Bahí y Fonseca (o Fontseca), Juan Francisco. Blanes (Gerona), 23.IV.1775 – Barcelona, 24.XI.1841. Agrónomo, médico, botánico.
Hijo de Juan Bahí Coderch y de Isabel Fonseca, recibió su primera instrucción en el Colegio Episcopal de Barcelona, donde cursó tres años de Filosofía; luego pasó a Cervera, en cuya Universidad permaneció, estudiando Medicina, entre 1791 y 1793. Antes de terminar su formación médica fue movilizado; se le nombró practicante de medicina de los hospitales militares del Ejército del Rosellón y Cataluña; ascendió a practicante mayor en el verano de 1794 (20 de junio), con destino al hospital de Figueras, donde entró en contacto con José Masdevall Terrados, inspector general de Epidemias, con funciones de proto-médico del Ejército de campaña, quien le tomó como secretario. Sus méritos de guerra fueron convalidados con los últimos años de estudio; por ellos obtuvo, en 1794 (22 de diciembre), el grado de doctor en Medicina por la Universidad de Cervera.
Se reincorporó a la Milicia —y al servicio de J. Masdevall— en los inicios de 1795 (19 de enero), como médico de número de los Reales Ejércitos; puesto en el que continuó hasta darse por concluida la guerra; disfrutó, por decisión regia (12 de febrero de 1797), de fuero militar y uso de uniforme como médico militar.
En 1799 (13 de julio) fue nombrado catedrático de Botánica en el Real Colegio de Medicina y Cirugía de Burgos, entonces recién creado y en el que habría de trabajar hasta su disolución; oficialmente permaneció en este puesto hasta 1804 (6 de noviembre); allí preparó, para la enseñanza de su cátedra, la edición castellana de los Elementa terminologiae botanicae [...] de Joseph Jacob Plenck (Viena, A. Blumauer, 1796), obra impresa en Barcelona, en 1802, y no exenta de polémica (Juan y Poveda, 1803).
Combatió la epidemia de fiebres que asoló Castilla durante los meses de julio a septiembre de 1804; sus méritos fueron reconocidos con el nombramiento de inspector de Epidemias de Castilla la Vieja (15 de septiembre de 1804), oficio del que fue relevado pocos meses después (1 de diciembre de 1804). Permaneció en Burgos, al menos, hasta la primavera de 1805.
En 1806 fue nombrado socio de la Real Academia de Ciencias Naturales y Artes de Barcelona, de la que fue censor y, desde 1807, director.
A finales de 1807 fue elegido profesor de la Escuela de Agricultura Teórico-Práctica y Botánica dependiente de la Junta de Comercio de Barcelona; se ocupó de su dirección durante casi treinta años y, en colaboración con Francisco Sampons Roca y Francisco Carbonell Bravo, emprendió la edición de las Memorias de Agricultura y Artes (1815-1821), en cuyas páginas dejó buena parte de su producción científica. A su cargo estuvo el jardín botánico dependiente de la Escuela de Agricultura, donde se realizaron prácticas de aclimatación de vegetales útiles, por su carácter agrícola o medicinal, de las que dio noticia en las Memorias de Agricultura y Artes.
Su concepción de la agricultura fue netamente “racional”, enfocada hacia un uso más eficiente del suelo, con medidas tales como la eliminación de los barbechos, la creación de prados artificiales, el empleo de abonos o el cultivo de nuevos productos (trigos de primavera, patatas, etc.). En su opinión, reiteradamente mantenida ante sus alumnos en la Escuela de Agricultura, según ponen en evidencia los discursos en ella impartidos, el sostenimiento agrícola era la base de la riqueza de los estados y, por ello, había de dedicársele un interés preferente en todas las actividades académicas y sociales. Redactó una breve cartilla rústica, en castellano y catalán, destinada a explicar el modo de combatir el hollín del olivo, financiada por la Junta de Comercio de Barcelona, ampliamente distribuida (Bahí, 1817).
Durante la entrada de las tropas francesas en Barcelona (de febrero de 1808 a mayo de 1814), la actividad de la Escuela de Agricultura quedó suspendida; Juan Bahí sirvió como consultor médico de los hospitales militares de Cataluña y se ocupó de instalar o acondicionar los de Vinaroz, Benicarló, Tortosa y Canet. Al regreso de Fernando VII, en 1815 (8 de mayo), recibió el nombramiento de médico honorario de la Real Casa. En 1816, al cerrarse definitivamente los hospitales de campaña, fue nombrado primer médico del hospital de Barcelona, publicó un listado de las fórmulas más usuales en este nosocomio (Bahí, 1831). Desde 1818 figura como miembro correspondiente de la Real Academia de Medicina de Madrid.
Tomó parte activa, como miembro de la Junta de Sanidad de Barcelona, en las decisiones tomadas para evitar la expansión de la epidemia de fiebre amarilla en 1821; defendió la teoría del contagio, recomendando la incomunicación de los enfermos, lo que produjo una fuerte polémica, que estuvo a punto de costarle la vida; inicialmente refugiado en el jardín de la Junta de Comercio, se vio obligado a huir a Tiana, desde donde escribió sus experiencias al respecto de estas fiebres (Bahí, 1821, 1822). Su actuación frente a esta epidemia fue recompensada con el nombramiento de caballero de la Orden de Carlos III.
