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Antonio Rodríguez-Moñino Rodríguez

Biografía

Rodríguez-Moñino Rodríguez, Antonio. Calzadilla de los Barros (Badajoz), 14.III.1910 – Madrid, 20.VI.1970. Bibliófilo y bibliógrafo.

Su padre, Rafael Rodríguez Moñino, funcionario de Administración local, ejerció funciones administrativas en localidades de las provincias de Sevilla y Cádiz, y en Badajoz capital, lugares en que Antonio Rodríguez- Moñino realizó los estudios de enseñanza primaria y secundaria. Se licenció en Derecho y Filosofía y Letras (1933) en la Universidad Central (Madrid), si bien preparó asignaturas de los dos primeros años de Derecho en la Universidad privada de El Escorial (padres agustinos). Obtuvo en 1935, por oposición, una Cátedra de Lengua y Literatura Españolas; fue su primer destino el Instituto de Bachillerato de Bilbao, aunque permaneció en Madrid, interinamente, en el Instituto Velázquez. En 1925, cuando contaba quince años de edad, publicó sus dos primeros trabajos literarios acerca de los escritores Romero de Cepeda y Juan del Encina, en la revista Nueva Etapa de la Universidad escurialense. A partir de 1930, becado por la Universidad Central, permaneció largas temporadas dedicado a investigaciones literarias en París y Amberes.

Mantuvo constantemente en su juventud relaciones estrechas, humanas y literarias con Extremadura y son abundantes sus publicaciones acerca de la cultura de esta región. En la Universidad de Madrid conoció a su futura esposa, María Brey Mariño, con quien trabajó en el Centro de Estudios Históricos, bajo la dirección de Claudio Sánchez Albornoz. Contrajo matrimonio con María en 1939, en Valencia, poco antes de finalizar la Guerra Civil.

La Guerra cambió radicalmente la vida de Antonio Rodríguez-Moñino, pues en julio de 1936 fue nombrado vocal de la Junta para la Salvaguarda del Patrimonio Artístico Nacional, junto a otros intelectuales como Rafael Alberti, María Teresa León, José Bergamín, Homero Serís, Carlos Montilla, etc. En septiembre de 1936, fue destinado al Instituto Luis Vives de Valencia, ejerciendo allí la función docente, hasta que en 1938 hubo de incorporarse al Ejército de la República en el frente de Extremadura, siendo nombrado, asimismo, presidente de la Junta Regional de Salvamento del Patrimonio Cultural de aquella región. Regresó a Valencia a finales de 1938, y desde la capital levantina, en febrero de 1939, se trasladó con su esposa a Madrid.

A partir de junio de ese año, fue sometido a un proceso militar de depuración, tras permanecer preso en la cárcel madrileña de las Comendadoras de Santiago.

Fue absuelto de las acusaciones que contra él se infirieron en cuanto a su comportamiento militar durante la contienda; no sucedió igual en el proceso civil, siendo, tras la sentencia dictada, apartado de la enseñanza, prohibiéndosele también cualquier participación en actividades culturales de carácter oficial.

En esta situación, permaneció hasta 1966, sin que la conclusión oficial del proceso llegara a ser entonces clara, completa y definitiva. Sin embargo, en la década de 1940 contó, hasta 1947, con la confianza total de José Lázaro Galdiano, quien le encargó la custodia de los tesoros artísticos que existían en su palacio; como, asimismo, de su biblioteca y de su archivo.

Al fallecer Lázaro, fue designado bibliotecario de los fondos bibliográficos de la recién creada Fundación Lázaro Galdiano, ejerciendo en activo esta función hasta 1960, cuando consiguió la excedencia voluntaria por su nombramiento como profesor de Literatura de la Universidad californiana de Berkeley (apoyado por los profesores Morby, Monguió y Fernández Montesinos). Asimismo, obtuvo en 1960 una de las vicepresidencias de la Hispanic Society of America, siendo nombrado también en aquella época miembro honorario de la Asociación Americana de Profesores de Español y Portugués, y miembro de la Sociedad Bibliográfica de Londres. Pronunció numerosas conferencias en diversas Universidades de Francia y de los Estados Unidos de América: Toulouse, Detroit, Chicago, Harward, Madison, Los Angeles, Santa Bárbara, Michigan, Columbia, etc.

