Álvarez, José María. Vallejera (Burgos), 16.II.1871 – Ávila, 26.X.1937. Prefecto apostólico, naturalista y misionero dominico (OP).
Nació en Villajera el 16 de febrero de 1871. Siendo todavía adolescente, dejó el hogar paterno para dirigirse al convento de Santo Domingo de Ocaña e ingresar allí en la Orden de Predicadores, hacia la que sintió desde niño una especial atracción. Tomó el hábito el 12 de septiembre de 1876, hizo la profesión temporal en el mismo convento de Ocaña en 1877 y la solemne en el de Santo Tomás de Ávila en 1890.
Cursados tres años de Filosofía y cuatro y medio de Teología y recibido, al parecer, el presbiterado, se embarcó en Barcelona rumbo a Filipinas, el 26 de abril de 1895, con la misión compuesta de dieciocho religiosos de coro y cuatro hermanos cooperadores, arribando al archipiélago magallánico el 23 de mayo del mismo año. En Manila sufrió el examen de confesor, y recibió la aprobación del Consejo de Provincia para ser destinado a la Misión de Formosa. Partió de Manila el 16 de julio de 1895 y el 23 de agosto llegó a Tam-suí.
Enseguida se aplicó con gran empeño al aprendizaje de la lengua de la isla, que era el dialecto chino de Amoy. Una vez que adquirió el conocimiento básico suficiente de la lengua para el ejercicio del ministerio, le fue conferida la administración de las cristiandades de Lochhn-cheng, Soo-lum-á y Sai-sio-o. Después pasó a Tai-pak, en el norte de la isla.
Dotado de un admirable espíritu de observación, almacenó un ingente acervo de datos y conocimientos sobre los diversos aspectos del territorio isleño y de su variada población y costumbres, que le permitieron ir elaborando una obra muy completa y valiosa sobre Formosa. Sin embargo, esta afición personal logró llevarla a efecto, sin menoscabo de su objetivo principal, que era la dedicación a la conversión de los infieles y el cultivo cuidadoso de la vida cristiana de los bautizados.
Pero después de nueve años de intenso trabajo apostólico en Formosa tuvo que dejar este campo de operaciones y comenzar una nueva etapa en su vida.
En 1904 la Santa Sede confió a la provincia dominicana del Rosario la misión de Shikoku, y le fue designado su primer prefecto apostólico, ejerciendo simultáneamente el cargo de vicario provincial hasta 1914. En esta nueva viña del Señor el prefecto Álvarez tuvo que hacer frente a numerosas y grandes dificultades, como el desgarro de la misión católica por la separación de muchos cristianos que se afiliaron al protestantismo, la falta notable de personal misionero, la escasez de recursos materiales y la carencia de locales para las reuniones de los fieles.
Fijó su residencia en Takeshima, donde edificó una nueva casa en 1906. También construyó allí una capilla y una casa para la infancia en 1910. Merece destacar el floreciente centro de cristianos que fundó en esa ciudad para la formación de catequistas bien preparados, que sirvieran de auxiliares eficaces en la labor misional.
Estableció salas de doctrina en los pueblos de Shimizu y Sokanp y escuelas de párvulos en Ikeda y en Sakam.
También debe consignarse que el prefecto Álvarez fue el promotor principal de la revista catequética Kohitsuji (El Corderillo), que inició su andadura en 1923.
Se entregó por entero al progreso y mejora de la misión de Shikoku, extendiendo por doquier su actividad apostólica y cosechando bastantes conversiones entre los paganos japoneses, realizando grandes sacrificios en su tarea evangelizadora y mostrando además un carácter afable, sencillo, humilde y observante de las normas y constituciones de la orden. Fue altamente apreciado por los cristianos, que lo consideraban amigo sincero y padre amoroso, sacerdote de Dios que ponía a contribución sus esfuerzos para proveer de sano pasto espiritual a su grey. Dominaba el japonés con gran perfección, haciendo notables progresos en esta lengua, como lo prueban los apreciados escritos que fluyeron copiosos de su pluma.
Pero tantos trabajos y esfuerzos, tantos abnegados servicios minaron gravemente su salud, y por orden de los superiores se vio obligado a regresar a la patria, para ver si lograba su recuperación. En 1928 se embarcó hacia España, siendo asignado a la residencia que la provincia del Rosario tenía en la ciudad condal.
Allí acabó su magnífica obra, que publicó en dos volúmenes en 1930 bajo el título: Formosa geográfica e históricamente considerada, siendo muy elogiada por expertos y especialistas tanto en España como en el extranjero.
Esta obra fue acogida con tan gran interés y aprecio que el prefecto Álvarez fue condecorado con la distinción de Socio Corresponsal de la Real Sociedad Geográfica de Madrid y Numerario de la Sociedad Española de Antropología, Etnografía y Prehistoria.
En el año 1929 se celebró en Barcelona una magna exposición misional y, a invitación del rey Alfonso XIII, el prefecto Álvarez pronunció el discurso de clausura.
En vista de su quebrantada salud, en 1931 presentó a la Sagrada Congregación de Propaganda Fide la renuncia de su cargo de prefecto apostólico, que le fue aceptada.
En Barcelona continuó hasta 1936 en que pasó al convento de Santo Tomás de Ávila, donde fue nombrado director de la revista Misiones Dominicanas, publicando numerosos artículos sobre misiones y desempeñando este cargo hasta poco antes de su fallecimiento.
Obras de ~: Gramática japonesa-española, s. l., s. f. (inéd.); “Relación sobre la ocupación de Formosa por los japoneses”, en El Correo Sino-Annamita (CSA) (Manila), 1895, págs. 25- 58; “Relación de las revueltas de los formosanos contra los japoneses”, en CSA, 1897, págs. 61-82; “Relación sobre la Misión de Shikoku”, en CSA (Japón), 1905, 1906, 1907, 1908, 1910 y 1916, págs. 582-620, págs. 657-685, págs. 684-710, págs. 634-649, págs. 603-619 y págs. 487-500, respect.; “Discurso pronunciado en la clausura del Congreso Nacional de Misiones celebrado en Barcelona”, en El Santísimo Rosario (Vergara), 4, 1929, págs. 839-850; Formosa geográfica e históricamente considerada, Barcelona, Luis Gili, 1930, 2 vols.; Leyendas y Cuentos del Japón, traducidos directamente del japonés, Barcelona, Luis Gili, 1933.
Bibl.: Necrología del M.R.P.Fr José M.ª Álvarez, OP, t. 20, Ávila, Misiones Dominicanas, 1937; P. I. M.ª Álvarez, “Acta Capituli Provinciae Sanctissimi Rosario Phippinarum Ordinis Praedicatorum Celebrati”, en Necrologia, Manilae, 1939; J. M.ª González, OP, Historia de las Misiones Dominicanas de China, vol. 2, Madrid, Stvdivm, 1955 (1964); J. M. González, “Álvarez, José María”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. 1, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1971, pág. 51; H. Ocio, OP y E. Neira, OP, “Misioneros Dominicos en el Extremo Oriente, 1836-1940”, en Series Orientalia Dominicana, 7 (2000).
Donato González-Reviriego, OP