Cotarelo y Mori, Emilio. Vegadeo (Asturias), 1.V.1857 – Madrid, 27.I.1936. Erudito, ensayista y bibliógrafo.
Resulta difícil trazar el perfil biográfico de este autor, cuya vida transcurre encerrada en su espléndida biblioteca particular, en otras bibliotecas y archivos y en la Real Academia Española. Para Constantino Suárez, Cotarelo “es uno de esos hombres que carecen de biografía dinámica. Su vida es su estudio y su producción”, o como afirma Juan Delgado “es muy difícil explicar la vida de este erudito ya que es inútil buscar hechos señalados. Contar la biografía de Cotarelo —al margen de las anécdotas— se reduce a enumerar sus numerosísimas obras”.
Hijo de Pedro Cotarelo y de Amalia Mori, propietarios de una herrería que colaboraba en la construcción de los buques de guerra de la Marina, lo que permitió a la familia tener una posición económica desahogada, nació el 1 de mayo de 1857, en la localidad de Vegadeo, anteriormente denominada Vega de Ribadeo. Comenzó sus estudios de enseñanza secundaria en 1870, en el instituto del municipio asturiano de Tapia de Casariego, y los finalizó en el instituto de Oviedo con la obtención, en 1874, del título de bachillerato. Seguidamente inició los estudios de Derecho en la Universidad de Oviedo, en la que obtuvo en 1877 el título de licenciado. Contrajo matrimonio en 1879 con Cándida Valledor Arango (1859-1938), vecina de la misma localidad natal de Cotarelo, y en el mismo año nació su hijo, Armando Cotarelo Valledor, futuro catedrático de la Universidad Central y académico de la Real Academia Española y de la Real Academia de la Historia.
Se estableció definitivamente en Madrid, ciudad en la que ejercería como abogado durante nueve años, “en la penosa lucha del hombre con la carrera mal elegida, y en el difícil descubrimiento de la vocación propia”, según Menéndez Pidal. Al cabo de esos años, abandonó la abogacía, alentado entre otros por Menéndez Pelayo (de quien puede considerársele discípulo pero con quien se enemistaría en 1908, llegando incluso al enfrentamiento físico, a causa del apoyo que Cotarelo brindó a la candidatura de Alejandro Pidal Mon para presidir la Real Academia Española), para dedicarse de lleno al estudio y la investigación de la historia y la literatura españolas, con el mérito añadido de que en estas áreas fue prácticamente un autodidacta.
Fuera del mundo de la investigación, pocas labores desarrolló, aunque fue profesor desde 1900 hasta 1902 en la Escuela de Estudios Superiores, dando clases de historia del teatro español. También fue miembro de varios tribunales de concursos bibliográficos y de oposiciones a cátedra.
Propuesto como miembro de número de la Real Academia Española por Menéndez Pelayo, Pidal y Mon y Francisco Commelerán en sustitución del recientemente fallecido Pedro de Madrazo, resultó elegido por unanimidad en la junta del 1 de diciembre de 1898, tomando posesión como académico el 27 de mayo de 1900 con un discurso titulado Imitaciones castellanas del Quijote, que fue contestado por Alejandro Pidal y Mon. En 1913 se convirtió en secretario perpetuo de la Academia, por la que sería designado senador del reino en tres ocasiones (1919-1920, 1921-1922 y 1923). Trabajador infatigable de la Real Academia Española, fue miembro de un gran número de comisiones académicas y uno de los principales responsables del Boletín de la Real Academia Española, que empezó a publicarse en 1914. También trabajó notablemente en la revisión de la decimocuarta edición del Diccionario de la lengua castellana (1914), y debe considerársele el responsable de una gran parte del contenido del primer tomo del Diccionario histórico.
