Cerda y Vera, María Cayetana de la. Condesa de Lalaing (II). ?, s. t. s. xviii – XII.1798. Ilustrada, escritora y traductora.
Pertenece al grupo de las escritoras ilustradas de condición nobiliaria e inclinaciones reformistas. Hija de Joaquín de la Cerda y Torquemada, VI marqués de la Roca y de la Mota de Trejo, caballero de la Orden de Santiago y mayordomo de Felipe V, Fernando V y Carlos III, y de María Guadalupe de Vera de Aragón y Enríquez, hija del conde de Roca y señora de los Acevedos, contrajo matrimonio en Madrid en 1769 con el militar Bruno Lalaing, caballero de Calatrava.
En abril de 1794 fue distinguida con la insignia de la Orden de Damas de la reina María Luisa, como réplica femenina a la Orden de Carlos III, con la que premiaría a otras ilustres damas, en particular de la aristocracia cortesana. No estuvo vinculada, en cambio, a la Junta de Damas de Honor y Mérito de la Sociedad Económica de Amigos del País de Madrid, a la que pertenecieron muchas mujeres de su condición social. Falleció en diciembre de 1798.
Como otras muchas mujeres de su tiempo, la condesa de Lalaing optó por la traducción como forma de escritura que les permitía sortear los obstáculos inherentes a una dedicación literaria. En efecto, sus obras conocidas son dos versiones, una publicada y otra inédita, de sendas autoras significativas del siglo xviii francés. En 1781 apareció su traducción de una selección de escritos de la célebre Madame de Lambert, precedida de un prólogo en el que la condesa hacía explícita su afinidad con esta escritora, representativa de la fusión entre el estoicismo y el epicureísmo en la tradición moral aristocrática del Grand Siècle. Al año siguiente, María Cayetana de la Cerda solicitó licencia para imprimir una traducción de Las Americanas, de Jeanne Marie Le Prince de Beaumont. Su petición sería desestimada entonces, y de nuevo en 1791, con el argumento de que la obra, una demostración racional de la religión cristiana, al exponer, para rebatirlas, las objeciones planteadas por ateos y protestantes contra el catolicismo, podía inducir a duda a los creyentes, en particular a las mujeres. El hecho de que se tratase de un texto escrito por una mujer, traducido por otra y organizado como un diálogo entre personajes femeninos no fue ajeno a este juicio adverso, que remitía expresamente a la prescripción paulina de silencio y sumisión a las mujeres en asuntos religiosos.
La condesa, descontenta con la negativa, redactó unas alegaciones en las que cuestionaba, con razones teológicas y jurídicas, los argumentos de los censores, y defendía la capacidad intelectual y discernimiento de las mujeres. La traducción se quedó sin ver la luz, pero los documentos conservados permiten apreciar su talante de mujer culta, consciente tanto de su rango como de su mérito, capaz de defender frente a la censura su propio criterio, próximo a las posturas de la religiosidad ilustrada, y con determinación de dejar su nombre y proyectar su pensamiento a través de la letra impresa.
Obras de ~: M. de Lambert, Obras de la marquesa de Lambert.
Traducidas al francés por D.ª ~, condesa de Lalaing, Madrid, Manuel Marín, 1781; J. M., le Prince de Beaumont, Las Americanas, o pruebas de la religión por la razón natural, trad. de ~, s. f. (ms.).
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, Estado, leg. 7561, n.º 9.
M. Serrano y Sanz, Apuntes para una biblioteca de escritoras españolas (desde el año 1409 al 1833), vol. I/2, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1903 (ed. facs., Madrid, Atlas, 1975), págs. 3-4; M. Bolufer, “Pedagogía y moral en el Siglo de las Luces: las escritoras francesas y su recepción en España”, en Revista de historia moderna. Anales de la Universidad de Alicante, 20 (2002), págs. 251-291; E. Palacios Fernández, La mujer y las letras en la España del siglo xviii, Madrid, Ediciones del Laberinto, 2002.
Mónica Bolufer Peruga