Saborit Colomer, Andrés. Alcalá de Henares (Madrid), 1.XI.1889 – Valencia, 26.I.1980. Tipógrafo, periodista, dirigente de la Unión General de Trabajadores y del Partido Socialista Obrero Español.
Saborit ejerció desde niño la profesión de tipógrafo, comenzando a trabajar como aprendiz en una imprenta a la temprana edad de ocho años. En noviembre de 1902 formaba parte ya de la Asociación General del Arte de Imprimir, la cuna del socialismo español, y de la Federación Gráfica Española, iniciando así una trayectoria ininterrumpida de compromiso sindical primero y político después que le llevó a ocupar cargos y desempeñar responsabilidades muy importantes en el movimiento socialista.
Poco tiempo después de fundarse las Juventudes Socialistas por iniciativa del bilbaíno Tomás Meabe, Saborit ingresó en la Juventud Socialista Madrileña, siendo uno de los fundadores de este grupo. De esta manera y desplegando un activismo extraordinario, Saborit participó en campañas —como la del servicio militar obligatorio o contra la guerra de Marruecos— y en actividades culturales —como la organización de cuadros artísticos, veladas teatrales, agrupaciones musicales o asociaciones de lectura— que le sirvieron como medio de instrucción ideológica, de formación cultural y de ejercicio en las luchas obreras, al tiempo que su nombre y su persona cobraron cada vez más peso en el seno de la propia organización juvenil. Este último hecho, unido al traslado de la dirección nacional de la Federación de Juventudes Socialistas de España (FJSE) desde Bilbao a Madrid en 1910, la desaparición por unas u otras razones de la “vieja guardia” dirigente —los Doménech, García Cortés— y la consiguiente entrada en los cargos de máxima responsabilidad de una nueva generación de líderes juveniles, explica que en el III Congreso de la FJSE, celebrado en Madrid en octubre de 1912, Saborit fuera elegido nuevo presidente del Comité Nacional, con Luis Torrent como vicepresidente. Al mismo tiempo, fue nombrado director de Renovación, el órgano teórico y portavoz de las Juventudes.
La presidencia de Saborit, que se extiende hasta el V Congreso, el de 1919, se caracterizó por una consolidación del aparato político y la burocracia administrativa y por un aumento de la actividad desarrollada por la organización, aunque también por la división interna de las Juventudes y su crisis y escisión final.
Continuaron las campañas antimilitaristas —por una de ellas Saborit fue condenado a tres años de prisión, de donde salió en febrero de 1913—, se crearon grupos culturales, la militancia se triplicó, las Juventudes se extendieron prácticamente a todo el país y se impuso, en consonancia con las posiciones del partido y del sindicato, un mayor grado de moderación en programas y declaraciones. Pero la Guerra Mundial y la Revolución Rusa trastocaron todo, provocando tensiones primero y rupturas después en todas las organizaciones socialistas, Juventudes incluidas. Los jóvenes socialistas se dividieron ya a propósito de la guerra, su interpretación y la postura a adoptar, pudiendo hablarse de dos grupos, el de los revolucionarios, con gran peso en Madrid, y el de los reformistas y leales a la posición mayoritaria en la Unión General de Trabajadores (UGT) y el Partido Socialista. Este segundo grupo estaba dirigido por Saborit, que a duras penas consiguió evitar pronunciamientos radicales que contrariaban la postura del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y su aliadofilia. Llegaron luego los sucesos revolucionarios del verano de 1917, en los que, sin jugar un papel relevante, las Juventudes se implicaron y debieron apoyar al Comité de Huelga, del que formaba parte su presidente, Andrés Saborit.
El Congreso de 1919 fue el de la ruptura. Los “probolcheviques” se hicieron con el control del Comité Nacional y Saborit abandonó su presidencia. Y aunque vivió los duros momentos de la escisión definitiva entre 1920 y 1921, lo que supuso el hundimiento de la FJSE, del que no consiguió recuperarse hasta diez años después, Saborit abandonó por entonces las Juventudes Socialistas por razones de edad.
