Martínez de Marcilla, Juan. Teruel, c. 1190 – 1217. El amante de Teruel.
Se le nombra como “Juan” en los textos documentales conservados del siglo XVII. Estos textos son el protocolo de 1619 de los notarios de Teruel Juan Yagüe de Salas y Juan Hernández, que efectuaron el asiento del 18 de abril de 1619 “simul et insolidum” recogiendo el documento sobre los amantes encontrado en el archivo antiguo de la ciudad: el del notario de Zaragoza Félix Lardies, coetáneo de los anteriores, a los que copia, y la Relación Anónima, publicada en Zaragoza en 1963 y que hace referencia a un texto del manuscrito 5989 (Floresta Española) de la Biblioteca Nacional de Madrid. El nombre de “Diego” posiblemente procede de los autores teatrales del siglo XVII y el de “Diego Juan” o “Juan Diego” no pasa de ser un intento de conciliación entre los datos documentales y las modas teatrales.
Juan Martínez de Marcilla, el “Amante”, debió de nacer hacia 1190, ya que, según los textos, tenía veintisiete años a su regreso y fallecimiento en Teruel en 1217, cuando vencieron los cinco años de la promesa matrimonial que le había dado su amada Isabel para hacer fortuna y con ella poder obtener el consentimiento para la boda del padre de la enamorada. Juan debió de ser hijo segundón de los varios que tuvo un Martín Garcés de Marcilla, perteneciente a una noble familia presente en Teruel desde 1170. En este año, Blasco Garcés de Marcilla fue uno de los conquistadores de la ciudad y en 1193, Martín Garcés de Marcilla fue juez de Teruel. Juan Martínez de Marcilla quizás participó en la batalla de las Navas de Tolosa en 1212, en la que figuró un Marcilla, según afirma Francisco Cascales en sus Discursos Históricos de la Ciudad de Murcia.
La historia que narra el documento recogido por el protocolo notarial de Yagüe de Salas sobre los amantes de Teruel es bien conocida. Los jóvenes Juan Martínez de Marcilla e Isabel de Segura, él segundón y ella hija única, eran vecinos desde niños y se amaban.
Cuando Juan pidió a Pedro de Segura casarse con su hija, éste se opuso por la escasez de fortuna del segundón.
Juan pidió a Isabel un plazo de cinco años para ir a la guerra y mejorar su condición, prometiéndole su amada que lo aguardaría. Al transcurrir los cinco años, Isabel cedió a las reiteradas presiones de su padre y se desposó con un personaje principal. Seguidamente, llegó Juan Martínez de Marcilla, ya rico.
Secretamente entró en la casa de ella y le pidió un beso de despedida, a lo que Isabel se negó por respeto a Dios y a su marido, cayendo Juan muerto de amor a sus pies. Los cónyuges llevaron en secreto el cadáver a la casa de su padre y éste le hizo un solemne funeral en la iglesia de San Pedro. En la ceremonia se presentó Isabel, quien, alzando la mortaja, dio a Juan el beso que le pidió, cayendo muerta al pie del féretro.
Las familias y el pueblo decidieron inhumar juntos a ambos jóvenes.
El texto recogido en los protocolos notariales de 1619 es posiblemente de finales del XIV o principios del XV por su estilo y arcaísmos lingüísticos. Su autor se inspiró sin duda en una tradición anterior, con muchos elementos coherentes con la época en cuanto a personajes y familias, situaciones de sus casas y fechas de los sucesos; tradiciones y narraciones incrementadas con el descubrimiento de las momias atribuidas a los amantes en 1533.
El descubrimiento de las momias atribuidas a los amantes de Teruel se produjo en 1533, bajo la Judicatura de Miguel Pérez Aznar y se encontraron en una tumba antigua de la iglesia de San Pedro. Allí volvieron a ser sepultadas, pero en la capilla de los Santos Médicos, donde fueron reconocidas en 1578-1579 bajo el Obispado de Andrés Santos. Fueron de nuevo exhumadas en abril de 1619, al tiempo de aparecer el manuscrito que transcribió el notario Yagüe de Salas, por lo que se hizo un proceso canónico, conservado en el Archivo Diocesano, a “mossen Juan Ortiz y mossen Miguel Sanz [...] y Francisco Hernández, sacristán de la Iglesia”. En 2004, se sometieron los restos a la prueba del Carbono-14, dando como fechas extremas las de 1260-1390.
Las momias se trasladaron después de 1619 al claustro de la iglesia, permaneciendo allí durante siglo y medio en un pequeño armario, donde eran visitadas por los viajeros. En 1708 se hizo un nuevo panteón y en 1854 se construyó un templete, diseñado por Lacarriere, situado en una sala del claustro. En 27 de mayo de 1902 se trasladaron a la capilla que ocupan en la actualidad en dos sarcófagos de madera con tapa de cristal. Finalmente en 1955, en los actos del IV Centenario del Descubrimiento de sus momias, pasaron al actual mausoleo en alabastro y bronce que realizó Juan de Ávalos.
