González de Arauzo, García. ¿Toledo?, s. m. s. xii – ?, p. t. s. xiii. Octavo maestre de la Orden de Santiago.
Era miembro de la ricahombría originaria de Burgos, aunque es probable que naciera en Toledo. De todas formas, no se puede precisar apenas nada acerca de su linaje.
Es muy posible que sea el García González que figura en la documentación como comendador de Uclés entre 1209 y 1211, y es, desde luego, seguro que no sucedió en el maestrazgo de manera inmediata de Pedro Arias, muerto en agosto de 1212. El cronista Rades y, con él, modernamente Julio González afirman la existencia de un maestre intermedio de muy fugaz gobierno, Pedro González de Aragón, que habría muerto en el cerco de Alcaraz de 1213. Más bien hay que pensar que tras el fallecimiento de Pedro Arias se producirían unos meses de vacante maestral hasta que en el transcurso de 1213 fuera elegido García González de Arauzo como octavo maestre de la orden. Su gobierno al frente de la milicia, en cualquier caso, fue también breve, ya que renunció a su alta dignidad en julio de 1217.
Característica de estos cuatro años de maestrazgo fue la vinculación de su titular a la Corte, y de modo especial a un personaje particularmente representativo de ella como lo fue el conde Álvaro Núñez de Lara, alférez real durante muchos años en vida de Alfonso VIII, y procurador y auténtico valido de Enrique I durante su breve reinado. De hecho, al final de sus días acabaría ingresando en la milicia santiaguista siendo sepultado en el convento de Uclés. Por ello no es extraño que, entre 1214 y 1217, se documenten cerca de una docena de mercedes y concesiones reales a favor de García González y su Orden. Ya poco antes de morir, en 1214, Alfonso VIII les había donado el estratégico castillo de Heznevexore, muy pronto denominado Santiago, en el campo de Montiel, donde la Orden, activa participante en su conquista, tomaba decisivamente posiciones. Pero, sobre todo, fue el corto reinado de Enrique I (1215-1217) el que contempló mayor número de beneficios para los santiaguistas y su maestre. Los obtuvieron, e importantes, en la casa hospitalaria de La Merced que poseían en Moya, y también en la propia Uclés, donde los freires acabaron recibiendo el importe de todo su portazgo. El gran valedor de la inclinación santiaguista de que hacía gala la Corona, Álvaro Núñez de Lara, fue compensado por el maestre con la concesión ad populandum del castillo de Alhambra y la tenencia prestimonial de las villas de Paracuellos y Moratilla, a cambio, eso sí, de la de Castroverde de Esgueva.
Del maestrazgo de García González de Arauzo data también un importante acuerdo establecido en agosto de 1214 con el arzobispo de Toledo Rodrigo Jiménez de Rada, según el cual se delimitaban adecuadamente los derechos que ambas instituciones, Orden y Arzobispado, tenían sobre un importante número de iglesias situadas en la cuenca del Tajo.
No es fácil determinar la causa que motivó a García González a presentar la renuncia a su dignidad en julio de 1217, aunque quizá no convenga perder de vista la escasa capacidad de movimiento que, frente al fortalecido conjunto de la Orden, disponían los maestres santiaguistas hasta bien entrado el siglo xiii. Ello podría explicar las numerosas renuncias maestrales que se documentan hasta entonces. En cualquier caso, García González se mantuvo dentro de la milicia, y siguió sirviendo desde ella a la Monarquía castellana, a la que tan vinculado se sentía. En 1219, por ejemplo, formó parte de la embajada que, presidida por el obispo Mauricio de Burgos, se desplazaba a tierras germánicas para buscar a la princesa Beatriz, hija de Felipe I de Alemania, que habría de contraer matrimonio con el joven rey Fernando III.
Se ignora la fecha en que falleció el antiguo maestre santiaguista.
Bibl.: F. de Rades y Andrada, Chronica de las Tres Ordenes y Cauallerias de Sanctiago, Calatraua y Alcantara, parte Chronica de Sanctiago, Toledo, 1572 (ed. facs. Barcelona, Ediciones El Albir, 1980), fols. 25r.-v.; A. F. Aguado de Cordova, A. A. Alemán y Rosales y J. López Agurleta, Bullarium Equestris Ordinis S. Iacobi de Spatha, Madrid, 1719 (Series Magistrorum Ordinis Militiae Sancti Iacobi, págs. 60-63); J. González, El Reino de Castilla en la época de Alfonso VIII, t. I, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), 1960, pág. 602; D. W. Lomax, La Orden de Santiago (1170- 1275), Madrid, CSIC, 1965, págs. 32-33, 54-55 y 87; M. Rivera Garretas, La encomienda, el priorato y la villa de Uclés en la Edad Media (1174-1310). Formación de un señorío de la Orden de Santiago, Madrid-Barcelona, CSIC, 1985, docs. 73-78 y pág. 532; C. de Ayala Martínez, “Las órdenes militares en el siglo xiii castellano. La consolidación de los maestrazgos”, en Anuario de Estudios Medievales, 27/1 (1997), pág. 243.
Carlos de Ayala Martínez