En el Congreso del PSOE de 1912 se declaró incompatible la presidencia del Partido con la dirección de El Socialista. De esta manera, Pablo Iglesias dejó de ser director del periódico, nombrándose en su sustitución a Mariano García Cortés. Pero ante la deriva del rotativo y de la Agrupación Socialista Madrileña, en manos de opositores a la línea marcada hasta entonces por el líder socialista, un grupo de militantes, entre los que se encontraba Saborit, celebraron una reunión en febrero de 1914 para tratar de cambiar ese estado de cosas. El propio Saborit, según cuenta él mismo en sus memorias inéditas (Apuntes históricos: Pablo Iglesias, PSOE, UGT), llevó un proyecto de reglamento de constitución de un núcleo o grupo al que titularon “Acción Socialista”, Anguiano leyó una declaración de principios y se aprobó la creación de una revista semanal ilustrada, llamada también Acción Socialista, nombrando a Saborit director de la misma y a Luis Torrent, en cuyo domicilio tuvo lugar la reunión, como administrador. Poco después, retomaron el control del Partido en Madrid, destituyeron a García Cortés como director de El Socialista y Pablo Iglesias volvió a estar al frente del mismo. Saborit dirigió Acción Socialista durante todo el tiempo de vida de la revista, es decir, desde 1914 hasta 1917, escribiendo un buen número de artículos y trabajos en ella sobre los más variados temas (la Casa del Pueblo de Madrid, el sindicalismo católico, las elecciones municipales y el papel de los concejales, las elecciones en Gran Bretaña o la organización sindical de los médicos).
Su ascenso a los cargos de dirección de la UGT tuvo lugar a partir del congreso que la central sindical celebró en Madrid en 1914, en el que fue elegido vocal de su Comité Nacional. Hasta 1934 perteneció a este órgano, primero como vocal, entre 1914 y 1920, luego como secretario-adjunto, entre 1920 y 1928, y finalmente como vicepresidente, en dos etapas, la que va de septiembre de 1928 a febrero de 1931 y la que discurre entre octubre de 1932 y enero de 1934.
Su compromiso con el PSOE le llevó también a ocupar puestos de la máxima representación. En su Comisión Ejecutiva fue vicesecretario entre los años 1915-1918, secretario de actas desde ese último año hasta 1920 y secretario-tesorero desde 1921 hasta febrero de 1931. Tanto en el partido como en el sindicato, Saborit estuvo siempre ligado a Julián Besteiro, de quien fue considerado su mejor amigo y su más destacado discípulo. Con él compartió criterios y estrategias políticas y también posiciones y posturas sindicales, de manera tal que su relación se mantuvo invariable desde que se conocieron en 1911 hasta la muerte del catedrático socialista en 1940. Ambos conocieron el éxito de sus planteamientos y lo que ellos representaban, pero también el fracaso y hasta casi el ostracismo. Por eso, cuando ya habían pasado algunos años de la muerte de Besteiro, Saborit se dedicó a escribir algunos trabajos donde reivindicaba la figura y la obra de su amigo y maestro al tiempo que defendía y justificaba su actuación frente a las acusaciones y descalificaciones que durante tiempo le habían prodigado sus adversarios en el interior del socialismo. Como es obvio, en el conflictivo período de divisiones que entre 1934 y el final de la Guerra Civil atenazó tanto al Partido como al sindicato, Saborit siempre estuvo al lado de Besteiro compartiendo su suerte.
Andrés Saborit tuvo una participación destacada en las jornadas revolucionarias del verano de 1917. Junto a Besteiro formó parte del Comité de Huelga en representación del Partido Socialista, mientras Largo Caballero y Daniel Anguiano lo eran en nombre de la UGT. Encarcelados todos ellos en el penal de Cartagena, Saborit, al igual que el resto de sus compañeros, fue condenado a cadena perpetua. No tardaron en llegar, sin embargo, las primeras movilizaciones populares en favor de la amnistía, clamor que fue creciendo con el paso de los días y especialmente tras la elección como concejales de los cuatro socialistas en las elecciones municipales del 11 de noviembre de 1917. Finalmente y tras salir elegidos diputados los cuatro —Saborit lo fue por Oviedo— fueron puestos en libertad.
