los primeros enemigos y una fama de librepensador. Con ello, rechaza la posibilidad de consagrarse al servicio de la Iglesia.
En 1799, a los veintiún años, se desplaza a Madrid.
En esta ciudad se desenvuelve la segunda etapa de su vida. Probablemente, con la ayuda prestada por personas pertenecientes a los círculos intelectuales aragoneses ocupa la cátedra de Geografía, Historia, Astronomía y Cronología del Real Seminario de Nobles de esta capital, primero de forma interina, y pocos meses después, tras ganar el correspondiente concurso, de manera oficial. La cátedra ganada le brinda la seguridad a que aspiraba y el compromiso de dedicarse al cultivo de la Geografía. Entregado a su labor docente, durante estos años se ocupará de la redacción de sus primeros y más meritorios trabajos geográficos, que combinará con otros estudios de carácter histórico y científico.
Sus primeras publicaciones consisten en el dibujo cartográfico de diversos lugares y la redacción de una amplia memoria en la que enumera y pondera, minuciosamente, las fuentes que ha manejado para trazar el perfil de tales lugares. El primer mapa es El grande Océano, desde el paralelo 64 de latitud Septentrional, hasta el 57 de latitud Austral, 1801. Se trata de un mapa en el que dibuja las costas del que hoy es el Océano Pacífico. A él seguirá El Océano Reunido y el Gran golfo de la India, en 1802, dedicado al Índico; La América septentrional, desde su extremos Norte, hasta 10.º de latitud, fechado igualmente en 1802; La Escandinavia o mar Báltico, Suecia, Noruega y Dinamarca, también en 1802; y, en 1804, el correspondiente al mar Mediterráneo, del que hoy se conoce sólo la memoria que le acompaña, aparecida en Valencia en 1811. La publicación de estos mapas obedece al deseo de editar un atlas español como complemento al curso de geografía que impartía. Sin embargo, pese a su relevancia y la favorable acogida dispensada a sus mapas, no logra de las autoridades el compromiso económico necesario para acrecentar el número de ellos.
Tanto el dibujo de tales lugares, como las documentadas memorias que los acompañan, acreditan su esfuerzo compilador de fuentes, la dedicación a esta labor creativa y la rigurosa preparación de que estaba dotado, estando al corriente de las más novedosas informaciones geográficas publicadas en los diversos países europeos. Ante la ausencia de obras académicas significativas de Geografía, en un corto período redacta tres manuales geográficos abarcando las tres ramas de la Geografía: la Geografía general, la de España y la universal.
El primero de ellos corresponde a las Lecciones de Geografía Astronómica, Natural y Política, escrito en dos volúmenes, el primero aparecido en 1804, y el segundo, tras superar una enfermedad, en 1806. Está encabezado por una historia de la Geografía aportando datos de la Geografía española. En 1807 verán la luz los Principios de Geografía Física y Civil, consistentes en una sobria presentación de las más importantes regiones del mundo. La tercera gran contribución corresponde a los Elementos de la Geografía Astronómica, Natural y Política de España y Portugal, editada en 1808, experimentando dos reediciones con nuevos datos preparados antes de su fallecimiento, en 1815 y 1824. Se trata de la obra que gozó de mayor estima social y académica, mereciendo ser traducida al francés.
Gracias a la seguridad que le brinda su puesto de profesor de este reconocido centro educativo, cátedra retribuida con 9.000 reales anuales, contrae matrimonio en 1805 con Josefa Piles Rubín de Celis, con la que tuvo tres hijos, sobreviviendo a sus padres la tercera hija. Aunque dispone ocasionalmente de diversos ingresos complementarios, su vida estará marcada por la penuria económica. Será habitual el retraso en los pagos que se le adeudan y múltiples los gastos que le ocasionan su pasión lectora con la consiguiente adquisición de libros publicados en toda Europa, tal como muestran sus numerosos trabajos. Aprovecha sus desplazamientos ocasionales, destinados a restituir su débil salud, para obtener datos barométricos y conocer mejor la topografía de los lugares que visita.