Los años finales de su vida fueron parcos en producción; la muerte de dos de sus hijos durante la guerra carlista y una persistente enfermedad son factores que pueden explicar esta inactividad. Prosiguió con sus labores docentes, no exentas de dificultades y de reiterados actos de indisciplina por parte del alumnado, hasta su fallecimiento, en que fue sustituido al frente de la cátedra de Botánica y Agricultura por Miguel Colmeiro Penido.
Estuvo casado con Isidora Fabricias Asbert, de origen catalán, aunque oriunda de Cuba; con ella se desposó hacia 1802, probablemente en la ciudad de Barcelona.
Mantuvo activo contacto epistolar con el botánico suizo Agustín Pyramus de Candolle (1778-1841), a quien siguió en sus renovadoras propuestas en el campo de la sistemática botánica. Fue miembro de varias instituciones: Academia Médico-Práctica de Montpellier, Academia de Medicina y Cirugía de Granada, Regia Sociedad de Agricultura, Comercio y Artes de Narbona, de las Sociedades Linneanas de Burdeos, París y Liorno, y de las Sociedades Económicas de Amigos del País de Madrid, Cádiz y Florencia.
Obras de ~: J. J. Plenk, Elementos de la nomenclatura botánica, y sistema sexual de las plantas [...] traducidas del latín al español [...], trad. de ~, Barcelona, Compañía de Jordi, Roca y Gaspar, 1802; Oración inaugural que en la abertura de la cátedra de Botánica, establecida [...] en la ciudad de Barcelona [...], Barcelona, Antonio Brusi, 1815; “De los abonos” y “Discurso dirigido [...] á sus discípulos, en el primer día de su enseñanza”, en Memorias de Agricultura y Artes (MAA) (Barcelona), 1 (1815), págs. 53-65, 66-68 y 108- 116, respect.; “Discurso, que [...] dirigió á sus discípulos al concluir el curso, dándoles las gracias por su aplicación y adiestramiento” y “Noticias y reflexiones sobre la enfermedad y negrura, que sufren de algunos años a esta parte muchos olivos de Cataluña, y sobre el insecto que causa el mal [...]”, en MAA, 2 (1816), págs. 8-12, 15-16, 49-62 y 153-155, respect.; “Discurso [...] leído á sus alumnos al dar principio á las lecciones de la segunda temporada”, en MAA, 2 (1816), págs. 198-208, y 4 (1817), págs. 145-156; Cartilla rústica, en la cual se describe el método seguro y facil para destruir la negrura ú hollín de los olivos [...], Barcelona, Antonio Brusi, 1817; “Reflexiones sobre los felices ensayos practicados en el jardín botánico de Barcelona con el cultivo hibernal de la colsa para extraer aceite, y del pipirigallo o espartina para prados artificiales” y “Noticias sobre el cultivo de las nuevas plantas del Perú, del Phalaris canariense L., vulgarmente alpiste; y de las patatas comunes en zanjas, según se está ensayando en el jardín botánico de Barcelona”, en MAA, 4 (1817), págs. 193-206 y 241-247; “Prosiguen las noticias sobre los ensayos de agricultura y cultivo de plantas medicinales, que se están practicando en el jardín botánico de Barcelona” y “Discurso leído á los discípulos de la escuela de botánica [...]”, en MAA, 5 (1817), págs. 57-64, 97-101, 145-147 y 193-212, respect.; “Reflexiones sobre el llantén del agua, Alisma plantago L. [...]” y “De las ventajas que traerá a Cataluña el cultivo del centeno espigado para fabricar un excelente pan [...]”, en MAA, 7 (1818), págs. 145- 153 y 241-246; Relación médico-política sobre la aparición de la fiebre amarilla [...] en las tripulaciones de los buques del puerto de Barcelona y sus progresos en la Barceloneta é introducción en la ciudad, Mataró, Juan Abadal, 1821 [reimpresa en Barcelona, viuda de Roca, 1822]; Louis Joseph Robert, Carta histórico-médica sobre el cólera morbo de la India importado a Moscou [...] traducida al español y publicada por ~, Barcelona, Viuda e hijos de Antonio Brusi, 1831; Formulae medicae, quas ad usum castrensis nosocomii barcinonensis olim digesta [...], Barcelona, Viuda e hijos de Antonio Brusi [1831].
Bibl.: A. Juan y Poveda, Contextacion templada [...] á la destemplada respuesta que el doctor Juan Francisco Bahí, ha publicado en defensa de su traducción de los elementos botánicos de Plenk, Cartagena, Manuel Muñiz, 1803; J. Ametller i Viñas, “Breve reseña de los naturalistas que vieron la primera luz en la provincia de Gerona. X. Don Juan Francisco de Bahí y Fonseca”, en Revista de Literatura, Ciencias y Artes [...] de Gerona [Revista de Gerona], 2 (1877), págs. 221- 229; J. M. Camarasa, Botànica i botànics dels Països catalans, Barcelona, Enciclopedia Catalana, 1989; J. M. López Gómez, “La labor epidemiológica del Dr. Bahí y Fonseca en Castilla la Vieja” y “Nuevos datos sobre la trayectoria vital y la labor profesional del Dr. Juan Francisco Bahí y Fonseca”, en Gimbernat, 19 (1993), págs. 163-174 y 175- 184, respect.
Antonio González Bueno