Saborit fue, como se acaba de ver, concejal y diputado.
Desde 1917 y hasta 1936 fue concejal del Ayuntamiento de Madrid, donde fue teniente de alcalde del distrito de La Latina. Sobre su labor como munícipe y, en general, sobre la intervención socialista en los ayuntamientos, Saborit escribió varios folletos en las décadas de 1920 y 1930. Desde 1918 y hasta la llegada de la dictadura del general Primo de Rivera fue elegido diputado en todas las elecciones habidas, siendo nombrado secretario de la minoría socialista. Más tarde, ya en la República, fue diputado por Madrid en las elecciones de junio de 1931 y por Ciudad Real en las de octubre de 1933.
Andrés Saborit, en consonancia con la postura de Besteiro, se opuso a la colaboración de los socialistas con la dictadura primorriverista —si bien fue luego representante socialista en los Comités Paritarios—, a la alianza con los republicanos en 1930 y a la participación ministerial de los socialistas en los gobiernos del primer bienio de la República. En todos estos asuntos, su posición fue minoritaria dentro del Partido Socialista. Por otra parte, todo hace pensar que tampoco vio con buenos ojos la implicación socialista en las jornadas revolucionarias de octubre de 1934 y —esto con absoluta seguridad— se opuso a la deriva revolucionaria que de la mano de Largo Caballero caracterizó tanto al partido como al sindicato por entonces.
Todos estos factores coadyuvan a explicar la marginación respecto a la dirección de uno y otro en que progresivamente fueron cayendo tanto Besteiro como él mismo.
Al dejar la Comisión Ejecutiva de la UGT en enero de 1934, Saborit volvió a su trabajo de tipógrafo y de periodista, habiendo cultivado este último en otras épocas anteriores. Entre 1914 y 1917 fue director de Acción Socialista y, siendo Pablo Iglesias director, Saborit fue también subdirector de El Socialista, pasando a dirigir el principal órgano de los socialistas a la muerte de Iglesias en 1925. En la década de 1930 fue corrector de pruebas del Heraldo de Madrid y fundador y director de la revista Tiempos Nuevos y del periódico Democracia. La primera fue una revista de estudios socialistas municipales, de periodicidad quincenal, que se publicó entre 1934 y 1936. Saborit contó con la colaboración de Manuel Muiño, que fue nombrado subdirector, y de Mariano Rojo.
En cuanto al segundo, un semanario, su primer número vio la luz el 15 de junio de 1935 y el último el 13 de diciembre de ese mismo año. Junto a Saborit figuraron José Castro Taboada, como subdirector, y Mariano Rojo como administrador. Al igual que la revista, sirvió de órgano de expresión del sector besteirista, también llamado reformista o derechista, y combatió la radicalización impulsada por el sector largocaballerista.
Andrés Saborit perteneció al Consejo Directivo de la Cooperativa Socialista Madrileña y fue uno de los fundadores —amén de uno de los principales responsables— de la Gráfica Socialista en 1926. Con anterioridad había participado en el intento fallido de crear una Sociedad Editorial Socialista y formó parte también de la comisión que estudió durante algún tiempo la posible adquisición de los talleres tipográficos que el impresor socialista Felipe Peña Cruz tenía en la calle Pizarro de Madrid. Enseguida se sumó a la idea lanzada por Enrique de Francisco en 1925 de crear una Cooperativa Gráfica Socialista, pasando a formar parte ese mismo año como secretario —el presidente era Besteiro y el vicepresidente Largo Caballero— del Consejo de la Cooperativa, el cual se encargó de la compra de la imprenta que, propiedad de María de los Dolores Buisen Suárez, viuda de López de Horno, se ubicaba en la calle de San Bernardo.
