Romero, Bartolomé. ?, p. t. s. XVII – ú. t. s. XVII. Actor y autor (empresario teatral) de comedias.
Las primeras noticias que se conocen de Bartolomé Romero (hijo de un músico del mismo nombre) son las que le sitúan en la compañía de Cristóbal de Avendaño, en la temporada 1622-1623, junto con su esposa Antonia Manuela Catalán. Ambos se marcharon un año después y pasaron a formar parte de la de Juan Bautista Valenciano. Hasta el año 1626 la carrera de Bartolomé Romero estuvo centrada sólo en la interpretación, pero a partir de ese momento (pues se sabe que por aquel entonces escribió Jacinto Cordero la obra titulada El favor en la sentencia expresamente para su compañía) y, sobre todo desde 1628, se le menciona casi de manera exclusiva como autor.
Desde entonces, la documentación conservada revela una actividad incesante a lo largo y ancho de la Península Ibérica (Madrid, Valencia, Sevilla, Valladolid, Segovia, Lisboa, etc.), convirtiéndose su concurso en relativamente habitual en las siempre prestigiosas celebraciones que con motivo de la festividad del Corpus Christi se organizaban en las capitales más importantes del país.
Por razones que se escapan, Romero se vio obligado a disolver su compañía en 1636 (vendió parte del hato de la misma al autor Pedro de la Rosa) y a enrolarse, junto con su esposa, en la que dirigía Tomás Fernández de Cabredo. Sin embargo, para la época del Corpus del año siguiente ya se las había arreglado para volver a organizar su propio grupo de comediantes, aunque Antonia Manuela permaneció ligada a la compañía anterior, y con el que representaría en las celebraciones que la ciudad de Segovia organizó con tal motivo. Del año 1638 se conserva el comentario elogioso de un espectador que asistió a la representación que la compañía de Romero hizo de la comedia de Pedro Calderón titulada El gusto y disgusto son no más que imaginación, programada con motivo de los fastos organizados en Valencia en conmemoración del cuarto centenario de su conquista, en el que destacaba la “bizarría, donayre y gala” con la que Antonia Manuela, una vez más en la compañía de su marido, interpretó su papel. Asimismo, digno de destacar es el hecho de que Romero y su compañía estrenaron durante esta misma década de 1630 la obra de Juan Pérez de Montalbán Lo que son juicios del cielo, así como cinco o seis piezas del gran entremesista Luis Quiñones de Benavente que parece ser que escribió expresamente para él.
El 4 de febrero de 1640, Bartolomé Romero y su compañía tendrían el privilegio de inaugurar el escenario del Coliseo del Buen Retiro con la puesta en escena de la obra de Francisco de Rojas Zorrilla La gran comedia de los bandos de Verona. No sería, sin embargo, la primera ocasión en la que participaban en funciones palaciegas, pues ya lo habían hecho, al menos, entre los meses de diciembre de 1633 y enero de 1634, así como en el otoño de 1637.
Gracias a la existencia de un documento notarial fechado en agosto de 1660, que refiere la participación de Romero como testigo en un pleito contra el también autor Sebastián de Prado, se sabe que por aquel entonces vivía en la calle de Francos, en casas propias, y que era “de edad de más de 50 años”. Se conoce que siguió en activo al menos hasta 1664, pues ese año y el anterior se le cita como director de compañía en algunos documentos.
Bibl.: H. Rennert, The Spanish Stage in the Time of Lope de Vega, New York, The Hispanic Society of America, 1909, págs. 582-583; N. D. Shergold y J. E. Varey, Los autos sacramentales en Madrid en la época de Calderón, Madrid, Artes Gráficas Clavileño, 1961, págs. 183 y 185; H. E. Bergman, Luis Quiñones de Benavente y sus entremeses, Madrid, Castalia, 1965, págs. 534-536; N. D. Shergold, A History of the Spanish Stage from Medieval Times until the End of the Seventeenth Century, Oxford, Clarendon Press, 1967, pág. 298; J. E. Varey y N. D. Shergold, Teatros y comedias en Madrid: 1651- 1665. Estudios y documentos, Londres, Tamesis Books, 1973, págs. 33, 40, 42 y 182-183.
Francisco Sáez Raposo