Efectúa igualmente cálculos astronómicos que le permiten fijar con mayor exactitud la posición de las ciudades, incluida Madrid y el Seminario de Nobles.
Siguiendo con las inquietudes académicas que había mostrado en su etapa de estudiante, en Madrid frecuenta y colabora activamente con diversas corporaciones y sociedad ilustrada de la capital. En 1799 es admitido como individuo de número en la Real Academia de Cánones, Liturgia, Historia y Disciplina Eclesiástica de Madrid; merced a una memoria que redacta sobre el corregimiento de Teruel, la Sociedad Económica Matritense le otorga el título de socio de mérito; ingresa en la Real Academia de Derecho español, leyendo su disertación contra la esclavitud (1802). En éste mismo año, un estudio acerca de la cartografía de Aragón le abre las puertas de la Real Academia de la Historia como académico supernumerario, obteniendo todos estos nombramientos a una temprana edad. A los veinticuatro años poseía los títulos de doctor en ambos Derechos por la Universidad de Valencia; catedrático del Real Seminario de Nobles, individuo de mérito de las Reales Sociedades Aragonesa y Matritense, abogado de los Reales Consejos del reino y académico de diversas corporaciones.
Por fallecimiento del Sr. Traggia, Antillón ocupó su vacante en la Junta del Diccionario Geográfico de España que proyectaba la Academia de la Historia.
Además de los trabajos geográficos, en el transcurso de esos años despliega una asombrosa actividad investigadora efectuando estudios de carácter histórico, la redacción de diversos informes y notas de carácter astronómico, así como la publicación periódica de noticias científicas europeas y otros datos fruto de sus observaciones barométricas. Como afirma su primer biógrafo, Fernández de Navarrete, con quien compartió afanes e inquietudes, mantuvo una relación estrecha de amistad y compañerismo con los marinos del Depósito Hidrográfico, así como con los cosmógrafos del Cuerpo de Ingenieros, contribuyendo eficazmente a la difusión y popularidad de los estudios geográficos. No dejó pasar fenómeno notable en el cielo sin que lo observase y diera a conocer, ni dato nuevo o descubrimiento en la tierra que no consignara y criticase en los magistrales análisis que acompañan a sus mapas.
Tras los trágicos acontecimientos desatados en mayo de 1808, con las represiones políticas y militares de los invasores franceses, abandona la capital disfrazado de arriero y, por caminos secundarios, regresa a su tierra, dedicando todas sus energías a partir de entonces a la política. Con treinta años recién cumplidos, en Teruel se pone bajo las órdenes de la Junta de Defensa, ocupándose de tareas logísticas relacionadas con la ciudad y el abastecimiento de los suministros requeridos para pasar el crudo invierno. En los numerosos escritos pertenecientes a esta tercera etapa de su vida, años que vivirá muy intensamente, muestra su acusado patriotismo y fidelidad a Fernando VII, así como un destacado fervor reformista de las leyes, siendo, además, un cronista de excepción de las tensiones sociales e ideales que se debaten en estos momentos de la ocupación francesa.
En 1809 se desplaza a Madrid y Sevilla, donde se pone a disposición del Gobierno legal. Como reconocimiento a sus méritos, su acreditada autoridad profesional y la tenaz defensa de sus convicciones liberales es nombrado, primero, director del Semanario Patriótico, y más tarde, una vez instalada la Junta en Cádiz, magistrado de la Real Audiencia de Mallorca, desempeñando el cargo en Palma y Mahón, desde 1810. Polemista severo de los ideales conservadores, en Baleares desplegará una intensa campaña publicitaria en defensa de los principios liberales y reformistas, enfrentándose a los grupos más reaccionarios de la sociedad.
En 1813, obtiene el acta de diputado, representando a Aragón en las Cortes de Cádiz. El diario de sesiones recoge sus numerosas y brillantes intervenciones.
