Barrio, Vicente. Quemada (Burgos), 27.X.1863 – Madrid, 10.VII.1926. Presidente de la Federación Nacional Ferroviaria, líder de la Unión General de Trabajadores (UGT) y dirigente socialista.
Según cuenta Andrés Saborit en su Julián Besteiro (1960: 9), Vicente Barrio, uno de los más veteranos dirigentes obreros, formó parte del selecto y reducido grupo de maestros del socialismo español junto a otros nombres como los de Pablo Iglesias, Antonio García Quejido, Jaime Vera, Francisco Mora, Matías Gómez Latorre, José Verdes Montenegro y Francisco Largo Caballero. Y aunque probablemente sea Barrio el menos conocido de todos ellos, no dejó, en efecto, de desempeñar un papel de primer orden en el socialismo español y, sobre todo, en la articulación y organización de la UGT de fines del siglo xix y comienzos del xx.
Nacido en el seno de una familia muy humilde y dedicada a las tareas del campo, en 1883 Vicente Barrio llegó a Madrid para realizar el servicio militar; al terminarlo se quedó a vivir en esta ciudad ejerciendo el oficio de fontanero y muy pronto se inscribió en la UGT y se hizo socialista. En la década de los noventa, figura entre los fundadores de una pequeña sociedad de Broncistas, Latoneros y Vidrieros, más tarde llamada de Fontaneros y Vidrieros, donde militaban los fontaneros con conciencia sindical, si bien tardaría algún tiempo —habría que esperar a la segunda década del siglo— en alcanzar cierto vuelo.
Al término del VI Congreso de la UGT, celebrado en Madrid entre los días 13 y 15 de septiembre de 1899, Barrio ocupó un puesto importante en la organización sindical nacional. En aquel congreso se decidió trasladar la sede de residencia del Comité Nacional de Barcelona, donde había permanecido desde el primer congreso, a Madrid. Salvo el secretario, electo por el Congreso, los cargos del comité los nombraban las secciones de la localidad donde se había acordado que residiese aquél. A tal objeto, el 15 de octubre se constituía el pleno de las sociedades madrileñas bajo la presidencia de Vicente Barrio para tratar de la designación y procedimiento de votación de los candidatos. El día 20 se eligió el nuevo Comité Nacional, en el que figuraban Pablo Iglesias como presidente, Vicente Barrio como vicepresidente y Antonio García Quejido como secretario.
Y aunque no renovó el cargo tras el Congreso de 1902, Barrio volvió muy pronto al Comité Nacional.
El motivo inicial fue la dimisión de Quejido de su cargo de secretario, por discrepancias con Iglesias y la línea “oficial” del sindicato, en mayo de 1903.
Para salir de esta situación inédita, y hasta tanto se nombrara nuevo secretario, Barrio fue nombrado auxiliar de la Secretaría. El 14 de junio de aquel año, Barrio era elegido nuevo secretario de la UGT. Casi dos años después, en mayo de 1905, los delegados al VIII Congreso ugetista le ratificaban en su puesto.
Barrio iniciaba así el desempeño de un cargo para el que sería constantemente reelegido y que mantendría hasta 1918.
Por entonces, Vicente Barrio ya se había dado a conocer no sólo como organizador y líder sindical, sino también como propagandista y publicista socialista.
Además de su participación en mítines y conferencias en el centro obrero de Madrid, Barrio comenzó a publicar artículos sobre los más diversos temas y asuntos —la mayoría, no obstante, abordaban cuestiones relativas a la organización obrera— en la prensa socialista del momento, desde La Nueva Era hasta El Socialista.
Su interés por la divulgación de los principios socialistas le llevó a participar a mediados de 1920 en el proyecto de creación de una Sociedad Editorial Socialista, de cuyo Consejo de Administración, en el que figuraban Matías Gómez Latorre, Antonio García Quejido y Lorenzo Luzuriaga, entre otros, formó parte como tesorero. Y aunque el proyecto quedó disuelto a finales de abril de 1921, su experiencia serviría para poner en marcha cinco años más tarde la Gráfica Socialista.
Vicente Barrio representó a las organizaciones socialistas en sus relaciones internacionales. Así, participó como delegado de la UGT en las Conferencias Sindicales Internacionales de Amsterdam (1905), París (1909), Budapest (1911) y Zúrich (1913) o en Congresos de la Internacional Sindical, como el de Copenhague, en 1910.
Como secretario de la UGT, Barrio dedicó mucho tiempo a las obligaciones propias de su cargo, como la preparación de congresos, elaboración de memorias congresuales y de censos de afiliación, propuestas de reforma de estatutos, seguimiento de acuerdos [...] Paralelamente, y también por mor de su cargo, desempeñó un papel relevante en algunos procesos de organización de sindicatos, como el de los mineros de Riotinto o el de los ferroviarios. En este último caso, Barrio dirigió por algún tiempo la Unión Ferroviaria, creada en 1909, impulsando y tutelando la fundación en 1912 de la Federación Nacional Ferroviaria, en cuya Comisión Ejecutiva ocupó el cargo de presidente hasta el Congreso de noviembre de 1915, en que le sustituyó Daniel Anguiano.
En la difícil coyuntura social del bienio 1916-1917, que terminó con la huelga general de agosto de ese último año, Barrio tuvo un papel destacado, participando primero en la ronda de contactos entre las dos centrales sindicales, UGT y Confederación Nacional de Trabajadores (CNT), y en algunos mítines conjuntos, y apoyando luego el primer pacto entre ambas, cuya manifestación más importante fue la huelga general pacífica que se celebró el 18 de diciembre de 1916. Apoyó también, como el resto de los dirigentes ugetistas, los sucesos del verano de 1917, y tras las detenciones practicadas como consecuencia de la huelga general revolucionaria de agosto, participó activamente en la campaña por la amnistía, firmando como secretario de la UGT el manifiesto que, publicado por El Socialista el 25 de enero de 1918, el Comité Nacional dirigió a la opinión pública y donde por primera vez en su historia el sindicato pedía explícitamente el voto en favor de una determinada candidatura con motivo de las elecciones de febrero de aquel año.
Restablecida plenamente la normalidad, la UGT celebró su XIII Congreso en la Casa del Pueblo de Madrid, desde el 30 de septiembre hasta el 10 de octubre de 1918. En la elección de la nueva Comisión Ejecutiva, Vicente Barrio fue elegido de nuevo, pero ya por última vez, como tesorero, cargo que venía ejerciendo desde tiempo atrás y que mantuvo hasta su muerte.
Barrio tuvo menos presencia en el Partido Socialista, aunque en determinadas coyunturas, como la que en 1907 se planteó a propósito de las alianzas políticas del partido, mostrase una posición propia e independiente, contraria a la del mismo Pablo Iglesias, enemigo entonces de cualquier coalición con los partidos republicanos.
Junto a sus cargos sindicales, a los que se dedicó por entero a lo largo de su vida, Vicente Barrio desempeñó también los de concejal y diputado provincial de Madrid.
Bibl.: A. Saborit, Julián Besteiro, Buenos Aires, Losada, 1960; B. Izquierdo, “Barrio, Vicente”, en M. Artola Gallego (dir.), Enciclopedia de Historia de España, vol. 4, Madrid, Alianza, 1991, pág. 126; S. Castillo, Historia de la Unión General de Trabajadores, I. Hacia la mayoría de edad (1888-1914), Madrid, Publicaciones Unión-Centro de Estudios Históricos, 1998, págs. 189-190.
Francisco de Luis Martín