Desarrolló una actividad febril e incansable que se tradujo en una numerosísima y documentada producción bibliográfica, que comenzó en 1886 con la publicación de un estudio sobre El Conde de Villamediana, y que desde 1893, con la publicación de su investigación bio-bibliográfica sobre Tirso de Molina, continuó prácticamente de forma ininterrumpida hasta su fallecimiento en 1936. Valentín Azcune, en su Biobibliografía de Don Emilio Cotarelo, reseña un total de doscientas treinta y cuatro títulos entre publicaciones monográficas, ediciones de textos literarios y artículos en revistas especializadas. Sus escritos abarcaron una amplia variedad de campos: desde los estudios sobre escritores medievales hasta obras de historiografía musical. Cabría destacar sus estudios sobre escritores medievales como Enrique de Villena, Rodrigo Cota o Diego de San Pedro, pero también se ocupó de los cancioneros de Antón de Montoro y de Álvarez Gato. En el teatro del Siglo de Oro aportó destacados trabajos sobre Lope de Vega, Calderón de la Barca, Moreto, Rojas Zorrilla, Jiménez de Enciso, Vélez de Guevara, etc. Remarcable fue también, por su riqueza documental, la obra publicada dentro de la Nueva biblioteca de autores españoles con el título Colección de entremeses, locas, bailes, jácaras y mojigangas desde fines del siglo xvi a mediados del xviii. Editó tres tomos de las obras de Tirso de Molina y diez de las de Lope de Vega, del que dio a conocer numerosas comedias olvidadas. También prestó atención al siglo xviii, entre los que cabría destacar sus estudios sobre Ramón de la Cruz y sobre Tomás de Iriarte.
También se interesó por los más famosos actores de los siglos xvii y xviii en Actores famosos del siglo xvii y en Estudios sobre la historia del arte escénico en España.
Especialmente valioso fue su estudio, galardonado con el premio nacional de bibliografía que convocaba anualmente la Biblioteca Nacional, titulado Bibliografía de las controversias sobre la licitud del teatro en España. También fue premiado por la misma entidad su Diccionario biográfico y bibliográfico de calígrafos españoles. Pero sus intereses no se ciñeron a estas áreas únicamente, sino que también editó obras teatrales de Juan del Encina o de Lope de Rueda, novelas de los siglos xvi y xvii, textos sobre leyendas españolas, estudios sobre impresores y calígrafos. Reseñables son, asimismo, sus estudios sobre Nicolás Fernández de Moratín, José Clavijo y Fajardo, Francisco Mariano Nifo y Cagigal, Vicente García de la Huerta, José Cadalso, etc. Incluso llegó a publicar algunas novelas históricas de creación propia: El hijo del Conde-Duque y Herenio. También fueron destacadas y numerosas sus aportaciones, más de cien artículos de historia de la literatura, en la enciclopedia Espasa. Apasionado de la música, a la que dedicó dos trabajos todavía hoy fundamentales dentro de la historiografía musical española, uno sobre la historia de la ópera en España, con el título Orígenes y establecimiento de la ópera en España hasta 1800, publicada en 1917, y un ensayo histórico sobre el género chico titulado Historia de la zarzuela o sea el drama lírico en España desde su origen hasta fines del siglo xix, publicada en 1934, aunque esta obra quedaría, lamentablemente, inconclusa.
También fueron muy numerosas sus colaboraciones en las revistas españolas de la época, especialmente en el propio Boletín de la Real Academia Española, pero también en Revista contemporánea, La España moderna, Revista crítica de historia y literatura, Revista española, Revista de archivos, bibliotecas y museos, Revue hispanique, y en periódicos como El Imparcial, El Sol, El Debate, etc.
Falleció de forma prácticamente repentina el 27 de enero de 1936 a las pocas horas de haber asistido a la recepción como académico de Blas Cabrera. Pocos meses después, su familia y su riquísima biblioteca (actualmente depositada en el Instituto del Teatro de Barcelona) tuvieron que abandonar la casa que ocupaban en la propia Real Academia Española al estallar la Guerra Civil y ser incautado el edificio y disuelta la corporación académica.