La labor literaria de Antonio Rodríguez-Moñino fue, desde 1930, abundante y variada, constante y de alta calidad histórico-literaria; trabajos publicados sobre cancioneros, romanceros, bibliografía literaria general, investigación histórica, catalogación y ordenación de sectores relativos a España en bibliotecas internacionales; temas históricos y literarios incluidos en colecciones de las Reales Academias Española y de la Historia, de la Fundación Lázaro Galdiano y del Monasterio de Guadalupe. Igualmente, elaboró numerosas obras sobre el bibliófilo extremeño Bartolomé J. Gallardo y los escritores, también extremeños, Meléndez Valdés, Arias Montano o el marqués de Jerez de los Caballeros, entre otros.

Desde 1944 fue muy estrecha su relación y colaboración con Artes Gráficas Soler y la Editorial Castalia, de Valencia, siendo creadas por su iniciativa y con el apoyo total de la editora Amparo Soler, numerosas colecciones literarias, entre las que destacan Clásicos Castalia, Odres Nuevos (dirigida por María Brey), Ibarra, Gallardo, Cancioneros Españoles, Fuentes del Romancero General, Biblioteca de Erudición y Crítica, Prosistas Contemporáneos, Bibliofilia, etc. y Revista Española, en cuyos seis números colaboraron escritores de una nueva generación de prosistas españoles, a partir de 1950, como Prieto, Gaya Nuño, Aldecoa, Sánchez Ferlosio, Martín Gaite, etc.

Recibió a lo largo de su vida y después de su muerte, homenajes personales, orales y escritos, por parte de numerosos hispanistas, la región extremeña (Badajoz, Cáceres, Calzadilla de los Barros), varias universidades foráneas, confeccionándose a su muerte una medalla conmemorativa en su honor, y a su memoria.

Formó un amplio círculo de hispanistas, que siempre hallaron acogida y afecto personal en Antonio Rodríguez- Moñino para llevar a cabo investigaciones históricas, artísticas y literarias. Los puntos de encuentro para aquellas reuniones de intelectuales eran su domicilio de Madrid o la tertulia literaria del Café Lyon, en la calle de Alcalá. Entre los hispanistas, cabe destacar a Marcel Bataillon, Hayward Keniston, M. R. Lida, Elías L. Rivers, Avalle-Arce, Edward Wilson, N. Salomon, A. Askims, Georges Demerson, F. Norton...

En 1952 Antonio Rodríguez-Moñino fue presentado por Marañón, González de Amezúa y Cossío para ser elegido miembro correspondiente por Extremadura de la Real Academia Española; el nombramiento fue inmediato. En 1960 la presentación para miembro numerario de la institución académica corrió a cargo de Dámaso Alonso, Camilo J. Cela y José M. Cossío. Surgió entonces un veto oficial por parte del Ministerio de Educación que rechazaba rotundamente una posible elección en favor de Moñino, exclusión que también contó con la aquiescencia de cierto número de académicos numerarios, si bien siempre tuvo el apoyo y el reconocimiento literario de los tres académicos que habían realizado la presentación, así como de otros numerarios: Vicente García de Diego, Ramón Menéndez Pidal, Pedro Laín Entralgo, Rafael Lapesa, Gerardo Diego, Emilio García Gómez, Azorín, Manuel Gómez-Moreno, Narciso Alonso Cortés, Martín de Riquer, Palacios, Francisco Javier Sánchez-Cantón, Federico García Sanchiz, Wenceslao Fernández Flórez y Vicente Aleixandre.