Su condición de miembro del partido liberal en tales Cortes y su adhesión constitucional le acarrearán el ser perseguido por sus adversarios políticos, sufriendo, primero, un atentado, y, más tarde, cuando estaba reponiéndose en casa de su tío en Mora de Rubielos, la orden de ser aprendido. Arrestado para ser conducido a Zaragoza, fallece en su ciudad natal, a la que había rogado le llevaran advirtiendo su estado.
Frente a otros políticos progresistas que optaron por el exilio, Antillón permaneció en España.
En esos intensos años, además de ocupar fugazmente el cargo de director del Archivo de Indias de Sevilla, y el de director de la Gaceta, funda y contribuye con su incansable energía y tenacidad a la difusión de sus ideas progresistas en diversas publicaciones periódicas. Su resentida salud y la feroz persecución desatada por sus adversarios políticos, explican su prematuro fallecimiento. Trasladados solemnemente sus restos a la iglesia de Santa Eulalia en 1820, tres años después sus enemigos profanaron la urna y quemaron sus restos, esparciendo sus cenizas. Con la intención de desagraviar la grave injusticia cometida, Isabel II concede a su viuda el título de condesa de Antillón y vizcondesa de San Isidoro.
Obras de ~: Descripción Geopónico: corográfica, Económica, Política, Orictográfica, Botánica del Corregimiento y Partido de Santa María de Albarracín en el Reyno de Aragón, 1795 (publicada en el Memorial literario de Madrid); Cartas que D. Isidoro de Antillón Doctor en ambos derechos de la Univesidad de Valencia, individuo de mérito literario de la Real Sociedad Aragonesa, etc. dirige a su amigo D. Ignacio López de Ansó sobre la antigua legislación municipal de las ciudades de Teruel y Albarracín y sus aldeas en Aragón, Valencia, Joseph de Orga, 1799; Juicio de un cuaderno anónimo intitulado: Elementos de Geografía, Madrid, 1800; Carta esférica del Grande Océano, con un análisis en que se manifiestan los fundamentos sobre que se ha construido, Madrid, Imprenta Real, 1802; Carta esférica del Océano Atlántico, Madrid, Imprenta Real, 1802; Carta esférica del Océano Reunido y Gran golfo de la India, Madrid, Imprenta Real, 1802; Carta de la América Septentrional, Madrid, Imprenta Real, 1803; Carta esférica de la Escandinavia o del mar Báltico, reynos de Suecia, Noruega y Dinamarca, Madrid, Imprenta Real, 1803; “Eclipse de luna visible en Madrid el 26 de enero del presente año”, en Efemérides de la Ilustración de España (EIE), 18 de enero de 1804, pág. 69; “Noticia y cálculo del eclipse visible de sol que se verificará el día 11 de febrero del corriente año”, en EIE, 4 y 5 de febrero de 1804; “Noticias históricas sobre el Mapa de Aragón que levantó en el siglo 17.º el Cosmógrafo Juan Bautista Labaña”, “Noticia histórica del viaje de la Fragata española ‘Soledad’, al reconocimiento y situación de varios puntos del Archipiélago de Grecia, con algunas noticias sobre la hidrografía de Levante”y “Necrología de Pedro Francisco Andrés Mechain”, en Variedades de Ciencias, Literatura y Artes (VCLA), IV, n.º XXII, (1804), págs. 16-81, 148-166 y 244, respect.; “Observaciones astronómicas, en cuyos resultados se funda la situación de Madrid en longitud y latitud”, en VCLA, XII (1804), pág. 321; “Sobre la Crónica o Comentarios del Rey Don Jayme I de Aragón”, en VCLA, IV, n.º XXIII, págs. 287- 302 y n.