José Subirá escribió las siguientes palabras para dibujar la personalidad de Cotarelo: “las dotes intelectuales de Cotarelo fueron extraordinarias; su cultura, inmensa, dicho sin hipérboles; su constancia en el trabajo, inquebrantable; fecundísima su labor múltiple; insuperable su amor a la investigación histórica; llenos de lucidez sus juicios atinados; eficaz en grado sumo su ejemplo singularísimo”. Menéndez Pidal finalizaba la necrológica dedicada a Cotarelo afirmando que “con él pierde España uno de los eruditos más insignes, de los que más han contribuido al estudio de nuestro pasado”. Alejandro Pidal y Mon dijo: “La labor literaria de Cotarelo es análoga en los fines y procedimientos a la de su maestro Menéndez y Pelayo, y la de su compañero Menéndez Pidal” y afirmó que en sus trabajos “nunca dejan de brillar la riqueza en la erudición, la crítica en el juicio, la laboriosidad en el trabajo, la severidad en el procedimiento, la autoridad en la afirmación, lo ameno en la exposición y el desarrollo, la claridad y la facilidad del estilo y la propiedad castiza del lenguaje”.
Sin embargo, no siempre los juicios son tan positivos y Alonso Zamora Vicente afirma que “es la figura representativa del erudito de finales del siglo xix, de ambicioso campo de trabajo, gran conocedor de datos, documentos, sucesos, etc., a cuya ordenación quizá le falte el toque último del creador o, simplemente, la finura interpretativa. De todos modos, Cotarelo Mori ha sido un benemérito investigador y muchos de sus trabajos son manejados todavía y constituyen la base de muchas investigaciones”. Menéndez Pelayo señaló que el principal defecto de Cotarelo fue el afán de publicar cuanto más mejor, especialmente las ediciones de textos literarios preparadas con demasiada rapidez, lo que le granjearía no pocas críticas. Prueba irrefutable de que la figura de Cotarelo no despertaba entusiasmos en todos los ámbitos son los dos folletos demoledores contra la edición que hizo Cotarelo de las obras de Lope de Rueda, escritos por Adolfo Bonilla y San Martín y Julio Puyol y Alonso, ocultos bajo el seudónimo Bachiller Alonso de San Martín, con los títulos Silba de varia lección y Sepan cuantos. El primero de los panfletos sería contestado por el propio Cotarelo con la publicación de Satisfacción a la Real Academia y defensa del vocabulario puesto a las obras de Lope de Rueda.
Obras de ~: El Conde de Villamediana, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1886; Tirso de Molina, Madrid, 1893; Don Enrique de Villena, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1896; Estudios sobre la historia del arte escénico en España, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1896-1902; Iriarte y su época, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1897; Don Ramón de la Cruz y sus obras, Madrid, Imprenta José Perales y Martínez, 1899; Imitaciones castellanas del Quijote, Madrid, Imprenta Ducarcal, 1900; A. Montoro, Cancionero, ed. de ~, Madrid, Imprenta José Perales y Martínez, 1900; Estudios de historia literaria de España, Madrid, Imprenta de La Revista Española, 1901; Juan del Encina y los orígenes del teatro español, Madrid, Imprenta de La Revista Española, 1901; L. Sepúlveda, Comedia, ed. de ~, Madrid, Imprenta de Archivos, 1901; Isidoro Maiquez y el teatro de su tiempo, Madrid, Imprenta José Perales y Martínez, 1902; Bibliografía de las controversias sobre la licitud del teatro en España, Madrid, Tipografía de Archivos, 1904 (ed., est. prelim. e índices de J. L. Suárez García, Granada, Universidad, 1997); Efemérides cervantinas, Madrid, Tipografía de Archivos, 1905; Los grandes calígrafos españoles, Madrid, Imprenta de Archivos, 1906; M. Moreno, Novelas, ed. de ~, Madrid, Imprenta Ibérica, 1906; Tirso de Molina, Comedias, ed. de ~, Madrid, Bailly Baillière, 1906-1907; J. de Piña, Casos prodigiosos y cueva encantada, ed. de ~, Madrid, Imprenta Ibérica, 1907; A. J. de Salas Barbadillo, Obras, ed. de ~, Madrid, Tipografía de Archivos, 1907-1909; Lope de Rueda, Obras, ed. de ~, Madrid, Real Academia Española, 1908; Migajas del ingenio, ed. de ~, Madrid, Imprenta de Archivos, 1908; Fonología española, Madrid, Tipografía de Archivos, 1909; A. Castillo Solórzano, Las harpías de Madrid, ed. de ~, Madrid, Librería de los Bibliófilos Españoles, 1909; Sobre el LE y el LA, Madrid, Antonio Marzo, 1910; Colección de entremeses, loas, bailes, jácaras y mojigangas, ed. de ~, Madrid, Bailly Baillière, 1911 (ed., est. prelim. e índices de J. L. Suárez García y A. Madroñal, Granada, Universidad, 2000); Don Francisco de Rojas Zorrilla, Madrid, Tipografía de Archivos, 1911; Herenio, Madrid, Tipografía de Archivos, 1912; El hijo del Conde- Duque, Madrid, Tipografía de Archivos, 1912; Don Diego Jiménez de Enciso y su teatro, Madrid, Tipografía de Archivos, 1914; Diccionario biográfico y bibliográfico de calígrafos españoles, Madrid, Tipografía de Archivos, 1914-1916; Ramón de la Cruz, Sainetes, ed. de ~, Madrid, Bailly Baillière, 1915- 1928; Actores famosos del siglo xvii, Madrid, Tipografía de Archivos, 1916; Orígenes y establecimiento de la ópera en España, Madrid, Tipografía de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1917; Dramáticos del siglo xvii, Madrid, Imprenta de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1919; Últimos estudios cervantinos: Rápida ojeada sobre los más recientes trabajos acerca de Cervantes y el Quijote, Madrid, Tipografía de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1920; Biografía de D. Antonio de Sancha, Madrid, Cámaras Oficiales del Libro de Madrid y Barcelona, 1924; Ensayo sobre la vida y obras de D. Pedro Calderón de la Barca, Madrid, Tipografía de la Revista de Archivos, 1924; Discurso acerca de las obras publicadas por la Real Academia Española, Madrid, 1928; La Avellaneda y sus obras, Madrid, Tipografía de la Revista de Archivos, 1930; Mira de Amescua y su teatro, Madrid, Tipografía de la Revista de Archivos, 1931; Catálogo descriptivo de la gran colección de “Comedias escogidas”, Madrid, Tipografía de la Revista de Archivos, 1932; Historia de la zarzuela, Madrid, Tipografía de la Revista de Archivos, 1934 (ed. e intr. E. de Casares Rodicio, Madrid, Instituto Complutense de Ciencias Musicales, 2001); Anecdotario de Lope de Vega, Madrid, Tipografía de la Revista de Archivos, 1935.
Bibl.: C. Suárez, Escritores y artistas asturianos: índice biobibliográfico, vol. II, Madrid, 1936, págs. 464-471; R. Menéndez Pidal, “Don Emilio Cotarelo”, en Boletín de la Real Academia Española (BRAE), XXIII (1936), págs. 5-12; G. Diego, “En memoria de D. Emilio Cotarelo”, en BRAE, XXXVII (1957), págs. 7-11; J. Subirá, El centenario de Don Emilio Cotarelo y Mori, Madrid, Publicaciones de Revista de Literatura, 1957; F. C. Sainz de Robles, Ensayo de un diccionario de literatura, vol. II, Madrid, Aguilar, 1964-1967; A. Zamora Vicente, Historia de la Real Academia Española, Madrid, Espasa Calpe, 1999, pág. 274; E. Casares Rodicio, “Cotarelo y Mori, Emilio”, en E. Casares Rodicio (dir. y coord.), Diccionario de la música española e hispanoamericana, vol. IV, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, 1999, págs. 145-147; J. Delgado Casado, Un siglo de bibliografía en España, Madrid, Ollero y Ramos, 2001; V. Azcune, “Biobibliografía de Don Emilio Cotarelo”, en Cuadernos para investigación de la literatura hispánica, 26 (2001), págs. 279-300
Teresa Rodríguez González