Al fin, en 1966 fue elegido miembro numerario de la Real Academia Española, leyendo su discurso de ingreso en 1968; le contestó Camilo J. Cela. Ese mismo año fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Burdeos. A la Real Academia Española, por propia voluntad y la de su esposa María Brey, y siendo director de aquélla Fernando Lázaro Carreter, pasó por disposición testamentaria, como legado, la biblioteca, el archivo histórico, y las colecciones de dibujos, pinturas, medallas, mapas, grabados..., que ambos donantes habían reunido a lo largo de sus vidas. El legado ocupa un amplio y excelente recinto en la Academia, inaugurado por los Reyes de España en octubre de 1995. Antes, en 1952, Antonio Rodríguez-Moñino, siempre fiel a su tierra extremeña, estableció un depósito de libros para la Biblioteca Pública de Cáceres, cuya transferencia oficial solemne tuvo lugar en 1995, al fallecer la señora Brey, dándose el nombre de ambos a dicha biblioteca. Por su parte, la Universidad de Berkeley recibió fragmentos manuscritos del Amadís de Gaula, hallados casualmente por el bibliógrafo extremeño.

Murió Antonio Rodríguez-Moñino en Madrid, el 20 de junio de 1970, siendo entonces profesor titular de Literatura en la Universidad de Berkeley, vicepresidente de la Hispanic Society of America y miembro de número de la Real Academia Española, así como doctor honoris causa por la Universidad de Burdeos.

 

Obras de ~: La Imprenta en Jerez de la Frontera durante los siglos xvi y xvii (1564-1699), Badajoz, Tipografía y Librería Arqueros, 1928; La Biblioteca de Benito Arias Montano, noticias y documentos para su reconstrucción, 1548-1598 (folleto), Badajoz, 1929; Bibliografía hispano-oriental. Apuntes para un catálogo de los documentos referentes a Indias Orientales [...] Madrid, Tipografía de Archivos Olózaga, 1931; Dictados Tópicos de Extremadura: materiales para una colección folklórica, Badajoz, Antonio Arquero, 1931; con M.ª Brey Mariño, Luisa de Carvajal (poetisa y mártir): Apuntes bibliográficos, seguidos de tres cartas inéditas de la venerable madre (folleto), Badajoz, 1933; Catálogo de los manuscritos de América existentes en la Colección de Jesuitas de la Academia de la Historia, Badajoz, La Minerva Extremeña, 1935; Historia de la Literatura Extremeña (notas para su estudio), Badajoz, Imprenta Provincial, 1942; Catálogo de manuscritos extremeños (siglos x-xix) (Biblioteca Nacional de Francia, Departamento de Manuscritos), Badajoz, Imprenta de la Diputación Provincial, 1942; La erudición extremeña y la Academia de la Historia (1877-1945): Noticias bibliográficas, Badajoz, Diputación Provincial, 1946; Viaje a España del rey don Sebastián de Portugal (1576-1577), Badajoz, Imprenta Provincial, 1948; Historia Literaria de Extremadura (Edad Media y Reyes Católicos), Badajoz, Centro de Estudios Extremeños, 1950; Catálogo de Memoriales presentados al Real Consejo de Indias (1626-1630): Descripción bibliográfica de más de cuatrocientos rarísimos impresos y manuscritos, Madrid, Maestre, 1953; Flor de Romances, glosas, canciomes y villancicos (Zaragoza, 1578), Valencia, Castalia, 1954; (ed.), Cartas inéditas de don Bartolomé José Gallardo a don Manuel Torriglia, Madrid, Imprenta y Editorial Maestre, 1955; Don Bartolomé José Gallardo (1776-1852). Estudio bibliográfico, Madrid, Sancha, 1955; Segunda parte del Cancionero General (Zaragoza, 1552), Valencia, Castalia, 1956; Las Fuentes del Romancero General (Madrid 1600), ed., notas e índices de ~, Madrid, Real Academia Española, 1957, 12 vols.; Cancionero General: recopilado por Hernando del Castillo (Valencia, 1511), ed. facs. con introd. bibl., índices y apéndices de ~, Madrid, Real Academia Española, 1958, 2 vols.; El Cancionero General (Valencia, 1511-Anvers, 1573). Noticias bibliográficas sobre sus ediciones y sobre otros cancioneros que se derivan de él, Madrid, Real Academia Española, 1958; B. J. Gallardo, Correspondencia de don Bartolomé José Gallardo (1824-1851). Cuarenta cartas inéditas que publica ~, Badajoz, Imprenta de la Diputación Provincial, 1960; Las series valencianas del romancero nuevo y los cancionerillos de Munich, Valencia, Diputación Provincial, 1963; Historia de una infamia bibliográfica. La de San Antonio de 1823: realidad y leyenda de lo sucedido con los libros y papeles de Don Bartolomé José Gallard, est. bibl. por ~, Madrid, Castalia, [1965]; con M.ª Brey Mariño, Catálogo de los manuscritos poéticos castellanos existentes en la biblioteca de la Hispanic Society of America (siglos XV, XVI y XVII), Nueva York, Hispanic Society of America 1965-1966, 3 vols.; Manual bibliográfico de cancioneros y romanceros, coord. por A. L. F. Askins, Madrid, Castalia, 1973-1978, 4 vols.