El 5 de abril de 1926 la Gráfica se puso finalmente en marcha con Saborit al frente como gerente y secretario general. Hubo de dejar entonces la dirección de El Socialista, siendo sustituido por Cayetano Redondo.
Saborit convirtió la Gráfica en la editorial socialista tantas veces proyectada con anterioridad y en un auxiliar esencial de la obra de educación y cultura dirigida a las bases del socialismo y a la clase trabajadora en su conjunto mediante la publicación de libros y folletos —en 1928 se editaron de unos y de otros 58.711 ejemplares— y la edición de todo tipo de materiales sindicales y políticos (prensa, propaganda, documentos gráficos, carteles, etc.). Para todo ese trabajo, la Gráfica llegó a contar, según relato del propio Saborit, con cien operarios. Engrosó, además, de forma notable la Biblioteca y el servicio de Librería de El Socialista —por mediación de La Vanguardia de Buenos Aires estableció en 1928 un depósito y lugares de venta en América de las obras editadas por la Gráfica— y llevó a cabo una política de buenas relaciones y captación de fondos ajenos con otras editoriales tan prestigiosas como Calpe, Mundo Latino, Aguilar, Lectura o Renacimiento.
Durante la Guerra Civil Saborit fue nombrado director general de Aduanas y subgobernador del Banco de Crédito Local. A su término, se exilió en Francia como tantos miles de republicanos, residiendo en Tarbes, desde donde intervino activamente para tratar de reconstruir las organizaciones socialistas en el exilio.
Nombrado vocal de la Comisión Ejecutiva de la UGT en 1944 permaneció en este puesto hasta 1951.
Entre los años 1948 y 1950 fue vicesecretario de la del PSOE, tiempo en el que se encargó además de la dirección de El Socialista.
Desde Francia se trasladó a Ginebra. En esta ciudad suiza vivió hasta 1977 en que, muerto Franco y restablecidas las libertades democráticas, regresó a España fijando su residencia en Valencia, donde falleció en enero de 1980.
Obras de ~: Los sucesos de agosto: las acusaciones de Saborit contra Dato y Sánchez Guerra: discurso pronunciado en el Palacio del Congreso por el diputado socialista por Oviedo Andrés Saborit, Tortosa, Monclús, 1918; Saborit en el Ayuntamiento de Madrid: la vida municipal, Madrid, Gráfica Socialista, [¿192?]; Los socialistas en el Ayuntamiento: contra el convenio de tranvías, Madrid, Imprenta Municipal, 1930; El mitin de Pardinas: intervenciones de Andrés Saborit, Francisco Largo Caballero y Julián Besteiro, Madrid, Gráfica Socialista, 1930; Intervención socialista en los Ayuntamientos, Madrid, Tiempos Nuevos, [¿1935?] (2.ª ed.: Pau, Secretaría de Propaganda del PSOE en Francia, 1945); Julián Besteiro, México, Impresiones Modernas, 1961 (2.ª ed.: Buenos Aires, Losada, 1967); Asturias y sus hombres, Toulouse, UGT-CIOSL, 1964; La huelga de agosto de 1917: apuntes históricos, México, Pablo Iglesias, 1967; Joaquín Costa y el Socialismo, Madrid, Zero, 1970; El pensamiento político de Julián Besteiro, Madrid, Seminario y Ediciones, 1974.
Bibl.: A. Martín Nájera, El Grupo Parlamentario Socialista en la Segunda República: Estructura y funcionamiento, Madrid, Fundación Pablo Iglesias, 2000, 2 vols., págs. 1417-1418; M. Aznar Soler y J. R. López García (eds.), Diccionario biobibliográfico de los escritores, editoriales y revistas del exilio republicano de 1939, vol. 4, Sevilla, Renacimiento, 2016, págs. 279-280.
Francisco de Luis Martín