º XXIV, págs. 336-352; Lecciones de Geografía Astronómica, Natural y Política, Madrid, Imprenta Real, 1804-1806, 2 vols.; “Astronomía y Geografía. Noticias pertenecientes al estado y progreso de estas ciencias en principios de 1805, extractadas de los periódicos ingleses”, en VCLA, VII, pág. 209; Noticias históricas sobre los amantes de Teruel, Madrid, Imprenta de Fuentenebro, 1806; Principios de Geografía Física y Civil, Madrid, Imprenta Real, 1807; Elementos de la Geografía Astronómica Natural y Política de España y Portugal, Madrid, 1808 (2.ª ed. 1815; 3.ª ed. 1824); Manifiesto de la Junta de Gobierno de Teruel sobre el estado actual de los negocios públicos, Valencia, Imprenta Benito Monfort, 1808; Representación del Príncipe de Asturias D. Fernando (ahora nuestro Rey y Señor) a su padre D. Carlos IV, hallada entre los papeles de S.A.R., escrita toda de su mano, Octubre de 1807, Valencia, Imprenta de José de Orga, 1808; “Resumen de los sucesos militares de España desde fines de noviembre de 1808 a mayo de 1809”, en Semanario patriótico, n.º 15 a 19, 22, 23, 25, 26 y 27,1809; Carta de un representante de Aragón a sus comitentes, Palma, Imprenta de Miguel Domingo, 1810; Colección de documentos inéditos, pertenecientes a la historia política de nuestra revolución, Palma de Mallorca, Imprenta de Miguel Domingo, 1811; Noticias geográficas del Mar Mediterráneo y de la carta que se publica, Valencia, José Ferrer de Orga y Cía., 1811; Disertación sobre el origen de la esclavitud de los negros, motivos que la han perpetuado, ventajas que se le atribuyen y medios que podrían adoptarse para hacer prosperar nuestras colonias sin la esclavitud de los negros, Mallorca, Imprenta de Miguel Domingo, 1811 (2.ª ed. 1820); Noticias históricas de D. Gaspar Melchor de Jovellanos, Palma, Imprenta de Miguel Domingo, 1812; Noticia de las fiestas patrióticas, celebradas en Mahón los días 19, 20 y 21 de septiembre para solemnizar la publicación y jura de la Constitución política de España, Mahón, Imprenta de la viuda e hijos de Fábregas, 1812; “Exposición dirigida a las Cortes generales y extraordinarias sobre el estado de Aragón en junio de 1813”, en El Tribuno del Pueblo Español (Cádiz), 29 de octubre de 1813.
Bibl.: M. Fernández de Navarrete, “Don Isidoro de Antillón”, en Biblioteca marítima española, vol. I, Madrid, Viuda de Calero, 1851, págs. 661-670 (ed. facs., Barcelona, Palau y Dulcet, 1995); R. Beltrán y Rózpide, Isidoro de Antillón, Geógrafo, Historiador y Político. Discursos leídos ante la Real Academia de la Historia, Madrid, Imprenta y Litografía del Depósito de la Guerra, 1903 (una parte de este trabajo se halla publicado en la revista Teruel, n.º 59 (1978), dedicado a conmemorar el centenario de su nacimiento); J. Becker, Los estudios geográficos en España. Ensayo de una historia de la Geografía, Madrid, Real Sociedad Geográfica, 1917; H. Capel, “Isidoro de Antillón (1778-1814)”, en Boletín Informativo de la Fundación Juan March, 166 (enero de 1987), págs. 3-18; J. M. Jaime Lorén, Isidoro de Antillón y Marzo. Nuevas noticias, Calamocha (Teruel), 1995; J. M. Jaime Lorén, Isidoro de Antillón y Marzo. Epistolario (1790-1814): otros escritos literarios, geográficos y políticos, Calamocha (Teruel), J. M. de Jaime, 1998; A. Hernando, Perfil de un Geógrafo: Isidoro de Antillón 1778-1814, Zaragoza, Institución Fernando El Católico, 1999 (incluye como facsímil el discurso publicado por Beltrán y Rózpide en 1903).
Agustín Hernando Rica