La historia de los amantes ha sido una fuente de inspiración literaria y musical especialmente en el siglo XIX. Ya el largo poema publicado por Yagüe de Salas en 1616 fue tomado en consideración y alabado por numerosos historiadores y literatos como los cronistas Diego de Aysa y Vicencio Blasco de Lanuza, Lope de Vega, Juan Francisco Andrés, Ricardo de Turia (Pedro Juan Rejaule) o Cervantes. En el teatro de la época pueden citarse la tragedia Los Amantes, compuesta por el valenciano Micer Andrés Rey de Artieda, hijo de un notario de Tauste (Zaragoza), y publicada en Valencia, por la viuda de Pedro Huete, en 1581; los Amantes de Teruel de Tirso de Molina, publicada en Madrid en 1635 y que debió de ser compuesta mientras el autor se encontraba en el convento del Olivar, en Estercuel (Teruel), y la comedia Los Amantes de Teruel de Juan Pérez de Montalbán, también publicada en Madrid en 1635.
Tras algunas obras menores del siglo XVIII, renace la historia de los amantes con historiadores como Isidoro de Antillón, Esteban Gabarda, Emilio Cotarelo, Federico Andrés, Gascón y Guimbau, Jaime Caruana, Carlos Luis de la Vega o José Luis Sotoca. En el teatro fueron fundamentales el drama Los Amantes de Teruel de Juan Eugenio Hartzenbusch, en su primera versión de 1836, y en la definitiva de 1849, y la ópera del mismo título estrenada en febrero de 1889 en el Teatro Real de Madrid, en cuatro actos y un prólogo, de Tomás Bretón, quien compuso, además, una Fantasía Sinfónica sobre los amantes y un Himno a Teruel. A esto se añaden los trabajos musicales del turolense padre Jesús María Muneta, el oratorio sinfónico, sobre los textos de Tirso de Molina, del valenciano Muset y Ferrer o la obra del compositor griego M. Theodorakis.
El cine se ha inspirado también en la historia de los amantes. Así, la coproducción hispano-británica Honey Moon, en 1959, dirigida por Michael Powell, protagonizada por los bailarines Ludmila Tcherina y Antonio y con música de ballet compuesta por Theodorakis, y la película francesa Les Amants de Teruel, dirigida en 1962 por Raimond Rouleau, protagonizada por Ludmila Tcherina y Mirko Sparemblek. Theodorakis compuso en 1960 la música del ballet Isa, en homenaje a Isabel de Segura, estrenado en ese año en el teatro Sarah Bernard en París, así como una versión sinfónica del mismo que fue estrenada en 2002 por la orquesta Sinfónica Nacional de España.
Bibl.: J. Y agüe de Salas, Los Amantes de Teruel, epopeya trágica con la restauración de España por parte de Sobrarbe y conquista del reino de Valencia, Valencia, por Pedro Patricio Mey, 1616 [adornada con el retrato de su autor y sus armas] (2.ª ed. por J. Caruana, Teruel, Instituto de Estudios Turolenses, 1951); M. Fernández y González, Los Amantes de Teruel, tradición de la Edad Media, vols. I y II, Barcelona, Espasa Hermanos, ¿1876?; D. Gascón y Guimbau, Cancionero de los Amantes de Teruel, Madrid, Hijos de M. G. Hernández, 1907; (pról.), Los amantes de Teruel: Antonio Seron y su Silva a Cintia [poesía latina inédita del siglo XVI], Madrid, Hijos de M. G. Hernández, 1907; J. Caruana, Los Amantes de Teruel, tradición turolense con estudio y notas, Teruel, Imprenta Provincial, 1952; Los Amantes de Teruel. Volumen Conmemorativo del IV Centenario del descubrimiento de las momias, Teruel, Instituto de Estudios Turolenses, 1958; S. García, “Introducción”, en J. E. Hartzenbusch, Los Amantes de Teruel, Madrid, Castalia, 1971; J. L. Picoche, Los Amantes de Teruel, avant et aprés. Recherches sur le Monde Hispanique au dixneuvième siècle, Paris, Centre d’Etudes Iberiques et Ibero-americaines du XIX siècle, Universidad de Lille III y Editions Universitaires, 1973; J. L. Sotoca y C. L. de la Vega, Análisis crítico-filológico de los protocolos notariales sobre los Amantes de Teruel (un documento del siglo XIV), Teruel, Instituto de Estudios Turolenses, 1976; J. Gómez de Castro y C. de la Vega, “Nuevos datos para la bibliografía de los Amantes”, en Revista Teruel (Teruel), n.º 63 (1980); A. Labandeira, “La trayectoria histórico-literaria de los Amantes de Teruel”, en Cuadernos para la investigación de la literatura hispánica (Fundación Universitaria Española, Madrid), n.os 2-3 (1980); J. Yagüe de Salas, Protocolo notarial de Juan Yagüe de Salas: edición facsímil, ed. facs., trascrip. y est. de J. L. Sotoca, Teruel, Fundación Amantes de Teruel-Editorial Perruca, 2004; J. L. Sotoca, Los Amantes de Teruel. La tradición y la Historia, Zaragoza, Editorial Delsan-Historia-Fundación Amantes de Teruel, 2005.
Manuel Fuertes de Gilbert Rojo, Barón de Gavín