Garcés, Rodrigo. Rodrigo García. ?, m. s. XII – Alcañiz (Teruel), c. 1215. Séptimo maestre de la Orden de Calatrava.
Hijo de García Garcés de Aza, señor de Montejo y de otros lugares en Campoespina, y de Leonor Fortúnez, hija de Fortún López de Soria y de Elvira Pérez.
Sus abuelos paternos fueron el conde don García, muerto en la batalla de Uclés de 1108, y Eva Pérez de Traba, hija del conde Pedro de Traba, señor de Trastámara.
Rodrigo Garcés o Rodrigo García aparece por primera vez en la documentación en junio de 1212, ostentando la condición de comendador mayor de la Orden de Calatrava. Se trata del primer comendador mayor que expresamente se documenta como tal, ya que hasta entonces sólo aparecen comendadores de Calatrava o, a partir de 1198, comendadores de Salvatierra, que probablemente desempeñaban unas funciones similares a las que luego ejercería el comendador mayor.
Como comendador mayor de la Orden de Calatrava, Rodrigo Garcés debió participar activamente en la campaña del verano de 1212, que significó la recuperación de las principales fortalezas del Campo de Calatrava y culminó en la victoria cristiana de las Navas de Tolosa. Según Rades, y como consecuencia de una herida en el combate, el maestre calatravo Rodrigo Díaz renunció a su cargo en el mismo lugar de la batalla y allí mismo se eligió por maestre a Rodrigo Garcés.
Sin embargo, según un documento de febrero de 1214, Rodrigo Díaz todavía era maestre de Calatrava en esa fecha. De ser cierta la versión de la herida de Rodrigo Díaz en el combate, el comendador mayor pudo continuar al frente de sus tropas al servicio de Alfonso VIII. Se capturaron entonces los castillos de Vilches, Ferral, Baños y Tolosa y las ciudades de Baeza y Úbeda. En 1213 el ejército real volvió a pasar por Calatrava antes de emprender la campaña contra los musulmanes y allí se le volvieron a unir las tropas de la Orden. En esta nueva campaña se capturó el castillo de Dueñas, que el Monarca entregó a los calatravos por haberles pertenecido con anterioridad, y la villa de Alcaraz.
La primera mención a Rodrigo García como maestre de la Orden de Calatrava data de enero 1215. En esta fecha, y desde el hospital del Rey de Burgos, Rodrigo García, en su calidad de maestre de la Orden de Calatrava, daba a María Ibáñez y a su hijo Sancho Aznares toda la heredad que tenía la Orden en Ribella de Campos, entre Santa Ovenia y Padilla, a cambio de 50 maravedís y de su heredad en Moratalaz, junto a Illescas, con casas, viñas, montes, fuentes y pastos.
En el mismo año 1215, el maestre Rodrigo Garcés restauró el castillo de Almodóvar y concedió fuero breve al lugar. En esa época debió de establecer también la parroquia, cuya primera noticia se remonta a 1216. Esta actuación del maestre en Almodóvar indica una reactivación poblacional intencionada, con dos objetivos: consolidar un enclave estratégico para el control de la vía Toledo-Córdoba a su paso por la zona más meridional del Campo de Calatrava y dominar el acceso a las importantes cañadas ganaderas del valle de Alcudia.
No obstante, el maestrazgo de Rodrigo Garcés tuvo escasa duración, ya que en ese mismo año 1215 el maestre se trasladó al reino de Aragón para ocuparse de cierto conflicto surgido en el castillo y villa de Alcañiz.
Allí murió y fue sepultado en el mismo Alcañiz.
En septiembre de 1215 había sido sucedido como maestre de Calatrava por Martín Fernández de Quintana, que en esa fecha recibía de doña Cecilia, abadesa del monasterio de San Clemente de Toledo, la mitad de una heredad en Azután, en tierra de Talavera.
El maestre Rodrigo Garcés tuvo tres hijos y una hija, aunque se desconoce si nacieron antes o después de que tomara el hábito calatravo y si fueron o no legítimos.
Entre sus hijos varones, Gómez Ruiz fue caballero de la Orden de Santiago, García Ruiz se casó en Ágreda y Fernán Ruiz fue ciego. En cuanto a su hija, Leonor Ruiz de Aza, estuvo casada con Gil de Roa y, al enviudar, ingresó en el monasterio de Santa Eufemia de Cozuelos, perteneciente igualmente a la Orden de Santiago.
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, Órdenes Militares, Registro de Escrituras de la Orden de Calatrava, II, sign. 1342c, fol. 62.
F. de Rades y Andrada, Chronica de las Tres Ordenes y Cauallerias de Sanctiago, Calatraua y Alcantara. Parte Chronica de Calatraua, Toledo, Imprenta de Juan de Ayala, 1572 (ed. facs. Barcelona, 1980 y Valencia, 1994), fols. 31r.-33r.; R. Menéndez Pidal, Documentos lingüísticos de España. I: Reino de Castilla, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), 1919 (reimpresión, Madrid, 1966), págs. 368-370; J. González, El reino de Castilla en la época de Alfonso VIII, vol. I, Madrid, CSIC, 1960, pág. 580; E. Agostini Banus, Historia de Almodóvar del Campo y glosa de su antiguo archivo municipal, ed. facs., Ciudad Real, Diputación Provincial, 1990, págs. 59-60; E. Rodríguez-Picavea Matilla, La formación del feudalismo en la meseta meridional castellana. Los señoríos de la Orden de Calatrava en los siglos XII y XIII, Madrid, Siglo XXI de España Editores, 1994, págs. 87, 100 y 164; E. Rodríguez-Picavea Matilla, Documentos para el estudio de la Orden de Calatrava en la meseta meridional castellana (1102-1302), Madrid, Universidad Autónoma, 1999, Colecciones Documentales n.º 2 de “Cuadernos de Historia Medieval”, págs. 92-93; C. de Ayala Martínez, Las órdenes militares hispánicas en la Edad Media (siglos XII-XV), Madrid, Marcial Pons Historia y La Torre Literaria, 2003, págs. 201, 220 y 368.
Enrique Rodríguez-Picavea Matilla