 

Bibl.: Bibliografía de A. Rodríguez-Moñino (1925-1965), Valencia, Castalia, 1965; N. B. Adams et al., Homenaje a Rodríguez- Moñino: Estudios de erudición que le ofrecen sus amigos y discípulos hispanistas americanos, Madrid, Castalia, 1966, 2 vols.; F. Lázaro Carreter, “Homenajes a Antonio Rodríguez- Moñino”, en Ínsula, n.º 242 (enero de 1967); D. Angulo Íñiguez, Antonio Rodríguez-Moñino: Estudios sobre su labor científica, Badajoz, Instituto de Estudios Culturales, 1968; Rodríguez-Moñino y el arte, Badajoz, Institución de Estudios Culturales, 1968; VV. AA., [“Antonio Rodríguez-Moñino”], en Alcántara, n.º 161 (octubre, noviembre y diciembre de 1970); VV. AA., Homenaje a la memoria de Don Antonio Rodríguez- Moñino: 1910-1970, Madrid, Editorial Castalia, 1975; R. Jammes, “Un hallazgo olvidado de Antonio Rodríguez-Moñino: la primera redacción de las Soledades”, en Criticón, n.º 28 (1984), págs. 5-35; R. Rodríguez-Moñino Soriano, Noticias Varias sobre el Bibliófilo y Bibliógrafo Extremeño Antonio Rodríguez- Moñino y Documentos relativos a la Historia de Badajoz pertenecientes a la Biblioteca de la Real Academia de la Historia, pról. de M. Pellecín Lancharro, Madrid, Asociación Cultural Beturia, 1999; La Vida y la Obra del Bibliófilo y Bibliógrafo Extremeño D. Antonio Rodríguez-Moñino, pról. de J. M. Cuenca Toribio, Mérida, Editora Regional de Extremadura-Madrid, Asociación Cultural Beturia, 2000 (2.ª ed., prol. de F. Lázaro Carreter, Madrid, Asociación Cultural Beturia, 2002); J. Blas, A. Ciruelos y J. M. Matilla, Dibujos: colección Rodríguez Moñino- Brey. Real Academia Española, catálogo de exposición, Madrid, Fundación Cultural Mapfre Vida, 2002; R. Rodríguez-Moñino Soriano, El bibliógrafo extremeño D. Antonio Rodríguez- Moñino y la Real Academia de las Historia, la Fundación Lázaro Galdiano y el Real Colegio Universitario “El Escorial-María Cristina [...]”, Madrid, Beturia, 2003.

 

Rafael Rodríguez-Moñino Soriano

 

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